Tras 9 años de realizarse rondas de negociaciones entre las administraciones de 12 países, sus sociedades desconocen los acuerdos a los que han llegado. Sólo a través de filtraciones y escuetos informes es como se ha comenzado a desnudar el Acuerdo de Asociación Transpacífico que, a decir de especialistas, es antidemocrático y cupular
Singapur, Indonesia, Brunéi Darussa-lam, Malasia, Perú, Nueva Zelanda, México, Estados Unidos, Australia, Vietnam y Chile han sido las sedes donde mandatarios, ministros y secretarios de Estado se han citado para pactar uno de los acuerdos comerciales “más ambiciosos” en los últimos años, el mismo que sus sociedades desconocen.
En un escueto comunicado, tras la reunión del 10 de diciembre de 2013 en Singapur, los ministros y jefes de delegación de los países involucrados difundían: “Acabamos de terminar una reunión ministerial de 4 días en Singapur, donde hemos hecho un progreso sustancial hacia la conclusión del Acuerdo de Asociación Transpacífico [TPP, por su sigla en inglés].
“En el transcurso de esta reunión, se identificaron posibles ‘zonas de aterrizaje’ para la mayoría de las cuestiones pendientes en el texto. Vamos a seguir trabajando con la flexibilidad para finalizar estas cuestiones de texto, así como las cuestiones de acceso al mercado…”.
Antonio Oropeza, coordinador del libro El Acuerdo de Asociación Transpacífico. ¿Bisagra o confrontación entre el Atlántico y el Pacífico?, indica que desde su inicio, las negociaciones del TPP se han venido celebrando “bajo un estricto control de confidencialidad, el cual no ha permitido que los diferentes actores económicos interesados en el tema puedan conocer con puntualidad sobre las particularidades de la propuesta o del avance de la misma, lo cual ha provocado una serie de especulaciones e inquietudes tanto por su contenido como por las intenciones políticas de Estados Unidos de liderar un esquema de integración en una zona geopolítica que, a partir del éxito de la economía china, ha estado viviendo una profunda transformación política y económica”.
Acuerdo Transpacífico
La ficha informativa Acuerdo de Asociación Transpacífica publicada por la Secretaría de Economía mexicana en junio de 2012 (todavía en la administración de Felipe Calderón Hinojosa) indica que el TPP es “la negociación plurilateral más relevante y ambiciosa a nivel internacional por la cobertura de productos y disciplinas que incluye, así como la importancia económica de los miembros participantes”.
El TPP contempla la creación de un régimen comercial abierto en 22 mesas de trabajo que incluyen los temas de agricultura, propiedad intelectual, telecomunicaciones, servicios, comercio y medio ambiente, entre otros. Los países participantes son Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Estados Unidos, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
A esta negociación se agregó México en 2011. El interés del entonces gobierno de Calderón Hinojosa se dio luego de que la administración estadunidense de Barack Obama se incluyera como uno de los interesados en participar en 2008.
Sus inicios están marcados en 2006, con los pactos entre Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur. Al igual que México, Australia, Perú, Vietnam, Malasia y Canadá se incorporaron después de que lo hiciera Estados Unidos.
El representante en México de la Fundación Friedrich Ebert, Thomas Manz, dice en entrevista con Contralíneaque un proceso de tal magnitud, con tantas mesas de interés, que se lleva a puertas cerradas y no trasciende información a la sociedad, resulta antidemocrático.
Y es que éste es un Acuerdo al que sólo tienen acceso los representantes de los gobiernos negociadores y algunos empresarios, que ocupan el llamado “cuarto de junto”. Ni siquiera el Poder Legislativo tiene información íntegra de los pactos a los que se han llegado.
Thomas Manz comenta que existe un déficit democrático cuando temas de tal trascendencia en negociación no tienen la representación política del Congreso de la Unión.
Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores en el Senado de la República, comenta a Contralínea que desde que México se sumó al proceso de negociación del TPP “los legisladores hemos estado muy atentos a los avances que se han alcanzado en las distintas rondas de negociaciones. Sin embargo, este seguimiento no ha podido darse de manera acuciosa porque el proceso ha estado enmarcado en un ambiente de opacidad.
“Debe reconocerse que la Secretaría de Economía ha estado en contacto permanente con el Senado de la República y que, en su momento, ha remitido los informes correspondientes a las rondas de negociación en las que ha participado México. Sin embargo, estos documentos contienen información sobre los avances del proceso de negociación y no sobre el contenido mismo del Acuerdo” (Contralínea 372).
Las rondas del TPP
A través del sistema de información sobre comercio exterior de la Organización de Estados Americanos (OEA) se informa que los altos mandos de los países que conforman el TPP se han reunido en 19 rondas de negociación.
La más reciente se llevó a cabo en Bandar Seri Begawan, Brunéi Darussalam; posteriormente se realizaron dos encuentros en Singapur, en diciembre de 2013 y en febrero pasado. De los detalles de las negociaciones nada se ha hecho público.
Noam Chomsky, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y activista estadunidense, dijo al periódico en línea HuffPost que el TPP “está diseñado para llevar adelante el proyecto neoliberal, para maximizar las ganancias y la dominación, y para poner a competir entre sí a la gente trabajadora del mundo, para reducir los sueldos e incrementar la inseguridad”.
El intelectual también mencionó la secrecía con la cual se lleva el Acuerdo: “[…] se está manteniendo en secreto. Un secreto a medias, debería decir. No es secreto para los cientos de abogados empresariales y cabilderos que están escribiendo la legislación. Para ellos es perfectamente público. De hecho, ellos lo están escribiendo. Lo están manteniendo secreto de la población”.
