25 ANIVERSARIO DE MIGUEL ÁNGEL BLANCO
ACTUALIZADO: 09/07/2022 06:46
Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior cuando en 1997 ETA secuestra y asesina al concejal del PP en Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco, recibe a OKDIARIO cuando se cumplen 25 años del crimen que hizo despertar las conciencias de millones de españoles ante la barbarie terrorista y muestra su convencimiento de que, si Pedro Sánchez se perpetúa en el Palacio de la Moncloa, ETA acabará gobernando el País Vasco.
PREGUNTA.- ¿Cómo recuerda aquellos días de 1997 cuando ETA secuestra y asesina a Miguel Ángel Blanco?
Respuesta.- Los recuerdo como de los más emocionantes de mi vida, en el sentido de que pasamos de la felicidad y el éxito a la tristeza y el fracaso. El 1 de julio celebrábamos la liberación de José Antonio Ortega Lara por parte de la Guardia Civil y fueron momentos de entusiasmo. El 12 de julio asesinaban a Miguel Ángel Blanco. Fue un asesinato a cámara lenta desde la crueldad de la venganza por el éxito que había significado para España, para la Guardia Civil, para el Estado de Derecho, la liberación de Ortega Lara.
Gigantescas Manifestaciones en toda España contra ETA por el asesinato de Miguel Angel Blanco
P.- ¿Siempre supo que iba a ser asesinado?
R.- Nunca puedes tener la seguridad, pero yo siempre creí que iba a ser asesinado. Yo siempre creo saber que es una venganza que va a acabar con el asesinato de Miguel Ángel. Hacemos durante 48 horas lo que podemos pero era buscar una aguja en un pajar. Era casi imposible. Y yo no creí nunca que pudiéramos ceder a dialogar con los secuestradores y tener una conversación sobre lo que aparentemente nos pedían, que no era así. Era simplemente una formalidad, nos dieron 48 horas pero no había otra. Iban a matarle.
P.- ¿Qué tuvo de particular este secuestro y asesinato para producir la conmoción y el revulsivo social que supuso frente al terrorismo de ETA?
R.- Fue la gota que colmó el vaso. Y esa gota, en mi opinión, fue la crueldad del asesinato. Eso fue lo que hizo rebasar la paciencia y que hubiese un «¡basta ya!» y que muchos jóvenes españoles del País Vasco y de fuera del País Vasco organizaran esas vigilias, esas manos blancas y esas manifestaciones.
P.- ETA exigía para la liberación de Miguel Ángel Blanco el acercamiento de presos y el Gobierno nunca se planteó ceder a ese chantaje, ¿cómo ha vivido usted que años después no sólo se haya acercado a presos sino que se les haya ido sacando de las cárceles y que se haya transferido la competencia de prisiones al Gobierno Vasco?
R.- Cuando en el año 2001 quisimos, tanto Nicolás Redondo como yo, hacer una alternativa al Gobierno del nacionalismo, al no conseguirlo, es evidente que ya sabíamos que sería una etapa difícil. Cuando en 2004 hubo un atentado terrorista que cambió el rumbo de España, el 11M, a partir de ese momento, se inicia un proceso y España es gobernada por un proceso en el que el protagonista es ETA.
Es decir, España ha pasado a tener a ETA como una organización terrorista a que cogobierne un proceso con el Gobierno de España. A partir de ese momento, cuando nos gobierna ese proceso con ETA a la cabeza, es evidente que todo lo que sucede está en la lógica macabra del proceso que nos gobierna. A mí no me ha extrañado la transferencia de la política penitenciaria porque está al servicio de ese proceso. Lo grave, lo dramático, es que eso ha sido escondido, ha sido opaco. El mal llamado proceso de paz en el que ETA cogobierna España en el día de hoy.
P.- ¿Qué hubiera ocurrido si en ese momento el Gobierno hubiera accedido al chantaje de ETA?
R.- Yo en aquel momento no tuve ninguna duda. Sí que sufrí porque sabía que iban a matarle, pero no había opción. En aquel momento no podíamos aceptar. Es lo que ellos querían, que era simplemente que pareciese que el Gobierno cambiaba de política y accedía a la negociación con los terroristas. El PNV se empeñó en presionar para que cambiáramos de política, pero no se nos ocurrió nunca.
