Un extraño artefacto hallado en una tumba de más de dos milenios de antigüedad en Rusia hace que la teoría de de los viajes en el tiempo gane enteros entre la población
Artefactos que alimenta la idea de los viajes en el tiempo
Parece que ha aparecido un nuevo Oopart, el acrónimo en inglés de out of place artifact (artefacto fuera de lugar en español).
En realidad, se trata de la hebilla de un cinturón, pero no ha faltado quien ha relacionado el extraño diseño de este artefacto hallado en una tumba de 2.137 años de antigüedad con un primitivo iPhone. “Bueno, en realidad creemos que se parece más a Samsung que a un iPhone ... :)” –bromeaba el Siberian Times.
El accesorio de esta mujer de la era Xiongnu fue hallado por los arqueólogos en la denominada «Atlantis rusa» en Tuvá –una de las repúblicas de Rusia–, cuya superficie sumergida en el mar queda al descubierto durante tan solo unas semanas al año.
Junto al “celular” se descubrió el cuerpo de tres mujeres, dos de ellas momificadas, y la de Natasha, tal y como la han bautizado los científicos, con el extraño objeto a la altura de la cintura.
Es por eso por lo que creen que se trata de lo que queda de un elegante cinturón cuya hebilla tenía incrustadas piedras preciosas como turquesas, cornalinas y nácar.
El mismo rotativo recogió, en 2016, otra noticia que insinuaba los viajes en el tiempo.
El diseño del calzado de una momia descubierta en las montañas de Altai, a más de 3 mil metros de altura en Mongolia, parecían sacadas de la factoría de Adidas.
Los investigadores del museo de Khovd, sin embargo, sabían que era una mera “coincidencia” ya que la momia en cuestión tenía más de 1.500 años de antigüedad y, que se sepa, nadie ha viajado en el tiempo…
También hay dudas cuando vemos esta imagen, rodada en 1928. En el film "El circo" de Charles Claplin, una mujer aparece sosteniendo lo que parece un teléfono móvil. Aunque según un columnista del “Washington Post”, la mujer podría estar portando un dispositivo creado por la compañía Siemens en la primera mitad del siglo XX, para mejorar la audición”.
Pese a todo, a muchos les resulta más fácil creer en los viajes en el tiempo.
O, lo que es peor, ¿inmortalizarse en una estatua? Viene al caso por esta estatua griega datada en 100 años A.C. que armó un tremendo revuelo en 2015.
Se trata de una obra denominada «Tumba en Naiskos de mujer en trono con sirviente» que se expone en el Museo J. Paul Getty de California, en Estados Unidos.
En el relieve funerario en mármol un sirviente sujeta en las manos un objeto rectangular que recuerda un ordenador portátil moderno. ¡Hasta son visibles sus puertos USB!
«Cualquier viajero en el tiempo sabría que los portátiles se alimentan de electricidad, mientras que los griegos no tenían tomas de corriente», ironiza la historiadora clásica Dorothy Lobel King.
Lo más probable es que se trate de una pareidolia, es decir, un fenómeno psicológico donde una imagen es percibida de forma errónea como una forma reconocible que nada tiene que ver. Así, según explican en el Museo Paul Getty,
“La representación de un fallecido que estira la mano hacia un objeto que sujeta un sirviente tiene una larga historia en el arte funerario griego y, probablemente, alude a la esperanza de continuar con los placeres terrenales en la vida de ultratumba”
¿No será un portátil?
Periodista y escritor
3 de Octubre de 2019 (16:30 CET)