China es aún desconocida en occidente y sigue siendo un lugar lleno de mitos. Hasta el nombre del país es desconocido, ya que su verdadero nombre es Zhonghuá o Tierra Central. Cuando vienen los chinos a occidente se enteran que su país tiene otro nombre y que probablemente se debe a que se confundió el nombre de la dinastía Chin con la del país. Otros creen que se debe a los árabes que la llamaban Cin y que luego derivó en China.
En China las cosas están relacionadas con la mitología y los niños se encuentran ya en ese ambiente desde temprano. La civilización china es una de las que ha conservado sus tradiciones y el ambiente social de China permanece como en sus antiguos tiempos. En el año nuevo chino se hacen ofrendas al diosEmperador de Jade que es una de las máximas deidades del taoísmo y se quema papel moneda para que el Emperador de Jade no sufra aprietos en su viaje. De la misma manera en el año nuevo chino se pone azúcar de malta en la boca del dios de la cocina, quien viaja junto con otros dioses al cielo para informar de las cosas buenas de la gente. Con el azúcar se supone que informará de buenas cosas consiguiendo más favores para las personas que le pusieron azúcar en la boca.
El año nuevo chino está lleno de una profunda mitología que ha dado resultados positivos hasta el momento. Se mantienen encendidas todas las luces para alejar el mal y la obscuridad, así como para estar protegidos todo el año. Esto último es complementario a la quema de petardos que, con su ruido, se supone ahuyentan a los malos espíritus. Esto se hace conjuntamente con las danzas del león y del dragón, que terminarán ahuyentando hasta al más peligroso de los malos espíritus. Lo primero que se hace el primer día de año nuevo es honrar a los antepasados, luego se veneran a los dioses y los miembros más jóvenes de la familia presentan sus respetos a los miembros mayores. Se colocan vestidos nuevos, se perdonan las ofensas y se visita a la familia y amigos. Los niños chinos aprenden moral, historia, ejemplos de vida, mitología y desarrollo del Chi o energía. Casi todas las costumbres de China tienen significado. El dragón, presente en muchos cuentos y leyendas populares chinas, es algo positivo, al igual que en occidente a comienzos de su cultura. Pero de pronto, de manera misteriosa, el dragón pasó a ser negativo en occidente. Una de las costumbres de China cuando alguien te obsequia un pañuelo, paraguas, u otras cosas que representen mala suerte, es obsequiarle a cambio con una moneda, de tal manera que el obsequio se convierte en compra, lo cual neutraliza su efecto negativo. Los cuentos chinos contienen siempre alguna enseñanza aún sin entenderse la cultura china. Pero vale la pena acercarse a esta cultura y encontrar todos los significados de los mitos, cuentos y leyendas de China.
La mitología china es el conjunto de relatos fantásticos de la antigua cultura china. Muchas de sus leyendas proceden del período de los Tres Augustos y Cinco Emperadores. La tradición china atribuye a estos personajes mitológicos la fundación de la civilización china y la invención de las instituciones sociales, culturales y económicas, como la familia, la agricultura, la escritura, etc. A pesar del carácter legendario de las historias que se cuentan sobre estos personajes, que habrían vivido cientos de años y serían responsables de hechos milagrosos, es posible que en el origen de estas leyendas se encuentren personajes reales, jefes tribales del III milenio a. C. que habrían logrado victorias militares previas a la unificación de la posiblemente legendaria dinastía Xia. La Mitología China se conoce gracias a textos que datan esencialmente de la dinastía Chan-Wo. Al no tener más de 2.000 años de antigüedad, estos escritos pueden clasificarse como relativamente recientes. Además, fueron redactados por sabios que a veces reinterpretaron la mitología de acuerdo con sus concepciones filosóficas. De este modo, transformaron a los más importantes dioses en soberanos virtuosos que reinaron en tiempos antiguos. También asociaron a sus dioses con las cinco direcciones (es decir, los cuatro puntos cardinales y el centro) según una cosmología elaborada durante la antigüedad.
Se puede tener una idea de lo que representa la mitología original china comparándola con los relatos de otros pueblos en el Extremo Oriente. Al extender esta comparación a toda Eurasia, se puede apreciar que una gran parte de esta mitología es sorprendentemente de origen indoeuropeo. Posee pues semejanzas con las mitologías germana, griega o eslava. Eso se debe a la invasión de China por un pueblo indoeuropeo, los tocarios, hace más de 3000 años. Los tocarios hablaban un idioma indoeuropeo y poblaron la cuenca del Tarim en lo que hoy es la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, en el oeste de la actual República Popular China. Su peculiar cultura se extendió desde cerca el 1800 a. C. hasta finales del primer milenio de nuestra era. Su lengua se conoce como tocario. Los hindúes les llamabankushan, y las antiguas fuentes chinas, yue-che o yuezhí. No existen libros monográficos dedicados a la mitología en la antigua China, sino que los mitos se encuentran recogidos en múltiples obras de Historia, Filosofía o Poesía, en forma de menciones a personajes mitológicos y a los hechos o leyendas que se les atribuyen. También hay que considerar que esta multitud de obras, escritas durante distintas dinastías, pertenecen a diversas corrientes de pensamiento: Taoísmo, Confucianismo, Legismo y Moísmo, principalmente.
El taoísmo (“enseñanza del camino’) es un término que a menudo suele ser interpretado como “vía” o “camino“, aunque más bien podría entenderse como “intuición, sensibilidad, espontaneidad, vida” o de manera más abstracta como “sentido“. El Taoísmo se desarrolló a partir de un sistema filosófico basado en las escrituras de Lao-Tsé, especialmente el “Dào Dé Jing”. Lao-Tsé se supone que vivió durante el siglo VI a. C. y se fecha en ese siglo la redacción del Dào Dé Jing, aunque se especula que es una recopilación hecha por varias personas. Lao-Tsé, también era conocido como Lao Tzu, Lao Zi, Laozi o Laocio (“Viejo Maestro”), aunque su nombre real era Li Er. Es una figura cuya existencia histórica está sujeta a debate y es considerado uno de los filósofos más relevantes de la civilización china. La tradición china establece que vivió en el siglo VI a. C., pero muchos eruditos modernos argumentan que puede haber vivido aproximadamente en el siglo IV a. C., durante el período de las Cien escuelas del pensamiento y los Reinos Combatientes. Se le atribuye haber escrito el Dào Dé Jing o Tao Te Ching, obra esencial del taoísmo. De acuerdo con este libro, Dao o Tao (“el Camino“) puede verse cómo el cambio permanente y como la verdad universal. A pesar de las dudas sobre su existencia y la etapa histórica en la que vivió, se cree que pudo ser contemporáneo de Confucio.
