martes, 8 de noviembre de 2022

Los pobres y poderosos del Papa Francisco, el vaticano del aborto y el ateísmo, Ricard muy tocado, la iglesia de Xi Jinping.


Por SPECOLA | 08 noviembre, 2022

Ya estamos acostumbrados a que los discursos oficiales del Papa Francisco sean de lo más tranquilos. Sin fruto del trabajo profesional de los redactores de la Secretaría de Estado y pasan los filtros correspondientes. Son textos que se preparan con tiempo y se traducen a varios idiomas con antelación. 

Lo que sí da tema periodístico es la rueda de prensa improvisada a la vuelta del viaje y no precisamente por el viaje realizado. El primer tema que vemos hoy es sobre la referencia del Papa Francisco a los anónimos poderosos «que cuidan de sus propios intereses”. 

El mundo del Papa Francisco parece ser muy claro: por un lado, están los poderosos, los que toman las decisiones; por otro lado está el pueblo, llamado a resistir, a agruparse, a crear el antídoto al bien de unos pocos, y a hacer el bien a todos. Y de nuevo: por un lado, están las élites, que se encierran en sí mismas, que perpetúan su poder, y que crean distancia con los pobres, los mal educados, fuera de los circuitos de toma de decisiones, marginados.

Lo que propone el Papa Francisco en sus discursos parece ser una gigantesca lucha de clases en la que la Iglesia está evidentemente del lado de los pobres. Durante la dictadura argentina decía que algunos principios de la Doctrina Social de la Iglesia fácilmente podían parecer leninistas o trotskistas. A lo largo de su historia, la Iglesia siempre ha defendido a los pobres, los huérfanos y las viudas. 

 La Iglesia no aspira a una transformación política de la sociedad, apunta a la conversión de los corazones y, a partir de esa conversión, crear una sociedad más justa, más adecuada a Dios. 

 El Papa Francisco sostiene que la renovación espiritual y la conversión de los corazones son necesarias, pero se detiene en el concepto ignaciano de «corrupción», que es ante todo corrupción del alma, parece promover un mundo en el que los pobres sigan siendo pobres y los ricos seguirán siendo ricos. 

 La diplomacia fluida, la centralización de las decisiones en el Papa y el uso personalista de determinadas circunstancias muestran una Iglesia que quiere tener voz en el mundo, sea cual sea el precio a pagar.

Otro tema es el caso Mazzucato, caso género masculino, la Mariana Mazzucato, sexo femenino, al menos por lo que se ve, sigue en los artículos de hoy. No teníamos ninguna duda de que este tipo de nombramientos cuentan la con la aprobación del Papa reinante y el mismo nos lo confirma y justifica. 

 La Mazzucato se proclama abortista y el atea, pero para el Papa Francisco es “un soplo de humanidad”; hasta Benedicto XVI esto era un daño para el hombre y la sociedad. 

Los pro-vida han entendido que tendrán que comprometerse cada vez más «a pesar» del Vaticano, no solo sin su apoyo, sino también en contra de sus posiciones. Si la Mazzucato representa un soplo de humanidad en la Academia por ser atea y abortista, entonces quiere decir que no ser ateo y oponerse al aborto denota una escasa humanidad. 

 Los que han sido miembros en el pasado y los que aún lo son sin ser ni ateos ni proabortistas, tendrían una humanidad pobre o por lo menos anquilosada, necesitada de frescuras.

Benedicto XVI en Caritas in veritate: «Sin Dios el hombre no sabe adónde ir y ni siquiera puede entender quién es». En la Iglesia siempre se pensó que fue Jesús quien trajo una ola de plena humanidad porque sin él la humanidad ni siquiera es capaz de entender lo que es. 

 El primer principio de la lógica es el de la no contradicción: no se puede afirmar y negar lo mismo al mismo tiempo y desde el mismo punto de vista. Proclamar que los miembros de la Academia deben defender y promover la vida y luego nombrar a un miembro que, por sus propias posiciones declaradas, no pretende defender ni promover la vida, es lógicamente una contradicción.

Entramos en el capítulo de escándalos diarios. La iglesia en Francia no encuentra la paz. Son decenios de obispos pésimos que has destruido florecientes diócesis, de órdenes religiosas que van muriendo enfermas de un progresismo que les lleva a la tumba y que no están dispuestos a abandonar. 

