Manuel Carballal: "Los peores recuerdos son los asesinatos esotéricos en los que me vi involucrado"
Charlamos con el investigador y criminólogo Manuel Carballal sobre sus Cuadernos de Campo, los trabajos en los que está mostrando documentación exclusiva sobre algunos de los misterios más populares.
Manuel Carballal: "Los peores recuerdos son los asesinatos esotéricos en los que me vi involucrado"
El investigador y criminólogo Manuel Carballal no se casa con nadie. Interesado por el mundo del misterio y las anomalías desde bien jovencito, siempre ha perseguido la verdad con el riesgo que eso supone.
Se levanta antes de que salga el sol y, desde ese momento, las horas de su día están dedicadas a escribir, investigar, entrevistar y leer. Odiado y amado a partes iguales, lo cierto es que cuando un misterio se le pone entre ceja y ceja, su empeño no suele acabar hasta que obtiene alguna conclusión al respecto, aunque ésta sea polémica e incluso problemática.
Aunque esté acostumbrado a encontrarse con fraudes y confusiones, no pierde la pasión por la búsqueda y el anhelo de encontrar la prueba que demuestre que un mínimo porcentaje de los fenómenos que investiga guardan con recelo claves que aún se escapan a nuestro entendimiento.
Con más de 30 años persiguiendo como pocos toda clase de enigmas, hace un tiempo decidió publicar por su cuenta la parte más íntima, y quizás más valiosa, de sus trabajos: sus
Cuadernos de Campo (Editorial El Ojo Crítico).
La herramienta en la que analiza al detalle y reflexiona sobre muchos casos populares y desconocidos. OVNI, abducciones, poltergeist, crímenes esotéricos, sectas satánicas y mucho más. Todos los casos con documentos únicos y exclusivos que ven la luz por primera vez para cambiar nuestro modo de entender muchos de estos expedientes. Hemos charlado con él para conocer mejor su trabajo y tomarle el pulso a la investigación y divulgación del mundo del misterio.
Pregunta: ¿Qué valores ensalza y recupera la colección Cuadernos de Campo de El Ojo Crítico?
Respuesta: No soy tan pretencioso como para pretender ensalzar ningún valor. Pero los Cuadernos de Campo son una herramienta circunscrita a esos rara avis que apostamos por la investigación sobre el terreno. Sin intermediarios. Yo –que no soy periodista, sino que vengo del mundo de la criminología– pienso que con el misterio ocurre lo mismo que con los sucesos.
Existen miles de libros, foros, canales de Youtube, podcast, revistas, webs, etc., sobre la historia criminal y las grandes conspiraciones (Alcasser, Madeleine McCaan, 11-S, Asunta Basterra, 11-M, etc.). Pero el 99,9% de sus autores no se han molestado en pisar la escena del crimen, mirar a los ojos a los testigos, examinar la comunicación no verbal de los implicados… Cuando haces eso tienes una percepción más directa, veraz y completa del caso al que te enfrentas.
Siempe he opinado que desde ahí, desde el lugar de los hechos, las cosas son mucho más claras que si te limitas a guglear o consultar Wikipedia. Además atesoras anécdotas mucho más divertidas.
Algunos ejemplos de los cuadernos de campo que Manuel Carballal ha acumulado durante años
P: ¿Cómo y por qué surge la idea de trasladar al gran público la parte más íntima de un investigador?
R: Cuando la llamada Tercera Generación (Bruno Cardeñosa, Javier Sierra, Josep Guijarro, Pedro Canto, Moisés Garrido, etc.) comenzamos a investigar y estudiar anomalías, era casi imposible acceder a la información extranjera. Para aquellos jóvenes estudiantes era inviable pagar las suscripciones a las publicaciones americanas, francesas, británicas, etc.
Ahora el problema es el contrario, la sobresaturación de desinformación. Hay más datos que nunca, pero también más mentiras. Y creo que la experiencia de quienes llevamos más de tres décadas trabajando sobre el terreno puede ser muy útil para diferenciar lo falso de lo real.
