Nueva luz sobre la Peste Negra: La conexión cósmica por el dendrocronólogo Mike Baillie de la Universidad de Queen, Belfast, Irlanda.
He terminado de leerlo y todo lo que puedo decir es: ¡Guau! ¡Este fue un libro intenso! Tampoco es extenso, sólo 208 páginas incluyendo apéndices. Es estricto y económico, sin palabras de sobra o divagaciones. Cada ejemplo y distracción temporal es crucial en el argumento principal que es (prepárense para esto), Mike Baillie (si, un verdadero científico y no un loco), dice que la Peste Negra, una de las más mortíferas pandemias de la historia humana que posiblemente exterminó dos tercios de la población entera de Europa, sin mencionar a los millones en el resto del planeta, ¡probablemente no fue la peste bubónica sino más bien muerte por cometa(s)!
Ah sí, eso es demasiado, ¿no?
Quizás no. Baillie posee la evidencia científica para sostener su teoría y su evidencia sostiene lo que la gente de aquel tiempo estaba diciendo: terremotos, cometas, lluvias de fuego, atmósfera dañada, y muertes a una escala inimaginable. Hoy en día las personas no saben realmente lo que sucedió hace tan sólo 660 años atrás. (mmmmh…la mente inquisidora se pregunta inmediatamente que podría suceder cuando pasen 666 años después. Eso sería el año 2012…)
En cualquier caso, China, donde se supone tuvo su origen la Peste Negra, perdió la mitad de población total (desde 65 millones a 123).
Recientes investigaciones sobre las muertes europeas también sugieren una cifra de entre el 45 al 50% del total de la población europea muriendo en un período de 4 años, aunque esto varía según el lugar (lo cual es un problema como ya veremos).
En la Europa Mediterránea e Italia, el sur de Francia y de España, lugares donde la plaga se mantuvo durante cuatro años consecutivamente, fue más cercano al 70 y 75% del total de la población. (en los Estados Unidos de hoy, eso sería equivalente a reducir de 300 a 75 millones en menos de cuatro años. ¡También significaría tener que enterrar o deshacerse de 225 millones de cuerpos!)
En Alemania e Inglaterra fue más cercano a un 20%. Se cree que el Noreste de Alemania, Bohemia, Polonia y Hungría sufrieron menos por alguna razón (hay algunas teorías que no son enteramente satisfactorias)
No hay estimados disponibles para Rusia o los Balcanes así que parece que han sufrido poco, sino nada. África perdió aproximadamente 1/8vo de su población (de 80 a 70 millones). (Estos números resaltan uno de los problemas que plantea Baillie: la variabilidad de las tasas de mortalidad de acuerdo a la localización)
Sea cual fuere la tasa de mortalidad en cualquier lugar dado, el fondo de la cuestión es que la Peste Negra produjo la mortandad más grande de todas las pandemias conocidas en la historia registrada y, como Baillie apunta, ¡nadie sabe a ciencia cierta que es lo que fue! OH, por supuesto, durante un largo período de tiempo, todos “sabían” que era la plaga Bubónica, ¿así que como es que Baillie cuestiona este hecho bien establecido? El no es el único.
En 1984, Graham Twigg publicó La Peste Negra: Una Reevaluación Biológica, donde argumenta que el clima y ecología de Europa y particularmente de Inglaterra hicieron casi imposible que las ratas y pulgas hayan transmitido la plaga bubónica y casi imposible que el Yersinia pestis haya sido el agente causante de la plaga, teniendo en cuenta su explosiva expansión a través de Europa durante el siglo 14. Twigg también destruye la teoría común de una propagación neumónica. Propone, basado en su examen de la evidencia y síntomas, que la Peste Negra podría haber sido una epidemia de ántrax pulmonar causado por el Bacillus anthracis.
Otro aguafiestas para el modelo estándar es Gunnar Karlsson, quien en el año 2000, declaró que la Peste Negra acabó con entre la mitad y dos tercios de la población de Islandia, aunque no había ratas en Islandia en aquel momento. (La Historia de Islandia por Gunnar Karlsson)
Baillie resume el problema a continuación:
Se creyó que la Peste Negra de 1347 fue el tercer gran estallido de plaga bubónica; una plaga que se extiende tradicionalmente a través de ratas y pulgas. Las anteriores instancias fueron la Plaga de Atenas en 430 AC y la plaga del tiempo de Justiniano quien llegó a Constantinopla en el 542 DC. La Plaga de Atenas fue descrita por Tucídides, mientras que la Plaga Justiniana fue descrita por Procopio, entre otros [...]
