Los científicos que están analizando “antiguos yacimientos de arte rupestre” en torno a la ciudad de Glasgow en la costa oeste de Escocia han concluido que el hombre prehistórico muy probablemente habría vivido “en un anillo” de asentamientos ubicados alrededor de la zona ocupada actualmente por la ciudad.
El oeste de Escocia ofrecía a los pueblos prehistóricos tierras muy fértiles y acceso a rutas costeras y fluviales con abundante pesca.
Como tal, la vega del río Clyde estuvo habitada desde por lo menos el 3000 a. C., según un artículo publicado recientemente en
The Scotsman.
Al destruirse la mayor parte de objetos y asentamientos neolíticos con la creación y la expansión de la ciudad de Glasgow, los arqueólogos consideran que la actual urbanización residencial de Faifley, situada en la zona norte de Clydebank, West Dunbartonshire, sería el Santo Grial del arte neolítico escocés.
La urbanización residencial de Faifley en Clydebank, Escocia (
CC BY-SA 2.0)
Un parque situado en los límites de Faifley alberga 14 ejemplos de antiguo arte rupestre datados en un antigüedad de por lo menos 5.000 años.
Las huellas del pasado revelan un “tentador rastro de evidencias de cómo el país fue poblado en el pasado remoto,” según apunta la Dra. Tertia Barnett, principal investigadora del Scotland’s Rock Art Project (“Proyecto Arte Rupestre de Escocia”). Barnett explicaba en declaraciones recogidas por The Scotsman:
“Es probable que el Clyde fuese una importante arteria, conectando diferentes áreas con el mar y las islas. La gente habría viajado por el agua en lugar de por el boscoso interior del país, y por lo general se concentraba en las regiones costeras.”
Antiguos susurros de artistas neolíticos
El más famoso hallazgo neolítico realizado en Faifley es, sin lugar a dudas, la
Piedra de Cochno, descrita en el año 2016 por un investigador de la
Universidad de Glasgow como “El más importante panel de arte rupestre neolítico de cazoleta y anillos de Europa.”
Situado junto a la granja de Cochno, Auchnacraig, Faifley, esta enorme ‘roca marcada con cazoletas y anillos’ de la Edad del Bronce mide la friolera de 13 metros (42 pies) por 7,9 metros (26 pies), y presenta cerca de 90 símbolos individuales grabados sobre su superficie.
La Piedra de Cochno fue excavada por primera vez en 1887 por el Reverendo James Harvey, y excavada de nuevo y enterrada en la década de 1960 para protegerla del vandalismo.
Fue excavada por última vez en los años 2015 y 2016 por el Dr. Kenneth Brophy, profesor adjunto de Arqueología en la Universidad de Glasgow, y según
un artículo de Live Science publicado el año pasado, las excavaciones de los años 60 revelaron “Graffitis de los siglos XIX y XX grabados junto a las espirales, así como líneas pintadas trazadas intencionadamente por un arqueólogo llamado Ludovic Maclellan Mann, quien trabajó en el lugar en el año 1937.”
Piedra de Cochno, Faifley. Algunos investigadores han argumentado que la Piedra de Cochno es algún tipo de calendario o mapa que revelaría la ubicación de otros asentamientos del valle del Clyde. Fuente: Historic Environment Scotland
Por lo general se entiende que Mann pintó líneas blancas intencionadamente en las ranuras de los símbolos grabados sobre la Piedra de Cochno para medir con mayor facilidad esta obra de arte prehistórico, aunque según afirma el arqueólogo Kenny Brophy en
un vídeo difundido por la universidad, Mann estaba también “intentando demostrar que aquellos símbolos podían predecir los eclipses y marcaban los movimientos del sol y de la luna en la prehistoria.”
Mann intentó crear una “cuadrícula matemática para demostrar sus ideas” e irónicamente, añade Brophy, “los propios datos de Mann acabaron por refutar la teoría del arqueólogo,” y “de hecho nunca cuadraron” de todos modos.
