Marcela Topor es como la catalanísima Marta Ferrusola, esposa del ex molt honorable Jordi Pujol, pero al revés.
Ni es catalana, ni viene de una familia de rancio abolengo, ni es tradicional, ni la sombra de su marido. Topor, de 38 años, rumana, filóloga, traductora, periodista y presentadora de televisión, es la insospechada primera dama del presidente catalán Carles Puigdemont.
La sucesora de Helena Rakosnik, (la esposa de apellido checo de Artur Mas que dijo que no era «la mujer de nadie») podría resultar una pieza clave en las turbulencias de esa tormenta secesionista que en Cataluña se llama, a secas, ‘el procés’ y de cómo se vende lo que sucede en el extranjero.
Quién se lo iba a decir a Marcela, cuando nació hace cuatro décadas en la Rumanía del dictador Ceaucescu, un infierno en el que pasaba horas perdidas en las colas para conseguir comida, que iba a ocupar un lugar privilegiado en la investidura del nuevo president. ¡Quién se lo iba a decir incluso a su marido la semana pasada! La vida, a veces, tiene estas cosas. La trapisonda política catalana la puso ayer en el centro de todas las miradas, en el palco del Parlamento catalán. Cuando a ‘Puigdi’, como le conocen sus amigos de Gerona, ciudad de la que ha sido alcalde hasta hace unos días, le nombraron el presidente número 130 de Cataluña, ella le plantó un beso en la boca. Él le saca quince años.
Ese camino comenzó hace tiempo. Se conocieron en 1998, durante un viaje de ella a Cataluña como actriz en el Festival Internacional de Teatro Amateur de Gerona. Él devolvió la visita y hace de esto 22 años. En el año 2000 se casaron por el rito católico en Roses (Gerona) y por el ortodoxo en Bucarest y esa relación ha dado de sí dos niñas: Margalida, de ocho años, que tiene mano para la escritura, como sus padres, y María, de seis, aficionada a nadar.
La unión de la pareja fue mucho más allá de las puertas de casa. Marcela, a la que apodan ‘Mars’, es periodista y traductora de inglés y ha vivido una carrera profesional en España de la mano de su marido. Tiene facilidad para los idiomas, aprendió catalán a la perfección y se integró sin problema alguno mientras su esposo escalaba puestos en Convergencia Democrática de Cataluña durante una secuencia inesperada que lo alzó primero a la alcaldía de Gerona y ahora a la presidencia de la Generalitat.
Afición a la brujería
Un aspecto poco conocido de la mujer rumana de Puigdemont es su afición a la brujería. Eso han asegurado sus amigos más cercanos en el diario La Razón: “Es una especie de maga”. Al parecer, su pasión por los viajes y por el movimiento independentista catalán conviven muy de cerca con el mundo de los espíritus, del que la esposa de Puigdemont es una fiel creyente. Y no de ahora, sino desde que era bien pequeña. Topor nació en el seno de una familia humilde, de padre artesano maderero, y fue educada en las tradiciones más puras de su Rumanía natal. De religión ortodoxa, participa activamente de los ritos ancestrales rumanos, con bailes folclóricos, comidas típicas y poderosos amuletos de por medio, como el que llevó Puigdemont en su toma de posesión en la Generalitat de Cataluña: un Gallo de Horezu, una mítica y oscura cerámica de la región de Bucovina que augura buena suerte.
Y es que la pasión por lo espiritual y lo desconocido no es exclusiva de Topor. Su marido la comparte y al parecer desde mucho antes de conocerla: según algunos de sus compañeros de colegio, le gustaba vestirse de nigromante y leer libros de magia. Ahora está casado con una mujer que afirman es “profética” y que “predice el futuro en función de la naturaleza”, tanto que adelantó a sus más allegados que su marido llegaría a lo más alto de la política catalana.
Respecto a su trabajo, en 2004, Topor formó parte del equipo fundador de ‘Catalonia Today’, el medio de comunicación en inglés (digital y en papel) que ideó Puigdemont junto al corresponsal de ‘The Times’ en Barcelona, Stephen Burgen.
También comparten visión política sobre el futuro catalán. En uno de sus artículos en ‘Catalonia Today’ celebra «la resolución de continuar el proceso hacia la creación de un estado en Cataluña», a pesar de «un gobierno español decidido a frustrar las ambiciones de los catalanes». La misión de su medio es difundir su punto de vista sobre la comunidad autónoma para los lectores que hablen inglés, aunque es indudable que tiene peso en la visión del territorio en el extranjero.
Topor también es presentadora de Punt Avui TV en el que conduce un programa para enseñar el idioma (‘La hora del inglés’), y un espacio de entrevistas que, bajo el nombre de Catalan Connections, presenta a extranjeros que viven en la comunidad autónoma. Esa vida está a punto de cambiar.
Ni rastro en internet
De momento, ha borrado y cerrado todas sus cuentas en redes sociales para evitar espinosos reencuentros con el pasado, como el que tuvo su marido con un tuit de 2012 en el que vaticinaba que «los invasores serán expulsados de Cataluña». En su cuenta de Twitter, @mars_girona, no queda ni la foto de perfil, y hay un solo ‘Me Gusta’, una fotografía de una estelada (la bandera independentista) con un mensaje: «Prefiero estar fuera de la UE que pertenecer a España». El tiempo dirá si se cumple el deseo. En todo caso, lo verá de cerca.
http://www.alertadigital.com/2016/01/18/marcela-topor-la-mujer-rumana-del-president-catalan-prefiero-estar-fuera-de-la-ue-que-pertenecer-a-espana/