La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell durante el acto político. (Efe)
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ya tiene previsto hasta el más mínimo detalle de sus futuras actuaciones dependiendo del desarrollo del proceso catalán. Los dos últimos escenarios que contempla su hoja de ruta descartan el referéndum independentista del 9 de noviembre por motivos diferentes. Uno de ellos es la imposibilidad de celebrar la consulta porque la situación política o social no lo permita o no haya garantías suficientes; el otro es debido a que la Generalitat esté “política y jurídicamente intervenida por el Estado español”. En ambos, la ANC reserva un papel 'estelar' a la sociedad civil en todos los pueblos, que han de comportarse como auténticos 'guardianes' del referéndum.
Ante estas posibilidades, la ANC ha dispuesto diversas estrategias: si la Generalitat sigue vigente, ha de pedir “el amparo de las instituciones europeas para celebrar el referéndum inmediatamente, decidir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones que adquieran el carácter de plebiscitarias”. Pero advierte que si las circunstancias también hacen esto imposible “y la intervención europea no llega a tiempo”, sería preciso constituir luego la Asamblea de Cargos Electos “como representantes del pueblo catalán para proceder a la declaración de independencia". Esta asamblea también se constituiría en el caso de que la Generalitat sea intervenida por el Estado español.
También asegura que en el caso de intervención del Gobierno autonómico por parte de Madrid, “es muy probable que la conducción de todo el proceso hasta la declaración de independencia recaiga de forma especial en losayuntamientos catalanes y en la sociedad civil organizada”. La articulación del proceso, en este caso, recaería en una Asamblea de Alcaldes, que debería constituirse a partir del 9 de noviembre y ponerse a las órdenes del presidente de la Generalitat
Lo más curioso, sin embargo, es el papel reservado a la “sociedad civil”. En cualquiera de los dos escenarios descritos, “el papel de la sociedad civil será fundamental para conseguir los objetivos finales En cada pueblo y barrio de las ciudades catalanas, sería preciso estructurar ‘organizaciones unitarias’ que, de acuerdo con las instituciones del país, trabajasen en dos líneas prioritarias: mantener la actividad normal de todos y organizar movilizaciones masivas pacíficas, puntuales, ágiles y espectaculares que centre permanentemente la atención de todo el mundo”. En otras palabras, algo así como los guardianes de la revolución que se formaron en determinados regímenes del siglo pasado.
Una agenda muy llena
Desde ahora hasta la celebración de la consulta (o al menos hasta la fecha prevista del 9 de noviembre), los independentistas preparan diversas movilizaciones. Las primeras acciones se enmarcan dentro de la campaña El país de todos y para ello han puesto en marcha un argumentario “contra el miedo y las incertidumbres", además de una campaña internacional en la que se trabaja “para hacer visible la involución democrática del Estado español”. Paralelamente, hay puesto en marcha la campaña por el Sí+Sí, es decir, apoyando la respuesta afirmativa a las dos preguntas del referéndum: si el ciudadano catalán quiere ser un estado y, en caso afirmativo, si quiere ser un estado independiente.
Desde el 1 de julio al 11 de septiembre, la ANC se centrará en la organización de la Diada de Cataluña. Otra etapa va desde el 11 de septiembre hasta el inicio de la campaña oficial, quince días antes de la consulta. “La presión del Estado español para impedir la consulta será máxima en esta etapa”. En ese periodo, la ANC trabajará en una doble dirección: “asegurar la logística necesaria para celebrarla (la consulta) en todos los rincones y generar el clima de defensa de los derechos democráticos frente a los que los niegan”.
La plataforma soberanista también considera imprescindible “diseñar las diferentes medidas de presión democrática a los alcaldes que se muestren reticentes” y subraya que “la ANC ha de ser un sujeto muy activo en el periodo de campaña oficial para la consulta”. Para ello, destaca que “las asambleas territoriales de la ANC han de organizarse para disponer de interventores en todas las mesas y de equipos de apoyo logístico que puedan actuar en cualquier lugar y en cualquier momento”.
Los guardianes de las urnas
¿Para qué? Fácil: “Mientras unos miembros están pendientes exclusivamente del correcto funcionamiento de la jornada electoral en los recintos donde haya las mesas, los otros habrán de velar por asegurar que la jornada se desarrolla con plena normalidad democrática y para documentar gráficamente cualquier incidencia. La comunicación permanente entre los interventores y los equipos exteriores será fundamental”.
Para que todo se desarrolle bien, además, prevé “la creación de una Comisión Electoral Central, 9 regionales y 41 comarcales, de las cuales dependerá la estructura de interventores de mesa”. Y, además, prevé la “creación de un número adecuado de equipos de apoyo logístico, de manera que dispongan de ellos todas las poblaciones de más de 3.000 habitantes”.
Otra cosa es la legitimidad que pueda tener una plataforma cívica cuya representatividad se desconoce porque no se ha presentado nunca a unas elecciones. “Lo lógico es que los interventores de las mesas sean representantes de partidos políticos, porque éstos sí que son legítimos depositarios del poder del pueblo” explica a El Confidencial una fuente de un partido nacionalista. Y fuentes cercanas a la ANC también señalaron a este diario que la descripción de las “organizaciones unitarias” por barrios y pueblos
Fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2014-05-17/la-asamblea-catalana-prepara-guardianes-en-cada-pueblo-para-forzar-la-consulta_131872/
“posiblemente sea un error. Debería haberse explicado de forma diferente”.