La propia conferencia episcopal nos dice que hay 11 obispos o obispos eméritos han acabado «investigados» ante la justicia civil o la Iglesia tras denuncias de abusos sexuales. Entre las personalidades involucradas en los «informes» se encuentra Jean-Pierre Ricard, emérito de Burdeos. 

El propio Ricard admitió haber tenido una conducta «reprochable» hace varios años hacia una niña de 14 años, los hechos de los que es culpable se remontan «a hace 35 años, cuando yo era párroco». Ricard pidió perdón y dio a conocer que dejará sus funciones y se pondrá a disposición de las autoridades judiciales y eclesiásticas, por ahora, sigue siendo cardenal con derecho a voto.

El caso Orlandi se ha convertido en el intento de ajustar piezas de un mosaico imposible. Hace ya cinco años del lanzamiento del libro Los impostores con presuntos documentos que, sean verdaderos o falsos, son un punto de inflexión, o punto de no retorno. 

En referencia al documento obtenido por Fittipaldi para hacer el nuevo libro sobre el caso Orlandi, la Secretaría de Estado la definió como «no auténtica y completamente falsa y sin fundamento la información contenida en él». Son cinco páginas tituladas «Informe resumido de los gastos incurridos por el Estado de la Ciudad del Vaticano por las actividades relacionadas con la ciudadana Emanuela Orlandi.» 

Fittipaldi se defiende: “Era importante publicarlo porque si es cierto abre vislumbres impensables, si es falso es chocante porque significa que un documento apócrifo fue ingeniosamente construido para sembrar confusión; si el documento salió del vaticano me gustaría preguntar como. 

Cualquier documento puede ser falso, pero este estaba en una caja fuerte del Vaticano. Si es una falsificación, es una falsificación de un interior que conoce bien esta historia. Trabajé duro para conseguir este documento». Un caso lleno de mafias, empresarios ladrones, política corrupta y complicidades inexplicables del Vaticano que llegan hasta hoy.

El arzobispo mayor de Ucrania, Shevchuk, visita al Papa Francisco: “La guerra en Ucrania es una guerra colonial y las propuestas de paz que vienen de Rusia son propuestas de pacificación colonial. Estas propuestas implican la negación de la existencia del pueblo ucraniano, de su historia, cultura e incluso de la Iglesia. 

Es la negación del derecho a existir del estado ucraniano, reconocido por la comunidad internacional con su soberanía e integridad territorial. 

En estas premisas, las propuestas de Rusia carecen de un tema de diálogo”. “Le conté al Papa sobre el servicio de nuestros obispos, sacerdotes, monjes y monjas en los territorios actualmente ocupados. Destaqué que todos nuestros pastores se han mantenido cerca de la gente que sufre. Expliqué que cada una de nuestras catedrales, iglesias y monasterios se han convertido en centros de refugio, hospitalidad y servicio humanitario”.

China está muy presente en la información. El cardenal Zen está siendo juzgado en Hong Kong mientras el Vaticano renueva su acuerdo con Pekín. Oficialmente, por apoyar los movimientos a favor de la democracia durante las protestas masivas en Hong Kong. Kong. Las posibilidades de que lo absuelvan son mínimas. 

 El presidente Xi Jinping detesta la práctica religiosa, especialmente el cristianismo. No puede deportar a 44 millones de cristianos a campos de concentración, este es el trato que se ha reservado para un millón de musulmanes uigures, pero puede demoler iglesias, y lo hace con gusto. 

Los nuevos obispos aprobados por el Papa Francisco no fueron elegidos por la comunidad católica en China; fueron designados por el Partido Comunista Chino y están enteramente sujetos al partido. “Las congregaciones dedican himnos al presidente a la par que a Jesucristo. Y lo hacen con la aprobación del Vaticano”.

Terminamos con un detalle curioso. El Papa Francisco usó una Cruz Pectoral diferente en Bahréin durante el Encuentro Ecuménico. La cruz de marfil que usó el Papa Francisco se llama Cruz «Encolpion» y es la Cruz Pectoral utilizada por los ortodoxos y la utilizó por primera vez hace un año durante la oración ecuménica que tuvo lugar en el Coliseo. Es un regalo del patriarca de Constantinopla Bartolomé I.

«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».

https://infovaticana.com/blogs/specola/los-pobres-y-poderosos-del-papa-francisco-el-vaticano-del-aborto-y-el-ateismo-ricard-muy-tocado-la-iglesia-de-xi-jinping/

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