(Por Oriol Trillas)
Jordi Pujol y Artur Mas en la celebración del 30 aniversario de la fundación de CDC, que tuvo lugar en noviembre de 2004 en el monasterio de Montserrat.
Los monjes del monasterio de Montserrat han elegido como nuevo abad al padre Manel Gasch Huriós, en sustitución de Josep María Soler Canals, que había presentado su renuncia tras haber cumplido 75 años en agosto. La elección no ha constituido ninguna sorpresa. De los 55 monjes electores solo había 14 elegibles, dado que el nuevo abad debe ser menor de 75 años y haber sido ordenado sacerdote hace más de cinco.
De esos 14, solo siete residen en Montserrat, pues los otros se hallan en Roma, en misiones o en otras casas o santuarios dependientes de la congregación benedictina. Aparte del padre Gasch, solo se vislumbraban otros dos candidatos, el prior Ignasi Fossas y el rector del santuario Joan M. Mayol, pero ambos se hallaban muy implicados en el gobierno abacial saliente, al que han explotado los casos de pederastia del fallecido Andreu Soler o del joven monje G.S.V, denunciado hace unos meses, cuyo juicio penal deberá ventilarse próximamente.
El primer caso fue ocultado por el último abad hasta que la víctima denunciante explicó a los medios que aquel le había comprado su silencio con el pago de 8.600 euros, que luego le devolvió, grabación mediante. El segundo caso afecta al vicerrector de la Basílica y se refiere a hechos de 2019, precisamente cuando desde Montserrat se afirmaba que el suceso del difunto pederasta (al que calificaron en un informe como «depredador sexual») había sido un caso aislado.
Parece normal que ante esta tempestad los benedictinos hayan optado por quien, hasta la fecha, no era más que el mayordomo-ecónomo de la comunidad.
Se quiere disimular, pero los casos de pedofilia han hecho mucho daño en una comunidad que ya fue acusada en 2000 de albergar un potente lobby gay, lo cual obligó al antecesor de Soler, el abad Sebastià Bardolet, a presentar su renuncia.
A pesar de esta supuesta elección neutra, el cenobio montserratino no ha querido desmarcarse de su otra vertiente polémica y ha escogido, de entre los siete elegibles, a uno de los monjes con mayores veleidades nacionalistas, reforzando el sesgo ideológico por el que se caracteriza desde hace tiempo.
Si alguien pensase en el prototipo del independentista escogería a un hijo de antifranquistas, a poder ser católicos progresistas, participante activo en el movimiento scout, vinculado a Montserrat y firmante de manifiestos a favor del 1-O.
Esos caracteres los cumple a la perfección el padre Manel Gasch. Es hijo de los fundadores del despacho de abogados Col.lectiu Ronda, Josep Mª Gasch Riudor y Angelina Hurios Calcerrada, que cobraron notable influencia como defensores de acusados ante el Tribunal de Orden Público.
Gasch es miembro activo de la parroquia de San Ildefonso, donde fue jefe de su movimiento scout y a la que acuden Artur Mas y Joaquim Forn, recibido con vítores y honores en la última misa del gallo. Cuando estaba en prisión, le guardaban el banco con un rótulo con su nombre.
El nuevo abad también consta como firmante del manifiesto de 400 sacerdotes catalanes, entre los que se incluían 18 monjes de Montserrat, a favor del referéndum del 1 de octubre.
A pesar de estas credenciales, en sus primeras palabras, se ha mostrado muy precavido y ha querido recordar que «el monasterio de Montserrat quiere acoger a todos».
Esperemos que ese todos abrace a aquellos catalanes que no se han sentido acogidos en un santuario donde los monjes han salido con pancartas de «volem votar» – «queremos votar»–, se han cedido las celdas monásticas para quienes querían ayunar en solidaridad con los presos y se han realizado vigilias de oración en solidaridad con los políticos encarcelados.
Lo que sí representa Manel Gasch es un cambio generacional. Nacido en 1970, tiene 24 años por delante en el cargo. El problema es que, de los monjes actuales, solo cinco son menores que él.
En los años 50 el monasterio había alcanzado sus cifras más altas: 150 frailes. Nunca más las consiguió, pero se fueron
manteniendo, alrededor de los 120, hasta los años 80, iniciándose entonces un lento declive. Cuando el padre Soler es elegido, en 2000, son 90 los benedictinos de Montserrat. Actualmente han caído a 42, con el agravante de que hoy hay más monaguillos cantores de la escolanía que monjes.
En 2025 se celebrarán los fastos del milenario del monasterio, una oportunidad para resucitar el nacionalismo eclesial, en horas muy bajas. Veremos si esa llamada a ser «la casa de todos» remedia el aleja-miento de parte de la población catalana de la montaña santa.
*Escrito de Oriol Trillas, publicado en el diario "El Mundo" el 20 de septiembre de 2021
https://germinansgerminabit.blogspot.com/2021/09/montserrat-refuerza-su-sesgo.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario