Hoy es un día para recordar a nuestros mártires contemporáneos.
Hace algunos años se hizo famosa la teoría de los ‘cristianos anónimos’ que florecía en los años de confusión para confundir más, si esto todavía es posible. Hoy nos atrevemos a hablar de mártires anónimos.
Los mártires de ayer de Sry Lanka y de Nigeria nos recuerdan que la persecución sangrienta y violenta a la fe cristiana sigue y viene de manos islámicas. El cardenal Sarah es el único que habla de la autoría islámica sin tapujos. En este momento tenemos muchos más mártires invisibles e incruentos pero reales.
En todas las esquinas de la cristiandad encontramos fieles católicos que son perseguidos por sus propios pastores, los que los deben proteger, con un ‘odiun fidei’ peor que el de origen islámico. Nos llegan las ridículas imágenes del nuevo arzobispo de Chile negando la comunión a unos fieles que la querían recibir de rodillas.
Es algo totalmente contemplado en las normas litúrgicas y que ha sido la forma ordinaria durante siglos, quizás todos, del cristianismo. Este mismo personaje estaría encantado de bendecir marimonios o concubinatos.
Parece que hay fieles que se resisten a perder la fe, o que se la cambien, que es peor porque caerían en la confusión de creer que son católicos y realmente son otra cosa. Pues la solución en las misas de este genio con ínfulas es o comulgar todos de rodillas o no asistir.
En Chile, y no solo, no se han dado cuenta de que estos obispos son un parte, y no pequeña, del problema y de aquí no puede venir ninguna solución. Pensamos que los fieles encontrarán en Santiago de Chile algún sacerdote con la cabeza en su sitio que cree que la presencia real es lo importante y le importan menos la formas siempre que sean dignas y educadas.
El Papa Francisco se arrodilla sin problema y se inclina con soltura hasta besar el suelo. Lo hemos visto hace muy pocos días en el encuentro con los sudaneses a los que ha besado los pies uno a uno sin sufrir un colapso general, ni de cuerpo ni de espíritu.
Pues en la celebración de la Misa nada de nada. Las cámaras de la televisión vaticana intentan ocultar el hecho, por antiestético o quizás por algo más. Hemos visto al Papa Juan Pablo II celebrar en silla de ruedas y con gran dificultad y, por supuesto, nadie ha considerado una falta de respeto a la Eucaristía, o una falta de fe, la ausencia de la genuflexión.
El poder y no querer es evidentemente un signo buscado que podemos interpretar y es lo que está sucediendo. Todo esto no deja de tener un sospechoso olor azufre incluso en la deslumbrante fiesta de Pascua Florida.
Terribles atentados en Sry Lanka y el Papa Francisco los despide con un comunicado, frio y calculado, en donde evita toda referencia al origen islámico de la masacre. Huele muy mal que las palabras referidas al sangriento atentando a cristianos puedan ser pronunciadas sin dificultad por Obama o Macron, por citar a dos conocidos gobernantes de reconocida fidelidad masónica. Algo raro es que el Papa Francisco se parezca tanto, incluso en las formas, a estos personajes que bien sabemos a dónde van.
Sus amores a la ‘grillina’ Raggi, la alcaldesa de Roma, a la ‘gretina’, la climática niña Thumberg, el Maduro amor venezolano, los cálidos afectos cubanos, los tratos secretos con los Chinos, los mensajitos al encarcelado Lula, el destierro de Baez para dejar tranquilo a Ortega…
Y sus desamores al popupar Salvini, al presidente Trump, al brasil de Balsonaro, a los políticos argentinos contrarios… Todo esto nos indica una dirección muy clara y buscada.
Soros actúa como el presidente mundial de hecho y el Papa Francisco como su capellán en plantilla. Los hechos son estos pero es complicado conocer sus causas que seguro son variadas y complicadas.
Los homófobos tienen un corazón inhumano pero los terroristas son unos pobres despistados, o algo así, de los que no se puede dudar de su buena voluntad, quizás equivocada, pero sin duda buena.
Ahora nos quieren demostrar que la muerte de cristianos está provocada por el cambio climático del que Europa y Estados Unidos son los máximos culpables y nos lo creemos o reventamos.
Trump es malo malísimo y mata niños y hace muros pero de los gobiernos corrompidos que están deshaciendo los países de centro y sud América y provocando la huida masiva de sus ciudadanos, nos callamos.
Maduro es muy bueno aunque de la patada al 25% de los venezolanos y Trump es muy malo porque no los acoge a todos. En Europa somos malos, malísimos, de corazón blindado, porque no admitimos todo que los cae, por tierra, mar y aire, pero los gobiernos corrompidos y asesinos de los países de origen de estas pobres gentes no existen.
Pues todo esto no es muy creíble y se puede fundamentar en una obsesión enfermiza del personaje que debe hacérsela tratar por uno bueno, pero muy bueno, o se debe a unas consignas políticas e ideológicas de clara confesión masónica que buscan la destrucción de todo los que huela a cristiano en el mundo.
En Italia saltan todas las alarmas y se eleva el nivel del seguridad ante el riesgo de atentados. Como una imagen de los tiempos que vivimos, la ciudad eterna está llena de basura. Los turistas y peregrinos se encuentran en medio de montañas de desperdicios con los olorosos efectos del calor.
La Jornada de la juventud de Panamá ha pasado sin pena ni gloria, ya nadie se acuerda, el Papa Francisco regala 6.000 rosarios sobrantes a los jóvenes de Milán. Llevan la fecha de 2019 y conviene hacerlos salir antes de terminar el año. Es una de las ventajas de celebrar las cosas en enero queda tiempo para repartir las sobras.
El partido islámico de Bélgica pide implantar la Sharia y empieza a causar miedo en la población. Lo increíble es que alguien en su sano juicio puede pensar que un musulmán viene a Europa y seguirá siendo musulmán pero vivirá como cristiano. Esto pasa por olvidarnos de las raíces cristianas que han dado origen a la cultura Europea y desconocer profundamente que es el islam.
La aguja masónica de Notre Dame ha caído en el incendio esperemos que sea un signo de que el mal se está destruyendo a sí mismo porque lo lleva en su propia naturaleza. Solo Dios es eterno.
“Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?”
Por SPECOLA | 23 abril, 2019