Desde la caída del Imperio Romano y hasta el siglo XVI, la esperanza de vida en Europa apenas superaba los treinta años. No había mujer que no viera morir al menos a uno de sus hijos antes de los cinco años, pues cada recién nacido tenía más probabilidades de perecer que de superar el primer lustro de vida.
La organización social favoreció la desigualdad a gran escala, pero la inmundicia y las condiciones higiénicas eran igualmente pobres, tanto para los señores feudales como para los siervos. La concentración de la población en burgos y villas levantadas alrededor de castillos no hacía más que agravar la situación. No existía el drenaje, ni el concepto de basura, los restos de comida se mezclaban con excremento humano en el suelo y los animales portadores de virus y bacterias deambulaban entre los cuerpos humanos durante la noche.
La guerra y la peste eran condiciones frecuentes que reproducían la podredumbre a gran escala. Los cadáveres en descomposición quedaban al exterior por temor a un contagio y al mismo tiempo, significaban un foco de infección que recrudecía con la presencia de ratas y otras alimañas.
Las historias de castillos, princesas y reyes rodeados de un gran lujo describen a la perfección los cuentos de hadas y una caracterización idealizada de la Edad Media, pero las condiciones de vida en la época eran muy distintas a lo que muchos creen. Éstas son algunas asquerosas costumbres del medievo:
Lavado de cara
Especialmente en la nobleza, el lavado y la exfoliación facial se realizaba con orina, porque se creía que tenía un efecto para eliminar las impurezas de la piel, especialmente cuando se encontraba más caliente. En la actualidad, sabemos que esta práctica no estaba tan errada, muchos productos antisépticos del presente están hechos con amoniaco, elemento abundante en grandes cantidades en la orina.
Papel higiénico
A pesar de que una versión primigenia del papel higiénico ya era utilizada en China en los primeros siglos después de Cristo, en la Edad Media se utilizaba la mano y en ocasiones, un par de hojas después de ir al baño. Esto traía consigo la proliferación de enfermedades intestinales, pues los cubiertos de mesa aún no existían y nadie solía lavarse las manos.
Pelucas y gorros
Más que responder a una cuestión de moda y estilo, el uso de largas y rizadas pelucas o los gorros que formaban parte de la indumentaria de las personas durante el medioevo, obedecían a un principio básico de la física: el cabello de todas las personas era sucio y estaba lleno de piojos.
Llevar algo en la cabeza aseguraba que se mantuvieran en su sitio, especialmente durante la hora de comida.
Pisos de paja
El piso de las casas de los desposeídos estaba hecho en su totalidad de paja. Las personas creían que amontonar paja era una forma efectiva de mantener limpio y cómodo un espacio; sin embargo, las plagas, los ratones, la orina y los excrementos se conservaban mejor en ella. El olor era insoportable y sólo después de años, se agregaba nueva paja.
Medicina
El conocimiento de la medicina avanzó más en dos siglos de Ilustración que durante más de 800 años de Edad Media.
Uno de los tratamientos más utilizados para toda causa de dolencias eran las sanguijuelas, que se consideraban con propiedades capaces de absorber los males y regresar la salud.
Era común ver a personas con sanguijuelas por todo el cuerpo como tratamiento para la fiebre, la peste y otras enfermedades de entonces.
Baños públicos
Los romanos se especializaron en la construcción de acueductos, canales y baños que juntos formaron redes de drenaje eficientes para su época, pero la tradición quedó olvidada durante el oscurantismo en toda Europa.
Los privilegiados solían tener una fosa común con retretes de piedra para ir al baño, pero el agua se mantenía estancada y pestilente hasta que se retiraba; mientras el resto solía orinar o excretar casi en cualquier lugar de la calle o sus casas, cubriéndolo con tierra, paja o hierba.
La ducha
El cristianismo sepultó las tradiciones griegas y romanas sobre el cuidado del cuerpo y construyó mitos alrededor de la higiene y específicamente, sobre el baño corporal como una actividad indeseable por Dios.
Algunos registros afirman que en promedio, el individuo del medievo se duchaba entre cuatro y cinco veces al año, cuando sus prendas estaban tan adheridas a la piel que no era posible separarlas sin agua. No obstante, la Iglesia corrigió su punto de vista y para la Baja Edad Media adoptó ritos a favor del agua.
La Edad Media es un punto en la historia que demuestra que el devenir y el progreso humano dista de ser lineal. Los distintos saberes acumulados por las grandes civilizaciones antiguas perecieron y el conocimiento se mantuvo más concentrado y hermético que nunca durante siglos. Conoce las costumbres que fueron adoptadas por el pueblo que nació a orillas del Nilo y que a pesar de ser poco higiénicas, sirvieron como experimentos científicos en “10 asquerosos datos sobre Egipto que nadie jamás te contó“. Descubre la tradición de la caza de brujas a través de la Inquisición y cómo se caracterizaban estas manifestaciones demoniacas luego de leer “Historias de mujeres que en la Edad Media le robaban el pene a los hombres para castigarlos“.
Por Alejandro López diciembre 10, 2016@aliv1005
http://culturacolectiva.com/7-costumbres-de-la-edad-media-mas-asquerosas-de-lo-que-imaginaste/
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