Una directriz de los ministerios de Sanidad y Justicia señala que se debe consignar en el Certificado de Defunción como "causa inmediata la última que se considere correcta: "fallo multiorgánico", "distrés respiratorio" o "insuficiencia respiratoria aguda".
El Consejo General de los Colegios Oficiales de Médicos de España ha trasladado a los doctores las «directrices del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Justicia» sobre la certificación de las muertes por coronavirus. Y lo ha hecho a través de un comunicado fechado el pasado 28 de marzo que deja claro que las instrucciones del Gobierno de Pedro Sánchez son registrar como «Covid-19 no confirmado» todos aquellos casos que no cuenten con «confirmación analítica«.
El problema es que las autopsias se han eliminado para estos casos por orden oficial; los test escasean; y el colapso sanitario provocado por la escalada de casos limita la capacidad analítica. Traducido: infinidad de fallecidos por coronavirus pueden pasar a la categoría estadística de «no confirmado», algo que adelgazará los datos oficiales que ofrece el Gobierno de Pedro Sánchez como balance de su gestión del coronavirus.
El documento es el ‘Comunicado del GCCOM [Consejo General de los Colegios Oficiales de Médicos] sobre las Certificaciones de Defunción en general y en los casos con Covid-19′. El texto señala que se realiza «ante la declaración del estado de alarma para la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19». Y subraya que se emite «siguiendo las directrices del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Justicia».
El documento se centra en las «Certificaciones de Defunción de fallecidos por causas naturales, y en especial, en los casos con Covid-19 o sospecha de infección por Covid-19, y de acuerdo con las definiciones propuestas por la OMS», motivo por el que «la Vocalía Nacional de Administraciones Públicas informa acerca del procedimiento a seguir sobre las Certificaciones de Defunción», tal y como se les exige desde los dos ministerios citados.
El documento señala varios puntos importantes. El primero de ellos, la limitación de la «intervención judicial del Médico Forense […] a los casos de muerte violenta o en los que exista clara sospecha de criminalidad».
El segundo punto exige una dinámica que puede sacar de la estadística oficial un buen número de casos de muerte por coronavirus, porque en la práctica será difícil demostrarlos.
El texto destaca que «para la emisión de los correspondientes certificados de defunción, en los casos de probable infección por Covid-19 en el medio comunitario sin confirmación analítica, una vez consultados, si ello es posible, los antecedentes médicos del fallecido con especial atención a la sintomatología descrita de la infección, se procederá a certificar de la siguiente manera»:
Como «causa inicial o fundamental de la muerte: Covid-19 no confirmado o sospecha de infección por coronavirus».
Como «causa inmediata: la causa última que se considere correcta, sirva como ejemplos ‘fallo multiorgánico’, ‘distrés respiratorio’ o ‘insuficiencia respiratoria aguda‘». «Podrán reflejarse causas intermedias si las hubiera o se conocieran: ‘neumonía’, ‘sepsis’ o ‘coagulopatía'».
En un tercer apartado, el de «otros procesos» deberán recogerse «las patologías o comorbilidades que conllevan un mayor riesgo de desarrollar enfermedad grave si existieran: ‘enfermedades cardiovasculares’, ‘hipertensión arterial’ o ‘diabetes'».
De este modo, sólo «en los casos de Covid-19 confirmados mediante test de laboratorio, la causa fundamental deberá recogerlo de la siguiente manera: Covid-19 confirmado. Para el resto de la certificación se procederá como en el apartado anterior».
Todo ello «sin perjuicio de la colaboración que sea requerida a los médicos forenses por parte de las autoridades sanitarias», tal y como añade. El colapso sanitario y la falta de pruebas puede provocar, de este modo, que muchos de los casos que no puedan contar con un «test de laboratorio», se queden fuera de la estadística de casos «confirmados» y pasen a la de «no confirmados».
Es decir, que el colapso puede provocar un efecto visual que mejorará aparentemente las estadísticas oficiales del Gobierno de Pedro Sánchez.
Torra se plantea liberar a Junqueras y a los otros golpistas con el pretexto del coronavirus
Junqueras y Raül Romeva pidieron ser puestos en libertad para evitar el posible contagio por coronavirus en la prisión de Lledoners.
Oriol Junqueras podría pasar hoy su última noche en la cárcel de Lledoners. El ex vicepresidente de la Generalitat y líder de Esquerra conocerá en las próximas horas si la consejera de Justicia, Ester Capella, de su mismo partido, le libera y le deja volver a su domicilio particular por razones sanitarias.
«El 69% de las personas en tercer grado ya están confinadas en su casa», ha explicado la titular de Justicia en una entrevista a Catalunya Ràdio, y ha asegurado que las juntas decidirán si los internos de segundo grado con el artículo 100.2 se pueden confinar en su casa.
Este lunes Junqueras y el ex consejero Raül Romeva pidieron ser puestos en libertad para evitar el posible contagio en la prisión situada en San Juan de Torruella. La petición parece haber sido escuchada por sus compañeros que tienen el mando de las prisiones catalanas. Hoy la secretaria general de instituciones penitenciarias del Govern estudiará la libertad de los condenados en segundo y tercer grado pero que tienen otorgado el 100.2.
Junqueras y el resto de presos empezaron a salir de la prisión hace más o menos un mes para hacer voluntariado o incorporarse al mundo laboral. En el caso del presidente de Esquerra Republicana fue contratado por la Universidad de Vic en el campus del Bages.
El ex vicepresidente empezó a asistir varios días por semana a la universidad para dar clases de historia acudiendo solo a cenar y dormir a la cárcel. Con el inicio de la crisis sanitaria, él y el resto de presos separatistas tuvieron que quedarse otra vez internos las 24 horas.
Tres semanas después del decreto del estado de alarma, que ha permitido a algunos presos en semilibertad acabar de cumplir la condena en casa, ahora Junqueras y los ocho presos independentistas podrían seguir sus mismos pasos.
Fuentes de la Generalitat consultadas por OKDIARIO apuntan que la voluntad de la Consejería de Justicia es dejar al mínimo el número de presos internos en las prisiones catalanas para evitar riesgos de contagio. Además reconocen que el esfuerzo que tienen que hacer funcionarios y policías fuera de los centros penitenciarios pone al límite los recursos humanos.
Asimismo, la Consejería ha detallado en un comunicado que antes de la emergencia sanitaria, en el conjunto de centros, había 157 segundos grados con el artículo 100.2 y que con la llegada de la pandemia, la Generalitat ha progresado a 57 a un tercer grado.
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