Con ese nombre se publicó hoy un informe del Centro de Investigaciones de Política Económica (CEPR por siglas en inglés), una amplia red de economistas con sede en universidades de Europa en particular.
En términos francos, el informe '¿Desapalancamiento?' le advierte a las próximas reuniones del FMI y Banco Mundial en Washington, DC, que está por desatarse un desplome financiero.
El informe dice que "una combinación tóxica de un endeudamiento global elevado y creciente y una desaceleración nominal en el PNB [Producto Nacional Bruto], provocado tanto por una desaceleración en el crecimiento real como una inflación a la baja" tiene atrapado al sistema. "La carga total de la deuda mundial, pública y privada, se ha elevado de 160 por ciento de ingreso anual en el 2001 a casi 200 por ciento después de que golpeó la crisis del 2009 y 215% en el 2013". Las políticas de tasas de interés al cero por ciento y de los rescates de todos los bancos centrales del "sector desarrollado" ha producido el estancamiento económico por toda la región transatlántica y de Japón, estancamiento que va a continuar hasta que la Reserva Federal empiece a tratar de elevar las tasas de interés. Entonces, el sistema financiero se va a desplomar. Estos economistas de la "Conferencia de Ginebra" piensan que este estallido va a ocurrir a mediados del 2015.
El informe también muestra con gráficas, que la forma dominante del crecimiento de esta deuda en las economías "desarrolladas" está relacionada a los mercados de valores, y en segundo lugar al endeudamiento del gobierno; en los países "en desarrollo" [lo cual quiere decir principalmente China e India] el crecimiento dominante es el otorgamiento de préstamos.
Esta "distinción Glass-Steagall", si bien no la nombran así los autores, habla de dónde viene el próximo crac.
Solo tres semanas antes, el 5 de setiembre, el Deutsche Bank, el monstruo de banca universal de Londres y Frankfurt, produjo un "informe de investigación", donde reconoce con urgencia que "el mantenimiento y expansión de la burbuja de la deuda global es esencial para el sistema financiero internacional". Ese informe, hecho por encargo de Wall Street y los megabancos con sede en Londres, decía:
Lo que le agrega el "Informe Ginebra" de nuevo y más intencionalmente es que la "bestia" va a estallar en un crac gigantesco cuando la Reserva Federal y otros bancos centrales traten de "manejarla".
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