05/03/2020 06:50
Visto desde la perspectiva de lo ocurrido desde el comienzo del contagio, y desde el respeto y reconocimiento a la profesionalidad de los expertos sanitarios, la gestión del coronavirus se le está escapando de las manos al Gobierno, que es el encargado de coordinar a las Comunidades autónomas.
Existen una serie de lagunas, contradicciones e incógnitas que deben ser subrayadas y aclaradas sin ánimo alguno de generar alarma. Más bien por todo lo contrario.
Es normal que la opinión pública se inquiete ante decisiones que resultan sorprendentes. La primera, que cuando China multipló por diez sus contagios, a mediados de febrero, justo cuando se anunció la cancelación del Mobile World Congress, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó la suspensión del mismo con el argumento de que «no estamos ante un problema de salud pública en España».
Era el 13 de febrero, el mismo día que moría el primer paciente -lo hemos sabido ahora- con coranavirus en España. Las autoridades sanitarias cambiaron el protocolo dos semanas después de la muerte por neumonía de ese paciente al que, en ese momento, no se le hicieron las pruebas para determinar si existía contagio. ¿Por qué no se hizo?
La respuesta de los últimos días ante el auge del coronavirus en España presenta también aspectos contradictorios, como la decisión de la consejería de Sanidad valenciana de que el Valencia-Atalanta de la Champions se juegue a puerta cerrada, pero no se impida la llegada de hinchas italianos.
O sea, que no podrán acceder al estadio, pero sí podrán verlo por televisión en un bar cercano al campo. Si se juega a puerta cerrada por el temor a que los «tifosi» (Italia es el segundo país del mundo con más muertes por coronavirus) puedan propagar la enfermedad, no se entiende que puedan circular libremente por Valencia el mismo día del partido.
Si estamos ante un problema de salud pública, la medida no parece razonable. Tampoco se entiende demasiado que ante la insistencia de una madre, cuyo marido resultó contagiado en Italia, de someter a su hija a la prueba, las autoridades sanitarias se negaran con el argumento de que «los niños no pillan el coronavirus». Sí lo pillan: la pequeña se convirtió en la primera niña infectada en España. Y ya hay tres.
La consecuencias económicas del coronavirus amenazan con ser bastante más graves que las consecuencias sanitarias. No estamos sólo ante un problema de salud, por lo que el Gobierno haría bien en afrontar un asunto que, a medida que avanzan los días, da síntomas preocupantes de no saber gestionar.
CORONAVIRUS
Los médicos insisten en que no hay que provocar alarma social entorno al coronavirus pero sostienen que toda la sociedad va a estar expuesta a un virus agresivo. Profesionales sanitarios consultados señalan a este periódico que deben ser los poderes políticos quienes trasladen a la sociedad una imagen de responsabilidad y coherencia. Muchos se preguntan por qué se cancelan congresos pero se mantienen manifestaciones y festejos.
Entre las guías la Organización Mundial de la Salud (OMS) existe una recomendación para evitar la propagación del COVID-19 que consiste en lavarse bien las manos después de un contacto físico. Los expertos sanitarios consultados por OKDIARIO afirman que lo que se tiene que evitar es mostrar a la sociedad una imagen como la protagonizada este miércoles durante el Consejo de Seguridad Nacional.
El Rey Felipe VI presidió en el Palacio de la Zarzuela su primer Consejo de Seguridad Nacional con el Gobierno socialcomunista. El jefe del Estado recibió uno a uno a los asistentes a la reunión. Acto seguido, los asistentes se sentaron en una mesa para llevar a cabo el cónclave.
Como es evidente, ninguno se lavó las manos después de saludar al monarca. Y es esto lo que los médicos subrayan que no se debe producir.
Algo bien distinto es lo que aconteció en Alemania el pasado lunes. Las cámaras captaron una curiosa escena en la apertura de la llamada «cumbre de la integración” y que tuvo como protagonistas a la cancillera alemana, Angela Merkel, y el ministro del interior alemán, Horst Seehofer.
Éste le negaba el saludo a la cancillera. Una anécdota aplaudida por los médicos quienes sostienen que es correcta, educó a la población y fue muy útil.
Entre tanto, el Ejecutivo ha ordenado “cancelar los congresos o seminarios que impliquen a profesionales sanitarios” así como que los eventos deportivos, como los partidos de fútbol. Sanidad pide que estos se celebren a puerta cerrada por riesgo de transmisión de coronavirus.
Sin embargo, Sanidad no ve necesario la suspender las manifestaciones feministas del 8M que se llevarán a cavo este domingo por toda España y que cada año reúnen a miles de personas. Tampoco se ha contemplado cancelar otro tipo de eventos como las fallas. Una falta de coherencia que llama la atención de los médicos consultados por este periódico.
La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala. Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lavarse las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón, así como adoptar medidas de higiene respiratoria. Es decir, al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo.
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