Se supone que la plaga tuvo su origen en Asia Central, o en algún lugar de Africa, donde la plaga es endémica en algunas poblaciones de ratas. Se supone que algún estímulo medioambiental ocasionó que los roedores infectados abandonaran sus habitats e infectaron a poblaciones de ratas, y en última instancia a las poblaciones humanas, en áreas en donde no había inmunidad natural. Se cree que el mecanismo de transferencia fue de pulgas que abandonaron los cuerpos de las ratas muertas y movilizándose a anfitriones humanos que fueron infectados por estas. Se supone que las rutas comerciales trajeron la enfermedad a la región del Mar Negro y desde allí hacia el Mediterráneo central a fines de 1347. Luego se introdujo en Europa a través del norte de Italia y sur de Francia. Comenzó a exterminar a las personas en grandes números extendiéndose a 1,5km por día. Entre enero y el verano hasta el otoño de 1348 se había extendido hasta las Islas Británicas, y para 1350 a Escandinavia y eventualmente Islandia. La propagación parece haberse dirigido por Francia, sobre Bélgica hacia Alemania y hacia el sur de Europa. La primera ola se extinguió en 1351, aunque hubo una segunda en 1361.
Generalmente se cree que la plaga golpeó a una población ya debilitada en Europa. [...]
A nivel básico, el problema es con las ratas y pulgas. Para el conocimiento convencional debe haber anfitriones o ratas infectadas y tienen que moverse a una velocidad alarmante, casi tienes que imaginar a las ratas infestadas corriendo hacia delante (mayormente hacia el norte) distribuyendo, mientras morían, cantidades de pulgas infectadas. Los inconvenientes con este escenario son legión. Por ejemplo, no hay descripciones de ratas muertas yaciendo por todos lados (esto se explica sugiriéndose que bien las ratas estaban bajo techo o bien las personas estaban tan acostumbradas a las ratas muertas que no valía la pena mencionarlo; aunque si estaban bajo techo ¿como viajaron tan rápido?) Parecía no importar si eras un pastor rural o clérigo o pueblerino, todos fueron infectados. A pesar de ello, extrañamente con esta enfermedad tan infecciosa, algunas ciudades de Europa no fueron afectadas. Es más, estas ratas deben haber sido felices de mudarse a zonas frías del norte siendo que la plaga bubónica es una enfermedad que requiere de temperaturas cálidas.
Habiendo barreras de agua, estas ratas abordaron barcos para no perder el impulso. (Baillie)
Benedictow, defensor del escenario de las ratas y pulgas citado por Baillie, nos cuenta sobre estas asombrosas criaturas:
El genio estratégico de la Peste Negra también hizo otro golpe maestro que aceleró el paso de su conquista de la Península Ibérica. Poco después de sus múltiples invasiones de importantes centros urbanos sobre la costa del Reino de Aragón, realizó un salto metastático extraordinario y arribó triunfante a la ciudad de Santiago de Compostela ubicada en la esquina opuesta de la península. (Benedictow, O. J. 2004 La Peste Negra 1346-1353: La Historia Completa. Woodbridge.)
En el año 2001, los epidemólogos Susan Scott y Christopher Duncan de la Universidad de Liverpool propusieron la teoría de que la Peste Negra podría haber sido ocasionada por un virus tipo ébola, no una bacteria. Su investigación y descubrimientos están minuciosamente documentados en Biología de las plagas. Más recientemente los investigadores publicaron un modelo computarizado que demuestra como la Peste Negra ha hecho que cerca del 10% de los Europeos sean resistentes al HIV. (El Regreso de la Peste Negra: El asesino serial más grande del mundo por Susan Scott, Christopher Duncan y Biología de las plagas: Evidencia historica de las poblaciones por Susan Scott, Christopher J. Duncan)
En tono similar, el historiador Norman F. Cantor, en su libro del año 2001 Después de la peste, sugiere que la Peste Negra podría haber sido una combinación de pandemias que incluían una forma de ántrax y una enfermedad del ganado. Cita muchas formas de evidencia incluyendo: informes de síntomas de enfermedad sin relación con los efectos conocidos tanto de plagas bubónicas como neumónicas, el descubrimiento de esporas de antrax en Escocia, y el hecho de que la carne de ganado infectado se vendió en áreas rurales Inglesas previo al comienzo de la plaga.
Samuel K. Cohn, citado extensamente por Baillie también rechazó la teoría de que la Peste Negra fue una plaga bubónica. En la Enciclopedia de la Población, señala los cinco puntos más débiles de esta teoría:
- Velocidades de transmisión muy diferentes – Se informó que la Peste Negra recorrió 385km en 91 días en el 664, comparado a los 12-15km por año para la moderna Plaga Bubónica que tuvo asistencia de trenes y automóviles.
- Dificultades con el intento de explicar la rápida propagación de la Peste Negra al argumentar que fue a causa de una extraña forma de enfermedad neumónica – de hecho esta forma mató menos del 0,3% de la población infectada en su peor estallido en Manchuria en 1911.