Un acuerdo cupular
Este sería el décimo tercer tratado comercial que firma México. Datos de la Secretaría de Economía indican que México tiene firmados 12 tratados de libre comercio con 44 países, 28 acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones y nueve acuerdos de complementación económica y acuerdos de alcance parcial, en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración.
Julio Rodríguez Trigueros, vicepresidente nacional de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), cuestiona la confidencialidad con la que se llevan a cabo las rondas del TPP, pues “el empresariado no está enterado de los alcances de las negociaciones”.
Desde que se negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se instaló un “cuarto de junto” para este tipo de acuerdos, comenta Rodríguez Trigueros, pero éste tiene una representación “cupular” de la iniciativa privada. “En Canacintra estamos tratando de que la información baje a la base de la industria, que no nada más sean cuatro o cinco personas las que tienen acceso a la información”.
Para preparar y consensuar la posición de México en la negociación del TPP se creó la Coalición Empresarial para el TPP, que preside Moisés R Kalach, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, dice un comunicado de prensa fechado el 29 de agosto de 2013.
También se creó el Comité Estratégico para el TPP, encabezado por Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, quien también ha sido consejero de Nacional Financiera, la Fundación Comunitaria de Oaxaca, del Banco Nacional de Comercio Exterior, entre otras.
En este órgano participa el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, presidido por Valentín Diez Morado, consejero de Banamex, Citigroup, Mexichem, Kimberly Clark de México, Grupo México, Desc Corporativo, Zara y Bodegas Vega Sicilia, entre otras.
“No estoy diciendo que los que encabezan el ‘cuarto de junto’ no hayan hecho su labor”, dice Julio Rodríguez Trigueros; sin embargo, el resto del empresariado mexicano está en desventaja al no entender el tema y su trascendencia.
La firma del TLCAN, dice, “le pegó durísimo a la industria mexicana; si se ve la composición de las exportaciones, quien es la joya de la corona [que es el sector automotriz] no responde ni responderá a intereses mexicanos. Las armadoras son todas extranjeras”.
El líder empresarial expone que no es necesario regresar a una economía de sustitución de importaciones, pero sí proteger a la industria nacional. “A la mitad de los países ya los conocemos: ya tenemos tratados con Chile, Perú, Canadá, Estados Unidos, Japón; pero hay otra mitad de países o más que va a ser muy difícil controlar que exporten al amparo de prácticas desleales, como Malasia y Vietnam. La gran problemática es que economías muy dinámicas [como ésas] no se van a tentar el corazón para invadir a México con sus productos”.
Información en secrecía
Contralínea ha documentado que a través del TPP se han llegado a pactar acuerdos que comprometen recursos económicos primordiales para la economía mexicana, como los energéticos y de propiedad intelectual.
Es así como en su afán por integrarse al TPP, el gobierno de Felipe Calderón negoció abrir Petróleos Mexicanos a la inversión privada extranjera y admitir las importaciones de papa fresca de Estados Unidos. Para México, este compromiso “entraña riesgos fitosanitarios que podrían causar pérdidas por contaminación de hasta 100 mil millones de pesos; al tiempo, para los productores estadunidenses representará ganancias por 1 mil 950 millones de pesos anuales” (Contralínea 311).
Otro de los objetivos del TPP es reapropiarse de patentes de viejos medicamentos y ampliar el periodo de los nuevos; pero también patentar métodos quirúrgicos, terapéuticos y hasta de diagnóstico.
Con ello, “un número indeterminado de medicamentos dejaría de producirse en sus versiones genéricas, por lo que sólo estarían disponibles para la población los productos de patente. [En este sentido] el 84.1 por ciento del volumen de medicamentos que actualmente se consumen en México es genérico” (Contralínea 372).
El 13 de noviembre de 2013, a través de su portal de internet Wikileaks, Julian Assange publicó el Capítulo Derechos de Propiedad Intelectual del TPP. Lo calificó como el tratado económico más grande de la historia, que abarca los países que representan más del 40 por ciento del producto interno bruto mundial.
“Desde el inicio de las negociaciones del TPP, el proceso de redacción y negociación de los capítulos del Tratado ha estado envuelto en un nivel sin precedentes de secreto. El acceso a los borradores de los capítulos del TPP está protegido del público en general. Miembros del Congreso de Estados Unidos sólo pueden ver partes seleccionadas de los documentos relacionados con los tratados en condiciones altamente restrictivas y bajo una estricta supervisión. Previamente se ha puesto de manifiesto que sólo tres personas en cada nación incorporada al TPP tienen acceso al texto completo del Acuerdo, mientras que los asesores comerciales de los 600 cabilderos –cuidando los intereses de las grandes corporaciones estadunidenses como Chevron, Halliburton, Monsanto y Walmart– se conceden acceso privilegiado a las secciones importantes del texto del tratado”, reveló Assange.
El hombre, perseguido por las autoridades estadunidenses por revelar informes oficiales de la administración de Barack Obama, afirmó que “el gobierno de Estados Unidos está presionando agresivamente el TPP a través de un proceso legislativo a ‘escondidas’”. El capítulo sobre derechos de propiedad intelectual establece disposiciones para instituir un amplio régimen jurídico y la modificación de leyes vigentes en patentes, derechos de autor, marcas y diseño industrial.
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2014/05/14/tpp-gobiernos-trasnacionales-negocian-espaldas-de-la-sociedad/