Aquellos que revelan acciones militares estadounidenses y de sus aliados son acusados de tener vínculos con Al Qaeda.
El arresto de Gottfrid Svartholm, uno de los fundadores del sitio web de descargas The Pirate Bay sería un eslabón más en la cadena de detenciones que sufren aquellos que revelan secretos de EE.UU. y los Gobiernos aliados.
El arresto de Gottfrid Svartholm, uno de los fundadores del sitio web de descargas The Pirate Bay sería un eslabón más en la cadena de detenciones que sufren aquellos que revelan secretos de EE.UU. y los Gobiernos aliados.
El corresponsal de RT,
Nicolás Sánchez, ilustra con diversas historias las peripecias por las
que pasan los periodistas de investigación que se atreven a
“comprometer” a Washington.
El hecho de que un periodista sea el primero
en informar sobre una agresión de fuerzas extranjeras que deja muertos
podría considerarse como una buena labor profesional. Sin embargo, el
reportero yemení, Abdála Jaider, quien fue el primero en alertar de un
ataque estadounidense que mató a 14 mujeres y 21 niños en ese país árabe
en 2009 está en prisión bajo cargos de colaborar con terroristas.
Según
el periodista neoyorquino Jeremy Scahill: “Lo que me causa más impacto a
mí como periodista estadounidense es el papel que juega en todo esto
Estados Unidos.
El presidente de Yemen, Saleh recibió una llamada, no de
un ayudante de Obama, sino del mismísimo presidente. Y Barack Obama en
persona le pidió a Saleh que no dejara salir de prisión al periodista
yemení”. Los periodistas occidentales también denuncian que sufren la
presión del Gobierno estadounidense.
Esto le sucedió al periodista británico, Chris Woods, cuando publicó que los ataques con drones que llevó a cabo la CIA contra Pakistán y Afganistán causaron muertos entre la población civil de esos países. “La CIA y otros organismos de la inteligencia estadounidense decidieron atacar nuestro trabajo en lugar de hacer un seguimiento de nuestras historias, especialmente las que incluían el asesinato de civiles por parte de soldados estadounidenses”, cuenta Woods.
Esto le sucedió al periodista británico, Chris Woods, cuando publicó que los ataques con drones que llevó a cabo la CIA contra Pakistán y Afganistán causaron muertos entre la población civil de esos países. “La CIA y otros organismos de la inteligencia estadounidense decidieron atacar nuestro trabajo en lugar de hacer un seguimiento de nuestras historias, especialmente las que incluían el asesinato de civiles por parte de soldados estadounidenses”, cuenta Woods.
Para los periodistas es un insulto que los vinculen con
grupos terroristas, pero detrás de estas acusaciones los profesionales
de la información ven los auténticos motivos que tiene el Gobierno para
ocultar la verdad. “Sugerir que nosotros, desde nuestra oficina de
periodismo de investigación simpatizamos con Al Qaeda es realmente una
falta de respeto. Yo creo que estas estrategias de descrédito es una
señal de que hay mucho en juego. Recordemos que Estados Unidos afirma
que no mató a ningún civil en Pakistán y nuestras informaciones y las
de muchos otros demuestran que eso es simplemente mentira”, explica
Woods.
La Libertad de expresión está protegida por ley en EE.UU., pero
cuando un periodista hace pleno uso de ella y publica una información
que compromete al Gobierno puede enfrentarse a una campaña de
desprestigio. Una buena muestra son los artículos publicados en
periódicos como The New York Times donde una fuente anónima del Gobierno
acusa a periodistas de ser simpatizantes de Al Qaeda. Tom Vanden Brook
y Ray Locker son dos periodistas del diario USA Today que sufrieron en
carne propia una campaña de desprestigio solo días después de que
denunciaran un multimillonario proyecto propagandístico del Pentágono en
Irak y Afganistán.
En poco tiempo se crearon páginas web falsas y
cuentas de Twitter y Facebook utilizando sus nombres, además se
inundaron las redes sociales con comentarios en los que se los acusaba
infundadamente de ayudar a los talibanes. Si un periodista pierde su
credibilidad puede suponer el fin de su carrera. Cuando esta situación
se da por haber revelado una realidad incómoda para un Gobierno se
convierte en una injusticia no solo para el informador, sino también
para la sociedad que no tiene acceso a la verdad.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/52890-mano-eeuu-alcanza-periodistas-rincones-planeta