En ningún momento. Sí es cierto que en el ámbito personal cuando te quedas solo en un despacho tienes sensación de agobio y angustia. Pero en lo político no hubo ninguna duda, no se podía negociar. Tanto yo como el presidente del Gobierno, José María Aznar, no tuvimos ninguna vacilación en eso.
P.- ETA ya no asesina como hizo con Miguel Ángel Blanco pero, ¿está ETA realmente acabada?
R.- ETA está cogobernando España. Si Sánchez se mantiene en el Gobierno, ETA gobernará el País Vasco. ¿Cómo vamos a pensar que está derrotada? Lo que pasa es que es más cómodo aceptar la mentira. Mejor dicho, es más duro aceptar la verdad que reconocer la mentira en la que vivimos. Nosotros no hemos derrotado a ETA. Zapatero pactó con ETA un mal llamado proceso de paz, fruto del cual hoy ETA ayuda decisivamente en la gobernación de España en cuestiones de ámbito económico, presupuestario y legislativo.
Además, ETA ha ganado la batalla cultural en el País Vasco y está a punto de hacer que el PNV abandone el poder en el País Vasco si antes no quiebra el frente popular de Sánchez en España. Por eso es tan importante su derrota. Reconozco que cuando dicen que hemos derrotado a ETA no entiendo por qué lo dicen si nos está ganando. Otra cosa es que yo creo que no van a ganar al final porque eso sería el final de España y yo creo que no va a haber final de España. Pero hay que reconocer que están ganando la batalla.
P.- ¿Bildu debería ser ilegalizado?
R.- Bildu no existe, sólo ha existido ETA. Batasuna tampoco ha existido nunca, el único proyecto que ha existido es ETA. ETA ha sido determinante cuando ha matado. Y está siendo determinante cuando ha dejado de matar. Lo demás son siglas que esconden la naturaleza y la realidad del proyecto que tenemos delante de nosotros.
P.- ¿Considera que Feijóo, si previsiblemente llega a presidente del Gobierno de España, debería desde esa posición promover la ilegalización de Bildu?
R.- Bueno ya lo hicimos, Bildu se ilegalizó por la Justicia y a partir de ese momento se pusieron en marcha todos los mecanismos para que el Tribunal Constitucional desautorizara al Tribunal Supremo para que en los estamentos europeos se aceptase sustancialmente aquel cambio. Hoy por hoy no lo concibo, no creo que nadie se atreva a proceder otra vez a la ilegalización de Bildu.
P.- ¿Pero cree que deberían atreverse?
R.- Claro que se debería pero está fuera de radar.
P.- ¿Por qué?
R.- Porque, por ejemplo, primero hay que existir políticamente en el País Vasco y no existimos con entidad. Hicimos una alternativa política en el País Vasco y entre el PSOE y nosotros obteníamos 62 escaños. Ibarretxe tuvo 33 en el año 2001, pero hoy sólo compiten ETA y el PNV. Hasta que no existamos, ¿con qué fuerza moral vamos a pedir una medida judicial?
P.- Pero si Feijóo llega al Gobierno de España, desde esa posición podría promoverlo, ¿no? Basándose en la sentencia del Tribunal Constitucional que legalizó a Bildu, que dice que determinadas conductas y actos podrían conllevar su ilegalización a posteriori.
R.- Yo creo que en estas cosas hay que ir paso a paso. Primero hay que existir políticamente en el País Vasco. Hoy sólo existen ETA y el PNV. Sólo podrá haber alguna posibilidad de hacer un planteamiento jurídico y legal en la medida que exista la ayuda de España en el País Vasco, que hoy no existe. Los socialistas están al servicio de ETA y lo demás hoy no tiene entidad. No hay masa crítica. El primer paso es ese.
P.- ¿Cómo se puede construir ese proceso en el País Vasco?
R.- Diciendo la verdad. Es decir, en el País Vasco y en Navarra el riesgo es que gane ETA. Entonces hay que hacer una fórmula. Hay que encontrar una fórmula de unidad de muchos partidos. Que digan estamos para que no gane las elecciones siguientes. Nosotros buscamos la derrota de ETA porque es el proyecto más perturbador, más letal que puede haber.