La esencia de la filosofía taoísta se encuentra en el Dào Dé Jing. Los temas del taoísmo como religión se fundaron en el siglo III a. C., pero no se convirtieron en un movimiento religioso organizado hasta el siglo II d.C. El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende ésta literalmente, sino como longevidad en plenitud. De la misma manera, se decía que las personas que vivían en armonía con la naturaleza eran inmortales. Lao-Tsé fue deificado como dios taoísta, un “inmortal“, encabezando un enorme panteón de héroes, generales famosos y sabios, todos los cuales alcanzaron la inmortalidad. Sin embargo, la antigua forma del Taoísmo era la de una corriente filosófica y no una religión, por lo que los antiguos pensadores interpretaban por “inmortalidad” la “autosuperación” del propio ser en comunión con el entorno, lo que implica buscar la superación y el progreso personal y colectivo, en base a la mutación constante que enseña el Tao. Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, budismo y la religión ancestral. La característica más distintiva actual es la adoración de los antepasados, junto con las deidades taoístas, lo que muestra el claro elemento tradicionalista del confucianismo y el culto religioso de las creencias míticas de Asia. Al llegar el budismo a China se produjo una muy interesante interrelación entre el budismo y el taoísmo que dio lugar a la escuela religiosa y filosófica budista Cha’ang (basada en la palabra sánscrita dhyana, que significa meditación), que, al pasar a Japón, originó el Zen. El taoísmo influyó en numerosas áreas del conocimiento como la medicina y ciertas escuelas de meditación, e incluso las artes marciales. Existe un paralelismo en ciertas concepciones del Taoísmo con el Tantra, en especial la visión del mundo como un ecosistema, y la consideración de una vía de iluminación dentro del acto sexual.
El confucianismo es el conjunto de doctrinas morales y religiosas predicadas por Confucio. El nombre en chino de su escuela podría ser traducido por ‘escuela de los letrados’. El confucianismo ha ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón y fue la religión oficial de China hasta el siglo VII. El núcleo de la filosofía confuciana lo componen los Cuatro libros. Su pensamiento se formó durante un largo período que abarca las épocas de las Primaveras y Otoños y de los Reinos Combatientes (siglos VII al III a. C.). Cuando China fue reunificada por Qin Shi Huang (221 a. C.), ya era una doctrina perfectamente formada y definida, con muchos seguidores y una gran bibliografía. Luego de la breve dinastía Qin, su núcleo fundamental se ha mantenido prácticamente intacto. Como para la mayor parte de sus contemporáneos, los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. El mal gobierno contraría el orden natural y viola el mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato. Confucio (‘Maestro Kong’, que vivió entre el 551 a. C. y el 479 a. C.) fue un filósofo chino, creador del confucianismo y una de las figuras más influyentes de la historia china. Las enseñanzas de Confucio han llegado a nuestros días gracias a las Analectas, que contienen algunas de las discusiones que mantuvo con sus discípulos. Su pensamiento fue introducido en Europa por el jesuíta Matteo Ricci, que fue la primera persona en latinizar el nombre. El nombre habitual de Confucio en chino es Kǒngzǐ, literalmente “Maestro Kong“, aunque muchas veces se escribe “Kung Fu Tse“. Una variante de este nombre, poco habitual en la actualidad, esKǒng Fūzǐ, de la que se deriva el nombre tradicional en español a partir de la forma latinizada Confucius.
El Legismo es una escuela filosófica china opuesta al Confucianismo. Sus principales representantes fueron Shan Yang, Han Fei y Xun Kuang, entre el siglo V a.C y el III a.c. Sus teorías representaban los intereses de los terratenientes. Tenían una visión materialista del mundo, plasmada en la frase “El hombre vence al cielo”, con lo que se oponía claramente al confucianismo. También defendían el Gobierno mediante las leyes que se oponía al Gobierno mediante los ritos de los confucianos. El Mohismo o moísmo, escuela filosófica china fundada a finales del siglo V a. C. por Mozi, defensor de una sociedad igualitaria que difundirá el utilitarismo estricto y el amor mutuo entre las personas. Es considerada por sus detractores como una clase de confucianismo degenerado, que junto a las ideas sobre el amor universal pacifista promulga la organización de unidades paramilitares, la denegación de los ritos ancestrales y la dedicación absoluta al bien común.
Una característica única de la cultura china es la relativamente tardía aparición en la literatura de los mitos sobre la Creación, que lo hacen tras la fundación del confucionismo, el taoísmo y las religiones populares. Las historias tienen varias versiones, a veces contradictorias entre sí. Por ejemplo, la creación de los primeros seres es atribuida a Shangdi, Tian (el cielo), Nüwa, Pangu o el Emperador de Jade. Nüwa es un ser (normalmente una mujer) de la mitología china que suele formar parte de los Tres Augustos y Cinco Emperadores. Ateniéndose a las variadas fuentes no se puede precisar su papel exacto: creadora, madre, diosa, esposa, hermana, líder tribal o incluso emperador, aunque la mayoría de las veces se presenta como una mujer que ayuda a los hombres a reproducirse después de una calamidad. Otros estudiosos consideran que nüwa es un título. El historiador Sima Qian, en su clásico Memorias históricas identifica a Nüwa con un hombre apellidado Feng. En todo el Extremo Oriente y Oceanía, existía un dualismo cosmológico oponiéndose dos principios, por una parte la luz, el sol y el fuego, por otra parte la oscuridad, la luna y el agua. Generalmente, un pájaro representaba al primer principio. En China, se trataba de un cuervo. El pájaro solar es uno de los temas privilegiados de la dinastía Shang, la primera dinastía china cuya existencia se certifica por medio de la arqueología. Una serpiente, como un animal acuático, representaba al segundo principio. La madre de Shun, uno de los soberanos míticos de China, pertenecía al clan de la serpiente, y su padre pertenecía al clan del pájaro. Por lo tanto, Shun era resultante de la unión de los dos principios. Este mito ilustra también el totemismo de la antigua sociedad china, según el cual cada clan tenía un animal antepasado, así como la exogamia, que exigía que los esposos fueran provenientes de clanes diferentes.
Xiè era el antepasado de Shang y su madre se llamaba Jiandi. Un día, fue a bañarse con sus sirvientes en el río de la colina oscura. Un pájaro negro (probablemente un cuervo) pasó llevando un huevo multicolor en su pico. Lo dejó caer. Jiandi lo tomó y lo puso en su boca, pero lo tragó por descuido. Tras esto, concibió a Xie. En este relato, se trata de una forma particular de la unión de los dos principios cósmicos, puesto que este mito hace intervenir por una parte al agua y a la oscuridad, y por otra parte un pájaro. Shangdi aparece en la literatura hacia alrededor del 700 a. C. y parece tener los atributos de una persona, pero no se le identifica como creador hasta la dinastía Han. La aparición de Tian, el Cielo, en la literatura presenta el mismo problema que Shangdi, dependiendo también de la fecha del Shujing. El Shujing o Shu-ching (Clásico de la Historia) es uno de los Cinco Clásicos de la antigüedad china. Documentando la historia antigua de China, el Shujing contiene los escritos chinos más viejos de su clase. Consiste de 58 capítulos, 33 de los cuales son generalmente considerados auténticas obras del siglo IV a. C. o anteriores. Los primeros 5 capítulos pretenden preservar los dichos y memorias de las acciones de los emperadores que reinaron durante la legendaria época dorada china; los siguientes 4 son dedicados a la dinastía Xia; los 17 sucesivos tienen que ver con la dinastía Shang y los 32 capítulos finales se tratan de la dinastía occidental Zhou. Las cualidades del Cielo y de Shangdi parecen unirse en la literatura posterior hasta ser adorados como una sola entidad, por ejemplo en el Templo del Cielo de Pekín. La identificación de los límites entre uno y otro, todavía no ha sido resuelta.
