A más de 3.500 metros de altura, se sitúan las lagunas de Ozogoche, en el sur andino de Ecuador. Este lugar paradisíaco es el escenario de un extraño fenómeno que nadie sabe explicar.
Todos los años, durante el mes de septiembre, aparecen en las playas de la laguna, cientos de aves muertas en lo que popularmente se conoce como «el suicidio» de los cuvivíes.
De estar vivo hoy, Charles Fort no hubiera dudado un instante en incluir este fenómeno cíclico dentro de su Libro de los Condenados, un trabajo en el que reunió cientos de sucesos de difícil catalogación como las lluvias de ranas, peces o rocas y otros fenómenos insólitos.
Los chorlitos que en quechua son llamados cuvivíes son aves migratorias de color gris que anidan en los pastizales de Norteamérica. Durante los meses de julio y agosto viajan hacia el sur para huir del frío. Vuelan miles de kilómetros hasta llegar al Parque Nacional Sangay, en provincia de Chimborazo, Ecuador.
Este paraje es un laboratorio para ornitólogos que tratan de explicar por qué las aves vienen a morir a las lagunas o si se trata de un problema propio de la migración, ya sea por el clima o el cansancio
¿Suicidio o accidente?
En torno a los cuvivíes o chorlitos, la mitología indígena ha creado sus propios mitos y rituales.
Según los expertos, los chorlitos se han preparado para la migración, han acumulado grasas y «vuelan en condiciones favorables, que no son dramáticas, pero algunas de estas pequeñas aves, escogen la ruta por los altos Andes de Colombia y Ecuador», lo que implica para ellos un enorme esfuerzo físico.
La muerte, entonces, sobrevendría por agotamiento.
La muerte, entonces, sobrevendría por agotamiento.
Pero otros, como la bióloga de la Fundación Aves y Conservación, Tatiana Santander, ha estudiado el fenómeno de cerca desde 2014 y ha analizado los cadáveres de algunos ejemplares llegando a la conclusión de que no tenían ningún problema físico. ¿Por qué, entonces, se tiran en picado contra el agua?
Santander piensa que la su mortalidad está relacionada con «temas climáticos»
No habla del cambio en el clima global sino del fuerte viento de la zona que precipita los chorlitos a la laguna. Éstos, "al entrar en contacto con el agua fría sufren un shock térmico que ocasione su muerte”, explica la experta.
Otra teoría sugiere que los vapores sulfúricos de los lagos volcánicos podrían intoxicar a los pájaros pero eso no explica por qué no afecta a todos o a otras especies del lugar.
Los habitantes de la zona dicen que los pájaros aparecen muertos cuando ha habido días de tormenta, lo que podría «desorientarles y caer a la laguna muriendo por hipotermia.
A estas teorías hay que sumar las leyendas y creencias populares de la población indígena. «Los ha de haber mandado diosito», asegura a la agencia EFE una lugareña llamada María Yulema.
Sin una explicación científica clara, el terreno es fértil para mitos y creencias espirituales. Algunos interpretan la cosmovisión andina de un posible «sacrificio» que mira las aves como un ser sagrado que se sacrifica por ellos». Eso es, al menos, la tesis que defiende un documental del cineasta ecuatoriano Joe Houlberg.
Este hombre ha investigado las creencias sobre este misterio y ha constatado como los topónimos de los alrededores, como el cerro Achipungo, significa «puerta de la muerte» y Ozogoche, que en quechua es el «solitario deseoso de comer carne».
El ave es sagrada porque, además de servir de alimento, su aparición significa el comienzo de la época de lluvia y, cada año, realizan un festival al pie de las lagunas para celebrar su llegada atraídas supuestamente por una energía especial del lugar y posterior «sacrificio».
Según una de las tantas creencias, la laguna tiene algo que, visto desde las alturas, capta la atención del ave, y cuando va a por ello en un vuelo en picado se estrella contra las heladas aguas. ¿suicidio, sacrificio, accidente?
Sigue siendo un misterio
Sigue siendo un misterio
Cientos de aves aparecen muertas todos los años en las orillas de las lagunas de Ozogoche. Los lugareños creen que vienen a sacrificarse por ellos. Mitología aparte, nadie puede explicar el comportamiento suicida de estos pájaros que emigran miles de kilómetros para morir en Ecuador.
Josep Guijarro
Martes 14 de Mayo, 2019
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