lunes, 5 de abril de 2021

La leyenda del Cronovisor, una «Máquina del Tiempo» escondida en el Vaticano

 Desde la década de 1960 hasta la de 1990, el padre Pellegrino Ernetti afirmó que ayudó a crear una máquina del tiempo llamada Cronovisor, que utilizó para observar, entre otras cosas, la crucifixión de Jesucristo.


 Es de público conocimiento que la historia del Vaticano está llena de secretos. 

Y de todos ellos, ninguno puede ser más extraño que la leyenda del Cronovisor. Se dice que el Cronovisor es un dispositivo que le da al usuario la capacidad de ver a través del tiempo. 

Aunque su existencia nunca ha sido probada y probablemente se trate de una «leyenda urbana» (¿o vaticana?), un libro de 2002 del sacerdote del Vaticano, el padre François Brune, afirma lo contrario. Según Brune, el Cronovisor fue desarrollado por el padre Pellegrino Ernetti, un monje benedictino. 

El religioso supuestamente mantuvo el dispositivo en secreto hasta principios de la década de 1960, cuando confió en Brune y le dijo que 12 científicos, incluido el famoso físico Enrico Fermi y el ex científico nazi Wernher von Braun, lo ayudaron a construirlo. 


El padre Pellegrino Ernetti, quien supuestamente ayudó a construir el Cronovisor, era un monje, científico y exorcista benedictino. 

Hecho con elementos tan rudimentarios como de rayos catódicos, antenas y metales que recibían señales de luz y sonido en todas las longitudes de onda, el Cronovisor supuestamente permitió al equipo de científicos documentar eventos del pasado, incluida la crucifixión de Jesucristo. 

La máquina, por lo tanto, podría validar las enseñanzas de la Biblia, simplemente proporcionando una mirada de primera mano al pasado. 

Ventana al pasado 

El recurso de facto del Cronovisor es el libro de 2002 de Brune, Le Nouveau Mystère du Vatican.

 En él, Brune explica cómo conoció al padre Ernetti en un paseo en barco por el Gran Canal de Venecia a principios de la década de 1960. 

Como Brune, Ernetti estaba bien versado en la historia de las lenguas antiguas, lo que propiciaba una conversación natural. 

Pero pronto, Ernetti dirigió su charla hacia la ciencia. 

Brune había estado exponiendo las muchas formas en que se podía interpretar la Biblia cristiana cuando Ernetti sugirió que tenía acceso a la verdad a través de un dispositivo de viaje en el tiempo. 

El eclesiástico afirmó que él y un grupo de científicos de renombre se unieron en una búsqueda mutua para descubrir el pasado. 

Un científico fue Fermi, quien ganó el Premio Nobel de Física en 1938, y otro fue el ex nazi von Braun, cuyo trabajo en la NASA llevó a Estados Unidos a la Luna. 


Enrico Fermi, quien supuestamente ayudó a construir el Cronovisor, ganó el Premio Nobel de Física en 1938. 

Según Ernetti, el dispositivo tenía varias antenas, tres de las cuales estaban hechas de metales «misteriosos» que captaban ondas de luz y sonido en todos sus respectivos espectros. 

Asimismo, un «buscador de dirección» en el aparato supuestamente estaba sintonizado en la era específica que uno quería ver, mientras que una pantalla lo mostraba y un dispositivo de grabación capturaba el metraje. 


Wernher von Braun (centro), científico nazi convertido en una de las mentes más importantes de la NASA. El Cronovisor era, por tanto, más una ventana al pasado que una máquina del tiempo. 

Un ingenio que funcionaba como una televisión, captando ecos de días pasados que habían estado «flotando» en el espacio, y donde podían verse algunas cosas asombrosas… Hechos históricos Ernetti relató cómo fue testigo del discurso de Marco Tulio Cicerón ante el senado romano en el 63 a.C. «Sus gestos, su entonación —dijo Ernetti—. ¡Qué poderosos eran! Qué vuelos de oratoria». 

El clérigo hizo afirmaciones adicionales, cada vez más audaces, como haber observado la crucifixión de Jesucristo. 

Desde la fundación del Imperio romano hasta la destrucción de Sodoma y Gomorra, Ernetti alegó que él y su equipo habían echado un vistazo a algunos de los eventos más importantes de la Biblia. 

El 2 de mayo de 1972, una publicación italiana llamada La Domenica del Corriere lo publicó como noticia. 

Bajo el título 

Una máquina que fotografía el pasado finalmente ha sido inventada, el artículo cubría las impactantes declaraciones de Ernetti para que las leyera toda Italia. 

Junto a las afirmaciones ciertamente dudosas, la revista publicó una supuesta fotografía del Cronovisor que, según Ernetti, capturaba a los romanos crucificando a Jesucristo. 

El artículo de 1972 también sostenía que el eclesiástico había presenciado la Última Cena y se había guardado una fotografía del evento bíblico como recuerdo. 

Hasta la muerte Ernetti mantuvo hasta su muerte en 1994 que la máquina había sido escondida por el Vaticano para evitar que cayera en las manos equivocadas.

 Curiosamente, el Vaticano decretó en 1988 que «cualquiera que usara un instrumento de tales características sería excomulgado». Planos supuestos para el dispositivo. 

Poco antes de morir, Ernetti escribió una carta abierta reiterando rotundamente que el dispositivo era real. 

Afirmó que «el Papa Pío XII nos prohibió revelar cualquier detalle sobre este dispositivo porque la máquina era muy peligrosa. Puede restringir la libertad del hombre». 


Escepticismo 

Por muy tentador que pueda parecer el Cronovisor, muchas de las afirmaciones de Ernetti al respecto han sido desmentidas desde entonces. 

Los escépticos han sostenido que su supuesta fotografía de Jesús era simplemente una reproducción barata de una estatua ubicada en una iglesia de Umbría. 

Otra revista argumentó que la foto era simplemente una imagen invertida de Jesús de una postal hecha en la ciudad italiana de Collevalenza. 


La supuesta foto de Jesús (izquierda) y una pintura curiosamente similar (derecha) creada mucho antes de que Ernetti publicara esta imagen. 

En 1996, la revista Paracelsus emitió nuevas críticas a las afirmaciones de Ernetti. 

El artículo cuestionaba por qué Ernetti no había publicado instrucciones detalladas sobre cómo construir el dispositivo para legitimar sus afirmaciones. Además, el artículo reveló cómo el diseño del Cronovisor tenía un gran parecido con un dispositivo similar en una novela de ciencia ficción de 1947. 

Algunos dicen que el padre Pellegrino Ernetti confesó haber inventado toda la historia antes de su muerte el 8 de abril de 1994, pero esto sigue siendo muy controvertido. Con von Braun, Fermi, Ernetti y Brune ahora muertos, solo queda el intrigante misterio. 


Brune murió en 2019 creyendo en el Cronovisor. En ese sentido, el Cronovisor ha resistido la prueba del tiempo como un misterio del Vaticano durante siglos. 

Por Marco Margaritoff. Edición: MP.

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