Por MEP
10/10/2022
La guerra en Ucrania se ha intensificado en los últimos días con Rusia anexando cuatro regiones ucranianas y Vladímir Putin prometiendo defenderlas “con todas las fuerzas y medios a nuestra disposición”, lo que ha generado preocupaciones nucleares. En este contexto, es posible que el Reloj del Apocalipsis se ajuste aún más cerca del punto crucial de la medianoche cuando se reinicie en enero de 2023.
El también llamado “Reloj del Juicio Final” es una representación visual de lo cerca que está la humanidad de destruirse a sí misma en función de lo cerca que está su minutero de la medianoche. Pero tal vez la verdadera amenaza para la humanidad no sea la nuclear. Podría haber algo que hemos pasado por alto. Según los científicos estás a punto de presenciar un dramático aumento de las erupciones volcánicas, y lo peor de todo es que la humanidad no está preparada.
Catástrofe volcánica
Actualmente la clasificación de magnitud máxima de una erupción volcánica es del orden de 8, según el Índice de Explosividad Volcánica (VEI). Cada unidad de VEI corresponde a un proceso que aumenta en escala exponencial de diez, considerando: la altura de la columna de erupción, duración en horas, elementos de apreciación cualitativa y volumen de material expulsado.
La erupción volcánica del Tambora, ubicado en Indonesia, alcanzó una magnitud de 7 en 1815, provocando a unas 100.000 muertes. Esto despertó la conciencia de la necesidad de monitorear los volcanes, pero aún estamos lejos de evitar una súper erupción y salvar a la población. Los gobiernos no invierten para mitigar que puede causar una erupción de esta magnitud.
Por ejemplo, a finales del pasado año finalizó la erupción del volcán de Cumbre Vieja en España tras 85 días de fuerte actividad. En enero de 2022, el volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai entró en erupción con una intensidad de 6 en la escala VEI, arrojando cenizas que alcanzaron la estratosfera. El volcán Fagradalsfjall de Islandia entró en erupción el mes pasado con una magnitud de 5,4 en la escala VEI.
Un artículo publicado en agosto de 2022 en la prestigiosa revista científica Nature dice que los intervalos entre erupciones cataclísmicas son miles de años más cortos de lo que se pensaba; enfatizando que existe un concepto erróneo cuando dicen que los riesgos de grandes erupciones son bajos, y clasificando además la falta de inversión del gobierno en el monitoreo y respuesta a posibles desastres volcánicos como “imprudente”.
Según el estudio, durante el próximo siglo, las erupciones volcánicas a gran escala tienen cientos de veces más probabilidades de ocurrir que los impactos de asteroides y cometas. Frustrante, porque mientras la “defensa planetaria” cuenta con la dedicación de varias agencias espaciales alrededor del mundo y recibe millones en financiación, no ocurre lo mismo con los estudios dirigidos a los volcanes.
“El mundo no está preparado para tales eventos”, dijo el profesor Michael Cassidy del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge.
Los datos recientes de núcleos de hielo sugieren que la probabilidad de una erupción con una magnitud superior a 7 en la escala VEI es del 16%, incluso para este siglo. Los investigadores dicen que las erupciones de este tamaño ya han causado un cambio climático abrupto y el colapso de civilizaciones, además de estar asociadas con el aumento de pandemias.
Y lo peor de todo es que no existe una acción coordinada y una gran inversión para mitigar los efectos globales de las erupciones volcánicas. Según los científicos, es esencial una mayor dedicación al seguimiento volcánico, incluida la observación aérea y satelital y la vigilancia desde tierra.
Está científicamente claro que los volcanes emiten menos dióxido de carbono que las actividades antropogénicas. Pero la mayor frecuencia de erupciones volcánicas intensas, junto con la aceleración de las actividades humanas, tendrá un impacto negativo en el clima. Además de las demás consecuencias sociales de los daños causados por las erupciones volcánicas.
Cómo los volcanes pueden afectar el clima
Durante las grandes erupciones, se inyectan en la estratosfera grandes cantidades de gas volcánico, gotas de aerosol y cenizas. La mayor parte se elimina de la atmósfera superior en unas pocas semanas. Pero gases como el dióxido de carbono (un gas de efecto invernadero y el principal impulsor del cambio climático) tienen el potencial de promover el calentamiento global.
Así que no hay duda de que las erupciones volcánicas muy grandes pueden inyectar cantidades significativas de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo al proceso de intensificación del cambio climático. Además, los aerosoles de sulfato tienen la capacidad de destruir la capa de ozono de la Tierra. Posiblemente convirtiéndose en el peor enemigo de la humanidad.
https://www.mundoesotericoparanormal.com/cientificos-advierten-planeta-enfrenta-mayor-erupcion-volcanica-humanidad-no-esta-preparada/
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