viernes, 26 de julio de 2013

Buques de guerra chinos completan una vuelta alrededor de Japón


En una clara demostración de fuerza, buques de guerra chinos este mes dieron por primera vez una vuelta alrededor del archipiélago nipón, según las Fuerzas de Autodefensa japonesas.

Cinco buques de guerra chinos, entre los cuales había dos destructores de misiles, dos fragatas y un buque de reabastecimiento, entraron al mar de Ojotsk a través del estrecho de Soya, que separa la isla japonesa de Hokkaido y la rusa Sajalín, y finalmente salieron al océano Pacífico.

Según fuentes japonesas, la maniobra ha sido una clara intención de China de demostrar su poderío naval ante Japón y los Estados Unidos.

Los buques forman parte de la Flota del Mar del Norte con base en Qingdao, provincia de Shandong. Salvo la nave de reabastecimiento, todos los barcos entraron en servicio en 2006 o posteriormente.

La flota china que completó la maniobra cerca de las costas japonesas había participado en los ejercicios navales conjuntos con Rusia, llamados ‘Mar Conjunto 2013′, llevados a cabo del 8 al 12 de julio cerca de la costa de Vladivostok, ciudad del Lejano Oriente de Rusia y principal base de la Flota rusa del Pacífico.

Ese fue el primer ejercicio militar realizado de forma conjunta por los dos países en el mar del Este (o del Japón).

Tokio ve con preocupación la actividad de la Armada china a la luz del conflicto territorial con Pekín sobre el archipiélago Senkaku (Diaoyu, según China).

Fuente: RT

Japón se rearma


DECISIÓN POLÍTICA DE GRAN ALCANCE

Alega el potencial conflicto con China sobre las islas Senkaku para aumentar su gasto en Defensa por primera vez en once años.

Lo prometió durante la campaña para las elecciones de finales de 2012 que terminaron por devolverle el poder y lo ha cumplido: el primer ministro japonés Shinzo Abeha decidido aumentar en un 0.8% el gasto militar de Japón. Es la primera vez en once años que un gobierno nipón da semejante paso.

En un documento oficial de 434 páginas sobre su estrategia militar hecho público ayer, el Gobierno de Tokyo no alega directamente ningún motivo específico para justificar su giro estratégico pero dedica amplios espacios al conflicto larvado que mantiene con China: ambos países se disputan la soberanía de las Senkaku, un pequeño archipiélago inhabitado pero de gran riqueza pesquera y energética, situado a 100 millas marítimas de Japón y no muy lejos de las costas chinas.

En el último año, los incidentes alrededor de las Sekoku (Diaoyu, para China) se han multiplicado: entre septiembre de 2012 y abril de 2013 Japón ha detectado, en sus aguas territoriales,41 intrusiones por parte de China, una cifra muy superior a la de años anteriores.

Lo mismo cabe decir de los incidentes aéreos: según las autoridades japonesas, en 2012 comprobó 567 vuelos de cazas, frente a 425 en 2011. Asimismo, el año pasado, y por primera vez las misiones aéreas japonesas en respuesta a las chinas superaron a las rusas.

Un cúmulo de escaramuzas lo suficientemente importante como para que Japón considere -por primera vez de forma oficial- que China está intentando provocar un cambio de la situación actual Para Tokio, “China aplica tácticas despóticas encaminadas a forzar un cambio en el status quo e insistiendo en sus reivindicaciones que son incompatibles con lo establecido por el derecho internacional”. A continuación, el documento no duda en afirmar que varias de las acciones llevadas a cabo por el Gobierno de Pekín “son peligrosas y podrían acarrear consecuencias no deseadas”.

No es la única afirmación contundente contenida en el documento oficial, que rezuma un tonillo nacionalista poco habitual en la retórica gubernamental japonesa. Por ejemplo, en el prólogo, firmado por el titular de la cartera de Defensa, Itsunori Onodera, se puede leer que los factores de desestabilización para la seguridad de Japón “son cada vez más pronunciados, agudos y problemáticos” o que el Imperio del Sol Naciente “protegerá la vida de sus ciudadanos, sus intereses y su integridad territorial -la terrestre, la marítima y la aérea- hasta el final”.

Unas palabras que antes de final de años -cuando se conozcan las líneas maestras de la estrategia de Defensa a largo plazo- podrían suponer un cambio histórico en el carácter estrictamente defensivo -oficialmente se llaman las Fuerzas de Autodefensa- de los Ejércitos japoneses. 

Por mandato de la Constitución de 1947, Japón renuncia para siempre a la guerra. Sin embargo, el mandato podría sufrir algunos boquetes si el Gobierno de Abe decide -tal y como se contempla en los borradores disponibles de las líneas maestras de la Defensa- permitir que Japón pueda lanzar ataques anticipatorios en bases enemigas situadas en el extranjero o apuesta por la creación de una fuerza anfibia similar al Cuerpo de Marines estadounidense.

Si se aprueban estos y otros proyectos, a Japón le podrían ser especialmente útiles en relación con Corea del Norte. La agresividad atómica de la que hace gala el régimen comunista de Pyongyang es motivo de preocupación para Tokio desde hace tiempo. De ahí que el documento del ministerio de Defensa describa el desarrollo de los misiles balísticos norcoreanos -combinados con una capacidad atómica en aumento- como “un problema que, para la comunidad internacional en sentido amplio, se convierte en apremiante según pasan los días”.

En principio, tanto el el caso de China como en el de Corea del Norte, Japón puede contar con el apoyo de Estados Unidos, con quien le une un tratado de cooperación y seguridad desde 1960 que, entre otros aspectos incluye a las Senkaku. Sin embargo, dentro de sus nuevas ambiciones, Abe pretende recuperar territorio a las bases aéreas norteamericanas instaladas en Okinawa y desplazar hacia un lugar más discreto al en la isla de Okinawa y desplazar hacia un lugar más discretos al destacamento de Marines estacionado en la misma isla. ¿Le dejará Obama?

JOSE MARÍA BALLESTER
El confidencial

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