jueves, 27 de diciembre de 2018

Ricardo María Carles: Cardenal separatista y protector de Pederastas

Ricardo María Carles: cardenal separatista y protector de pederastas

Mi paisano Ricardo María Carles, Cardenal y Obispo de Barcelona, fallecido ahora hace cinco años (y que tanta paz lleve como descanso dejó su muerte a los feligreses catalanes) fue -como de todos es sabido- un secesionista que en numerosas ocasiones debió ser cesado por desatender las necesidades espirituales de los feligreses de su Diócesis para intrigar contra España junto a los personajes más despreciables del independentismo catalán.

 O dicho de manera más clara, Ricardo María Carles (que hasta en su tumba se retorcerá de rabia por llamarle como fue bautizado en Valencia y no como después decidió reconvertir su nombre al dialecto catalán) fue un mal cura, un pésimo pastor, una muy mala persona y uno de los mayores traidores a España de una Iglesia que está repleta de pastores desertores de su patria.

Pero la deslealtad con España de Monseñor Carles no es ninguna novedad; el Obispo de Barcelona desde siempre fue ingrato e infiel con su patria y, además, un intrigante y conspirador alevoso en contra de su nación.





Sin embargo lo que ahora ha conocido La Tribuna de España viene a profundizar en otra de las cualidaes que atesoró en vida este mal pastor de la Iglesia: su perversa protección -en reiteradas ocasiones- a sacerdotes y religiosos que abusaron de menores. Ricardo María Carles intentó (y son muchos los casos conocidos) silenciar los actos de pederastia llevados a cabo en su Diócesis, proteger a los violadores y culpabilizar a las víctimas.

El último dato conocido es escalofriante puesto que el Cardenal Carles, no sólo protegió a un cura violador sino que, incluso, le ayudó a huir de la justicia y escapar ilegalmente de España.

De sobra es conocida mi cruzada periodística contra la pederastia en la que no he dejado de acusar a diputados, presidentes autonómicos y provinciales, Fiscal Antincorrupción y jueces pederastas, con nombres y apellidos.

Y también es conocida mi FE cristiana y mi pertenencia a la Iglesia Católica.

Por eso aún tiene más credibilidad mi denuncia y todavía es mayor mi dolor ante estos actos que, por supuesto, no pienso silenciar por el bien de mi Iglesia porque, precisamente, silenciar la pederastia lo que le hace es mucho mal a la Iglesia en la que creo y a la que pertenezco.

Por eso, desconozco si habrá prescrito judicialmente el motivo e intuyo (como absoluto ignorante en leyes) que no se podrá juzgar a alguien que ya no está vivo. Pero la Iglesia Católica tiene la obligación de llegar hasta el final de este caso y de hacerlo público porque, a mayor abundamiento, no es la única ocasión en que este mal pastor de la Iglesia (un Cardenal del que los católicos deberíamos avergonzarnos) protegió a abusadores sexuales de niños e intentó silenciar el delito más grave que pueda existir: la violación de menores.

Así las cosas, La Tribuna de España ha tenido conocimiento de que el secesionista Arzobispo de la Diócesis de Barcelona, ayudó a escapar de España al sacerdote pederasta Jorge Senabre, ¡un cura que violó a un niño de 13 años!

En la lucha contra la pederastia no hay colores políticos ni pertenencias religiosas

La Tribuna de España se ha ganado a pulso ser el único medio que denuncia todas las agresiones sexuales a menores, vengan de donde vengan: cuando las producen los bastardos criminales de "La Manda de Alá" -que en nombre de "la Religión de la Paz" violan a nuestras niñas-, cuando lo hace el Fiscal Anticorrupción José Grinda o la juez Sofía Díez García, cuando los pederastas son del Partido Popular como el expresidente de la Generalida Valenciana, Francisco Camps o el expresidente de la Diputación Provincial de Castellón, Carlos Fabra, cuando el pederasta es el famoso escritor Fernando Sánchez Dragó que pide el voto para VOX, cuando acusamos de pederasta al diputado socialista y exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza; también cuando denunciamos a quienes protegen y alientan la pederastia, como la ministro socialista de Justicia, Dolores Delgado, e incluso, hace dos días cuando hacíamos público la defensa de la pedofilia de la diputado comunista chilena, Camila Vallejo.

Por eso nuestras denuncias de pederastia, con nombres y apellidos, ¡jugándonos querellas criminales que podrían depararnos gravísimas condenas!, gozan de toda la credibilidad porque no entendemos de colores políticos a la hora de denunciar las violaciones de menores; ni tampoco de creencias religiosas. 

Y por muy católico que sea este periodista y por mucho que la línea editorial de La Tribuna de España se proclame humanista-cristiana, no hemos tenido nunca ningún reparo en denunciar todas los casos que -por acción o por omisión- tambiénsalpican, desgraciadamente, a la Iglesia Católica. 

Así las cosas, estamos en condiciones de denunciar -con fehaciente constancia- que el entonces Arzobispado de Barcelona, Ricardo María Carles, ayudó a huir de la acción de la justicia y le procuró la manera de escapar de España, al sacerdote Jorge Senabre, acusado de abusos de menores.

El cura pederasta ha sido localizado en Ecuadro ¡18 años después de que Monseñor Carles le ayudara a burlar la justcia española!, en la Diócesis de Santo Domingo de los Colorados, a donde llegó por recomendación del propio Arzobispo de Barcelona. Pero lo más grave del asunto es que Monseñor Ricardo María Carles se las arregló para que el cura pederasta nunca dejara de pertenecer a la Diócesis de Barcelona (para poder ejercer siempre su protección).





Ninguno de los dos sucesores de Ricardo María Carles al frente de la Diócesis de Barcelona (que necesariamente tuvieron conocimiento de los hechos porque es imposible que un sacerdote esté fuera de su Diócesis sin un motivo que lo justifique) han querido saber nada al respecto.

Tanto Luis Martínez Sistach (que sucedió a Carles y que antes ya fue su Obispo Auxiliar y compañero en felonías y conspiraciones separatistas), como su sustituto, el actual Obispo de Barcelona, el Cardenal Juan José Omella), se lavan las manos como Poncio Pilatos y no quieren saber nada del asunto.

El Cardenal Juan José Omella debió ser cesado por el Santo Padre por su complicidad activa con el golpismo catalán; lo peor no fue la negligencia del sucesor de Pedro en la tierra, sino la de la Fiscalía que nunca ha actuado contra un Cardenal sin cuya colaboración no podría haberse llevado a cabo el Referéndum Ilegal.

Encima, el pederasta sacerdote Jorge Senabre se va a ir de rositas porque el delito ya ha prescrito.

La Tribuna de España ha tenido conocimiento que en 1990, cuando no se presentó en el juzgado -repetimos, acusado de abusos de menores- el Arzobispado de Barcelona lo excusó diciendo que se encontraba ejerciendo de misionero en Hispanoamérica (dato absolutamente falso) y alegando que no tenían ningún modo de localizarlo.

MIÉRCOLES, 26 DICIEMBRE 2018 08:34 ESCRITO POR JOSELE SÁNCHEZ

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