Todo el paisaje de la necrópolis de Guiza, incluidas las pirámides y la Esfinge, se encuentra erosionado. Parte de dicha erosión sugiere que esta zona estuvo en algún momento sumergida bajo el agua del mar. Un fósil de características únicas refuerza esta teoría.
El arqueólogo Sherif El Morsi lleva trabajando exhaustivamente en la meseta de Guiza desde hace más de dos décadas, y en el año 2013 se asoció con su colega la investigadora Antoine Gigal, fundadora del “Humanity founder and fellow researcher” para mostrar su descubrimiento al mundo: un polémico fósil que puede cambiar toda la historia.
El Dr. Robert M. Schloch fue uno de los primeros científicos que abordó realmente la antigüedad de estas estructuras de la meseta, asegurando que son mucho más antiguas de lo que se piensa. A principios de 1990, sugirió que la Esfinge tenía miles de años más de lo que normalmente se cree: basándose en estudios realizados sobre patrones de erosión hídrica que se encuentran tanto en el monumento, como en la roca circundante, la Esfinge se remontaría hasta los 5.000 o 9.000 años antes de Cristo.
El Dr. Robert M. Schloch, a principios de 1990, sugirió que la Esfinge tenía miles de años más de lo que normalmente se cree y que se remontaría hasta un espacio de tiempo comprendido entre los 5.000 y 9.000 años antes de Cristo. (Pirouettewp/CC BY SA 4.0)
Desde entonces, Morsi ha estado investigando más profundamente sobre este misterio. Durante una de sus sesiones de fotos que documentan los patrones de erosión de muchos de los monumentos de la zona, hizo un descubrimiento que sugiere, además, que el área estuvo en algún momento sumergida.
El exoesqueleto de un erizo de mar
“Durante mi sesión de fotos de esta antigua línea de costa, casi me tropecé con un segundo nivel de bloques del templo”, dijo el Sr. Morsi en un artículo publicado en la web Gigal Investigación. “Para mi sorpresa, la protuberancia en la superficie superior del bloque, que casi me hizo caer, era el exoesqueleto petrificado de lo que parecía ser un equinoideo (erizo de mar), una criatura marina de aguas poco profundas.”
Morsi cree que la meseta de Guiza, en algún momento de la historia, sufrió una inundación marítima. En particular, en el área del templo de Micerinos pudo haberse formado en alguna ocasión una antigua laguna, cuando el mar cubrió la Necrópolis, la Esfinge, los complejos de los templos y otros monumentos.
Otros científicos han sugerido que el equinoideo de la piedra caliza quedó al descubierto por la acción de la erosión y la criatura pasó a integrar la piedra caliza original que se formó hace 30 millones de años. Pero Morsi no se muestra de acuerdo con esta teoría y más bien sugiere que los restos de este animal fueron cementados o petrificados en una época relativamente más reciente, citando como pruebas de su teoría que la criatura está en posición gravitacionalmente plana, que se encuentra en perfectas condiciones, que está situada dentro del rango de las mareas de la laguna y que es un espécimen grande, a diferencia de los de menor tamaño que se encuentran habitualmente en bloques de piedra caliza.
Fotografía de típico fósil de equinoideo en estado fragmentario. En la imagen se pueden apreciar púas y restos del caparazón (Public Domain)
“Podemos ver claramente la condición prístina y detalles minuciosos de la perforación del exoesqueleto”, continuó Morsi, “lo que significa que esta criatura marina debe haberse petrificado en los últimos tiempos. No es un fósil cuyo cuerpo es como la mayoría de los fósiles que se remontan a 30 millones de años, pero esta petrificado por los depósitos de sedimentos que han llenado sus huecos”.
Una inundación de 75 metros sobre el nivel del mar actual
Morsi cree que la inundación fue bastante significativa, alcanzando un máximo de 75 metros sobre el nivel del mar actual y dando lugar a una línea de costa que abarcaría el recinto de Kefrén, cerca de la Esfinge y el templo de Micerinos. Las oquedades y estrías producidas por la marea y debidas al reflujo de las olas en las piedras de este área, muestran unos 2 metros de diferencia entre mareas, señala Morsi.
Por otra parte, en lugares como la Esfinge, el templo de la Esfinge, y los primeros 20 tramos de la Gran Pirámide, las piedras presentan huellas de la erosión debida a la saturación de agua en los niveles más profundos. En los bloques del templo aparecen sedimentos y material que sólo se observa en fondos marinos poco profundos y lagunas. Al retirarse el agua, la roca actúa de forma parecida a una esponja.
Pirámide de Kefrén, Gran Esfinge de Guiza y Templo de la Esfinge del Imperio Nuevo. En puntos como la Esfinge, el Templo de la Esfinge, y los primeros 20 tramos de la Gran Pirámide, las piedras presentan huellas de la erosión debida a la saturación de agua en los niveles más profundos. (Francesco Gasparetti/CC BY 2.0)
Para que un equinoideo alcance los 8 centímetros -tamaño medio de los fósiles- se necesitan unos 15 años. Además, la cantidad de sedimentos y depósitos de aluvión, así como la erosión entre mareas en las zonas menos profundas, lleva siglos, lo que sugiere que la zona estuvo inundada durante bastante tiempo.
Sin embargo, es difícil determinar el año exacto de la inundación. Durante los últimos 140.000 años, los niveles del mar han fluctuado más de 120 metros, dependiendo del crecimiento y/o retroceso de las grandes capas de hielo durante los ciclos glaciales, según informes de Investigación Marina y Atmosférica CSIRO.
Imagen de portada: La gran esfinge de Guiza y la pirámide de Kefrén. (WitR/iStock/Thinkstock)
Autor: Paul Darin
Fuente: Ancient Origins.es
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