Nüwa aparece en torno al año 350 a. C. Su compañero es Fuxi y a veces se los adora como los ancestros últimos de la humanidad. Pangu aparece en la literatura no antes del año 200 de nuestra era. Fue el primer creador. Al comienzo sólo había un caos sin forma del que surgió un huevo. Cuando las fuerzas yin y yang estaban equilibradas, Pangu salió del huevo y tomó la tarea de crear el mundo. Dividió el yin y el yang con su hacha. El yin, pesado, se hundió para formar la tierra, mientras que el Yang se elevó para formar los cielos. Pangu permaneció entre ambos elevando el cielo durante 18.000 años, tras los cuales descansó. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierras fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos. Esta versión de nuestro origen a partir de pulgas puede servir para que bajemos nuestra soberbia de considerarnos seres superiores.
El Emperador de Jade aparece en la literatura después del establecimiento del taoísmo. También se le representa como Yuanshi Tianzun o como Huangtian Shangdi. El sol residía sobre un árbol, llamado Fusang o Kongsang. Por la mañana se levantaba de este árbol para posarse y dormir sobre otro árbol situado al oeste. En la antigüedad, había diez soles. Un día, estos se levantaron al mismo tiempo, infligiendo a los hombres un calor intolerable. El arquero Yi derribó a nueve de ellos con sus flechas, por lo que no permaneció más que uno. Según la mayoría de los textos, el mismo Yao pidió al arquero Yi cortar los soles en vez de derribarlos. Pero esto es el resultado del cruce de las mitologías chinas e indoeuropeas, ya que Yi es un héroe indoeuropeo. Este mito de los soles múltiples existe en otro pueblo del Extremo Oriente, en Siberia, e incluso en algunos relatos Amerindios, prueba de su antigüedad. La mitología china comparte con las tradiciones sumerias, griegas, mayas, judaicas y de otros orígenes el mito del Diluvio Universal o gran inundación. En este caso, Yu el Grande, con la ayuda de Nüwa, construyó los canales que consiguieron controlar la inundación y que permitieron a la gente cultivar sus cosechas. Nüwa selló el cielo cuando este estuvo desgarrado utilizando piedras de siete colores. El parche aplicado a los cielos se convirtió en el arco iris. Se dice que también es quien creó la humanidad.
A Fuxi, hermano o esposo de Nüwa, se le atribuye la invención de la escritura, la pesca y la caza. Shen Nong es considerado el inventor de la agricultura. Yu el Grande, primer emperador de la legendaria dinastía Xia, es quien regula el curso de los ríos para controlar las inundaciones. En algunas versiones es un dragón, Gong Gong, un demonio maligno del agua que destruyó el Monte Buzhou. Pero Zhu Rong, dios del fuego, derrotó a Gong Gong.Pangu separó el cielo de la tierra según una historia sobre la Creación. Chi You fue un dios guerrero que peleó contraHuang Di, el Emperador Amarillo y ancestro de toda la civilización china. Xuan Nu, la Mujer Negra o la Mujer Misteriosa se apareció, según la mitología china, al Emperador Amarillo durante la guerra entre éste y Chi You y le ayudó a vencer. Los tres augustos y los cinco emperadores son los gobernantes mitológicos de China anteriores a la primera dinastía Xia. La tradición china atribuye a estos personajes mitológicos la fundación de la civilización china y la invención de las instituciones sociales, culturales y económicas, como la familia, la agricultura, la escritura, etc. A pesar del carácter legendario de las historias que se cuentan sobre estos personajes, que habrían vivido cientos de años y serían responsables de hechos milagrosos, es posible que en el origen de estas leyendas se encuentren personajes reales, jefes tribales del III milenio a. C. que habrían logrado victorias militares previas a la unificación de la legendaria dinastía Xia. Las fuentes históricas chinas coinciden en el número de tres augustos y cinco emperadores, pero las identidades de éstos varían según las fuentes, existiendo versiones diversas tanto para los augustos como para los emperadores.
Y ahora vamos a entrar en un terreno más prehistórico y enigmático, basado en algunas investigaciones del escritor Erich von Däniken. En 1938, Chi Pu Tei, un profesor de arqueología en la Universidad de Pekín, y sus estudiantes estaban en una expedición para explorar una serie de cuevas en las inaccesibles montañas de Bayan Kara Ula, cerca del Tíbet. Según ellos, las cuevas parecían haber sido talladas artificialmente formando un misterioso sistema de túneles subterráneos. Los exploradores habrían encontrado muchas tumbas con esqueletos de pequeños seres de 1,38 metros de largo enterrados dentro de ellas. Los esqueletos habrían tenido cabezas anormalmente grandes y cuerpos pequeños, delgados y frágiles.
Esto nos recuerda alguna de las imágenes típicas de algunos extraterrestres. Un miembro del equipo sugirió que estos pudieran ser los restos de una especie desconocida de gorila de montaña. También se dice que el catedrático Chi Pu Tei, respondió: “¿Quién alguna vez se enteró de monos enterrándose el uno al otro?“. No había ningún epitafio en las tumbas, pero en cambio, habrían encontrado unos cientos de discos de piedra de 30 cm de ancho, a los que se llamó “Piedras de Dropa“, con agujeros de 20 mm de ancho en sus centros. Sobre las paredes habrían sido descubierto dibujos tallados, que representaban el Sol naciente, la Luna, estrellas, la Tierra, montañas, y misteriosas líneas de puntos que unían la tierra con el cielo. Los discos, y las pinturas rupestres se dice que datarían de aproximadamente hace unos 12.000 años.
Estos platos de granito, de dos centímetros de espesor, presentan en el centro un agujero desde el cual parte en espiral una enigmática escritura a doble surco hasta el borde del plato. Realmente los platillos de Baian Kara Ula recuerdan a nuestros discos musicales microsurco. Durante años trabajaron los especialistas tratando de descifrar el misterio de los platos de granito, hasta que en 1962, el Prof. Tsum Um Nui, de la Academia de Prehistoria de Pekin, logró descifrar una parte importante de la escritura acanalada. Los análisis revelaron importantes cantidades de cobalto. Además, los físicos constataron que las piezas tenían un elevado ritmo vibratorio, lo que hace suponer que en algún momento estuvieron expuestos a altas tensiones eléctricas. Cada disco de piedra, según se informa, habría sido inscrito con dos surcos finos que se mueven en espiral del borde a un agujero en el centro del disco (a diferencia del famoso Disco de Festos).
