jueves, 17 de octubre de 2019

«Una élite Clandestina está a punto de lograr el control efectivo de todo un territorio, operando desde la Oscuridad»


DC.- Enrique Luján, profesor adjunto de Política en la UAB, especialista en tecnologías digitales y en críptica, explica cómo funciona teconológicamente el “Tsunami Democràtic”:

“Este nivel de sofisticación en la manera de operar sólo lo he visto una vez, el 1 de octubre de 2017. Solo la ‘Operació Urnes’, con todo lo que la rodeó a nivel de arquitectura organizativa y tecnológica, es equiparable a todo lo que tendremos oportunidad de ver los próximos días.

El dominio de @tsunami_dem llevaba registrado desde julio. Y una aplicación como esta (viable de usar por gente no técnica, descentralizada y probablemente anonimizadora) no se hace precisamente en 2 días. Lleva meses preparándose.





Entendemos pues que hay una ‘élite técnica’ que lleva meses preparando la respuesta política a la Sentencia. Y que casualmente se junta bajo el referente a escala social, el @tsunami_dem.

Tecnológicamente, la manera de hacer es muy similar a la del 1 de octubre (descentralización, criptografía y verticalidad en el desarrollo de estrategias que después se socializan). Estamos ante un segundo capítulo.

¿Recordáis las instrucciones para hacer tu espejo del censo del referéndum? 

Alguien colgó no sólo el código web, sino que quiso explicar cómo poderse sumar a un movimiento que él había montado. Justo igual que con la aplicación que @tsunami_dem lleva meses desarrollando.

Las soluciones tecnológicas las desarrolla verticalmente una ‘élite técnica clandestina’ altamente cualificada (que quizás ni vive en España) y después se socializan entre el resto de los mortales. La estructura es claramente jerárquica (y no se puede mantener sin finaciación).

Por la manera de operar organizativamente y el tipo de soluciones tecnológicas, solo puedo concluir que las mentes pensantes encargadas de planificar el 1 de octubre son las mismas que las del @tsunami_dem. Esto ya lo hemos vivido antes.

Vamos ahora con la aplicación: según esta captura de Vilaweb, una vez consigues acceder debes indicar la disponibilidad (y te pide permisos de ubicación)

La aplicación está descentralizada, cosa que solo quiere decir que no hay un nodo central claramente identificable, no que sea ‘políticamente horizontal’: alguien (quien ha desarrollado la aplicación, evidentemente) guarda la información de los usuarios y lleva la iniciativa de las acciones.

‘¿Y qué pasa si alguien consigue infiltrarse en la red y leer las convocatorias?’: aquí viene la parte del plan que, si se desarrolla según intuyo, hace de él un plan estratégicamente magistral (no hablo políticamente).

Las notificaciones de cortes viarios o para paralizar las infraestructuras únicamente llegarán a la gente con la geolocalización activada en aquel lugar. Al resto de usuarios simplemente no le llegarán. Alguien está diseñando verticalmente una estrategia que después se descentraliza.

Este nodo central sabe la cantidad de gente habitualmente disponible en un horario determinado y conoce su geolocalización. Sabe, entonces, qué acciones planificar y siempre las puede cancelar en caso de no tener suficiente gente.


Infiltrarse es inútil: sólo tendrás acceso a una parte muy pequeña de la información total de las convocatorias. Y si las decide lanzar todas en un mismo momento, estás perdido. Quien ha diseñado este sistema sabe perfectamente lo que se hace. Como el 1 de octubre.

Esta aplicación, a pesar de todo, parece que sigue inoperativa. ¿Cuál es el plan de @tsunami_dem? Quizás esperar a que todos vayan teniendo acceso y utilizarla como banco de pruebas de algunas pequeñas convocatorias el miércoles o el jueves. Lo importante viene el viernes.

El viernes, día de huelga general, una pequeña élite política y tecnológica ya habrá adquirido la capacidad operativa para paralizar todo el país lanzando convocatorias descentralizadas y en tiempo real desde la más extrema opacidad. Han conseguido crear una botnet humana.

Las similitudes con un capítulo de Black Mirror son evidentemente aterradoras: una entidad de la que no sabemos nada (excepto su alto nivel de sofisticación tecnológica) está a punto de ganar el control efectivo de todo un territorio, operando desde la más absoluta oscuridad.