Hay más datos que nunca, pero también más mentiras. La experiencia de quienes llevamos décadas investigando puede ser útil para diferenciar lo falso de lo real
P: Hasta el momento, sólo hemos visto una pequeña parte de tus Cuadernos de Campo, pero ¿cuántos puedes acumular y qué secretos guardan?
R: Empecé a investigar a principios de los años ochenta, siendo solo un niño, y no he tirado ni una sola hoja de mis notas, así que imagínate. Son miles de páginas. Además, soy un enfermo del dato. Lo anoto todo. Te podría decir donde estaba cualquier dia de cualquier año en cualquier viaje.
La hora a la que salimos, dónde paramos a echar gasolina, cuánto nos costó, dónde comimos, qué comimos… todo. Hacía mapas de los lugares del fenómeno, recogía muestras botánicas, dibujos de los testigos… mis cuadernos son un collage de información. Así que creo que hay material para varias docenas. Pero cuántos se publicarán, lo decidirán los lectores.
P: ¿Cómo es regresar a casos e investigaciones concretas a través de tus notas?¿Cuál ha sido tu mayor sorpresa o decepción al revisar el pasado?
R: Brutal. Recordar anécdotas como cuando tomamos al asalto la sede de una secta satánica a las 5 de la madrugada, diciendo a nuestros padres que estábamos estudiando en casa de un amigo (en el Cuaderno de Campo nº 2), o quedarte solo en el cementerio esperando a que caiga la noche y los enterradores cierren la verja para intentar cazar al vampiro que describían docenas de testigos (CdC nº 7), es volver a vivivirlas.
Muchas son divertidisimas, pero recordar los errorres de la inexperiencia, como la torpe hipnosis regresiva a Fernando Martinez que “construyó” los falsos recuerdos de su abducción (CdC nº 6), resultan muy turbadoras.
Pero los casos puramente criminales, como los suicidios, asesinatos y homicidios esotéricos de los Cuadernos de Campo nº 4 y 7, en los que me vi involucrado, son los peores recuerdos. Junto con el descubrimiento de las mentiras de quienes fueron grandes referentes del misterio en los 80, 90 o primeros 2000.
Manuel Carballal revisando el caso de Romasanta, el Hombre Lobo de Allariz
Cada caso te obliga a desarrollar la imaginación: desde recurrir a la filología para investigar a un contactado, a usar la pericia caligráfica para estudiar a un hombre lobo
P: Más allá de los casos, datos y documentos inéditos, ¿qué enseñanzas crees que pueden extraerse de los Cuadernos de Campo leyendo entre líneas?
R: Eso es lo más importante, creo yo. La investigación de anomalías no tiene ningún apoyo, subvención o ayuda. En cada caso tienes que desarrollar la imaginación e improvisar sobre la marcha, y creo que esas estrategias que nosotros tuvimos que utilizar en tantos casos, son muy inspiradoras.
Desde recurrir a la filología para investigar a un contactado, a usar la pericia caligráfica para estudiar a un hombre lobo, pasando por “engañar” a uno de los laboratorios químicos más importantes para que analizase los rastros de un aterrizaje OVNI a cambio de publicidad en la revista ENIGMAS, dirigida entonces por el Dr. Fernando Jiménez del Oso, o colarse en el despacho de un General de la Guardia Civil para conseguir los últimos expedientes OVNI originales… Más allá de la anécdota divertida, creo que esas experiencias ilustran la necesidad de improvisar ante cada caso, para llegar a la verdad.
P: Algo en lo que coincidimos muchos es en que eres uno de los mejores investigadores de anomalías de nuestro país. ¿Qué consejos darías a quienes persiguen misterios?
