Tras la revuelta macabea (166-159 a. C.), revuelta que los esenios habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para “preparar el camino del Señor“, bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia.
El Desierto de Qumrán en el Mar Muerto o Mar de la Sal
Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente.
A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar, pues estaban obligados a decir siempre la verdad.
Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua.
Por lo general, las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y los hombres practicaban el celibato toda su vida, aunque según Flavio Josefo, una parte de los esenios sí permitían el matrimonio y entre las normas de Qumrán se reconoce claramente la opción de casarse, pero se exige monogamia estricta para todas las personas, incluso los reyes….
Los esenios administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de Justicia. Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del mar Muerto, actuó hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán Macabeo, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco. La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a. C., durante los reinados de Aristóbulo I y Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores.
El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios, unos 4000, según Flavio Josefo, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina. Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años.
La comunidad de Qumrán se autosostenía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados.
Algunos han supuesto que, como los terapeutas egipcios, dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos, pero no hay absolutamente nada que indique tal cosa en los rollos de Qumrán.
Los Manuscritos del Mar Muerto pueden haber sido escritos, al menos en parte, por un grupo sectario llamada los Esenios, de acuerdo a cerca de 200 restos
Se ha especulado con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relación con ellos o incluso pertenecían al credo:
Parece que Juan el Bautista y tal vez también Jesús y su familia fueron cercanos a esta comunidad. En cualquier caso, en los manuscritos de Qumrán hay múltiples puntos de contacto con el mensaje cristiano. No puede descartarse que Juan el Bautista viviera un tiempo en esta comunidad y haya recibido en ella, en parte, su formación religiosa.
Entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Ernest Renán llegó a escribir que “el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante“.
Quienes niegan la relación entre Jesús y los esenios citan una referencia en el evangelio de Juan 10:22-23, donde habla que Jesús asistió a la Fiesta de la Dedicación (o Jánuca), de la cual se cree que los esenios no participaban, por considerar dicha fiesta ilegal, ya que no era ordenada por la Tanaj. Sin embargo, Jesús estaba en Jerusalén desde dos meses antes, cuando había ido a la Fiesta de las Tiendas (Juan 7:2-10).
Respecto a si Jesús perteneció a la congregación de los esenios o compartió sus puntos de vista, se sabe por los evangelios sinópticos que es posible que Jesús haya celebrado la Pésaj (Pascua judía) en la fecha indicada en el calendario seguido en Qumrán, ya que los mismos indican claramente que la última cena fue una celebración de Pascua (Mateo 26:17-19, Marcos 14:12-16, Lucas 22:7-15) y además que la unción de Betania ocurrió dos días antes de la fiesta de los panes sin levadura y la Pascua (Marcos 14:1-9), mientras que el evangelio de Juan indica que la unción de Betania fue seis días antes de la Pascua (Juan 12:1) y Jesús murió el día anterior a la Pascua oficial (Juan 16:31).
La Biblia, sin embargo, no menciona el término “esenio“; tampoco se ha encontrado una fuente histórica en hebreo o arameo que designe a alguna comunidad o credo con el nombre griego de “esenios“, y los rollos de Qumrán usan designaciones como “comunidad de los santos“, “congregación de los pobres” y “asamblea de los numerosos“.
No se puede decir que Jesús, hizo un día antes la cena de Pesaj, y no puede haber ninguna duda, Jesús era un Maestro de la Torah, de hecho lo nombran en las Escrituras como Rabí, la noche de Pesaj se debe festejar de manera diferente, a como se describe que fue la última cena, Jesús vino para cumplir con las escrituras, y tenía que ser la oveja perfecta para el sacrificio de los pecados de Israel, él tenía que ser sacrificado el mismo día de Pesaj, de otra manera no se cumplen las Escrituras…[1]
La Factoria Historica
[1] En el siglo XIX, los esenios fueron popularizados por los escritos del espiritista Allán Kardec (1804-1869) y la teósofa Madame Blavatsky (1831-1891). Estudios divulgados entre 1995 y 2009, particularmente los relacionados con el profesor Norman Golb (de la Universidad de Chicago) y la Dra. Rachel Elior (de la Universidad Hebrea de Jerusalén), sugieren que los manuscritos del Mar Muerto (o rollos de Qumrán) no fueron escritos por los esenios, sino por sacerdotes saduceos expulsados del templo de Jerusalén.
https://factoriahistorica.wordpress.com/2016/12/26/los-esenios/