La siguiente imagen muestra a la Gran Esfinge de Guiza fotografiada desde un globo aerostático en el siglo 19 (izquierda).
Crédito: Facebook de Mystery Planet.
En la parte superior de la cabeza puede observarse una oquedad circular casi perfecta en pleno centro.
En una toma aérea del presente siglo, empero, se aprecia claramente como esta oquedad en la cabeza del monumento fue recubierta en una de las tantas «remodelaciones» modernas. ¿Se trata acaso de una entrada hacia cámaras en el interior de la Esfinge y bajo ésta?
De ser así, ¿qué justifica un encubrimiento tan descarado por parte de las autoridades egipcias?
Con el reciente descubrimiento de una cámara oculta dentro de la Gran Pirámide por medio de modernos detectores de rayos cósmicos, los investigadores más heterodoxos se han preguntado por qué no se utiliza la misma tecnología para revelar finalmente los pasajes y salones que escondería la Gran Esfinge que, según algunas teorías, podría incluso predatar a las pirámides que supuestamente protege.
Después de todo, estudios de georradar y diferentes sondeos científicos han localizado en el pasado anomalías —presuntas cavidades y pasajes— cerca del ancestral guardián, y la foto de introducción de este artículo sugiere que al menos en su cabeza hay un hueco que ha sido tapado deliberadamente y que podría conducir hacia cámaras ocultas.
Evidencia antes del encubrimiento oficial
En la década de 1740, Charles Thompson escribió lo siguiente: «No pudimos llegar hasta la cima de la cabeza, pero aquellos que lo hicieron reportaron que hay un agujero circular allí arriba por el cual podría descender tranquilamente una persona.
Este hecho lleva a especular con que los antiguos sacerdotes podrían haberlo usado para insertar sus oráculos [dentro de la Esfinge]».
La oquedad que menciona Thompson incluso fue ilustrada. En el siguiente dibujo del siglo 18, se ve claramente una larga escalera reclinada sobre la nuca de la Esfinge, alejada por una distancia considerable de un explorador francés que parece emerger del centro de la cabeza asistido por uno de sus colegas.
Ya en los 1920s, una fuente da testimonio de cómo el ingeniero Emile Baraize, por orden de las autoridades egipcias, selló la «entrada» en la cabeza de la Esfinge —supuestamente para evitar que la gente entrara y dañe el monumento—.
El registro sobre esta «remodelación» nos provee las medidas de la oquedad sellada: 5 pies de circunferencia (1.5 metros) por 6 de profundidad y ubicada —si la cabeza fuera un cráneo real— en la unión de la sutura coronal y sagital. Para finalizar su trabajo, Baraize puso cemento en el agujero e instaló una escotilla en su parte superior.
Lo que no se da a conocer es si se excavó esta cavidad antes de verter cemento en ella y a dónde conducía en caso de que fuera solo un acceso.
Algunos teorizan con que el agujero era simplemente el lugar donde estaba incrustado un tocado. Sin embargo, un fragmento de roca tan grande difícilmente podría sostenerse si damos por ciertas las medidas que mencionamos antes.
Además, la Estela del Sueño que se erige entre las garras del león, no muestra a la Esfinge con ningún tocado adicional (pero sí muestra dos esfinges y no una).
El templo más antiguo de Egipto
Bajo este párrafo se encuentra una representación artística de la estructura interna de la Esfinge.
Fue tomada de la obra Fotodrama de la Creación (1914) de Charles Russell, que a su vez se inspiró en un trabajo poco conocido del arqueólogo George. A. Reisner (1867–1942) llamado Descubrimientos extraordinarios dentro de la Esfinge – El templo dentro de la cabeza hueca, en donde se presenta el diagrama de cámaras internas y una serie de escaleras descendentes dentro del monumento.
Un sorprendente artículo intitulado
El Secreto de la Esfinge, publicado con fecha 5 de marzo de 1914 en el periódico australiano Northern Territory Times and Gazette, avala el origen del citado diagrama.
Según se lee en el extracto: El profesor G. A. Reisner de la Universidad de Harvard, quien ha estado haciendo pesquisas científicas del misterioso monumento egipcio conocido como Esfinge, ha llevado a cabo notables descubrimientos que contribuirán a dilucidar un problema que ha desconcertado a los expertos durante mucho tiempo.
Dentro de la Esfinge halló un templo dedicado al sol.
Es más antiguo que las propias pirámides, ya que su construcción se remontaría a una fecha cercana al 6000 a.C., convirtiéndolo en el más ancestral de la historia egipcia.
Menes, o Narmer como a veces es referido, fue el primer rey de Egipto del que se tiene registro.
La tumba de este monarca, que se hizo llamar dios, también está dentro de la Esfinge.
Hay túneles que conducen a cavernas que aún no han sido penetradas, ya que por ahora el trabajo arqueológico solo se ha extendido por seis meses.
La Esfinge está esculpida a partir de la roca natural, pero en su interior contiene cavidades y edificios que tal vez alguna vez estuvieron expuestos al aire libre.
En la actualidad, las excavacions se limitan a la cámara en la cabeza.
Esta cámara tiene 60 pies de largo por 14 de ancho. Está conectada por túneles con el templo del sol, que yace entre las garras de la Esfinge.
Reliquias como la “crux ampata”, relacionados con el sol, se cuentan por centenares.
Varias son de oro, y algunas tienen cables con pequeñas campanas que, al ser tocadas por los sacerdotes, invocaban a los espíritus.
Dentro de la Esfinge también hay pequeñas pirámides, a pesar que la Esfinge fue construida mucho antes que las grandes pirámides. (…)
De acuerdo al profesor Reisner, Egipto es una vasta ciudad cuya superficie ha sido solo arañada. Lo que yace en su interior, bajo las arenas, probablemente jamás se desclasificará al público… Impresionante, ¿cierto?
La investigación de un profesor de Harvard sobre el interior de la Gran Esfinge publicada en un respetable periódico…
IZQUIERDA: Supuesta representación de Narmer, conservada en el Museo Petrie de Arqueología Egipcia, Londres.
DERECHA: Rostro de la Gran Esfinge de Guiza.
El regente de la primer dinastía egipcia, Menes, obviamente no reinó en el 6000 a.C. —la fecha comúnmente dada para el comienzo de su reinado es 3100 a. C.—, por lo tanto su tumba dentro de la Gran Esfinge solo tiene sentido si esta última es anterior a su reinado.
Y si recordamos aquella hipótesis que sostiene que la cabeza humana de la Gran Esfinge no es la original… ¿pudo entonces ser Menes quien modificó la cabeza del felino a su imagen y semejanza?
El parecido no se puede negar, aunque, por supuesto, es tema para otro artículo.
NOTA IMPORTANTE: Este artículo es en su mayoría una transcripción del video que se incrusta sobre esta líneas, hecho por Matt Sibson para su canal Ancient Architects. La traducción y edición fue realizada por Arkantos Khan en exclusiva para el sitio web Mystery Planet con permiso expreso del autor.
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