Pues muy democrático no es, escolti.
No és pas conya (amb perdó): Jaime Robles Lobo, exempleado de TV3, no pudo soportar sus nombres, pasó por el catalanitzador de cognoms y ahora se llama Jaume Roures Llop. Roures es nacionalista y troskista; i milionari, és clar, que lo de los pobres se lo dejamos a la malvada Iglesia.
Dice Juan Arza que es “una mafia que controla administraciones públicas, empresas, medios de comunicación y competiciones deportivas.
Que desafía al Estado impunemente, y que tiene a los partidos de izquierdas de rodillas, comiendo de su mano”. En El Independiente nos cuentan cómo trabaja:
“Las sospechas sobre Jaume Roures han vuelto a aflorar tras el fichaje de uno de los cabecillas del 1-O. (…) [Roures] justificó la contratación en su necesidad de reforzar el departamento de derecho público de la compañía.
Sobra decir que el de Forn no ha sido el único fichaje polémico que ha realizado Mediapro a lo largo de su historia. Sin ir más lejos, a Miguel Cardenal, expresidente del Consejo Superior de Deportes –designado por el Ejecutivo de Rajoy- lo fichó justo cuando se cumplían dos años de su salida de este puesto, es decir, cuando vencía el período de incompatibilidad al que están sometidos quienes ejercen cargos públicos.
Se da la circunstancia de que Cardenal fue quien aprobó el Real Decreto que permitió la venta centralizada de los derechos audiovisuales de la Liga. También quien medió en la ‘guerra del fútbol’ entre Prisa y Mediapro. La puerta giratoria se movió entonces con fuerza.
En el libro Buenas noches y saludos cordiales, dedicado a José María García, el escritor Vicente Ferrer Molina recordaba que, a principios de la década del 2000, en Telefónica se pagaron auténticas barbaridades por el fútbol.
Cita el caso del Mundial de Corea y Japón de 2002, por el que Vía Digital abonó 27.000 millones de pesetas. El consejero delegado de Telefónica Sport era entonces Juan Ruiz de Gauna, quien un año después de que se completara esa operación fichó por el imperio empresarial de Roures (…)
Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. El pasado abril, en plena polémica por la adjudicación de los derechos de la Copa del Rey, Rubiales –con su particular estilo ‘directo’- aseguró sobre Mediapro lo siguiente: “Son gente que ha sobornado a miembros de FIFA y, desde la RFEF, se nos ha indicado que no debemos trabajar con gente que ha reconocido que soborna”.
Se parece mucho a lo que llaman puertas giratorias: tú me ayudas cuando estés en lo público, y si me favoreces luego yo te ayudo para que puedas seguir viviendo. Quizás sea legal, pero huele muy mal. Aquesta és la gent que controla els mitjans de comunicació a Espanya i condiciona tenebrosamente (¿recuerda la cena secreta en casa de Roures entre Iglesias y Junqueras?) la política española.
Doncs una altra cosa que cal canviar de la Transició si volem preservar la democràcia. ¿A qué esperan los partidos que todavía sean libres?
on DOMINGO, 23 DE FEBRERO DE 2020 • ( 15 )
Dolça i corrputa Catalunya…
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