- Diferentes estaciones – la plaga moderna sólo puede sostenerse a temperaturas entre 10 y 26°C y requiere altas humedades, mientras que la Peste Negra ocurrió incluso en Noruega en pleno invierno y en el Mediterráneo en medio de los secos y calurosos veranos.
- Muy diversas tasas de mortalidad – en muchos lugares (incluyendo Florencia en 1348) más del 75% de la población parece haber muerto; en contraste la mortalidad más alta para la Plaga Bubónica fue de 3% en Bombay en 1903.
- Los ciclos y tendencias de la infección fueron muy diferentes entre las enfermedades, los humanos no desarrollaron resistencia a la enfermedad moderna, pero la resistencia a la Peste Negra creció agudamente, convirtiéndose eventualmente en una enfermedad de niños principalmente.
Cohn también señala que mientras la identificación de la enfermedad de tener bubones recae en el relato de Bocacio y otros, ellos describieron bubones, abscesos, sarpullidos y carbunclos por todo el cuerpo, mientras que la enfermedad moderna rara vez tiene más de un bubón, más comúnmente en la ingle, ¡y no se caracteriza por abscesos, sarpullidos y carbunclos que fue lo que Bocacio describió!
La esencia del argumento de Cohn es que aquello que causó la Peste Negra no fue la plaga bubónica. (Ver también: Samuel K. Cohn 2002. “La Peste Negra: Fin del Paradigma” y La Peste Negra y la transformación de Occidente (Serie de Historia Europea) por David Herlihy y Samuel K., Jr. Cohn).
Cuando empezamos a buscar sobre el tema, nos encontramos con un estudio que señala que el tejido dental, en un cementerio de la plaga del siglo catorce en Montpellier, dio positivo de moléculas asociadas con Y. pestis (plaga bubónica). Descubrimientos similares fueron informados en un estudio del 2007, pero otros estudios no han apoyado estos resultados. De hecho, en septiembre de 2003, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford hizo pruebas sobre 121 dientes provenientes de 66 esqueletos encontrados en fosas masivas del siglo catorce.
Los restos mostraron que no había rastro genético del Y. pestis, y los investigadores sospecharon que el estudio de Montpellier fue falsificado.
Lo que estos estudios no tratan es el problema de que los aparentes medios de infección o transmisión variaron ampliamente, desde el contacto humano-humano en Islandia (raro para una plaga y Bacillus anthracis cutáneo) a infección en ausencia de vida o humanos recientemente muertos como en Sicilia (contra de la mayoría de los virus).
A todos los problemas con la teoría de la Plaga Bubónica, debemos agregar lo que los escritores contemporáneos escribieron. Philip Ziegler recolectó muchos de estos artículos en su libro La Peste Negra, aunque los rechaza por ser “metáforas”. Veremos algunos de ellos sólo en un momento.
Mike Baillie no comenzó escribiendo un libro sobre impactos cometarios implicados en las grandes pandemias del pasado; tan sólo observó los anillos de árboles con patrones extraños que terminaron coincidiendo con esta catástrofe histórica y pensó, quizás, que hubo una caída medioambiental que debilitó a la población humana, haciéndola susceptible a una muerte viral o bacteria en gran escala. Pero, lo que encontró fue un línea de investigación que, una vez que comenzó a ordenarla, desentrañó el “conocimiento aceptado” acerca de la Peste Negra y lo introdujo en una búsqueda que lo llevó a conclusiones sorprendentes.
Como mencionamos, la primera clave fueron los anillos de árboles – eso es natural teniendo en cuenta que Baillie es dendrocronólogo. El comparó estos anillos con las muestras de hielo analizadas y descubrió algo muy extraño: amonio. Existen cuatro ocasiones en los últimos 1500 años en los cuales los científicos pueden relacionar, con seguridad, el amonio de las capas de hielo en Groenlandia con interacciones atmosféricas de gran energía causadas por objetos provenientes del espacio: 539, 626, 1014 y 1908 – el evento de Tunguska. En resumen, hay una conexión entre el amonio en las capas de hielo y el bombardeo extra-terrestre de la superficie de la tierra.
Ahora nótese que la declaración menciona que existen cuatro eventos que pueden relacionarse definitivamente con interacciones de grandes energías; Baillie presenta la investigación en este libro exponiendo que la misma firma está presente en la época de la Peste Negra tanto en los anillos de los árboles como en las capas de hielo, Y en otras épocas de la llamada “plaga y pandemia”.
Ocurre que la señal de amonio en los núcleos de hielo está directamente relacionada a un terremoto que ocurrió el 25 de enero de 1348 – ¡y Baillie descubre que hubo un escritor del siglo 14 quien escribió que la plaga fue una “corrupción de la atmósfera” que sucedió por este terremoto!
Se preguntarán, ¿cómo puede originarse una plaga de un terremoto?
Baillie señala que no siempre sabemos si los terremotos son causados por movimientos tectónicos; podrían ser ocasionados por explosiones cometarias en la atmósfera o incluso por impactos sobre la superficie de la tierra.