El disco de Festos (o disco de Phaistos) es un curioso hallazgo arqueológico de finales de la edad de Bronce. Fue descubierto en 1908 por el arqueólogo italiano Luigi Pernier en la excavación de un palacio minoico en Festos (Phaistos), cerca de Hagia Triada, en el sur de Creta. El propósito de uso y el lugar en el que se construyó aún no han sido determinados, lo que ha convertido a este objeto en uno de los más famosos misterios de la arqueología. Actualmente se encuentra en el museo de Heraklion en Creta (Grecia).
La inscripción ha sido realizada mediante la presión de sellos jeroglíficos preformados sobre la arcilla blanda, en una secuencia en espiral hacia el centro del disco. Luego fue cocido a alta temperatura. Algunos arqueólogos suponen que la escritura del disco de Festos es minoica, pero no se trata ni del lineal A ni del lineal B. Aproximadamente 10 signos del disco son similares a signos de la escritura lineal. Por esa razón, otros especialistas le atribuyen un origen no cretense. Por ejemplo, se especula que el disco sería la obra de un pueblo cicládico. La civilización cicládica (también conocida como cultura cicládica o periodo cicládico) es una cultura arqueológica de la Edad del Cobre y del Bronce, ubicada en las Cícladas, en el mar Egeo, abarcando aproximadamente el periodo del 3000 a. C. al 2000 a. C. En mitad del Egeo, entre las Espóradas y Creta, entre la península helénica y Anatolia, se halla el archipiélago de las Cícladas. Estas islas deben el nombre a su disposición aproximadamente circular (kyklos en griego significa círculo) en torno a Delos, la isla sagrada que vio nacer a Apolo. Son Mikonos, Paros, Milo o Milos, Sifnos, Amorgos, Tinos, Serifos y Santorini. En estos islotes del Egeo floreció una civilización anterior en casi 2.000 años a la griega, que dejó tras de sí cientos de figurillas de mármol, la mayoría figuras femeninas.
Se dice que pusieron las “Piedras de Dropa” con otros hallazgos de la expedición y los guardaron en la Universidad de Pekín durante 20 años. Todos los intentos de descifrar los discos fueron inútiles. Los discos fueron examinados por el doctorTsum Um Nui, en Pekín, alrededor de 1958. A diferencia de los demás investigadores, habría logrado concluir que cada surco en realidad consistía en una serie de diminutos jeroglíficos de origen y diseño desconocidos.
Las filas de jeroglíficos eran tan pequeñas que habría sido necesaria una lupa para verlos claramente. Muchos de los jeroglíficos habían sido desgastados por la erosión. Cuando el doctor Tsum habría descifrado supuestamente los símbolos, se habría revelado la historia de un aterrizaje forzoso de la nave espacial Dropa y la matanza de la mayor parte de los sobrevivientes por habitantes del lugar. Según Tsum Um Nui, en una de las líneas de jeroglíficos se leería: “Los Dropa vinieron de las nubes en su nave. Nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cuevas diez veces antes del amanecer hasta que al fin entendieron las señas de los Dropa y se dieron cuenta que venían con intenciones de paz…” Otra sección expresa el pesar de los habitantes de la montaña (tribu de los Ham) debido a que los alienígenas habían estrellado su nave y no podían construir otra para regresar a su planeta.
Los Dropa también conocidos como Dropas, Drok-pa o Dzopa, serían, según ciertos escritores, una supuesta raza de extraterrestres humanoides de baja estatura que habrían aterrizado cerca del Tíbet hace aproximadamente 12.000 años. El Dr. Tsum supuestamente informó de su descubrimiento en 1962. Sin embargo, no habría sido tomado en serio, hasta tal punto que él mismo se habría exiliado a Japón, donde moriría. Se dice que la Academia de Prehistoria de Pekín nunca le habría permitido publicar o hablar de este hallazgo. En línea con estos enigmáticos discos, existe en China una antigua leyenda que habla de la llegada de unos pequeños hombres amarillos de diminutos y débiles cuerpos pero de largas y anchas cabezas procedentes de las nubes, a los que evitaba la gente por su extraña apariencia, y que fueron perseguidos hasta ser masacrados por los “hombres de caballos rápidos“, los mongoles.
Tal como antes hemos indicado, en año 1938 una expedición china a la región montañosa de Bain-Kara-Ula, en los confines de China y Tibet, localizó en unas cuevas sepulturas y restos de esqueletos de seres de pequeño tamaño y poseedores de un gran cráneo. Era el pueblo de kham o pueblo de los dropa, y se escondieron en las cuevas por “diez tiempos“, hasta el creciente del Sol. En 1.947 el aventurero Karyl Robins-Evans, después de haber visto uno de estos discos de piedra que había logrado conseguir un amigo, Sergei Lolladoff, cuando era oficial del Ejército británico en la India, afirmaba haber vivido entre los dropa, acumulando numerosa información sobre sus costumbres, su sistema social y su historia. Una historia que, según él, comenzó con la llegada a la Tierra hace 12.000 años de estos seres a bordo de una nave que se estrelló entre la frontera de China y el Tibet. Todo su trabajo está recopilado en un libro titulado “Los dioses del Sol en el exilio“.
En 1.994 el investigador Peter Krassa localizó parte de los discos en el Museo de Xi’an después de que Ernst Wegerer y su esposa, un matrimonio de vacaciones por China y de visita en el museo de esta ciudad durante 1.974, lograsen fotografiarlos y describirlos con todo tipo de detalles. Peter Krassa, coautor del libro “Satélites de los dioses: Zonas prohibidas en China“, intentó acceder a los discos y a toda la información en el Museo de Xi’an, pero 20 años después de la visita de Ernst Wegerer y su mujer se había perdido toda referencia a la presencia de los discos. Sencillamente habían desaparecido. En 1.995, la agencia de noticias Associated Press en China, comunicaba el descubrimiento de una pequeña tribu aislada hasta entonces del resto del mundo en la provincia de Szechuan, junto a las montañas de Bain-Kara-Ula. Esta comunidad estaba compuesta por unas 120 personas no catalogables en ningún grupo etnológico de la región. La característica que más llamaba la atención era su baja estatura, ya que el individuo más alto no sobrepasaba el metro y quince centímetros. Pero por parte de las autoridades chinas se estableció un completo silencio al respecto y nada más se supo desde entonces de esta tribu y de su paradero.
