martes, 1 de octubre de 2013

Durao Barroso da esquinazo a Artur Mas y este dice que “no pretendía verlo”


EL 'PRESIDENT' NO HABLA DEL PROCESO SECESIONISTA

El Artur Mas, atiende a los medios tras la reunión. (EFE)

Europa no está para gaitas: la visita que este lunes hizo el presidente catalán,Artur Mas, a Bruselas, donde se reunió con cargos de la CE, no sirvió para vender proyecto soberanista alguno. El presidente europeo, José Manuel Durao Barroso, no quiso recibir a Mas, con lo que ya van tres veces en el último año que le da esquinazo, alegando problemas de agenda. Y eso que la Generalitat había pedido oficialmente la reunión. Pero los dirigentes comunitarios no están por la labor de facilitar que se haga propaganda sobre cualquier proceso separatista a cargo de los iconos comunitarios.

El mandatario catalán le restó importancia: “No pretendía verlo, porque ya lo vi. A partir de aquí, he de trabajar con sus colaboradores, que es lo que estoy haciendo. Es lo mismo que cuando voy a Madrid en cada nuevo mandato: primero, veo al Rey, luego al presidente del Gobierno y luego tengo reuniones con algunos ministros. Lo mismo que hago en España lo hago en la UE. No se le ha de dar mayor trascendencia”. ¿Están verdes las uvas para el zorro catalán?

Mas se tuvo que conformar, pues, con entrevistarse con los vicepresidentesOli Rehn y Maros Sefkovic y con el comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor. Al final, el propio president tuvo que reconocer que sólo había tratado con éstos “los temas del día a día”. Nada de soberanismo ni de independencia, y eso que los tenía a tiro. ¿Por qué? “Si uno de ellos me pregunta, respondo, evidentemente. Pero hoy he venido a Bruselas a hablar de economía, de paro, de servicios sociales y de lucha contra la pobreza, porque me he de ocupar de todo, del proceso político [o sea, el proceso independentista], pero también del día a día”.

Lo que no habló en los pasillos oficiales lo desgranó posteriormente en rueda de prensa, lanzando avisos al presidente español, Mariano Rajoy, que le había pedido un gesto de grandeza abandonando la senda secesionista. “El gesto más grande de grandeza que se puede tener en democracia es escuchar bien a la gente y dejarla votar”, respondió a Rajoy. Y para justificar su posición, subrayó que “no le estamos pidiendo que declare o acepte la independencia de Cataluña, sino que nos deje votar sobre nuestro futuro político como país y que se nos reconozca el derecho a decidir por nosotros mismos”.

El presidente catalán recordó que en su carta a su homólogo español le detallaba cinco vías posibles para poder realizar un referéndum independentista dentro de la legalidad (“si hay voluntad política”, matizó) y se comprometió a mantener “un diálogo abierto y lo más fluido posible” en el futuro próximo para encontrar una solución al conflicto.

Saca pecho ante la UE

Pero a pesar de que con los responsables de las instituciones comunitarias no habló para nada del asunto, en el corazón de la CE volvió a sacar pechoponiendo en duda de que Cataluña pueda ser expulsada de la Unión si se independiza. “La solución europea no será expulsar a 7,5 millones de europeos porque quieran tener un estatus diferente. Será otra”. Y advirtió, además, que, en realidad, lo que quiere Cataluña es “tener el mismo estatus y si alguien cree que no lo hemos de tener, nos tendrá que explicar por qué. Porque si nuestro movimiento es absolutamente democrático, pacífico y ampliamente mayoritario, la pregunta es: ¿Por qué nosotros no?”.

Mas enumeró también las razones por las que tiene derecho a permanecer en la UE en el caso de una secesión: “Estamos en la UE hace más de 25 años, nuestros ciudadanos tienen derechos adquiridos de ciudadanía europea, cumplimos todas las normas y, además, somos contribuyentes netos”.


Por tanto, añadió Mas, “el futuro del país no habría de cambiar. Sólo hace falta aplicar el sentido común”. Y, una vez realizado el referéndum, “entre todos nos sentamos a una mesa y encontramos soluciones para que sean beneficiosas para todos”. En otras palabras, da por hecho que, si se convoca la consulta, ésta será favorable a los partidarios de la ruptura con España.

Reconoció, no obstante, que “no existen precedentes” de un proceso similar dentro de la UE y que, por lo tanto, las autoridades comunitarias “no tienen estudiado cómo proceder. No damos por fijada la doctrina de unos ni de otros, porque sabemos que estamos en un terreno no conocido”. Pasó por alto, en este sentido, las reiteradas manifestaciones de los dirigentes de la CE, empezando por Durao Barroso, el vicepresidente Joaquín Almunia, la portavoz, Pia Ahrenkilde, o el mismo portavoz del Parlamento europeo,Jaume Duch, así como de diferentes comisarios, que han dicho por activa y por pasiva que los artículos del Tratado condenan a Cataluña a abandonar la UE si se independiza.

