sábado, 21 de febrero de 2015

Verdú, sobre las tarjetas 'black': “Le advertí a Rato que era una mala praxis bancaria"

Francisco Verdú, exconsejero delegado de Bankia, ha explicado que advirtió a Rato que el uso de esas tarjetas era una mala praxis bancaria y que por ello él decidió no utilizar la suya

Francisco Verdú, exconsejero delegado de Bankia, en una imagen de archivo (EFE)


La declaración de los tres exconsejeros de Caja Madrid que recibieron las tarjetas ‘black’ pero se negaron a usarlas es una pieza clave dentro de la investigación porque pueden explicar si su negativa a utilizarlas fue porque intuían que se trataba de un mecanismo ajeno a la legalidad. El exconsejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, ha reconocido ante el juez que en treinta años que lleva en banca “nunca vio nada de ese tipo”.

Verdú, que ha declarado ante el magistrado Fernando Andreu en calidad de testigo, ha explicado que fue el expresidente de la entidad, Rodrigo Rato, quien le entregó la tarjeta en persona a finales de 2012 y le comentó que aquélla tenía un límite de 75.000 euros y sólo la iban a tener cuatro personas: el propio presidente; el director financiero, Ildefonso Sánchez Barcoj; y la mano derecha de Rato, José Manuel Fernández Norniella.

El ex consejero delegado ha negado tajantemente lo declarado por Rato ante el juez, quien aseguró que jamás había hablado con Verdú del asunto. Según el testigo, eso es mentira porque el que fuera presidente de Bankia le entregó un sobre con la tarjeta y la documentación de ésta y éste le advirtió que se trataba de una “mala praxis”.

Verdú ha explicado ante el juez que un año después de su incorporación en Bankia se le redujo su salario en una cuarta parte, tras el real decreto aprobado por el cual se establecía como límite para las retribuciones en banca en 600.000 euros.

La tarjeta que le ofreció Rato, quien le indicó que podía utilizarla para lo que quisiera siempre y cuando no superara el límite establecido, no estaba contemplada dentro de su contrato de retribución y por eso la rechazó, ni siquiera llegó a abrir el sobre que le entregó. “No se puede usar una tarjeta sin ningún tipo de justificación. No entendía por qué le daban otra tarjeta”, ha explicado Verdú, tras aclarar que sí disponía de una tarjeta de representación, por la que se entregaban los justificantes correspondientes.

Sin embargo, a pesar de este testimonio, en la causa consta que Verdú firmó el contrato de la tarjeta, con un límite de 68.000 euros (inferior al que le dijo el presidente cuando se la ofreció), extremo que éste desmiente tajantemente. El exconsejero delegado de la entidad afirma que jamás firmó ningún contrato y la rúbrica que está estampada no es la suya. También ha desmentido que conociera que se estaba llevando a cabo esta práctica de manera generalizada, conocimiento que ha tenido tras destaparse en escándalo.

Rato desmiente a Verdú

Por su parte, Rato ha asegurado que nunca entregó físicamente una tarjeta de crédito al exconsejero delegado de la entidad. En declaraciones a Efe, el expresidente de la entidad ha aclarado que "no era su función" hacer entrega de las tarjetas que poseían algunos miembros de la antigua cúpula de la entidad. "Si dada su profesionalidad, experiencia y su cargo de consejero delegado no actuó, cabe suponer que no le dio ninguna importancia", ha añadido Rato. 

Nunca les ofrecieron la ‘black’

Los otros dos exconsejeros de Caja Madrid que han declarado en calidad de testigos y que constan como los otros dos únicos miembros de la entidad que no utilizaron la tarjeta ‘black’, han dado una versión totalmente distinta a la de Verdú. En su caso, no la utilizaron porque nunca se la ofrecieron. Se trata deÍñigo Aldaz y Esteban Tejera, quienes han asegurado que siempre han tenido una única tarjeta, para gastos de representación, respecto de la cual presentaron todos los justificantes de pago.

Miguel Corsini, Rodrigo Rato, Ricardo Morado Iglesias y Estanislao Rodríguez-Ponga fueron algunos de los usuarios de las 'black' (EC)

Por su parte, Terceiro ha explicado detalladamente cómo se gestionaron las retribuciones a consejeros y directivos en su etapa como presidente de Caja Madrid. Ha indicado al magistrado que los sueldos tanto de los ejecutivos como el de él mimo los fijaba el Consejo de Administración y que durante los nueve años que estuvo al frente de la entidad las únicas subidas de sueldo que tuvo son las relacionadas con la subida de IPC, y que nunca ascendió a más de 200.000 euros anuales.

La austeridad de Terceiro frente a Blesa

Terceiro, que ha querido demostrar la austeridad de su época en contraposición con los años de bonanza de Blesa, ha añadido que los consejeros no tenían sueldo sino un pago de dietas por las reuniones. Recibían 150 euros por sesión, lo que ascendía a unos 1.800 euros anuales.

Sin embargo, en 1988 ante la liberación del mercado, se optó por entregar una tarjeta para gastos de representación y así equiparar “un poco” el sistema retributivo del resto del sector. Cada usuario tenía una tarjeta con un límite mensual de 600 euros pero jamás se llegaba a superar porque normalmente los usuarios no excedían los 300 euros mensuales.

Había un control muy estricto de los gastos por parte tanto del secretario general, en ese momento Ángel Montero, como por auditoría interna, hasta un punto que no se permitía pasar comidas los viernes ni hoteles de más de tres estrellas. Con su versión desmiente a Blesa, quien en su declaración como imputado ante el juez aseguró que el sistema de las tarjetas ‘black’ se heredó de la época de Terceiro. Las tarjetas utilizadas en ese periodo eran únicamente de representación, con un control estricto, y por tanto eran deducibles por la caja en su Impuesto de Sociedades.

Bankia comenzó a investigar en 2014

El último testigo en declarar ha sido el director de Auditoría de Bankia, Iñaki Azaola, quien ha asegurado que la investigación por las tarjetas ‘black’ comienza en enero de 2014 por su departamento después de que le hicieran llegar tres hojas con el desglose de esas tarjetas, desconocidas hasta el momento por el departamento de Auditoría.

Según ha explicado, todas las tarjetas tenían un contrato y debían justificar sus gastos, algo que no ocurría con las ahora investigadas, que estaban al margen del circuito legal de la entidad. Por eso decidieron iniciar un proceso inspector, que después fue remitido al Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) y por éste entregado a la Fiscalía Anticorrupción.

http://www.elconfidencial.com/espana/2015-02-20/verdu-en-30-anos-nunca-habia-visto-algo-similar_715554/

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