Eso es no es verdad, ni de lejos. Pero precisamente por si mi experiencia podía servirle a alguien nació la colección Cuadernos de Campo. Yo no soy nadie para dar consejos, pero mis diarios de investigación, mis memorias del misterio, están repletas de casos, personajes y situaciones que, creo realmente, dibujan la realidad del mundo del misterio en España en los últimos 35 años. Mis errores de juventud: no aprender más idiomas, ser demasiado crédulo, limitar mi formación científica, la mitomanía, etc., creo que pueden ilustrar sobre lo que no se debe hacer si quieres investigar el mundo más enriquecedor, fascinante, instructivo e interesante al que podemos enfrentarnos: eso que llamamos misterio. No repetir mis errores creo que es el mejor consejo que puedo dar. Te ahorrás mucho tiempo, dinero y disgustos.
P: Muchos de los casos que aparecen en tus Cuadernos de Campo, por A o por B, han sido previamente divulgados durante años. Sin embargo, la consulta de tus libros siempre suele arrojarnos otra perspectiva. ¿Qué sucede ahí? ¿Por qué en unos medios se vende la historia que no es?
Son las reglas del juego. A la inmensa mayoría de los aficionados al misterio les gusta soñar. Prefieren los casos no explicados –que son la minoría– a los explicables. Es lógico. Pero es que además la inmensa mayoría de los divulgadores no han investigado nada nunca. En los 80 y 90 la mayoría hacía libros y artículos que eran refritos –o directos plagios– de refritos anteriores.
Pero con Internet el copiar y pegar se hizo más facil. Y el 99% de los vídeos de YouTube o podcast actuales jamás han resuelto un solo enigma y ni siquiera han pisado la escena del misterio. Es como los periodistas de crónica negra, que se limitan a tirar de El Caso o de Wikipedia y Google, pero jamás han pisado el escenario de un crimen, han interrogado a un sospechoso o han presenciado una autopsia.
Siguen generando contenidos que el consumidor de sucesos paga, pero cualquier policía o investigador que ha trabajado sobre el terreno sabe que el 90% de lo que cuentan es falso.
El hombre-lobo de Allariz no era un loco; la vampira de Barcelona nunca fue una vampira, y el asesino en serie Florencio Fernández ¡ni siquiera existió!. Por mucho que lo citen en miles de páginas de criminología y hasta tenga entrada propia en Wikipedia. Todo mentiras. Pero mentiras que fascinan.
Estamos en la era de los divulgadores. El problema es que ya casi nadie investiga. Los pocos que aún quedamos somos una especie en extinción
P: ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? ¿Qué sensaciones y comparaciones estableces al viajar a tus primeras investigaciones y observar el mundo del misterio con los ojos de hoy?
No. Me niego a resignarme. He discutido esto con muchos colegas y no lo acepto. Creo que hoy sabemos más que nunca sobre lo auténtico y falso de estos temas. Tenemos acceso a más bibliografía, archivos y casuística que antes. El problema es que ya casi nadie investiga. Estamos en la era de los divulgadores. Y los pocos que aún se patean los lugares –apenas quedamos media docena– somos una especie en extinción.
Sin embargo en ámbitos como la ufología, por ejemplo, están surgiendo nuevas perspectivas, ideas innovadoras, hipótesis revolucionarias, como las de Pedrero, Caravaca, Acevedo-Berlanda, etc. En el ámbito de la parapsicología se están haciendo progresos asombrosos. Y lo mismo ocurre con la criptozoología, los misterios del pasado, etc… El problema es que a medida que descubrimos nuevas evidencias, nos alejamos de los tópicos y la ideas tradicionales.
Y para los nostálgicos de Ica, el Triángulo de las Bermudas o los aliens ancestrales, el nuevo panorama del misterio resulta insoportable. Lo mismo que ocurrió cuando descubrimos que el sol no rotaba en torno a la tierra, o que el hombre no había sido hecho a imagen de Dios, sino que venimos del mono. Si buscas la Verdad, corres el riesgo de encontrarla…
Periodista
30 de Marzo de 2021 (10:12 CET)
https://www.espaciomisterio.com/misterios/entrevista-manuel-carballal-asesinatos-esotericos_53482