Durante el 2007, una de las descendientes del Doctor Tsum Um Nui, revelo a la prensa que este había dejado en su casa, aparentemente con la intención de estudiarlos, algunas muestras de uno de los esqueletos hallados. Si bien los primeros análisis no arrojaron resultados concluyentes, estos habrían quedado entre las pertenencias del doctor, esperando a revelar sus secretos en algún momento. Durante Octubre del 2007 se reveló a la prensa la existencia de estas muestras, con lo cual se enviaron para un análisis de ADN. Estos estudios trajeron a la luz más información de la que se esperaba, ya que se descubrió que no solo había descendientes híbridos en un remoto pueblo en China. Los registros —unos 716 discos acanalados más tarde descubiertos en las mismas cuevas— se dice que contarían una asombrosa historia de una sonda espacial enviada por los habitantes de otro planeta. Después del aterrizaje en las montañas Bayan Kara Ula, según dicen las escrituras, las pacíficas intenciones de los extraterrestres confundieron a los miembros de la tribu de los Ham, los habitantes de las cuevas vecinas, que persiguieron y mataron a los extraterrestres. Las fotos muestran que los discos Dropa eran, de hecho, discos Bi, de los cuales miles han sido encontrados por todas partes de China, sobre todo en las provincias del sudeste del país.
Los discos Bi pueden medir desde unas pulgadas a varios pies, y comúnmente son hechos de jade o nefrita, con un pequeño agujero redondo o cuadrado en el centro. La mayor parte de los discos Bi datan del período Neolítico (siglo XXX a. C.), pero han sido encontrados hasta durante el período de la dinastía Shang. Los discos Bi que datan de más allá del período Shang son por lo general más adornados, tallados con dragones, serpientes y a veces peces, y usados en ceremonias rituales. La mayor parte de los discos Bi del Neolítico fueron encontrados en tumbas, enterrados bajo la cabeza o los pies del difunto. Ningún disco Bi contiene escrituras o surcos en espiral como se han descrito en la historia Dropa por autores como Hartwig Hausdorf. Los discos Dropa, como se dice, son sólo de 30 cm de diámetro. Sin embargo, una fotografía en blanco y negro, que según Hausdorf y otros pertenece a un disco Dropa, muestra claramente un disco que descansa sobre un asiento, con varios pies de diámetro, desprovisto de toda marca.
En 1974, Ernst Wegerer, un ingeniero austríaco, fotografió dos discos que coincidían con las descripciones de las Piedras de Dropa. Estaba en un viaje guiado en el Museo de Bampo en Xian, cuando vio los discos de piedra expuestos. Dijo que vio un agujero en el centro de cada disco y jeroglíficos en surcos, en parte desmenuzados, parecidos a una espiral. Wegerer preguntó a los encargados del museo si le podían dar más información sobre las piezas en exhibición. La encargada no sabía nada sobre las piedras; sólo pudo contarle la historia completa de otros artefactos de arcilla. Lo único que sabía era que las piedras fueron “objetos de culto” sin importancia. A Wegerer le habrían permitido tener uno de los discos en su mano. El ingeniero estimó que el disco pesaba 1 kg y medía 30 cm de diámetro. Los jeroglíficos no se apreciaban en sus fotografías porque el flash de la cámara no dejaba ver los detalles finos, como los surcos en espiral. Unos pocos días después de la visita de Wegerer, se dice que la encargada fue despedida de su trabajo sin que se le explicaran las razones. Así, ella y los dos discos habrían desaparecido, según el profesor Wang Zhijun, director del Museo de Bampo, en marzo de 1994. Desde que se descubrió el primer disco, muchos arqueólogos y antropólogos aprendieron más acerca de la solitaria área de Bayan Kara Ula. Mucha de la información que se encontró allí confirmaba la historia descrita en los discos.
Las leyendas, que aún se conservan en el lugar, hablan de pequeños y delgados hombres de tez amarilla que “vinieron de las nubes hace mucho, mucho tiempo“. Estos hombres tenían enormes y protuberantes cabezas, y débiles cuerpos, y eran tan feos y repugnantes que fueron rechazados por todos. “Hombres con rápidos caballos” persiguieron y cazaron a los enanos. Curiosamente, la descripción de los “invasores” concuerda con los esqueletos encontrados en las cuevas por el profesor Chi Pu Tei.
Pero los críticos rechazaron en gran parte la historia de los Dropa. Por ejemplo, el escritor David Richie menciona que estas historias intrigaron a Gordon Chreighton, de la Real Sociedad de Antropología y la Real Sociedad de Geografía. En la investigación, Chreighton consideró que las alegaciones sobre los Dropa “carecían de fundamento”, y detalló sus conclusiones en un artículo para el Flying Saucer Review. Pero los descubrimientos de Baian Kara Ula causaron sensación cuando el filólogo soviético, doctor Viacheslav Saizev publicó textos descifrados de los platos de granito: “hace unos doce mil años, un grupo de seres de procedencia desconocida llegó a parar al tercer planeta, pero su vehículo espacial no tenía energía suficiente para abandonar este mundo extraño”. Según la noticia publicada en Moscú, el informe de los científicos sobre los discos de granito había sido depositado tanto en la Academia de Pekin como en el Archivo Histórico de Taipeh. Desde 1947, cuando el comunismo triunfó en China, los tesoros artísticos están guardados en Taipeh.
Un remoto antepasado de los chinos, el sinantropus, fue descubierto en 1927 en el valle de Chou-K’Ou-Tien, a 40 Km. al suroeste de Pekin. Este sinantropus pekinensis u hombre de Pekin, es, según los antropólogos, semejante al homo heidelbergiensis, si bien, en todo caso, perteneciente a la raza china. El hombre de Pekin vivió a mediados del período pleitoceno, es decir, hace alrededor de 400.000 años. Después de él no se han hallado más vestigios de la prehistoria. Los hallazgos posteriores pueden ser situados entre los siglos XXX y IL a. C. y corresponden a culturas de la Edad de Piedra de la China septentrional, la cultura Yang-Chao en el Huangho. Alrededor del siglo XX a. C, se habría desarrollado la cultura Ma-Chang, la cultura de la cerámica negra, así como la cultura de piedra y de cobre de Ch’eng-Tse-Ai de Chantung hasta comienzos de la Edad de Bronce, con su recargada ornamentación. Entre los siglos XV y XI a.C. se habría desarrollado una escritura bastante perfeccionada de más de 2.000 ideogramas en dibujos y símbolos. Los textos descifrados de esta escritura contenían oráculos.
Los chinos habrían tenido soberanos en todas las épocas, «Hijos del Cielo», encargados de vigilar el curso ordenado de los acontecimientos. En el Imperio del Centro no se ha encontrado nada que pueda dar alas a la fantasía, ni instrumentos primitivos, ni siquiera trazas de pinturas en las cuevas. Hay huesos con inscripciones, pero los más antiguos son posteriores al año 3000 a. C. Solamente un jarrón fue desenterrado en Anyang, cerca de Honan; corresponde aproximadamente al año 2800 a. C. Puede seguirse el rastro de la historia de China sin ningún vacío hasta el emperador Huang Ti, que vivió en el año 2698 a. C. Ya en aquella época se conocía la brújula. Pero naturalmente, el tiempo no puede haber comenzado a transcurrir a partir de Huang Ti. Lo que había antes está en los astros, representado mediante las leyendas de dragones voladores. El dragón ha sido siempre para los chinos el símbolo de la divinidad, de lo inasequible y de la invencible. P’An Ku es, en la leyenda, el creador del universo chino; formó la tierra con bloques de granito que hizo llegar desde el espacio exterior; dividió las aguas y abrió un gigantesco agujero en el firmamento, partiendo el cielo en dos hemisferios, el oriental y el occidental. ¿Se trataba de un soberano venido de otro mundo en una nave espacial? Pero la leyenda no habla de ninguna nave espacial sino solamente de dragones. Sin embargo, se refiere a P’An Ku como al dominador del caos en el universo y el creador del Yin-Yang, la concepción de las fuerzas duales en la naturaleza. Yang representa la fuerza viril y el Cielo, Yin, la hermosura femenina y la Tierra. Todo lo que acontece en el cosmos depende de uno de estos dos polos hondamente arraigados en la cosmología china.
