El gobierno está implantando microchips rastreables a los detenidos de Guantánamo antes de su liberación, mediante nanotecnología probada en tropas estadounidenses, de acuerdo con un infante de marina y otras fuentes de alto nivel.
Según WikiLeaks, en 2010, el rey Abdullah de Arabia Saudita solicitó a la administración Obama el implante de microchips a los detenidos para rastrear sus movimientos una vez estuvieran en libertad, y ahora parece que el Pentágono accedió a tal petición.
“En realidad es un programa que comenzó siendo aceptado voluntariamente por nuestras tropas”, reveló la fuente. “Jóvenes asustados, firmando papeles que autorizan el implante de elementos que los van a “ayudar” en su misión.
Comienzas por asistir a sesiones de respuesta a sustancias biológicas, radiológicas y químicas y terminas aprobando esas cosas pensando que van a ayudarte.”
La fuente describe los microchips rastreables como “totalmente minúsculos.” “Regularmente el chip se coloca en una parte del cuerpo en la que se necesitaría un procedimiento invasivo – cirugía- para retirarlo”, agregó.
No es algo que puedas simplemente sacar con una navaja. Corres el riesgo de complicaciones severas intentando extraer algo que no sabes exactamente dónde está.”
En 2010, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) anunció que estaba investigando si a través de chips implantados se podían tratar “lesiones traumáticas del cerebro”; y dos años más tarde amplió el programa al “seguimiento de la salud de las tropas en el campo de batalla.” “Para las fuerzas especiales militares, el implante de nanosensores capaces de monitorear múltiples indicadores del estado fisiológico podría ser una innovación verdaderamente interesante”, dijo DARPA. Pronto comenzó a utilizar el programa para rastrear individuos e implantar falsos recuerdos en ellos.
“DARPA parece llevar viento en popa en este tipo de tecnologías”, explica el neurocientífico Joseph LeDoux. “Lo que planean ahora es colocarlos en el cerebro. Sería como una prótesis que en lugar de suplantar un brazo te está fijando archivos de memoria.” Y, por desgracia, no hay ninguna razón para que los microchips rastreables sean limitados a prisioneros y soldados.
“Estos avances tecnológicos suelen ser de alguna manera promocionados para que le sea difícil a un ciudadano promedio rechazarlos”, escribió por su parte Michael Snyder. “Después de todo, ¿quién podría estar en contra de mantener vivos y sanos a nuestros soldados?”
“Pero como el camino al infierno se pavimenta con buenas intenciones; resulta que investigadores de la Universidad de Stanford también están ocupados desarrollando una tecnología similar pero para el público en general”.
Por KIT DANIELS / Infowars
Traducido por @dacha1953 para Periodismo Alternativo
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