Desde febrero de 2013 comenzaron a surgir en México las llamadas “Guardias Comunitarias”, grupos de autodefensa compuestos por civiles que han decidido levantarse en armas ante la falta de respuesta de las autoridades frente a los abusos de las mafias del narcotráfico.
En la región donde nacieron estas Guardias Comunitarias, Tierra Caliente (una zona que comprende los municipios de Michoacán y Guerrero, especialmente violenta por la presencia del crimen organizado), ya operan más de 100 grupos y ya se han reportado enfrentamientos con las bandas criminales.
Las Guardias Comunitarias son toleradas por las autoridades de la zona ya que una ley de Pueblos y Comunidades Indígenas de Guerrero permite que las etnias garanticen su propia seguridad, siempre y cuando no porten armas de uso exclusivo del ejército ni salgan armados de sus comunidades. En la región actúan bandas criminales y narcotraficantes que extorsionan a pobladores y pequeños y medianos empresarios, muchas de las veces vinculados con efectivos corruptos de la policía municipal o militares.
Según afirma uno de los líderes de estos grupos de autodefensa, “es un movimiento de pobres, solo queremos que se retiren y nos dejen trabajar, no estamos en guerra, sólo nos defendemos y esto no va a terminar aunque me maten a mí.”
José Manuel Mireles, líder de la Guardia Comunitaria de Tepalcatepec, asegura que pese a los intentos de los grupos delincuenciales y de las mismas autoridades de controlar lo que ellos han rescatado, seguirán peleando por tener la libertad que les fue quitada desde hace 10 años.
“A los municipios nosotros llegamos en apoyo, pero las mismas comunidades son las que ponen sus propias trincheras. Quieren denostar el trabajo limpio que estamos haciendo el pueblo, no estamos formando ningún cártel ni estamos financiados por uno. Nosotros estamos buscando que nos ayuden para que el estado termine con la violencia, queremos elecciones limpias”, afirma Mireles.
El académico Lorenzo Meyer comentó que los grupos de autodefensa son una representación del enorme fracaso que tiene el Estado en el tema de la seguridad y que no se ha atacado correctamente.
Uno de los lemas más usados por estos grupos comunitarios es “Todos contra el mal gobierno”.
Algunos expertos en seguridad temen que la proliferación de estos grupos pueda desencadenar un auténtico estallido popular en un país que además de los altos índices de violencia y tráfico de drogas cuenta con una alarmante desigualdad social.
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