Anton Parks habla de una antiquísima guerra entre Razas Reptilianas. Los Reptilianos Originales eran los Kingú, una Raza Dragón que apareció en la Constelación de Draco.
¡Estos deben ser los Reptiles Hiperbóreos!
De todas las Razas Reptilianas, los Kingú son los que más se parecen a los humanos. Según Parks, hay Kingús Verdes, Rojos y Blancos.
Los Kingú-Babbar son los Blancos o Albinos, la Realeza Kingú. Nimrod relaciona a la Raza Blanca de la Tierra a los Hiperbóreos. Parks dice que la palabra inglesa King (Rey), deriva del sumerio Kingú («Gobernante sobre las Regiones»).
Como Parks, muchas fuentes coinciden en que los Reptilianos se originaron en la Constelación Draco, y luego, grupos de ellos emigraron a diversas Constelaciones. El principal centro Reptil en este Sector Galáctico, aparte de Draco, sería Orión.
En algún momento de la historia, los Kingú crearon otra Raza Dragón, los Usumgal. Los Siete primeros Usumgal eran los de mayor jerarquía de su Raza, pero, al parecer, eso no les bastó. Siempre envidiaron a los Kingú, y desearon ocupar su lugar, y el de las Amasutum, una Raza de Hembras Genetistas Reptilianas que se reproducían por clonación.
Los Usumgal fueron quienes crearon a los Musgir (también conocidos como Pazuzu o Gárgolas), y a los Miminu (los famosos Grises), que eran una variedad de Musgir de piel suave, sin escamas, ni cuernos, alas ni cola.
Fue An, «El Séptimo de los Usumgal», quien creó una nueva Raza de Guerreros Reptiles, para combatir a los Kingú y las Amasutum. Eran los Anunna. Fueron creados en Las Pléyades, aunque el prototipo, Saam, fue creado en la Osa Mayor. Luego, Saam (también conocido como Enki), se revelaría contra An, también conocido con los nombres de Anu y Jehová.
A su vez, Saam creó otra Raza, muy similar a los humanos: eran los Nungal, también conocidos como los Igigi, Observadores, Guardianes o Vigilantes. Yo siempre he sentido haber pertenecido a este grupo.
LA GUERRA DE LOS MUNDOS Y SUS CONSECUENCIAS
¡Los Usumgal son los Dioses Traidores de los que habla Nimrod! Ellos y sus cómplices: los Anunna, los Sutum, los Miminu, etc., pelearon contra los Dioses Leales: los Kingú, las Amasutum, etc. Según Parks, los Leales Nungal no alcanzaron a pelear en esta Guerra de los Mundos, en donde los Dioses Traidores resultaron victoriosos.
La victoria se saldó en este Sistema Solar, y más específicamente en este Planeta, en donde Tiamata, la Reina de las Amasutum (que sería la Sofía de los Gnósticos, según Parks) fue aniquilada. Obviamente, An sería el Demiurgo; y los Arcontes, los 7 Usumgal Principales.
Sin embargo, fue una victoria pírrica. Los Kadistu de Parks, o los Dioses Leales de Nimrod, decidieron cerrar los Diranna o Portales Estelares que unían la Tierra y el Sistema Solar con el resto del Universo, de modo que el Demiurgo An quedó aquí confinado, junto a sus cómplices.
Por desgracia, también los Dioses Leales que se encontraban en la Tierra en ese momento, quedaron aquí atrapados y, en los milenios posteriores, la Guerra Esencial prosiguió en la Tierra.
Lo primero que hicieron los Dioses Traidores fue maltratar cruelmente a los pocos Kingú que lograron atrapar. Los demás escaparon al «Abismo», el Abzu, que según Parks, sería la parte interna de la Tierra Hueca. El «Abismo», es también el Kigal, las Infradimensiones, y allí también se desplazaron los Kingú para establecer su Reino.
Irónicamente, los Dioses Traidores, que habían sido confinados en la Tierra, contarían posteriormente a sus adoradores que ellos habían arrojado y confinado a los «Demonios» Kingú al Abismo.
Otra Raza que huyó con la llegada de los Dioses Traidores fueron los Namluu, una magnífica raza originaria de la Tierra, que habían sido los Guardianes Planetarios hasta ese momento. Éstos huyeron al Angal, las Altas Dimensiones. Los Anunna, en cambio, se quedaron en Ki, la Tercera Dimensión, y así llegaron a ser conocidos como los Anunna-Ki.
Los Dioses Traidores obligaron a los Nungal a trabajar como esclavos, cavando canales de agua en Sumeria. Debido a su semejanza con los Kingú, los Nungal fueron muy maltratados y burlados por los Anunna, que gozaban de sentir e imaginar que tenían doblegados a los Reptilianos Originales, trabajando como sirvientes para ellos.
Posteriormente, los Nungal se rebelaron y, entonces, los Dioses Traidores miraron a los Humanos Neandertales que existían en África, y los modificaron genéticamente, para convertirlos en esclavos. En forma adrede, les dieron un aspecto similar a los Kingú, para «marcar su dominio» sobre los odiados Reptilianos Originales.
Sin embargo, posteriormente, Saam hizo nuevas modificaciones genéticas en los humanos, para sacarlos de su condición de bestias de trabajo. Más tarde, sus aliados Nungal, se mezclaron con las hijas de los hombres, como dice el Génesis, dando origen a una raza más inteligente y parecida a los Kingú.
Esta es la razón por la que los Reptilianos Traidores (Usumgal y Anunna) odian a los humanos, especialmente a los de Raza Aria, que son los más semejantes a los Kingú-Babbar, la Realeza de Reptiles Albinos, a los que un día quisieron derrocar.
También los Reptilianos Traidores decidieron mezclarse con las mujeres, para engendrar un Linaje que los representase. Haciendo uso del Shemanna, el Oro Mono-Atómico, pudieron cambiar de forma, y adoptar un aspecto humano, para engendrar su Linaje.
Estos son los Golen, de los que habla Nimrod (también conocidos con el nombre de Kuarz), y que llevan adelante la Gran Conspiración Sinárquica, siempre en oposición al Linaje Hiperbóreo, cada Linaje llevando a cabo su Estrategia. De este modo, la Tierra queda convertida en un Tablero de Ajedrez, donde los Iniciados de ambos bandos se juegan el futuro de la Humanidad, la Tierra y tal vez el completo Universo.
Entre las muchas cosas interesantes que pueden comentarse respecto a esta Guerra Esencial es que George Bush desciende de Constantino y Carlomagno, dos Golen que prestaron grandes servicios a la Traición Sinárquica. Carlomagno, por ejemplo, derrocó la Dinastía de los Reyes Merovingios (Hiperbóreos) de Francia, instaurando una nueva Dinastía, la de los Reyes Carolingios.
Según la leyenda, Meroveo, el primer Merovingio, fue el producto de la unión de una mujer humana con el Quinotauro, una criatura Anfibio-Reptiliana. Parks describe a Saam como un ser Anfibio-Reptil, pero según su versión, Saam-Osiris fue asesinado por un clon suyo, Enimin-Seth (quien se unió a los Dioses Traidores, quedando como jefe de los Anunnaki, haciéndose llamar también Jehová) miles de años antes de la época de los Merovingios. Pero Saam tenía al menos un clon leal, de nombre Isimud. Él pudo haber sido el Quinotauro.
Fuente: Veritas- Boss