Oídos sordos

Para Artur Mas, estos avisos no existen. “En algún momento, han de estudiar a fondo cómo se resuelve el tema”, dijo. Y enfatizó que las autoridades comunitarias “deben estudiar lo que está pasando en Cataluña, porque no hay muchos movimientos de raíz popular, democrática y pacífica que hoy despierten la carga de transversalidad y de ilusión que hay en la sociedad catalana y esto también es un modelo para Europa”. Y advirtió a Madrid y a Bruselas que no puede hacer la vista gorda porque “éste es un movimiento muy fuerte, permanente y sólido, que no se está debilitando, sino fortaleciéndose e incrementándose. ¿Se imaginan a diez millones de personas en España que salgan a la calle? ¿Eso no impresionaría al mundo y a Europa?”.

De todos modos, el presidente catalán volvió a lanzar el mismo mensaje que emitió este domingo en los actos del Día de CDC: “Nosotros no queremos ser ni adversarios ni enemigos de los pueblos de España, sino convivir de otra forma. Y esto es ningún delito ni ningún pecado. Es preciso encontrar soluciones dentro de los marcos legales, a través del diálogo y la negociación”.

De momento, no obstante, su última baza, que era la internacionalización del conflicto, también se le está yendo de las manos, porque nadie en Europa, donde habría de tener sus más firmes anclajes, le apoya. Tras la visita de este lunes, el PP también salió a la palestra para meterle el dedo en el ojo. El portavoz popular en el Parlamento catalán, Enric Millo, le calificó de “telepredicador que se dedica a sembrar mentiras y que intenta manipular a la gente” y calificó su viaje a Bruselas de “gira propagandística separatista”.

Millo criticó que en la agenda del president había un “encuentro con todos los miembros catalanes del Parlamento Europeo”, pero el eurodiputado del PPSantiago Fisas no recibió ninguna convocatoria. Lo que tuvo Mas, según el dirigente popular, fue un “encuentro de amigos”. “Entendemos perfectamente que es mucho más cómodo reunirse con afines, pero eso lo podría haber hecho en Barcelona, en la sede de la calle Córcega [donde tiene su sede CDC] y ahorrarnos a los catalanes todos los gastos del viaje”.

Antonio Fernández. Barcelona
El Confidencial

Viajes internacionales que se cuentan por fracasos

INDEPENDENCIA CATALUÑA

La diplomacia española se distancia de unas giras que sólo pretenden ‘externalizar’ el problema catalán.

Como el Gobierno de España tiene claro que no va abrir las puertas a la autodeterminación de Cataluña,Artur Mas se propuso nada más llegar a la Generalitat viajar por todo el mundo vendiendo las excelencias de la independencia catalana y en busca de apoyos y aliados para su causa.

Parece importarle poco que le cierren puertas o que le ignoren, ya que a pesar del gran rechazo recibido a su proyecto independentista en noviembre de 2012, cuando dio una conferencia ante eurodiputados y periodistas de toda Europa, Artur Mas ha vuelto a viajar a la capital política de Europa para seguir “internacionalizando” sus postulados.

No es el primer viaje del presidente catalán en busca de cómplices y de fortalecer relaciones con otros países. Así, entre el 6 y el 11 de julio de este año, Mas, acompañado de delegación de más de 50 empresas catalanas se desplazó a Brasil para mejorar los intereses comerciales y económicos.

Poco antes de su visita al país sudamericano, el 4 de junio, Artur Mas realizó otro viaje oficial a París, donde al final no consiguió su propósito de entrevistarse con el ministro de Defensa del país galo Jean-Yves Le Drian. Sobre este desplazamiento en país vecino, el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, fue claro: “Intentar actuar por libre no suele dar resultado”.A lo que el consejero catalán de la Presidencia, Francesc Homs, replicó: “A veces es mejor ir solos que mal acompañados”.

El enfrentamiento se produjo después de que el ministro de Defensa francés alegase “problemas de agenda” para suspender su cita con Artur Mas, situación que se venía repitiendo con frecuencia desde que el Gobierno catalán iniciase sus proceso soberanista.

Margallo recalcó que a Mas “le hubiera ido mejor” si hubiera acudido al Ministerio de Asuntos Exteriores para cerrar las entrevistas con las autoridades galas.

Fracaso en Moscú

Sin duda, el viaje de Mas que más polémica suscitó fue el que realizó en noviembre de 2012 a Moscú, donde viajó dispuesto a dar a conocer e internacionalizar su soberanismo y se volvió sin celebrar ninguna entrevista política de primer nivel. El objetivo del viaje era poner en contacto empresas catalanas y rusas, pero después de la visita no trascendió ningún acuerdo provechoso.

La diplomacia española, desde el primer momento, se mostró contraria a este tipo de aventuras y ha dado la espalda a los viajes de Mas en nombre de una Cataluña independiente.

 G. MORENO

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