En Lluvia de hierro y hielo por John Lewis, Profesor de Ciencias Planetarias en el Laboratorio Lunar y Planetario, codirector del Centro de Investigación e Ingeniería Espacial de la NASA/Universidad de Arizona, y Encargado de la Comisión Espacial del Estado de Arizona, nos dice que la tierra es golpeada regularmente por objetos extraterrestres y que muchos de los cuerpos que impactan explotan en la atmósfera como sucedió en Tunguska, sin dejar cráteres o evidencia visible duradera.
¡Pero el hecho que no haya evidencia duradera no quiere decir que no haya un significante efecto sobre el planeta o sus habitantes! Estos impactos o explosiones atmosféricas pueden producir terremotos o tsunamis sin que los testigos conozcan la causa. Después de todo, la tierra se compone de agua en un 75% y cualquier testigo de un evento semejante tiene más posibilidades de ser freído y nunca contar la historia, por lo tanto no tenemos forma de saber realmente si todos los terremotos sobre nuestro planeta son tectónicos en su naturaleza o no.
Lewis señala:
En un año promedio hay una explosión atmosférica de unos 100 kilotones o más. La gran mayoría ocurre en áreas remotas, o tan elevado en la atmósfera, que no son observadas. Incluso si lo fueran, los testigos sólo verían un destello de luz en la distancia, o escucharían el ruido de un trueno distante proveniente del océano abierto. Inclusive aquellos que comúnmente son observados no son reconocidos. (Lewis, Lluvia de Hierro y Hielo).
Como Baillie señala, Lewis está hablando de un año “típico” y es obvio, teniendo en cuenta otros estudios, que no todos los años son iguales – algunos son menos típicos que otros. Baillie escribe:
Como señaló Lewis, sabemos gracias a muchas líneas de evidencia que en líneas generales la tasa de incidencia se debe al tiempo. El hecho de que los impactos no estén en el registro histórico [o no admitido ni debatido por historiadores o arqueólogos] no quiere decir que no hayan sucedido. Después de todo, hay una buena cantidad de campos de cráteres que se formaron en los últimos milenios en Estonia, Polonia, Alemania e Italia (que no fueron registrados históricamente, su existencia se deduce de los agujeros en el suelo). ¡Así que sabemos que el mecanismo de registro es defectuoso! Lo que hay que añadir… es una pieza clave del pensamiento intuitivo. Aquí hay una cita del Escenario D de Lewis:
(En este escenario) En 1946, una bola de fuego de 25.000 toneladas métricas explota a las 4:00 AM hora local a una altura de 11 kilómetros por encima de Fergana en Uzbekistán. La explosión de 1 megatón daña edificios sobre una superficie de varios kilómetros de diámetro, cubriendo la zona con intenso calor y provocando miles de incendios. Los incendios arden fuera de control, causando la muerte a 4.146 personas. Más de 20.000 residentes son despertados por el brillante destello de luz y calor para descubrir su ciudad en llamas. Los sobrevivientes informan un ‘terremoto’. Varias toneladas de fragmentos de meteoritos se mezclan con escombros de 2.000 edificios quemados en los que se distinguen pedazos de ladrillo y piedra. (Lewis citado por Baillie)
El punto es que prácticamente no hay manera de monitorear si el desastre o catástrofe es definitivamente un impacto o un violento terremoto. ¡El resultado es que podrían pasar siglos, con constantes impactos cometarios, sin que nadie sospeche de los verdaderos peligros desde el espacio! Como Baillie señala: hay muchos terremotos registrados históricamente, ¡pero NO impactos! Y, sin embargo, existe evidencia de que han ocurrido impactos – sobre el terreno, y en los registros de hielo. Y está Tunguska.
Informes del evento de Tunguska nos dicen que sacudió el terreno alrededor de la zona de la explosión/impacto en un radio de unos 900 kilómetros. Al momento de un mayor impacto, el terremoto sería proporcionalmente más grave. Cualquiera que se encuentre lo suficientemente lejos como para sobrevivir, sólo habría visto un destello, habría sentido un temblor, y habrían escuchado un fuerte ruido. Si estuvieran demasiado lejos como para ver el destello, o dentro de sus casas, sólo hubiesen informado un terremoto.
En resumen, lo que el trabajo de Lewis pone sobre la mesa es la idea de que algunos conocidos sismos históricos podrían muy bien haber sido eventos de impactos. Baillie menciona que una posibilidad evidente es el gran terremoto de Antioquía en el 526 DC, que fue descrito por John Malalas:
… aquéllos apresados en la tierra debajo de los edificios fueron incinerados y las chispas de fuego surgían del aire y quemaron a todos los que golpeó como un rayo. La superficie de la tierra hirvió y los cimientos de los edificios fueron sacudidos con rayos lanzados por los terremotos y fueron reducidos a cenizas por el fuego… fue una enorme e increíble maravilla con fuegos saliendo de la lluvia, lluvia cayendo de enormes hornos, las llamas disolviéndose en chorros… como resultado Antioquía quedó desolada… unas 250.000 personas perecieron en este espanto. (Jeffreys, E., Jeffreys, M. y Scott, R. 1986, La Crónica de Juan Malalas, Byzantina Australiensia, Australian Assoc. Bizantino Estudios 4, de Melbourne.)