Según la leyenda, cada soberano, «hijo del cielo», habría vivido 18.000 años terrestres, y P’An Ku habría reinado en el cielo durante la astronómica cifra de 2.229.000 años. Es posible que hayan algunos pocos años de diferencia, pero eso no afecta a la cuestión principal. La leyenda de P’An Ku es conocida en toda China y al dios se lo representa de distintas maneras según la región En algunos lugares se lo representa como un ser con dos cuernos en la cabeza y un martillo en la mano derecha (con claras similitudes con los dioses mesopotámicos); en otras aparece como un dragón que somete a los cuatro elementos; en ciertas pinturas aparece con el Sol en una mano y la Luna en la otra y también se lo dibuja labrando paredes de roca en tanto es observado por una serpiente. La leyenda de P’An Ku no es muy antigua, ya que habría sido traída a China por viajeros procedentes del reino indochino de Siam en los alrededores del siglo VI a. C. La mitología china reconoce a Yan Shih Tien-Tsun como el padre de todas las cosas. Es el Ser insondable, el Principio y Fin de todas las cosas, El Inaccesible e Inconcebible. Más tarde, se lo llamará también Yu Ch’Ing, que no debe confundirse con el místico emperador Yu, de quien se cuenta que apaciguó la gran inundación, el Diluvio Universal.
En el “Dictionary of the Chínese Mythology” pueden leerse algunas leyendas fascinantes, como por ejemplo la leyenda de la diosa Chih Nu; patrona de los tejedores. Su padre la dejó al cuidado de su vecino, el guardián del Río de Plata en el cielo (lo que nosotros llamamos la Vía Láctea). Chih Nu fue creciendo y llegó a ser extraordinariamente hermosa. Pasaba días y noches en continuas fiestas. Nunca hubo en el cielo joven más loca y fogosa que Chih Nu. El Rey Sol llegó a hastiarse de tanta fiesta y, después que dio a luz un hijo de su amigo el guardián, ordenó al apasionado amante que se fuera a prestar servicio al otro confín del Río de Plata, donde podría reunirse con la bella Chih Nu sólo una vez al año: la séptima noche del séptimo mes. La leyenda tiene un final feliz para los amantes: millones de pájaros resplandecientes se alinearon formando un puente sin fin a través de la Vía Láctea y, de esta manera, Chih Un y el guardián podían verse cuando querían. Si los refulgentes pájaros hubiesen sido naves espaciales patrullando el cosmos, entonces habría sido perfectamente factible para los amantes reunirse a voluntad. A lo mejor, las interpretaciones modernas de mitos y leyendas tienen su justificación y nos hacen descubrir algo nuevo, ya que no es mucho lo que sabemos.
En distinto museos podemos encontrar jarras de bronce de la época de la dinastía Shang (1766-1122 a. C). Ello nos hace recordar hallazgos al otro lado del Pacífico, bastante más antiguos que las jarras chinas. Se trata de los objetos de cerámica nazca preincaica que son muy parecidos, ya que también muestran líneas geométricas, cuadrados y espirales. También son remarcables las hachas de jade, en que pueden verse grabados los símbolos divinos del dragón con su cola de fuego. El firmamento aparece decorado con esferas, lo que recuerda a las representaciones en los sellos cilíndricos de los asirios. Asimismo podemos observar un objeto en forma de paralelepípedo del año 206 a. C. Aparece una montaña como elemento dominante, pero, sobre ella, hay una gran esfera con una estela de fuego y más arriba, tres esferitas dispuestas geométricamente. La esfera grande, por su tamaño, no guarda ninguna proporción ni con el Sol ni con la Luna ni las estrellas.¿No será la representación de un suceso extraordinario ocurrido en el firmamento? También podemos observar discos de jade con un diámetro no mayor de 17 cm. En el centro presentan un orificio como los discos de gramófono. Los discos están en posición vertical, sujetos a un obelisco de 20 cm. de alto por medio de una espiga. Estos discos son realmente misteriosos, ya que en muchos de ellos pueden observarse ángulos practicados en el borde, similares a los de nuestras ruedas dentadas. ¿Hay alguna relación entre estos discos y los discos de Baian Kara Ula?
Si aquellos discos fueron los modelos para estos discos utilizados en ceremonias, entonces quedaría resuelto el enigma. Tal vez, después del descenso de los astronautas en Baian Kara Ula, los sacerdotes se habrían imaginado que fabricando discos semejantes a los producidos por los extraños visitantes obtendrían el beneplácito de los dioses y, a lo mejor, llegarían a asemejarse un poco a estos seres de inteligencia superior. Y, de esta forma, los discos pueden haber pasado a convertirse en elementos integrantes del culto. El doctor Viacheslav Saizev, que publicó interesantes revelaciones acerca de los platos de granito, encontró en Fergana, en el Usbekistán, en las cercanías de la frontera con China, una interesante pintura en una caverna, en donde puede verse un ser que lleva algo parecido a un casco de astronauta en la cabeza, así como posibles aparatos para la respiración. Pero lo más sorprendente es que en las manos, aisladas por el traje de cosmonauta, sostiene un plato idéntico a los cientos que fueron hallados en Baian Kara Ula. En el “Dictionary of the Chínese Mythology” se explica lo siguiente sobre la leyenda deYuan-Shih Tien-Wang: “Hace muchos, muchísimos años, vivía en las montañas, al borde de los hielos eternos, el anciano Yuan-Shih Tien-Wang. El abuelo narraba historias de los primeros tiempos de una manera tan vivida que todos los que lo escuchaban creían que Yuan-Shih había sido testigo de todos los maravillosos sucesos que contaba. Uno de ellos, Chin Hung, preguntó al anciano dónde había vivido antes de llegar a las montañas. Yuan-Shih levantó en silencio ambos brazos en alto. Entonces Chin Hung quiso saber cómo se había podido orientar en la inmensidad del espacio. Yuan-Shih guardó silencio y en esos instantes llegaron dos dioses con relucientes aprestos y Chin-Hung, que presenció la escena, contaba que uno de los dioses había dicho: — Ven, Yuan-Shih, nos vamos. Partimos de regreso a nuestra patria a través de la oscuridad del cosmos hacia lejanas estrellas”.