La piedra de Cochno fue excavada en los años 2015 y 2016 para a continuación ser enterrada de nuevo a fin de protegerla contra eventuales daños. Imagen: John Devlin/TSPL.
Una red de arte rupestre
La Piedra de Cochno es solo 1 de los 30 yacimientos de arte rupestre hallados en West Dunbartonshire, habiéndose observado 36 en Inverclyde, y la Dra. Barnett comentaba al respecto que “El análisis del estilo de los grabados encontrados en diferentes áreas geográficas también podría ayudar a determinar la importancia de los yacimientos, y si algunos de los puntos de encuentro identificados eran lugares en los que la gente se reunía para compartir noticias e intercambiar objetos”, según informaba The Scotsman.
Respecto a una concentración de arte rupestre descubierta en Rouken Glen, East Renfrewshire, la Dra. Barnett señalaba que “Los yacimientos de arte rupestre deben registrarse en los mapas en relación con otros restos neolíticos, en un intento de alcanzar una mayor comprensión de cómo las marcas encajaban en el más amplio paisaje de la época.”
La plantación del Diablo
La Dra. Barnett, sin embargo, no es la primera arqueóloga que ha localizado y trazado un mapa de los antiguos yacimientos de Glasgow, y sería poco académico no mencionar al enigmático Harry Bell (1935-2001).
Durante la década de 1980, este arqueólogo de Glasgow buscó obsesivamente “una antigua red de yacimientos prehistóricos alineados” en torno a Glasgow, y finalmente descubrió la forma de un pentáculo (estrella de cinco puntas) definido por la conexión entre los diferentes asentamientos prehistóricos.
Las investigaciones de Bell despertaron tanto interés en la escritora y directora de cine de Glasgow May Miles Thomas que en el año 2010 estrenó un largometraje llamado
The Devil’s Plantation, (“La plantación del Diablo”), basado en los hallazgos de Bell. La película ganó un premio BAFTA en el año 2010.
Típicas marcas prehistóricas de cazoleta (‘cups’) y anillos (‘rings’). Éstas en concreto fueron halladas en Northumberland. (
CC BY 2.5)
Bell fue influenciado en gran medida por Alfred Watkins (1855-1935), un arqueólogo inglés aficionado que observó que los yacimientos prehistóricos de Herefordshire formaban un entramado de líneas de comunicación rectas salpicadas de cementerios de iglesia y tumbas, castillos en ruinas, antiguos montículos, fortalezas de la Edad del Bronce y asentamientos neolíticos.
Estas alineaciones más tarde serían llamadas Leylines (‘líneas Ley’) por los autores New Age de los años 70 y 80.
Partiendo de un túmulo funerario de hace 2.000 años llamado “La plantación del Diablo” situado en Devil’s Woods, 7 millas (11 kilómetros) al sur del centro de la ciudad de Glasgow, Bell “buscó las líneas mediante radiestesia” y se “orientó arqueológicamente” en el antiguo paisaje.
Los críticos de la teoría de Watkins de los “viejos senderos rectos” y los últimos hallazgos de Bell en Glasgow apuntan a que la alta densidad de yacimientos prehistóricos en Gran Bretaña hace que alineaciones y triángulos puedan siempre ‘invocarse de la nada’ en un mapa prácticamente a voluntad.
El arqueólogo escéptico Richard Atkinson demostró este hecho señalando en un mapa las cabinas telefónicas y trazando ‘líneas Ley’ basadas en la posición aleatoria de las cabinas.
En una iniciativa que podría hacer al bueno de Harry Bell agitarse de entusiasmo en su tumba, el Proyecto Arte Rupestre de Escocia pretende ahora construir una exhaustiva base de datos con imágenes e información de unos 2.000 yacimientos diferentes de toda Escocia.
El proyecto está siendo financiado por el Consejo para la Investigación de Artes y Humanidades escocés, y dirigido por Historic Environment Scotland, con departamentos de la Universidad de Edimburgo y la Escuela de Arte de Glasgow colaborando asimismo en la investigación.
19 JUNIO, 2018 - 00:33 ANCIENT-ORIGINS