viernes, 20 de enero de 2023

El papa Francisco incluirá en la JMJ Lisboa 2023 “los objetivos de sostenibilidad de la Agenda 2030”


Lorenzo Sánchez.- He esperado a que el santo período de las Navidades controlen mis palabras, porque los ángeles cantaron ese día: “Paz a los hombres de buena voluntad”; y causas ajenas a mi voluntad, mis palabras son o pretenden ser las de un militante que cree que es su obligación, por considerar el tema muy importante, “corregir al que yerra” (tercera de las obras de misericordia -espirituales).

En la página de la JMJ Lisboa 2023 se puede leer: “nuestra misión es construir la JMJ Lisboa 2023 teniendo en cuenta los objetivos de sostenibilidad abrazados en todo el mundo, los Laudato si Goals (hay que ser cursi y pijo para escribirlo así) presentados por el Vaticano y la AGENDA 2030 DE LAS NACIONES UNIDAS (ODS)”.

No quiero hacer una crítica al Vaticano salvo que sea imprescindible, pero sí un esbozo de crítica, pues daría para mucho, a la Agenda 2030 de la ONU.

Sólo sabiendo que la ONU está por medio, se me abren las carnes ya que esta organización es la primera promotora del aborto en el mundo, pues presiona a los países con amenazas de falta de fondos para el desarrollo si éstos no aprueban el aborto en sus legislaciones nacionales. Filipinas es el último conocido que se ha opuesto a estas presiones, hace sólo unos meses.

 Estábamos en las recientes celebraciones navideñas cuando la ONU propuso la utilización de militares para promover la esterilización de la población de Haití. ¿Y los jóvenes católicos del mundo van a acudir a Lisboa para “abrazarse jubilosamente” por la muerte de inocentes?

Sabemos que estamos desde hace más de 200 años en contexto cultural en el que dice una cosa para hacer la contraria, por eso, cuando estos hijos de la Ilustración, faltos de luces y sobrados de malignidad, dicen que entre los objetivos de la Agenda 2030 está el “ecologismo” (en principio es bueno), éste se nos presenta llegando al ataque del propio ser humano, como supuesto destructor inevitable de la naturaleza; se nos presenta el “fin de la pobreza”, y yo leo que BUSCAN LA REDUCCIÓN DE LA POBLACIÓN, pues lo han dicho claramente. 

Lo que no han dicho es ¿quién sobra, y quién dice quién sobra? 

Por supuesto, ellos no sobran. Cuando hablan de “hambre cero”, yo entiendo que buscan “el monopolio de alimentos”, cuando predican “educación de calidad” en muchos países sufren “el adoctrinamiento”, cuando defienden “salud y bienestar” quieren imponer vacunación periódica obligatoria, cuando predican la “igualdad de de género” nos quieren imponer toda la ideología LGTBIJKLM, prometiendo así un mundo mejor y eterno, a la vez que olvidan que “quien promete el mundo mejor que durará para siempre, hace una falsa promesa, pues ignora la libertad humana, ya que la libertad debe ser conquistada para el bien una y otra vez” (Benedicto XVI).

Cuando hablan del “Gran Reseteo” (o Gran reinicio) me viene a la mente la primera parte de un artículo escrito en La Veritá por Ettore Gotti Tedeschi, quien fuera presidente del banco vaticano (IOR), que dice: “Parece ser que en EEUU alguien está pensando en oponer al triunfante dirigismo totalitario chino una forma de dirigismo totalitario occidental,… Dicho Gran Reseteo parece fijarse objetivos altamente humanitarios, buenos, salvíficos (¿nos suena?, los hemos visto antes). Exactamente como se proponía hace cincuenta años el viejo Gran Reseteo, es decir, el viejo Orden Mundial de Kissinguer, utópico y contrario a la ley natural. 

Y como consecuencia frustrado. Y a pesar de este fracaso, en vez de llevar a pensar por qué sucedió así, se nos vuelve a proponer en una versión actualizada, pero casi idéntica, del Nuevo Orden Mundial.


Nos encontramos con una humanidad que dice que un Dios que permite tanta injusticia, tanto sufrimiento, tanto cinismo del poder, no puede ser un Dios bueno; por eso, vienen éstos de la Agenda 2030 a decirnos que la humanidad puede y debe hacer lo que ningún Dios hace ni es capaz de hacer: Sí, “un mundo que tiene que crear la justicia por sí mismo es un mundo sin esperanza. 

Nadie ni nada responde del sufrimiento de los siglos. Nadie ni nada garantiza que el cinismo del poder – bajo cualquier seductor revestimiento que se presente- no siga mangoneando el mundo (Benedicto XVI)”. Esto es lo que vende la Agenda 2030, como esto hemos visto, esto es lo que en la JMJ de Lisboa se va a vender, ¿esto es lo que los jóvenes católicos españoles quieren comprar allí? Si no es así, ¿a qué van o qué quieren comprar?