P.- ¿Qué supondría para el País Vasco y para España que Arnaldo Otegi llegara a lehendakari?
R.- Significaría un avance en la ruptura de España. ¿Quién va a administrar una España en la que gobierna Otegi y ERC en Cataluña? Si en el País Vasco y Cataluña ganan los extremos independentistas, nacionalistas, separatistas de extrema izquierda, ¿cómo se va a gobernar España? Será una situación extraordinariamente difícil.
Casi de imposible gestión. Por eso hay que conseguir pronto derrotar al Frente Popular que encarna Sánchez en España. Es el primer paso. Luego existir políticamente en el País Vasco con una opción que defienda a España y, a partir de ese momento, ya se verán los pasos sucesivos. Pero en la política el orden de los factores es fundamental.
Es decir, si nosotros en el año 1996 cuando llegamos al Gobierno hubiéramos promovido la ilegalización de Batasuna, en aquel momento nos hubiésemos equivocado. Sólo pudieron hacerlo las instancias judiciales cuando antes hubo una reacción social en julio de 1997. Los acontecimientos que hoy estamos conmemorando. Aquello preparó el camino para que la Justicia impartiera realmente justicia e ilegalizara Batasuna.
P.- ¿Qué queda del espíritu de Ermua que nació en aquellos días?
R.- Está muerto porque fue asesinado. Zapatero lo asesina cuando hace el mal llamado proceso de paz. El espíritu de Ermua, el «¡basta ya!», el Foro de Ermua. Todo eso se asesina. De ahí no queda más que un recuerdo de muchos hombres y mujeres muy generosos en la defensa de aquellas ideas. Las nuevas generaciones tienen que recuperar ese espíritu. Es una necesidad.
P.- ¿Qué papel cree que ha tenido el PNV a lo largo de la historia en la evolución de ETA? ¿Y en cómo están las cosas ahora en el País Vasco?
R.- El PNV tuvo vértigo en aquellos días de 1997 porque, por un lado, vio la crueldad de ETA y vio cómo mataban a Miguel Ángel Blanco. Se sumó a aquellas grandes concentraciones y manifestaciones pero reflexionó y se dio cuenta de que lo que tenía que hacer era abrazar a ETA como hizo en el acuerdo de Estella de septiembre de 1998, porque creía que el final de ETA en esas condiciones era el final del nacionalismo. Le dio pánico.
Y al final, como ellos decían siempre, no podemos poner vallas al campo. Es decir, no podemos enfrentarnos en el fondo a los que compartían con ellos los mismos objetivos de un movimiento de liberación de una nueva nación vasca. El PNV ha estado y no ha estado. El PNV ha estado en la ambigüedad. Al PNV le ha molestado cuando el Estado de Derecho se ha fortalecido.
P- Si el PNV hubiera actuado distinto, ¿a lo mejor la historia de ETA hubiese sido diferente?
R.- La evolución, seguro. Porque la tragedia que tuvimos hasta que no aprendimos la lección fue que nadie hizo un esfuerzo de aislamiento político y social de los que mataban. Y lejos de hacer eso algunos echaron capotes. Les combatían a veces pero en los días alternos les echaban un capote poniendo chinitas en el funcionamiento del Estado de Derecho.
Ese es su papel. El sí pero no. Esa es la realidad desde el punto de vista objetivo. No es una cuestión en el que me impulsan ni el rencor ni la rabia. Fue un papel que fundamentalmente fue útil para ETA en la medida en que no era un aislamiento político y social y sólo querían que negociáramos con ETA.
P.- Hay muchos jóvenes hoy en día que desconocen quién fue Miguel Ángel Blanco. ¿Le preocupa el borrado de la historia del terrorismo en España?
R.- Me preocupa siempre la ignorancia de la geografía y de la historia. Me produce una enorme tristeza que no tengamos ni siquiera una memoria de una historia muy inmediata. Que incluso algunos hemos vivido. Pero hay que reconocer que hay una crisis de la historia y por eso hay leyes como la memoria histórica, la memoria democrática. Que lejos de fortalecer la historia la estrangulan, la deforman y la utilizan, que es lo contrario a lo que hay que hacer con la historia. La historia es para aprender. Hay que saber lo que ha sucedido, hay que entenderlo correctamente.