La isla de Taiwan, con sus 13 millones de habitantes, se independizó de China en 1949. Aún no se sabe a ciencia cierta de dónde y cuándo llegaron a la isla sus primeros habitantes, los paiwan. De sus descendientes quedan actualmente un cuarto de millón repartidos en siete tribus diferentes en la parte más inaccesible del macizo montañoso central. Las sucesivas olas de inmigrantes chinos los indujeron a retirarse al lugar que hoy ocupan. Hasta la pasada generación, los guerreros paiwan destacaban por su valor en el espeluznante deporte de la caza de cabezas. Hoy en día se limitan a la caza de fieras en su territorio. La tribu ha conservado sus hábitos primitivos y vive según las leyes eternas de la naturaleza. La medición del tiempo, por ejemplo, es tan simple como su manera de vivir: el día comienza con el canto del gallo, su transcurso se mide por la longitud de la sombra proyectada; se reconoce el comienzo del nuevo año por el florecimiento de las hierbas de la montaña, su apogeo se manifiesta en la fructificación y el fin de año, en las primeras nevadas que los aíslan completamente del mundo. Los paiwan han practicado siempre la monogamia. No importa si el varón conquistó a su mujer cortejándola, comprándola o raptándola, lo importante es que será su esposa por toda la vida. El paiwan es adicto al betel como estimulante. Lo preparan a partir del fruto de la palma de betel, que es semejante a la nuez moscada; le añaden cal calcinada y una pulgarada de pimienta de betel. El betel tiene un sabor amargo como la hiel, pero se dice que refresca. La saliva se torna rojiza y los dientes toman un tinte azul oscuro. La sonrisa amistosa de un guerrero paiwan, lejos de infundir confianza, suscita más bien temor. Si no supiésemos que esta gente ya no practica la caza de cabezas uno se alejaría rápidamente.
El Museo de la Provincia de Taipeh posee una extraordinaria colección de entalladuras de madera de los paiwan. Sus esculturas se consideran como las últimas manifestaciones de un arte popular en vías de extinción. Pueden apreciarse en estas colecciones antiquísimos motivos tomados de leyendas y tradiciones y que fueron transmitidos de generación en generación. El que anda a la búsqueda de dioses, aquí los encuentra. En un tablero suspendido, colocado a la manera de escudo a la entrada de una casa pueden verse cuatro círculos concéntricos en que se observan dos figuras suspendidas con los ya clásicos mandiles de los astronautas prehistóricos, como se ven también, por ejemplo, en los monolitos toltecas del Museo de Etnología de Berlín. Ambos seres visten una especie de mono y llevan zapatos. La figura de la izquierda lleva casco y antenas para ondas ultracortas. También puede verse una escultura de madera que representa un extraño ser con órganos sexuales muy desarrollados. La cabeza va protegida por un casco bien ajustado. En el casco está grabado un pequeño triángulo, como una insignia. Y alrededor de la cabeza aparece enrollada una serpiente. En las leyendas de los mayas, se eleva por los aires como un «ser provisto de plumas» y aquí surge una vez más, entre tribus olvidadas de un macizo de Taiwan.¿Por qué pintarían los paiwan sus canoas con representaciones de dioses, igual que los antiguos egipcios? ¿Qué significan las supuestas antenas que llevan los seres? En todo el mundo antiguo nos encontramos con representaciones de serpientes voladoras ¿Por qué las pintaban los paiwan en sus canoas? ¿Por qué tienen las figuras de los dioses sus cabezas o cascos con antenas? ¿Qué representan las ruedas dentadas?
También podemos ver una diosa cuyo rostro está cubierto por una máscara, en que pueden verse unas gafas muy grandes y una serpiente en torno al cuello y la cabeza. Los arqueólogos opinan que todas estas manifestaciones pueden interpretarse como formas de expresión religiosa. Según ellos, las serpientes habrían sido símbolos divinos del temor de dios. ¿Cuando los paiwan decoraban sus canoas con motivos de significado religioso, por qué no escogían más bien peces como modelo, que es un animal mucho más común en la isla que las serpientes? Las tallas en madera son de gran belleza. Todas muestran círculos concéntricos, espirales y siempre la unión de hombre y serpiente, representándose esta última en todos los casos sobre los demás seres y silbando hacia el cielo. A veces las figuras no están de pie sino que aparecen flotando como si no tuviesen peso. Tal vez estas representaciones no sean un simple producto de la inspiración artística. Los antepasados de los paiwan podrían haber visto seres flotando en el espacio y posiblemente estaban narrando este acontecimiento extraordinario a sus descendientes. Los paiwan son, aún en la actualidad, gente primitiva. Pero en sus tallas representan objetos reales de su medio ambiente ligadas a un recuerdo imperecedero. Que los paiwan no son gente que viva de fantasías, lo demuestran sus trabajos artísticos en la actualidad: hombres con uniforme japonés y fusiles, tal como los han visto. Hoy, como en todas las épocas, se han limitado a plasmar lo que han visto en base a una tradición inmemorial.
Un motivo digno de notarse es un ser de tres cabezas que vuela montado en una serpiente. Hemos encontrado este mismo motivo en un manuscrito de seda de la época de la cultura Chou (1122-236 a.C.). En el Museo Histórico de Taipeh pueden verse representaciones de seres mitológicos, mitad hombre, mitad animal, muchos de ellos con cabeza de pájaro y alas. Sorprendentemente son figuras análogas a los seres voladores asirio-babilonios. También pueden observarse muchos sellos de la época Chou; los hay hasta de un centímetro de diámetro y no se descubren motivos decorativos en ninguna parte. Bajo la lupa dan la impresión de ser una extraña red de circuitos integrados. También hay espejos de distintos tamaños, de 7 a 15 cm., grabados con símbolos y escrituras que solo han podido ser descifrados parcialmente.
Una de las inscripciones de la época de la dinastía Chou contiene esta enigmática frase: «Doquiera brillan soles, hay vida». El geólogo Thuinly Lynn habló sobre un descubrimiento desconocido en el mundo occidental. En julio de 1961, el arqueólogo Tchi Pen-Lao, profesor de arqueología en la Universidad de Pekin, descubrió, mientras realizaba excavaciones en el «Valle de las Piedras», un sistema subterráneo de túneles. Al oeste de Yoyang, en las estribaciones de las montañas de Honan, en la orilla meridional del lago Tung-Ting, encontró el arqueólogo, a 32 metros de profundidad, varios caminos de acceso a un laberinto.
