Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están a punto de probar una forma inusual y de alta tecnología de provocar más precipitaciones: volar drones hacia las nubes y disparar descargas eléctricas para que llueva.
«Científicos de la Universidad de Reading de Inglaterra ayudaron a desarrollar una serie de drones que pueden volar hacia las nubes existentes y alterar la carga eléctrica de las gotas de agua para que se agrupen como el cabello seco en un peine», dijo a la BBC el científico Maarten Ambaum.
«Si funciona, podría ayudar a reponer el suministro de agua vacilante en las grandes ciudades como Dubái, y marcar el comienzo de una nueva era de control humano sobre el clima».
Debido a que los EAU ya utilizan la tecnología de siembra de nubes para inducir la condensación y crear nubes en primer lugar, los drones de descarga le darían al país un control aún mayor sobre el ciclo del agua.
«Equipados con una carga útil de instrumentos de emisión de carga eléctrica y sensores personalizados, estos drones volarán a bajas altitudes y entregarán una carga eléctrica a las moléculas de aire, lo que debería fomentar la precipitación», explicó Alya Al-Mazroui, directora del programa de investigación científica de mejora de la lluvia del país árabe.
La directora del programa de modificación climática, Alya Al-Mazroui, observa uno de losdrones que se probarán en las próximas semanas cerca de Dubái. Crédito: Universidad de
Reading.
Los sistemas de modificación del clima no están exentos de controversia. La siembra de nubes ha existido durante décadas, pero el posible uso indebido de la tecnología tiene a los expertos preocupados por las ramificaciones geopolíticas, especialmente en China.
En este caso, sin embargo, la tecnología de control del clima tiene un caso de uso claro de ayudar a proporcionar agua a las grandes ciudades del desierto que corren el riesgo de agotar el agua que está disponible de forma natural.
«El nivel freático se está hundiendo drásticamente en [los] EAU y el propósito de esto es tratar de ayudar con la lluvia», concluyó Ambaum.
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