Baillie también señala que una serie de tales impactos y explosiones en la altura, explican de manera más adecuada el problema de larga data de finales de la Edad de Bronce en el Mediterráneo Oriental del siglo 12 antes de Cristo. En ese momento, muchos -incontables- sitios importantes fueron totalmente destruidos y quemados, y todo ha sido culpado a los sobrenaturales “Pueblos del Mar”. Si ese fue el caso, si fue por la invasión y conquista, debería haber al menos alguna evidencia, como guerreros muertos o señales de batalla… Pero en su mayor parte, no es el caso. Casi no se encontraron cuerpos, y tampoco objetos preciosos, salvo aquellos que estaban escondidos como si alguien espera volver a por ellos, o que no tuvieron tiempo de recuperar. Las personas que huyeron (los eventos extra-terrestres suelen advertir previamente ya que un cometa se puede observar acercándose durante algún tiempo) también fueron asesinadas probablemente en el acto de huir, y el resultado fue el abandono y destrucción total de las ciudades en cuestión.
Y el inicio de la Edad Oscura.
Así, la posibilidad de que muchas de las destrucciones del pasado podrían haber estado relacionadas con acontecimientos de impactos nunca se ha tomado en serio o probado y ello puede ser un peligroso error.
La pregunta que plantea Baillie pero que nunca responde realmente es: ¿Qué es lo que tan exitosamente impidió a la gente preguntar por qué existe el miedo profundo y tradicional de los cometas en la psique de la humanidad? Él señala que ciertamente hay gente fuera del mundo académico dominante que hace estas preguntas. ¿Pero por qué, contra todo buen sentido común es este tema tan amplia y sistemáticamente ignorado, marginado y ridiculizado? ¡Lo extraño es que incluso cuando señala que muchos científicos de alto nivel y agencias de gobierno están tomando estas cosas seriamente (Lewis, por ejemplo), son incluso así ignoradas, marginadas y ridiculizadas ante el público en general a través de los medios masivos! Baillie escribe:
En caso de que el lector piense que esto es simple retórica, este es un buen momento para mencionar un evento futuro. El 13 de abril de 2029 un asteroide llamado Apofis pasará junto a la Tierra a una distancia no menor a 50,000 kilómetros. Si usted está vivo para ese entonces, y no está nublado, será capaz de verlo pasar a simple vista. Apofis tiene más de 300 metros de diámetro. Si al pasar junto a la Tierra, ocurre que pase a través de una cierta angosta ventana en el espacio, entonces en 2036 regresará y golpeará la Tierra (esta angosta ventana es un punto en el que la gravedad de la Tierra desviaría la órbita de Apofis justo lo suficiente para asegurar un impacto en 2036). Si Apofis golpea la Tierra el impacto será de la clase de 3000 megatones. Es enteramente razonable declarar que tal impacto, tomando lugar en cualquier lugar del planeta, derrumbaría nuestra civilización y regresaría a los sobrevivientes a la Edad Oscura, metafóricamente hablando (se cree que en tal evento las instituciones globalizadas, como los mercados financieros y de seguros se derrumbarían, tirando consigo los sistemas interconectados monetarios, comercial y de transportes). Los impactos del espacio no son ficción y parece bastante probable que un gran número de ellos han ocurrido en los últimos milenios (más allá de los pequeños ejemplos de formación de cráteres ya mencionados.) Es sólo que, por cierta razón, la mayoría de la gente que estudia el pasado ha elegido evadir o ignorar el asunto. (Baillie)
Junto con la ciencia, Baillie cita evidencia contemporánea – parte de esta evidencia ha sido relegada al “mito”- de alrededor del globo que indica que efectivamente la Tierra estuvo sujeta a bombardeo del espacio durante el siglo catorce y que esto bien pudo ser no sólo la causa del terremoto del 25 de enero de 1348, sino también la causa de la Peste Negra. Baillie cita una gran selección de material de relatos de la época incluyendo el trabajo de Ziegler citado arriba:
Sequías, inundaciones, terremotos, langostas, truenos subterráneos, tempestades nunca antes vistas, cortinas de fuego, granizo de increíble tamaño, fuego del cielo, humo apestoso, atmósfera corrupta, una gran lluvia de fuego, masas de humo. (Ziegler)
Ziegler descarta por completo reportes de un cometa negro que habría sido visto antes de la llegada de la epidemia pero registra: nubes y neblina espesa, estrellas fugaces, chorros de viento caliente, una columna de fuego, una bola de fuego, un violento temblor terrestre, en Italia un incremento de calamidades involucrando terremotos, después de lo cual llegó la plaga. (Baillie)
Resulta que en la década de 1340 hubo una verdadera erupción de terremotos. En el libro de Rosemary Horrox, La Peste Negra, citado por Baillie, encontramos que un escritor contemporáneo en Padua reportó que no sólo hubo un gran terremoto el 25 de enero de 1348, sino que ocurrió en la hora veintitrés.
