martes, 31 de diciembre de 2013

Las estrechas conexiones entre los políticos y las eléctricas

Todas las grandes compañías energéticas de nuestro país cuentan con el asesoramiento de antiguos altos cargos públicos

Si hay un sector en el que las llamadas «puertas giratorias» han conectado el mundo político con el de la empresa privada ese es el energético. Antiguos presidentes de Gobierno, ministros y secretarios de Estado engrosan una lista que encabezan nombres propios como los deFelipe González y José María Aznar, exinquilinos de La Moncloa. El que fuera jefe del Gobierno entre los años 1982 y 1996, entró a formar parte del consejo de Gas Natural en diciembre de 2010, mientras que su sucesor hasta el año 2004, actual presidente de la Fundación FAES, fue fichado un mes después por Endesa, como asesor externo para Iberoamérica.

INÉS BAUCELLS
Felipe González fichó por Gas Natural en diciembre de 2010 por un sueldo de 126.500 euros anuales

JOSÉ RAMÓN LADRA
José María Aznar se incorporó a Endesa como asesor para Iberoamérica en 2011 con un salario cercano a los 200.000 euros anuales

También Pedro Solbes, ex ministro de Agricultura, de Economía y vicepresidente del Gobierno entre 2004 y 2009, es desde abril de 2011 consejero de Enel, compañía propietaria de Endesa. Solbes era ministro cuando la italiana consiguió abrirse paso en el capital de Endesa, tras una larga batalla con la alemana E.ON.

Uno de los casos más llamativos lo protagonizó su sucesora, Elena Salgado, quien se incorporó al consejo de la filial chilena de Endesa sin esperar los dos años de rigor estipulados en la legislación española para trabajar en el ámbito privado después de haber desempeñado un alto cargo público. Al tratarse de una compañía iberoamericana, la exvicepresidenta económica de Zapatero pudo comenzar a prestar sus servicios dos meses y medio después de dejar el Ministerio.

El socialista Narcís Serra, exvicepresidente y exministro, fue consejero de Endesa entre 2009 y 2011,además de presidente de la nacionalizada Catalunya Caixa. El actual ministro de Economía, Luis de Guindos, perteneció al máximo órgano de gobierno de Endesa entre 2009 y 2011, momento en que se incorporó al Gobierno de Mariano Rajoy.

Por su parte, Miguel Boyer, exministro socialista de Economía, Hacienda y Comercio ocupa un sillón del consejo de Red Eléctrica, la empresa que gestiona el transporte de la electricidad en España. Ángel Acebes, ex ministro del Interior con el Gobierno de José María Aznar, se unió en abril del año pasado al consejo de Iberdrola, compañía a la que también aconsejó José Luis Olivas Martínez, ex presidente del Gobierno valenciano y ex presidente de Bancaja (entidad integrada en Bankia. El paso de Olivas por las compañía que preside Ignacio Sánchez Galán fue en representación de la antigua caja de ahorros. El consejo de Repsol cuenta desde 2007 con la representación de Luis Carlos Croissier Batista, ministro de Industria y Energía con Felipe González.
Elena Salgado se incorporó al consejo de la filial chilena de Endesa tan sólo dos meses y medio después de dejar el Gobierno. Cobra entre 30.000 y 70.000 euros.

Pedro Solbes fue fichado como consejero de Enel en 2011 donde cobra 250.000 euros cada año

Fuente: ABC
http://elblogdenesi.blogspot.com.es/2013/12/las-estrechas-conexiones-entre-los.html

El Gobierno contraataca y se plantea 'trocear' las eléctricas como castigo por la subasta

SEPARANDO GENERACIÓN Y COMERCIALIZACIÓN

Mariano Rajoy, en el balance político y económico que hizo el pasado viernes. (Efe)


El Gobierno ha puesto en su punto de mira a las eléctricas, a las que culpa abiertamente del resultado de la subasta que avaló una subida de la luz del 11%

La duda es hasta dónde eleva el órdago y si utiliza todo su arsenal. Y es que según aseguran diversas fuentes políticas y empresariales, el Ejecutivo ha llegado a tener sobre la mesa el troceo de las compañías, esto es, avanzar hacia la separación patrimonial de las actividades de generación y comercialización de las firmas. Un ataque a la línea de flotación de las grandes: Endesa e Iberdrola. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apostó el viernes por una reforma de la estructura del mercado eléctrico para "introducir más competencia". Todo un aviso a navegantes.