P.- No es sólo que no se cuente la realidad de ETA sino que además lo que se cuenta está manipulado ¿no?
R.- Pero es que la mentira ha ganado sobre la verdad. Eso es lo que ha sucedido de verdad. Cuando a ti te dicen que hemos derrotado a ETA, te están diciendo una mentira. Cuando esconden que ha habido un proceso. Están escondiendo la verdad cuando poco a poco se atreven a decirlo. ¿Pero realmente sabes que hemos vivido un proceso de negociación, de resolución de conflictos al estilo de Colombia o al estilo del Ulster? En la mentira se ha hecho proyecto.
Eso es lo que ha sucedido. Entonces, no sólo hay un desconocimiento de la historia, ha habido una prevalencia de una mentira sobre la verdad en la que ha habido mucho silencio. Hay mucha gente que ha preferido sumarse a la mentira porque era más cómoda. Es más cómodo decir que hemos derrotado a ETA que decir que no, que tu Gobierno ha pactado con ETA.
P.- 25 años después del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, ¿cree que se ha pisoteado su memoria?
R.- Fundamentalmente se ha perdido la memoria. Se ha despreciado la memoria. Se han despreciado muchas cosas importantes. Sobre todo hay una cosa que es lo que más me duele, que es que no hemos sido tenaces y perseverantes. Confirmando que ese es uno de los problemas más graves que tenemos los españoles. Nosotros en un momento determinado acertamos combatiendo a ETA después de haber cometido errores, de tener indecisiones, vacilaciones. Pero hay un momento en el que los hechos confirman una política que era la correcta, que era la acertada, que era la que era envidiada por países como Gran Bretaña.
Que tenían procesos de paz como solución. Envidiaban lo que estaba consiguiendo España y los españoles. ¿Por qué hemos sido tan poco tenaces, por qué de pronto hemos pasado de la firmeza del Estado de Derecho, del no diálogo y negociación con los terroristas a hacer de la negociación colectiva la principal fuente de solución de un problema?
P.- ¿Y por qué cree que se hizo así?
R.- Porque somos poco tenaces y porque ya estaban haciendo méritos para que ETA fuesen unos aliados, a veces potenciales y a veces reales de las izquierdas en España. En un momento determinado, cuando están firmando el Pacto de las Libertades contra el Terrorismo y al mismo tiempo están ya ensayando lo que es un proceso de diálogo y negociación, ellos creyeron que ya había que negociar con ETA.
No fueron tenaces ni perseverantes en la política que nos habíamos dado entre todos, con ellos también porque los socialistas aportaron cosas buenas en la lucha policial contra ETA. Por fin se supo cómo se derrotaba a ETA y lo inconcebible es que no fuésemos tenaces y perseverantes. Se hizo lo contrario.
P.- De esta forma ¿se hubiera derrotado a ETA también políticamente?
R.- ETA no es sólo una organización terrorista, es un proyecto político que busca la ruptura con España y con los fundamentos cristianos de nuestra sociedad. La Policía y la Guardia Civil han sido muy eficaces. Incluso puedo atreverme a decir que en cuanto a la organización fueron capaces de derrotarla. Sin duda. Pero ETA no es sólo una organización terrorista. Es un proyecto de vascos de mi generación que perdieron esencialmente su conciencia individual. El País Vasco no tiene un problema de conciencia nacional.
Es una pérdida de conciencias individuales de una generación que dejan de creer. No creían en nada más que en la religión nacionalista. Sustituyeron la religión, la que había caracterizado a los vascos durante mucho tiempo. Aquí la religión fue desplazada por otra. Y esa otra religión les hizo perder los límites. El fin justificaba los medios.
Se podía asesinar al disidente si no coincidía con tus objetivos de avanzar en la consolidación de una nación. Es un problema cultural de conciencias individuales, de crisis de conciencias individuales, más que de una crisis de conciencia nacional que de pronto los vascos decidiéramos que queríamos ser independentistas.
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