En el año veintiuno del Emperador Lewis, alrededor de la fiesta de la Conversión de San Pablo (el 25 de enero) hubo un terremoto a través de Carintia y Carniola que fue tan severo que todos temieron por sus vidas. Hubo repetidos choques y en una noche la Tierra se estremeció 20 veces. Dieciséis ciudades fueron destruidas y sus habitantes muertos… Treinta y seis fortalezas montañesas y sus habitantes fueron destruidos y se calculó que más de 40,000 hombres fueron tragados o enterrados.
(El autor dice a continuación que recibió información de “una carta de la casa de Friesach al Prior provincial de Alemania”):
Dice en la misma carta que en este año [1348], fuego cayendo del cielo consumió la tierra de los turcos por 16 días; que por algunos días llovieron sapos y serpientes, por lo cual murieron muchos hombres: que la pestilencia cobró fuerza en muchas partes del mundo. (Horrox).
Del libro de Samuel Cohn:
…un dragon en Jerusalén como el de San Jorge que devoró todo lo que atravesó su camino… Una ciudad de 40,000… totalmente demolida por la caída desde el cielo de una gran cantidad de gusanos, tan grandes como un puño y con ocho patas, que mataron a todos con sus vapores y humos venenosos. (Cohn)
Una historia por el fraile dominico Bartolomeo:
…lluvias masivas de gusanos y serpientes en partes de China, que devoraron grandes cantidades de gente. También en aquellas partes llovió fuego del Cielo en la forma de nieve (ceniza), que quemó montañas, tierra y hombres. Y de este fuego se alzó un humo pestilente que mató a todos los que lo olieron en espacio de doce horas, así como aquéllos que sólo vieron el veneno del humo pestilente. (Cohn)
Cohn escribe:
Tampoco eran tales historias mera charla introductoria de mercaderes crédulos y posibles frailes enloquecidos… [incluso]… el amigo más cercano de Petrarca, Louis Sanctus, antes de embarcarse en su cuidadoso reportaje de la plaga… declaró que en septiembre inundaciones de ranas y serpientes a través de la India habían presagiado la llegada a Europa en enero de las tres galeras genovesas pestilentes… [incluso]… el cronista inglés Henry Knighton… [reportó cómo]… en Nápoles la ciudad entera fue destruida por terremotos y tempestad. Muchos cronistas reportaron terremotos alrededor del mundo, que prefiguraron la plaga sin precedentes. La mayoría situó el evento a la hora vespertina del 25 de enero de 1348. [...]
De estos terremotos que “destruyeron muchas ciudades, pueblos, iglesias, monasterios, torres, junto con su gente y bestias de carga, la que recibió el peor impacto fue Villach en el sur de Austria. Los cronistas en Italia, Alemania, Austria, Eslovenia y Polonia dijeron que fue totalmente sumergida por el terremoto sobreviviendo uno de cada diez. (Cohn)
Un texto continental fechado el domingo 27 de abril de 1348 dice:
Dicen que en tres meses desde el 25 de enero [1348] a la fecha, un total de 62,000 cuerpos fueron enterrados en Avignon. (Horrox)
Un tratado alemán descubierto por Horrox dice:
En tanto que la mortalidad surgió a partir de causas naturales su causa inmediata fue una exhalación terrestre corrupta y venenosa, que infectó el aire en varias partes del mundo… Yo digo que fue el vapor y el aire corrupto que fue ventilado -o purgado por decirlo así- en el terremoto que ocurrió en el día de San Pablo [1348], junto con el aire corrupto ventilado en otros terremotos y erupciones, que ha infectado el aire por encima de la tierra y matado a gente en varias partes del mundo. (Horrox)
Como observa Baillie, si este terremoto tan frecuentemente citado fue en realidad el resultado de impactos de cometas entonces el aire corrupto pudo tener una de dos causas: transformaciones químicas de gran energía en la atmósfera o emanaciones de gases de la misma tierra.