“Eso supondría la destrucción de las compañías tal y como las conocemos. Es verdad que en las empresas se ha oído esa posibilidad. Aunque es difícil darle crédito, cualquier cosa es posible teniendo en cuenta el nivel de enfrentamiento al que se ha llegado”, se explica desde el sector, bajo condición del anonimato. La Ley del Sector Eléctrico, que data del año 1997 y está actualmente en revisión, ya estableció la separación jurídica y contable de las actividades reguladas (transporte y distribución) y las no reguladas aunque sí sometidas a autorización administrativa, como la generación y la comercialización. La medida sugerida por Industria atacaría a esta última vinculación, denunciada en múltiples ocasiones por el Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC), actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Y es que el antiguo TDC insistía hace una década en denunciar la llamada integración vertical de las compañías eléctricas -su presencia en todas las actividades del ciclo de generación y venta de energía- como un elemento que obstaculiza la competencia. Lo hizo en el caso de la polémica opa de Gas Natural a Endesa y ha repetido la tesis en otros casos menores. “Existen importantes barreras de entrada en el sector eléctrico: el riesgo regulatorio no hace sino favorecer a las grandes empresas del sector; es una evidencia que el sistema eléctrico está muy concentrado y controlado por las grandes operadoras y la integración vertical de distribución y comercialización ofrece a estas grandes empresas integradas ventajas comparativas que obstaculizan la entrada o la actividad de comercializadoras no integradas”, exponía el Tribunal en una sentencia sobre la materia.

El ministro Soria, durante su última comparecencia pública, el pasado sábado. (Efe)Fuentes del sector explican que la fórmula podría pasar por establecer límites a la participación accionarial en cada una de las actividades, en función de la cuota que se posea en la otra. Esto es, poner topes al porcentaje en comercialización si se alcanza un determinado umbral de generación. Obviamente, un traje a medida para amedrentar a Endesa e Iberdrola. Actualmente, la firma vasca integra en la sociedad cabecera Iberdrola Generación S.A. -participada en un 100% por Iberdrola S.A.- todo el negocio regulado, esto es, la producción eléctrica y la comercialización de energía eléctrica y gas natural. “Las actividades señaladas (…) se llevan a cabo bien directamente, de forma total o parcial, o bien mediante la titularidad de acciones, participaciones, cuotas o partes equivalentes en otras sociedades o entidades”, explica la compañía en su propia web.

Las lecciones del pasado


Diferentes referencias académicas también apuntan a este problema, obviado por todos en tiempos de paz. El catedrático Gaspar Ariño alude en su clásico Derecho de la competencia en sectores regulados a cómo se implementó la separación de actividades en el sector eléctrico. Y deja claro que podía haberse hecho más. “En cuanto a la separación jurídica, permitiendo grupos de empresas, ha sido éste un tema muy polémico. Mientras las empresas defendieron su innecesariedad alegando que bastaría la separación contable, algunos señalaron su insuficiencia, proponiendo medidas de desintegración empresarial”. Entre ellos, el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que en su obraLa competencia detectaba también esa falla.

“La inconsistencia que se detecta dentro de lo que podía haber sido un avanzado programa de liberalización del sector eléctrico es la ausencia de unas medidas de reestructuración vertical y, sobre todo, horizontal, de las empresas, medidas necesarias para que el mercado eléctrico comience con una rivalidad suficiente y para que se hagan notar con rapidez los efectos positivos de la competencia”, subrayaba el exsecretario de Estado de Hacienda. En esta línea, Ariño también hace referencia a la integración vertical de las eléctricas y a la posible manipulación de precios que está detrás de estas estructuras, con la generación y la comercialización vinculadas. Lo hace con referencia a la sentencia del TDC sobre la frustrada fusión de Unión Fenosa e Hidrocantábrico, allá por el año 2000.

'El riesgo de ser expulsado del mercado por los comportamientos anticompetitivos de los operadores establecidos exige supervisión de dichos comportamientos, revisión de las reglas del pool para que no sea posible la manipulación de precios (ni al alza, ni a la baja) y una clara separación entre las actividades de comercialización y generación'“Aunque la negociación de casi toda la energía en el mercado organizado, impide la autocontratación, los nuevos operadores que actúen sólo en generación o sólo en comercialización asumen mayores riesgos ante las fluctuaciones (¿o manipulaciones?) de los precios del pool (…) El riesgo de ser expulsado del mercado por los comportamientos anticompetitivos de los operadores establecidos exige supervisión de dichos comportamientos, revisión de las reglas del pool para que no sea posible la manipulación de precios (ni al alza, ni a la baja) y una clara separación entre las actividades de comercialización y generación, lo que recomienda su superación jurídica y patrimonial.Esta es una realidad a la que habrá que llegar, antes o después”, advierte el catedrático. Demoledor.

El planteamiento en este momento procesal no sólo enlaza con el monumental enfado que el Ejecutivo tiene con las compañías, sino con la presencia a los mandos del sector de la ‘factoría Nadal’, ya en otras ocasiones el embrión de planteamientos poco heterodoxos para resolver situaciones enquistadas en el sector eléctrico. Por ejemplo, Álvaro, el zar económico de Moncloa, llegó a plantear a las eléctricas cuando ejercía como uno de los responsables económicos de la oposición de Génova una quita del déficit de tarifa a cambio de suelo. Más penoso resulta que esa separación de la producción y la comercialización, que podría ser uno de los pilares de la regeneración del sistema -como la revisión de las windfall profits o de las propias primas a las renovables-, sólo se plantee como castigo y no desde la convicción. El mensaje de fondo parece claro: “No nos hagamos daño”.

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