El gobierno federal de Estados Unidos otorgó una subvención de 750.000 dólares a la Universidad Estatal de Washington (WSU, por sus siglas en inglés) para investigar los beneficios de la agricultura biológica en la erradicación de plagas sin el uso de productos químicos.
Inspirado en una encuesta llevada a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, el proyecto de investigación se financiará con subvenciones para que analicen cómo funcionan los métodos de cultivos orgánicos, tales como la rotación de cultivos, biodiversidad y utilización de insectos en vez de matarlos con pesticidas; en realidad eso podría ayudar a resolver el problema de plagas en la agricultura convencional.
Al frente del proyecto está Bill Snyder, profesor de entomología de la WSU, que con la ayuda de sus colegas analizarán el ADN recogido tanto del estómago de insectos depredadores, como de cultivos para ver cuán compleja es la interacción de estos que puedan proporcionar soluciones sostenibles al problema de plagas en los cultivos. Titulado “CSI: Orgánica”, el proyecto de tres años investigará los aparentes éxitos de la agricultura ecológica para identificar la logística por detrás de la forma beneficiosa y preferible a los métodos agrícolas modernos, a base de químicos.
Específicamente, Snyder espera aprender más acerca de las complejidades de los insectos depredadores y cómo ellos afectan la salud del suelo, con el fin de entender cómo todo un sistema, insectos, cultivos y suelos pueden coexistir en armonía unos con otros para lograr mantener todo en un equilibrio adecuado. La diversificación de cultivos, por ejemplo, en lugar de hacer un solo tipo de cultivo sobre una gran superficie, es una forma en que la agricultura orgánica ayuda a mantenerlas plagas bajo control.
“Esperamos poder aprender algunas lecciones muy generales acerca de cómo hacer que las plagas sean menos problemáticas”, dice el profesor Snyder, citado por The Seattle Times, acerca del esfuerzo. “Me alegro cuando veo un pulgón sobre algo que adquiero en la tienda, porque por lo menos sé que es orgánico”.
Mariquitas, arañas y avispas eliminan en forma natural plagas destructivas
Otro beneficio de la agricultura orgánica es que al eliminar los pesticidas dañinos de la ecuación, conserva esas plagas de depredadores que naturalmente comen otras plagas destruyendo cultivos. Las mariquitas, por ejemplo, a menudo son utilizadas en la agricultura ecológica integrada para eliminar pulgones y otros destructores de cultivos. Los métodos que cubren cultivos convencionales con venenos, matan a los insectos, por otro lado, no es posible hacer sobrevivir a las mariquitas, eso significa que finalmente prevalecerán los insectos resistentes a plaguicidas.
Las avispas hembras también son beneficiosas, ya que sabemos que insertan sus huevos directamente en plagas dañinas como moscas y pulgones, matándolos en forma natural desde adentro hacia afuera. Aunque una imagen mental un tanto inquietante, las larvas eventualmente insertadas, a su salida comen la plaga dañina para convertirse en una avispa adulta, este proceso representa una forma más natural por la que la agricultura orgánica puede hacerse cargo de plagas destructoras y sin productos químicos.
“La gente piensa que la razón por la que hay tantas plagas en la agricultura se debe a que en las granjas suelen enfocarse sólo en uno de los cultivos y en el amplio uso de plaguicidas”, escribe Kristi Pihl para The Seattle Times, citando al Prof. Snyder. “Al tomar ventaja de los buenos insectos, los agricultores pueden evitar usar pesticidas”.
El tiempo que una granja utiliza métodos de cultivo orgánicos, también parece desempeñar un papel en su eficacia natural contra plagas invasoras. Según el profesor Snyder, cada año que una granja utiliza métodos de cultivo orgánicos, es otro año que disuade a plagas de insectos en forma natural para incrementar su población y así proteger mejor los cultivos.
Snyder y su equipo también echan un vistazo a cómo los métodos de la agricultura ecológica mejoran la salud del suelo, que es fundamental de un sistema agrícola que funciona bien. Mediante el análisis de cómo los cultivos con abono y las cosechas afectan al suelo, y viendo que las plantas cultivadas orgánicamente inmunizan en forma natural a las plagas, el equipo espera ayude a la ciencia empírica a mejorar la práctica que desde tiempos inmemoriales ha proporcionado sustento a la humanidad.
“Suelo saludable equivale a plantas más saludables”, dice el profesor Snyder.
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