El historiador alemán Hecker nos informa:
En la isla de Chipre la plaga del este ya había iniciado, cuando un terremoto sacudió los fundamentos de la isla, y fue acompañado por un huracán tan espantoso que sus habitantes… huyeron alarmados… El mar se desbordó… Antes del terremoto, un viento pestilente esparció un olor tan venoso que muchos, doblegados por él, cayeron de súbito y expiraron en terribles agonías. …y como en ese tiempo los eventos naturales eran transformados en milagros, se reportó que un meteoro de fuego, que descendió en la tierra lejos en el este, había destruido todo dentro de una circunferencia de más de cien leguas, infectando el aire a grandes distancias. (Cohn)
Jon Arrizabalaga compiló una selección de escritos en un intento por entender lo que la gente educada estaba diciendo acerca de la Peste Negra mientras que estaba ocurriendo. En relación a los términos utilizados por doctores y otras gentes médicas en 1348 para describir la plaga, escribe:
Uno… Jacme d’Agramaont, la trató en términos de una “epidemia o pestilencia y mortalidades de gente” que amenazaron a Lerida desde “algunas partes y regiones vecinas a la nuestra”… Agramont no dijo nada concerniente al término epidemia, pero desarrolló extensivamente lo que quiso decir con pestilencia. Le dio a este último término una etimología muy peculiar, de acuerdo a una forma de conocimiento establecida por Isidoro de Sevilla (570-636) en su Etymologiae, que llegó a ser ampliamente aceptado a través de Europa durante la Edad Media. Dividió el término pestilencia en tres sílabas, cada una con un significado particular: pes=tempesta: ‘tormenta, tempestad’; te= ‘temps, tiempo’, lencia = clardat: ‘brillantez, luz’; por la tanto, concluyó, la pestilencia era ‘el tiempo de la tempestad ocasionada por la luz de las estrellas’.
Ocurre que Isidoro de Sevilla vivió no mucho después de otro periodo de bombardeo de cometas sobre Europa que es también evidente en los estudios de los anillos de árboles y de núcleos del hielo. El 17 de agosto de 1999, el Knight Ridder Washington Bureau publicó un artículo por Robert S. Boyd titulado: Los cometas pudieron haber ocasionado la caída de los grandes imperios de la Tierra, que incluye lo siguiente:
Los análisis de los anillos de árboles muestran que en 540 AD en diferentes partes del mundo el clima cambió. Las temperaturas bajaron lo suficiente para frenar el crecimiento de árboles tan ampliamente dispersos como el norte de Europa, Siberia, el occidente de Norte América, y el sur de Sudamérica.
Una búsqueda de registros históricos e historias míticas señaló a una visita desastrosa del cielo durante el mismo periodo, según se asegura. Hubo una referencia a un “cometa en Galia tan vasto que el cielo entero parecía en llamas” en 540-41.
De acuerdo a la leyenda, el Rey Arturo murió alrededor de esta época y los mitos celtas asociados con Arturo dan pistas acerca de dioses luminosos en el cielo y chorros de fuego.
En los años 530s, tanto observadores mediterráneos como chinos registraron una inusual lluvia de meteoros. Los meteoros son ocasionados por el fino polvo de cometas quemándose en la atmósfera. Más aún, un equipo de astrónomos del observatorio Armagh en Irlanda del Norte publicó una investigación en 1990 que dice que la Tierra debió de haber estado en riesgo de bombardeo de cometas entre los años 400 y 600 AD. [...]
La hambruna siguió a la caida en las cosechas, y justo después vino la peste bubónica que barrió Europa a mediados del siglo sexto. [...]
En estos tiempos el emperador romano Justiniano estaba intentando regenerar el imperio romano en decadencia. Pero el plan falló en 540 y le siguieron la Edad Oscura y el surgimiento del Islam.
Hay una gran cantidad de material de ese periodo que apunta consistentemente a una “atmósfera corrupta,” “respira el aire y mueres”, y de algún modo el océano estaba involucrado al igual que terremotos y cometas y bolas de fuego en el cielo. Un reporte de la Facultad de Medicina de París preparado en octubre de 1348 dice:
Otra posible causa de corrupción que es necesario tener en mente es el escape de la podredumbre atrapada en el centro de la tierra como resultado de los terremotos – algo que efectivamente ha ocurrido recientemente. (citado por Baillie)
En breve, los franceses estaban conscientes de una serie de terremotos en la época en que pudieron haber sido ocasionados por impactos de cometas. Un reporte de ese periodo dice que un terremoto duró seis días y otro declara que el periodo fue diez días. Tales eventos podrían también producir liberación de gases de todo tipo de químicos desagradables que podrían ser mortales. Consideren lo siguiente:
La explosión de gas del Lago Nyos, Camerún 1986
[...]
Aunque una repentina emanación de gases de CO2 ya había ocurrido en el Lago Monoun en 1984, matando a 37 residentes locales, no se anticipó una amenaza similar del Lago Nyos. Sin embargo, el 21 de agosto de 1986 ocurrió una erupción límnica en el Lago Nyos que detonó la súbita emanación de alrededor de 1.6 millones de toneladas de CO2. El gas se desparramó pendiente abajo por dos valles cercanos, desplazando todo el aire y sofocando a unas 1,800 personas a una distancia de 20 kilómetros del lago, la mayoría aldeanos rurales, al igual que a 3,500 cabezas de ganado. Unos 4,000 habitantes huyeron del área, muchos de los cuales desarrollaron problemas respiratorios, quemaduras y parálisis como resultado de los gases.