Pretenden que hagamos una autocrítica de nuestro cristianismo moderno y alguien en las altas esferas cristianas se olvida de que “éste debe aprender siempre a comprenderse a sí mismo a partir de sus propias raíces” (Benedicto XVI)

¿Y nuestros jóvenes católicos españoles van a acudir a Lisboa en donde se bendecirán y propagará todo esto; donde el Nuevo Orden Mundial predicará su doctrina? A la vista de lo que hace buena parte del episcopado español no me extraña, pero tengo que poner de manifiesto las palabras de denuncia del periodista católico Carlos Cuesta, colaborador de la TRECE TV. En la misma nos cuenta horrorizado que una hija suya le enseñó los apuntes de Religión Católica que dan en el colegio, y según él: “dan vergüenza”.

A la vista de eso acude a la Consejería de Educación (no dice la C. A. aun sospecho que es la de Madrid) y le informan que es el Arzobispado (entiendo que de Madrid) y la Conferencia Episcopal Española quienes deciden sobre los contenidos de la clase de Religión y que en ese contenido se enseña a los niños sobre “ideología de género”, que el que conduce un coche contamina y por tanto mata a otro, qué es correcto y no correcto, y Agenda 2030, entre otras cosas. Cuando pregunta en la Conferencia Episcopal se escudan en que todo eso viene por presión del Vaticano. Algunos de estos obispos deberían recordar las palabras del Papa Benedicto XVI dichas en 2005 acerca de la función del Sumo Pontífice: “El Papa no es un soberano absoluto cuyo pensamiento y voluntad son ley. 

Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de obediencia a Cristo y su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse constantemente a sí mismo y a la Iglesia, a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y alteración, así como a todo oportunismo”; de esta manera no utilizarían la cobarde excusa que utiliza Adán en el Paraíso, cuando pillado in fraganti echa la culpa a Eva. A otros, algún obispo les ha dicho que es presión del Gobierno para seguir sufragando, de algún modo la clase de Religión ¿católica? 

Esto es lo que miran algunos pastores por “el presupuesto” del Estado provisor. ¿Se imaginan qué harían todos éstos si vinieran algo parecido a lo del 36? Serían campeones de 1.500 metros lisos, y hasta todo terreno. No me extraña que no quieran oír nada parecido a lo de La Cruzada del 36.

Con todo eso se adoctrina a los niños actuales, el presente y futuro de nuestra sociedad, los más amados del Maestro, y que en su defensa lanzó la mayor maldición salida de su boca que aparece en el Evangelio: “el que escandalizare a alguno de mis pequeñuelos más le valdrían no haber nacido, más valiera que le pusieran en el cuello un rueda de molino y le arrojaran al mar”.

Para completar lo dicho no puedo resistirme a citar lo que San Gregorio Magno escribe en la “Regla pastoral” y que se refiere a los malos pastores: “por temor a perder el favor de los hombres no se atreven a hablar libremente de lo que es justo, y, según expresión de la eterna Verdad, no desempeñan el oficio de buenos pastores en la guarda de su rebaño, sino el de mercenarios, pues, al ver llegar al lobo huyen a esconderse en un culpable se silencio. A estos tales reprende el Señor por boca del Profeta llamándolos: perros mudos que no saben ladrar… Al contrario, si presentan su pecho a favor de su rebaño es como si pusieran un muro a los enemigos a favor de la casa de Israel”.

¿Y los jóvenes cristianos españoles van a acudir a Lisboa para dar su aprobación implícita a todo esto? ¿Qué vais a encontrar en Lisboa si os dan el bebedizo de la Agenda 2030? Os lo diré con palabras que no son mías: “El solidarizar la doctrina moral con opiniones humanas, subjetivas y mudables en el tiempo en lugar de anclarlas en la santa voluntad de Dios eterno y en sus Mandamientos, equivale a abrir de par en par las fuerzas disolventes. (Pío XI)”.

“San Pablo en 1ª a los Corintios 9: 16-17 dice: ¡ay de mí si no anunciare el Evangelio!” lo que no es sino anunciar a Cristo ¿Es que de las páginas de la JMJ de Lisboa se deduce que allí se va anunciar el Evangelio, o sea, a Cristo, como de una o de otra manera se le ha anunciado en las precedentes? Yo me atrevo a decir que la Agenda 2030 tiene más de diabólica que de evangélica. 

¿A qué vais pues? No os engañéis ni os hagáis trampas en el solitario. Se cuenta una especie de chiste que dice: “¿en qué se parecen un teólogo y un abogado? Respuesta: en que ambos, con un razonamiento demuestran una cosa, y, a renglón seguido y con el mismo razonamiento te demuestran la contraria”. Me malicio que entre vosotros algún alguno de éstos.

Lo mejor que se puede hacer con el pastor que no es tal, es no acudir a su llamada para que no os lleve por donde no queréis. Dice el Salmo “El Señor es mi pastor, en verdes praderas me hace descansar” y en otro lugar dice “aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan”. ¿Están seguros los jóvenes españoles que las praderas de Lisboa tiene buen pasto y que los pastores que por ahí pululan los van a guiar a ellas? El gran Chesterton decía: “Cuando entro en la iglesia me descubro, pero no me quito la cabeza”.

Como dijo el Papa Benedicto XVI “Permaneced firmes en la fe”, “no se dejen condundir”.

https://www.alertadigital.com/2023/01/19/el-papa-jmj-lisboa-2023-los-objetivos-de-sostenibilidad-de-la-agenda-2030/

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