Y voy más allá: esta misma entidad opaca ya ha conseguido acceso a la cámara, micrófono y datos de geolocalización de miles de personas. Y con una aplicación que no tiene ni su código abierto para poderla revisar”.



Terroristas catalanes lanzan cinco cohetes contra un helicóptero de la policía y tratan de quemar una gasolinera




El tercer asalto de las manifestaciones independentistas igual o más violento que los dos anteriores. Al habitual enfrentamiento con los Mossos d’Escuadra, los CDR han añadido la quema de media docena de vehículos y, al menos, el lanzamiento de cinco vehículos cohetes contra un helicóptero de la policía. Además, manifestantes han lanzado cócteles molotov contra los policías.

El ataque de los CDR no ha sido improvisado. Perfectamente organizados, han aumentado su hostilidad tras la sentencia del Tribunal Supremo contra los políticos independentistas presos. Este miércoles, en otra noche muy violenta, han intentado derribar un helicóptero policial, según ha confirmado TV3.

Paralelamente, en la calle Roger de Llúria se han vivido escenas dantescas con la quema de varios vehículos, estacionados muy cerca de una gasolinera. Algunas fuentes aseguraban que los radicales incluso han intentado quemar dicho establecimiento.

Y mientras Barcelona ardía, su alcaldesa, Ada Colau, mantenía su silencio. La máxima autoridad de la ciudad no ha querido condenar unos incidentes que tendrán unos altos costes para las arcas del Ayuntamiento. La agenda municipal, al mismo tiempo, está bajo mínimos desde el lunes.

Cócteles molotov, asedio a una gasolinera y coches arrasados por el fuego

La ‘kale borroka’ es el modelo a seguir por los CDR en Cataluña, especialmente en Barcelona. Por primera vez en tres noches se han quemado coches, al menos siete, e intentado el asalto a una gasolinera para quemarla. En la mano, algunos de los violentos encapuchados llevaba botellas con gasolina y un trapo en la boquilla, un cóctel molotov que no han arrojado contra los antidisturbios.

contenedores y arrasado mobiliario urbano en una movilización violenta que empezó con el lanzamiento de papel higiénico y algún balón de fútbol. Los miles de CDR concentrados en Marina con Gran Vía, junto a la antigua plaza de toros de Barcelona, llenaban no solo el cruce entre ambas calles, sino también gran parte del Paseo de an Juan.

 Todo ello transcurría en una noche festiva, con tranquilidad, los habituales gritos de «prensa española manipuladora», «independencia», «els Borbons a les taurons» -los Borbones a los tiburones»-.

Los separatistas y radicales, muchos de ellos no independentistas, han centrado su primer objetivo en la gasolinera de Repsol, situada entre Roger de Lluria con Diputación. La tensión ha sido máxima, tras los intentos de sacar las mangueras y verter la gasolina para después prenderla.

Una rápida actuación policial lo ha impedido, protegiendo el negocio con más de una veintena de agentes, algunos de ellos escopeteros y otros cargados con bolas de humo. Ha sido una labor conjunta entre Mossos y Policía Nacional, mientras cientos de CDR buscaban cobijo en hoteles, establecimientos de alimentación, e incluso en portales.

Tras desperdigarse por las inmediaciones, los independentistas no sabían dónde ir. La Policía ha conseguido tener la situación bajo control en uno de los momentos más peligrosos.*

Resultado de imagen de cohetes contra un helicóptero de la policía

En otros incendios, los vehículos aparcados en las esquinas han sufrido daños severos en algunos casos. A una furgoneta y un vehículo negro se les ha derretido la pintura y parte de la fibra de los laterales. Otros no han tenido tanta suerte y han sido pasto de las llamas. Según fuentes oficiales, al menos siete vehículos han sido calcinados.





También las motos aparcadas en las aceras han sufrido daños de consideración durante las cargas policiales. Los vehículos eran derribados por manifestantes, que a su vez tropezaban, creando situaciones de peligro por aplastamiento.

Los manifestantes, sin rumbo fijo, trataban de ir a Diagonal, pero de allí se aproximaba otro grupo numeroso. Todos ellos se han dirigido de nuevo hacia Gran Vía con Gerona, muy cerca de donde había empezado todo.



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