No se sabe qué detonó la catastrófica emanación de gases. La mayoría de los geólogos sospechan una avalancha, pero algunos creen que una pequeña erupción volcánica pudo haber ocurrido en el fondo del lago. [...]
Se piensa que se liberó hasta un kilómetro cúbico de gas. Debido a que el CO2 es más denso que el aire, el gas fluyó desde el flanco montañoso en que yace el Lago Nyos y descendió hacia dos valles adyacentes en una capa de diez metros de profundidad, desplazando el aire y sofocando a toda la gente y animales antes de que pudiera disiparse. Las aguas normalmente azules del lago se tornaron rojo profundo después de la emanación del gas, debido a que agua rica en hierro subió a la superficie y se oxigenó con el aire. El nivel del lago bajó en alrededor de un metro, equivalente al volumen de gas emanado. La emanación probablemente también ocasionó un desbordamiento de las aguas del lago. Los árboles cerca del lago fueron derribados.
Mmmh… uno se pregunta si eventos similares ocurren como consecuencia de impactos de cometas y si la emanación de gases de los océanos podría ser igualmente peligrosa y mortal. Uno también se pregunta, considerando que los árboles fueron “derribados”, si esta emanación no habría sido un evento de impacto.
Baillie nos lleva a través de la ciencia con cifras y gráficas y nos muestra cómo quienes experimentaron la Peste Negra hablaban de estas cosas llanamente, pero por alguna razón, todos los historiadores modernos pensaron que estos comentarios acerca de lluvias de fuego y muerte y aire que podía matar eran sólo metáforas de una enfermedad horrible. A fin de cuentas es la ciencia la que debe prevalecer en esto porque toda la gente que trabaja de modo totalmente independiente estudiando cometas, tsunamis, dióxido de carbono, núcleos de hielo y anillos de árboles observa en sus datos que algo muy extraño ocurrió a nivel global alrededor de la época en que la Peste Negra diezmó a la población humana en la Tierra.
En sus conclusiones, dignas de reproducir aquí, Baillie observa:
Es cada vez más evidente que en términos intelectuales el mundo está divido en dos. Hay quienes estudian el pasado en los campos de la historia y la arqueología y no ven evidencia de que las poblaciones humanas hallan sido afectadas por impactos del espacio. En una postura diametralmente opuesta se encuentran quienes estudian a los objetos que pasan cerca de este planeta y a veces chocan con él. Algunos miembros serios de este último grupo no tienen ninguna duda en lo absoluto de que deben haber ocurrido numerosos impactos devastadores en los últimos cinco milenios; el periodo de la civilización humana.
Y sin embargo nadie habla de ello.
Realmente hay suficientes datos en el libro de Baillie para sostener la teoría de que la Peste Negra se debió a un impacto de restos de cometas similar a los impactos en Júpiter por los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy en 1994. En cuanto a cómo ocurrieron estas muertes, hay muchas posibilidades: terremotos, inundaciones (tsunamis), lluvias de fuego, químicos liberados por las explosiones de gran energía en la atmósfera, incluyendo amonio y cianuro de hidrógeno, e incluso posiblemente patógenos de enfermedades traídos por cometas.
Si ha ocurrido con tanta frecuencia como sugiere Baillie, puede ocurrir otra vez. Y si, como sospechamos, la Tierra está destinada a ser bombardeada en un futuro no muy distante, parece que hay más maneras de morir en tal evento que simplemente ser golpeado por un fragmento de cometa.
El Dr. Mike Baillie es profesor emérito de paleoecología en la escuela de arqueología y paleoecología de la Universidad de Queen de Belfast en Irlanda del Norte.
Baillie es un experto en dendrocronología, o la determinación de fechas por medio de anillos de árboles. En los 1980s contribuyó a construir una cronología año por año del crecimiento de anillos de árboles, llegando hasta 7,400 años hacia el pasado.
autora/Laura Knight-Jadczyk
Laura Knight-Jadczyk es una Estadounidense Floridana de séptima generación, una Historiadora/mística y autora de 14 libros y muchos artículos publicados en medios impresos así como en Internet. Ella es la fundadora de SOTT.net y la inspiración detrás del Experimento Cassiopaeo. Ella vive en Francia con su esposo, el físico matemático Polcao, Arkadiusz Jadczyk, cuantro de sus cinco hijos, su familia extendida, ocho perros, cinco pájaros y un gato.
fuente/http://es.sott.net/article/3078-Nueva-luz-sobre-la-Peste-Negra-La-conexion-cosmica
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