Oculto en la máscara de una momia, un texto que tal vez sea la copia de un evangelio más antigua en existencia —un fragmento del Evangelio de Marcos escrito antes del 90 d.C.— está a punto de ser revelado al público por primera vez. En la actualidad, las copias sobrevivientes de los textos de los evangelios datan del segundo siglo (entre los años 101 y 200).
En cambio, el evangelio descubierto data del primer siglo de nuestra era y fue escrito en una hoja de papiro que más tarde se reutilizó para crear una máscara funeraria. Las máscaras que portaban las momias de los faraones estaban hechas de oro, pero la gente ordinaria no podía costear tales lujos en el más allá, por lo que sus máscaras eran de papiro o lino junto con pintura y pegamento.
Aún así, el papiro tenía un gran valor y no era nada económico, por lo que la gente a menudo reutilizaba hojas que ya habían sido escritas. En años recientes, los científicos han desarrollado una innovadora técnica que permite deshacer el pegamento de las máscaras de papiro sin dañar la tinta del papel, quedando expuestas las escrituras. El evangelio del primer siglo es uno de cientos de nuevos textos en los que cerca de tres docenas de eruditos se encuentran trabajando para revelar y analizar valiéndose de la técnica mencionada.
«Recobramos documentos ancestrales del primer, segundo y tercer siglo. Y no solo documentos cristianos o bíblicos, sino también clásicos griegos, cartas personales, y otros textos más cotidianos», dijo el Profesor Craig Evans, un estudioso del Nuevo Testamento en el Acadia Divinity College en Wolfville, Nueva Escocia. Entre los clásicos griegos, se encuentran copias de las historias del poeta Homero. Asimismo, los textos más mundanos, por ejemplo, sobre negocios de la época, incluían en muchas ocasiones fechas. Cuando el pegamento fue disuelto, los investigadores dataron el evangelio —en parte— al analizar los otros documentos que componían la máscara. Esto sirvió para reforzar la datación obtenida mediante carbono-14.
Una de las desventajas del proceso es que la máscara de la momia es destruida, por lo que algunos egiptólogos debaten si el método utilizado debe proseguir para revelar textos antiguos a costa de una destrucción sistemática. Sin embargo, Evans enfatiza que las máscaras que están siendo destruidas para exponer los textos no son de calidad y que difícilmente serían mostradas en un museo.
De hecho, algunas no son máscaras per sé, sino más bien simples piezas de cartonaje. «No es extraño recobrar docenas de textos de una sola máscara; tendremos en nuestras manos cientos, sino miles, de papiros cuando hayamos finalizado la investigación», destacó Evans. Pistas bíblicas A pesar que el fragmento del evangelio del primer siglo es pequeño, el texto proveerá pistas sobre si el Evangelio de Marcos sufrió cambios o modificaciones a través de los años subsiguientes. Unas de las principales metas de los análisis efectuados sobre los textos de las máscaras funerarias, es determinar cuánto tiempo éstos fueron conservados hasta el momento de ser desechados o reutilizados.
Esto puede brindar valiosa información acerca de cómo y cuándo fueron copiados los textos bíblicos. «Tenemos razones de sobra para creer que los escritos originales y sus copias más tempranas estuvieron en circulación por cien años, y en algunos casos mucho más —hasta 200 años—», dijo Evans.
Lo anterior significa que si un escriba hacía la copia de una escritura del siglo tercero podría haber tenido a su disposición las originales del primer siglo o sus copias, como así también copias del siglo segundo.
Listo para publicar El equipo de investigación publicará el primer volumen de textos obtenidos de las máscaras de las momias y cartonaje durante el transcurso del presente año (2015). Incluirá, desde luego, el fragmento del Evangelio de Marcos datado en el primer siglo después de Cristo.
Artículo publicado en MysteryPlanet
No hay comentarios:
Publicar un comentario