Los días del dólar como la divisa internacional de reserva están contados, mientras el tiempo deEE.UU. como superpotencia expira, según el exsubsecretario del Tesoro de EE.UU. y uno de los cofundadores de la ‘reaganomía’, Paul Craig Roberts.
“El mercado de bonos es una burbuja, el mercado de valores es una burbuja, el dólar es una burbuja (…). El tiempo del dólar está a punto de terminarse, aunque puede perdurar unos cuantos años más”, insistió el exasesor de Ronald Reagan en una entrevista con ‘Sprott Money‘. El dólar asumió el papel de moneda de reserva mundial después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la única economía industrial en el mundo que quedó intacta fue la de EE.UU., explica Roberts. De este modo, EE.UU. fue el único país cuya divisa podía apoyarse en la producción de mercancías y servicios. Con lo cual, los pagos en dólares tenían sentido, porque daba confianza en pagos de otros países.
Sin embargo, hoy en día hay muchos países desarrollados y hay muchas divisas alternativas que se comercializan libremente. Según Roberts, el hecho de que “el papel del dólar como moneda mundial haya terminado” se debe a dos motivos claves: la impresión masiva de nuevos billetes y las sanciones.
“La consecuencia de emitir tantos billones de dólares nuevos para apoyar los precios de los bonos del Tesoro de EE.UU. sería destruir la moneda fiduciaria: detrás de estos dólares no hay servicios ni mercancías. Desde el 2008, los servicios y mercancías no han crecido en proporción a los dólares que la Reserva Federal ha creado”, argumenta el economista.
Según él, con su política exterior Washington está impulsando a que países poderosos como China o Rusia queden fuera del sistema de pagos en dólares. “La aplicación de las sanciones primero contra Irán, un productor petrolero, y luego contra Rusia, resultaron esencialmente en que Rusia mueva una gran parte de su energía fuera del sistema del dólar. Y es muy probable que otros productores de energía sigan su ejemplo”.
“Lo que pasa ahora entre los países del BRICS —Rusia, China, Brasil, la India y Sudáfrica— es que simplemente evitan el dólar y, desde luego, es mucho más barato para ellos. (…) Si los BRICS tienen éxito al organizar sus pagos internacionales con sus respectivas divisas propias y simplemente abandonan el uso del dólar, esto resultaría en la caída de la demanda del dólar en los mercados de divisas”, argumenta Roberts.
Desde su punto de vista, la postura vulnerable de la divisa nacional sacude también el peso de Washington en la arena política internacional. “El fundamento del poder estadounidense en el mundo es el dólar como una moneda internacional de reserva. Es la fuente de la hegemonía financiera estadounidense. Toda cosa que debilite o destruya este papel, debilita y destruye también el poder estadounidense”, concluye el analista.
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