domingo, 16 de febrero de 2020

Fuerte Mosé: el Paraíso Antiesclavista de la Florida española

Año 1687. España controla el territorio de Florida, e Inglaterra se halla instalada en su frontera, desde Georgia y Carolina del Sur hasta el norte, presionando sobre el territorio español merced a su acelerado aumento de población. 

Fuerte Mosé. Juan Carlos Arbex

En sus colonias los ingleses mantienen plantaciones con esclavos africanos, algo no permitido en la Florida española.

En ese año, un grupo de once esclavos africanos ha logrado la hazaña de fugarse de las infames plantaciones y se presentan ante la autoridad española de La Florida en súplica desesperada de asilo. 

El gobernador se lo concede, a cambio de bautizarse como católicos y colaborar en la construcción del fuerte de San Marcos, llamado a proteger la ciudad de San Agustín.

Seis años después, España da un importante paso. Por Real Cédula, Carlos II decreta que todos los esclavos que escapen de las plantaciones de Georgia y Carolina obtendrán carta de libertad al ingresar en el territorio español de Florida. 





Más aún, el gobernador Manuel de Montiano ordena construir un fuerte para que los fugados se alojen en él, bautizado como Fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mosé.

Ni que decir tiene el “efecto llamada” que esto supuso. A partir de entonces, el sueño de los pobres esclavos condenados de por vida en las plantaciones de algodón de Georgia y Carolina fue escapar y llegar al santuario español de Florida. Cosa nada fácil, porque las plantaciones esclavistas estaban rigurosamente vigiladas por guardianes y perros de presa, entrenados para la fuga. 

Y además, la región era un inextricable laberinto selvático poblado de pantanos y ríos, donde simplemente avanzar se convertía en toda una proeza.

Muchos esclavos, la mayoría, dejaron la vida en el intento, pero era preferible arriesgarla antes que la condena sin esperanza de las infames plantaciones, donde lo único seguro era el sufrimiento extremo y la muerte.

Pese a todo, algunos lo lograron. Uno de ellos fue el negro mandingo Francisco Menéndez, quien como sus acompañantes, al llegar a Florida juró servir fielmente a la Corona española “hasta que la última gota de sangre fuera derramada”.

Se destacó después al rechazar varias incursiones piráticas sobre las misiones floridanas, y fue nombrado capitán del fuerte Mosé, levantado cerca de la ciudad de San Agustín, la capital de La Florida.

Como puede imaginarse, los altaneros ingleses no iban a dejar sin castigo la afrenta que suponía la presencia del fuerte Mosé, reclamo permanente de libertad para sus esclavos. 

Además de ello, la Florida española ofrecía el jugoso botín de las misiones franciscanas, que albergaban a indios que podían ser capturados fácilmente y llevados a las plantaciones como esclavos. En 1740, el gobernador de Georgia, James Oglethorpe, que miraba con especial inquina a sus vecinos españoles, lanzó un masivo y formidable ataque sobre La Florida. 

El fuerte Mosé fue tomado, y todos los libertos que lo habitaban hubieron de refugiarse a toda prisa en el interior del vecino e inexpugnable Castillo de San Marcos, lo mismo que habían hecho los españoles de la ciudad de San Agustín, resistiendo allí dentro varios cientos de familias durante el largo asedio del Castillo, cuyas paredes aguantaron incólumes las continuas andanadas de los cañones ingleses.

La moral española no se resquebrajó. Mientras demandaba refuerzos a Cuba, Montiano organizó a la perfección la defensa y la logística de resistencia, y una noche un grupo de soldados más la milicia negra liberta de Mosé salió del Castillo de San Marcos y contraatacó sobre el fuerte Mosé, donde había instalado su campamento el jefe de las tropas inglesas, el coronel Palmer.

Se luchó con encono por los dos bandos, sobresaliendo los antiguos esclavos al mando de Menéndez, que sabían muy bien por qué luchaban: por la libertad.





El fuerte Mosé fue recuperado, y pocos días después llegaban refuerzos desde la Cuba española, lo que obligó a los ingleses a levantar el asedio y se frustró la invasión de Florida. Una vez más, como ya había ocurrido años atrás, cuando el gobernador de Carolina James Moore intentó un primer ataque sobre Florida, España rechazó a los ingleses.

Pero lo que no pudieron las armas lo logró la política. Las convulsiones de esos años entre las potencias europeas hicieron que España cediera La Florida temporalmente a Inglaterra. Los libertos de Mosé renunciaron a integrarse en la soberanía británica, y marcharon a Cuba junto con los españoles residentes en San Agustín. Cuando España recuperó La Florida en 1783, el fuerte Mosé estaba desmantelado y ya nadie quiso alojarse en él.

El Fuerte desapareció por completo, pero su memoria ha quedado como el primer palenque de esclavos liberados en los Estados Unidos. Hoy el lugar donde estuvo Fort Mose se halla declarado como Monumento Histórico Nacional e incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos, y cada año se escenifica la batalla de Bloody Mose, para conmemorar una noble causa de España contra la esclavitud y por la libertad.

Sábado 16 de abril de 2016, 19:35h
Borja Cardelús
Hispanista y escritor

Origen: El Imparcial

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