Satisfacer las necesidades alimentarias de los seres humanos le ha cobrado una factura muy alta a los ecosistemas del planeta. La dieta que consumen las sociedades actuales demanda la producción masiva de alimentos de origen animal y la siembra y cosecha a gran escala de frutas y verduras, lo que genera un acelerado impacto negativo en el medioambiente.
Por ejemplo, la producción de aguacate en México tiene impactos ambientales significativos, como la disminución de superficies boscosas, con efectos negativos en el sistema hidrológico, elevado uso de agroquímicos que generan contaminación de suelos y agua, erosión, disminución de la biodiversidad genética, fomento del monocultivo y reducción de los alimentos disponibles.
Por otro lado, se estima que la ganadería genera el 18% de los gases de efecto invernadero emitidos anualmente y ocupa más de un tercio de toda la superficie cultivable de la Tierra. La producción de carne es una de las actividades humanas más contaminantes, por lo que la creación de alternativas para disminuir su impacto es una tarea primordial para las científicas y los científicos.
Una de las propuestas más interesantes para atacar el problema es la carne cultivada, que se produce en un laboratorio a partir de células madre de una vaca. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse y, según el medio en el que se encuentren, dar lugar a cualquier tipo de célula del organismo en cuestión. Las células proliferan en un entorno biológico controlado por el ser humano, idéntico a como lo harían en el cuerpo del animal, sin que exista modificación genética en el proceso.
Sin embargo, la producción y comercialización de este producto aún es lejana por el alto costo económico de inversión que se tendría que hacer para atender la demanda alimentaria mundial. No obstante, se prevé que para 2050 la carne cultivada haya reemplazado a la mitad de la producción ganadera convencional.
Aunque en algunas regiones del mundo el problema principal es que no hay condiciones de acceso para garantizar la seguridad alimentaria de la población, en otras el problema es totalmente opuesto. La sobreproducción de alimentos y su consecuente desperdicio también tienen graves consecuencias para el medioambiente.
La solución no sólo debe ser la transición al consumo de nuevos productos alimenticios, sino la reestructuración de las formas de producción y comercialización de los que ya tenemos. Debemos adaptarnos a las necesidades del planeta y nuestros ecosistemas. De no hacerlo, la comida artificial podría ser la única alternativa para sobrevivir.
https://pijamasurf.com/2021/07/del_laboratorio_a_tu_mesa_el_futuro_de_la_alimentacion_humana/
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