La PAH dio a conocer en un twitter la imagen de la multa impuesta por el Ayuntament de Barcelona y donde consta como "Hecho denunciado" el dormir de día o de noche en un espacio público. Podríamos hacer un análisis de estas violaciones a la dignidad de las personas, de un fascismo inenarrable...
...pero la verdad que lo que se nos ocurre es preguntar/nos: ¿Se puede ser tan miserable, tan jodido y tan abusador como para multar a alguien en esas condiciones?
Claro que si!
Total, que ya había antecedentes de esas multas en Barcelona. Varios antecedentes.
La revista El Jueves, denunciaba en enero del año 2012 (hace 21 meses) que ese ayuntamiento multaba diariamente a tres personas sin techo. (ver nota)
Pero hay más en este sin sentido perverso del sistema, porque en ese mes (enero2012) salía a la luz que una persona que se encontraba en situación de calle desde hacía años acumulaba más de cien multas. Llegó a tal punto este absurdo de mala leche que la sanción de la Guardia Urbana de Barcelona llegó al comedor social donde solía acudir ese hombre. Ya en ese momento la Defensora del Ciudadano reconoció que la policia local y el Ayuntamiento estaban incrementando la presión sancionadora sobre el colectivo de indigentes.
En el día de hoy, apenas se conoció en las redes sociales la imagen de la multa, varias organizaciones no gubernamentales pedían que se acercaran trabajadores o trabajadoras del sector legal para colaborar en la realización de peticiones (basadas en la Declaracion Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Nacional)para abolir definitivamente esos abusos.
Es complicado elaborar un discurso que represente la indignación y la impotencia cuando se presencia este menoscabo de la dignidad humana, porque no solo criminalizan a las personas, sino que se burlan de una forma alevosa. Es un doble juego permanente: La hipocresía de llevar adelante políticas de destrucción del empleo, de recesión económica, de desmantelamiento del Estado, de deterioro de todas las condiciones básicas, dignas y elementales de vida, pero al mismo tiempo...sancionar pecuniariamente a quienes son sus víctimas. Aunque no puedan pagarlas, pero lo que no se ahorran las personas es la humillación del poder estatal.
Es el doble juego reiterado, una y otra vez. En todos los planos en los que el neoliberalismo salvaje se instrumenta como política de Estado. No hay resquicio en el que no detectemos estos mecanismos.
De nuevo lo que se siente es mucho asco, mucha verguenza, pero por sobre todomuchas rabia y unas ganas tremendas de seguir luchando y de hacerles frente para que se acaben de una vez estas medidas que son las que acompañan a las grandes - macro políticas del lento y planificado exterminio que llevan a cabo contra una parte (una gran parte) de la población.
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