Se localizaron algunas vías que, sin lugar a dudas, pasan por debajo del lago. Las paredes de los túneles son lisas y vidriadas. Las paredes de un vestíbulo y el cruce de varias galerías aparecen cubiertos de dibujos: representan animales que huyen todos en una dirección; van conducidos por hombres que portan cerbatanas entre los labios. Sobre los animales que huyen se ve un tipo de plancha volando por el aire y sobre ella hay varios hombres de pie que portan instrumentos semejantes a nuestros fusiles y con los cuales apuntan a los animales. Los tripulantes de la chapa voladora, relata en profesor Tchi-Pen-Lao, llevan chaquetas semejantes a las nuestras y pantalones largos. Según el señor Lynn, es posible que entretanto ya haya quedado establecida la época en que fueron construidos los túneles, pero desgraciadamente las noticias de la China Popular llegan sólo en forma muy intermitente y con demasiado retraso. Este informe de la plancha voladora y de los hombres que apuntan a los animales desde arriba recuerda a algo que está expuesto en el Museo de Paleontología de Moscú. Allí podemos ver expuesto el esqueleto de un bisonte cuyo hueso frontal ha sido limpiamente atravesado por un proyectil. Como sabemos, el bisonte es originario de Siberia. Se calcula que este bisonte vivió en el período neolítico (8000 a 2700 a. C), época durante la cual se fabricaban armas de piedra y el modelo más perfeccionado se supone no pasaba de ser el hacha de piedra. Un golpe de hacha simplemente habría destrozado el cráneo y en ningún caso podría haber formado un agujero.¿Un arma de fuego en pleno período neolítico? Parece imposible. Pero ahí está el trofeo del cazador prehistórico expuesto en Moscú.
La Medicina China es la medicina más importante de las no occidentales, y es la única de las medicinas desarrolladas por países no occidentales que ha conseguido, a lo largo de la historia, enfrentarse a los continuos logros y avances de las técnica médicas occidentales sin perder su prestigio y sin que sus fundamentos, desarrollo y resultados se hayan puesto en duda. Es más, cada vez se considera a la medicina china, con todo el bagaje filosófico y cultural que lleva consigo, el complemento ideal a la medicina occidental. Ya que se podría decir que la medicina china empieza donde acaba la occidental y viceversa.
Como regla general se puede decir que la medicina china considera al cuerpo como un todo, y atribuye la enfermedad al desequilibrio entre los diferentes elementos del mismo, por lo que su tratamiento, más que destinado a la curación de un síntoma concreto, se enfoca al restablecimiento del equilibrio corporal, enfatizando la necesidad de llevar una vida sana, la nutrición, la relajación, los ejercicios respiratorios y otras medidas poco utilizadas en Occidente. La Occidental, por desgracia, cada vez está más acostumbrada a tratar la presentación de un cuadro clínico concreto para hacer volver al cuerpo a su situación anterior, sin preocuparse que esa situación anterior vaya a ser la fuente continua de nuevas enfermedades. El contraste que mejor muestra la diferencia entre ambas medicinas es el que se ha producido en la práctica médica en China, donde las enfermedades agudas son tratadas por medicina occidental, y los procesos crónicos por la tradicional.
La medicina china tiene al menos 3.000 años de historia, ya que en algunos huesos y caparazones de tortuga se han encontrado grabados los nombres de algunas enfermedades, sus síntomas y su tratamiento. En el año 1.000 a. C. ya existía en China un cuerpo de doctores que seguía unos métodos para el tratamiento de las enfermedades. En el siglo V a. C., se escribió el Canon de Medicina Interna, en el que se describían numerosas enfermedades, su diagnóstico y tratamiento.
Durante los siglos siguientes su desarrollo fue rápido, apareciendo numerosos médicos famosos por todo el país. Hay 14 tratados de medicina de esa época que todavía se conservan hoy en día. En el siglo II de nuestra era, el famoso médico Hua Tuo realizaba operaciones abdominales anestesiando a sus pacientes con unos polvos anestésicos cuya composición se desconoce actualmente. En los siglos siguientes se desarrollan dos de las facetas más interesantes de esta ciencia: el diagnóstico por el pulso y la acupuntura. Y a partir del siglo X se sistematiza como una ciencia médica mucho más avanzada que la occidental, hay especialistas en medicina interna, cirujanos, pediatras, ginecólogos, y especialistas en acupuntura y en masaje medicinal.
La medicina china tradicional está basada fundamentalmente en la filosofía taoísta y en sus principios cosmológicos. No mucho se sabe de sus orígenes, pero sí que está fuertemente marcada por tres figuras legendarias, tres emperadores míticos: Fuxi, autor de Yi Ling (Libro de las mutaciones), generalmente considerado el libro chino más antiguo. Shennong, padre de la agricultura y de la fitoterapia. A él se atribuye el primer Tratado de las Materias Medicinales. Huang Di, el Emperador Amarillo, autor de la obra más representativa de la Medicina Tradicional China: las Nei Jing o Neijing Suwen. Las Nei Jing (o Cuestiones básicas de Medicina Interna, o Clásico de la Tradición esotérica del Emperador Amarillo) es una recopilación de escritos médicos, sin un autor único definido, fechada alrededor del año 2600 a.C. y que será referenciado y revisado durante los cuatro milenios siguientes. Los fragmentos más antiguos de las Neijing se remontan a los siglos V a III a.C. y parecen haber sido divididos en dos: El Su Wen (o Cuestiones Simples): Nueve capítulos presentados en forma de discusión dialogada entre el emperador Huang Di y su consejero Qi Bo; El Ling Shu o (o Base Espiritual), también nueve capítulos versados en la práctica. Lejos de estas figuras legendarias, y ya en épocas contemporáneas a los griegos hipocráticos, aparecen textos médicos dentro del Zuo Zhuan (de principios del siglo V a.C.). Durante esta época, los médicos (Yin) constituyen por primera vez una corporación independiente de los sacerdotes y de los magos. El primer personaje histórico citado es Bian Que (430-350 a.C.), que es tal vez un nombre genérico que designa diferentes personajes. A él se atribuye la técnica de tomar el pulso y la autoría del Nan Jing. Zou Yan (305-240 a.C.) introdujo en China la teoría de los cinco elementos, que acabaría impregnando todas las ramas del conocimiento.
Ayurveda, la “ciencia de la vida“, aunque es un sistema curativo natural de la India y su esfera cultural, también ha influido en la medicina china. Este es probablemente el sistema curativo más antiguo del mundo. Sus raíces proceden de la era Védica, hace más de 5.000 años. No es sorprendente que haya sido llamada “La Madre de Todas las Curaciones“. Ayurveda trata solidariamente el cuerpo, mente y espíritu. Está relacionado con una visión yógica profunda de la vida y la conciencia. Dada su antigüedad podemos decir que es un sistema original, del cual se han derivado los sistemas médicos modernos. Ayurveda ha tenido una fuerte influencia a través de la historia en muchos sistemas de medicina, desde la antigua Grecia en el occidente hasta la Medicina China Tradicional en el oriente. Las Hierbas y fórmulas Ayurvédicas aparecen en la Medicina China Tradicional, y también existe una forma Ayurvédica de acupuntura. Ayurveda es el fundamento de la medicina Tibetana, que introduce el Ayurveda junto con el Budismo Indio. La medicina Tibetana consiste predominantemente en Ayurveda con una influencia secundaria de la Medicina China. Existen formas de Ayurveda en el Nepal, Sri Lanka y Birmania, así como en algunas zonas de Thailandia.
Fuente: Old Civilitations