El atestado que realizó la Policía sobre las andanzas del presunto impostorFrancisco Nicolás Gómez Iglesias le atribuye el cobro de 25.000 euros por falsas gestiones para la venta de una finca en Toledo. Pero ese no sería el único negocio turbio que habría protagonizado el estudiante del elitista Centro Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) en los últimos meses. Según ha podido saber El Confidencial, el pequeño Nicolás habría sacado 65.000 euros a otros dos empresarios después de ganarse su confianza.
“Lo conocí por casualidad en una cena en el Ayuntamiento de Madrid con motivo de la visita a España de Salomon Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico de Ciudad de México. Se sentó a mi lado y empezó a preguntarme por mi firma”, explica a este diario uno de los empresarios engañados por Francisco Nicolás, que responde a las iniciales E.A. “Me dijo que trabajaba como asesor del Gobierno y que era secretario general de Nuevas Generaciones de Aravaca, en Madrid. En esa mesa había otros empresarios y dirigentes y a nadie le extrañó que él me dijera eso”, cuenta este emprendedor.
Después de esa primera toma de contacto, Francisco Nicolás empezó a tratar de impresionar a E.A. con sus conexiones con la élite política y económica. Intercambiaron mensajes de WhatsApp –a los que ha tenido acceso este diario– en los que el estudiante de Derecho aseguraba tener a su disposición todo el parque móvil de la Casa Real o conocer a la vicepresidenta del Gobierno. “Y la verdad es que la gente le saludaba. Me coló en el acto de celebración de la Constitución organizado por la Comunidad de Madrid en la Real Casa de Correos. No pasamos ni por los controles, y eso que yo no tenía invitación. Los de seguridad se dirigieron a él como don Nicolás. Y pasamos”, relata el afectado.
No es la única gestión que realizó el joven para este inversor. También le cerró un encuentro con un asesor ejecutivo de la Secretaría de Estado de Comercio, Sergio Pérez Saiz. El empresario y Francisco Nicolás se reunieron con este cargo de Comercio en el Hotel AC de Cuzco, justo en frente del Ministerio de Economía. “Estaba claro que los dos se conocían de antes”, afirma E.A. exhibiendo la tarjeta de visita de Sergio Pérez.
Aquellas escenificaciones dieron resultado. Francisco Nicolás pidió a E.A. y a su socio en la empresa que pusieran 10.000 euros para financiar un desayuno informativo en el Hotel Palace de Madrid que iba a organizar Executive Forum. Al principio tuvieron dudas, pero finalmente desembolsaron el dinero. Y el acto se celebró, concretamente, el 15 de noviembre de 2013. Lo protagonizó nada menos que el secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (Setsi), Víctor Calvo-Sotelo. Francisco Nicolás y los dos socios se sentaron en la mesa presidencial junto a otros secretarios de Estado.
“Se dirigía a la gente con soltura. Como si conociera a todos”. Aquel desayuno tuvo difusión en los medios. Las imágenes corroboran el lugar preferencial que ocuparon el joven y sus acompañantes en ese evento. “La cita no nos sirvió para nada. Sólo quería que viéramos que era una persona influyente y con contactos”, señala la víctima.
Sólo unas semanas después de esa cita, Francisco Nicolás dio un paso adelante. “Se presentó aquí una noche para decirnos que quería comprar la compañía por 25 millones de euros. Mi socio y yo nos quedamos de piedra. No nos lo podíamos creer. Nos dijo que el verdadero dueño iba a ser el entonces príncipe Felipe y que él era un simple testaferro”, recuerda.
Las siguientes reuniones de E.A. con Francisco Nicolás se celebraron en una vivienda que ya se ha hecho famosa, un chalé de tres plantas en el número 32 de la calle Carbonero y Sol, en el barrio de El Viso. “La sensación que me dio es que el chico vivía ahí. Estuvimos dentro reunidos en un despacho. Él tenía las llaves de la casa y el personal encargado de la limpieza y el servicio le llamaba por su nombre”. La dirección de ese inmueble es precisamente la misma que consta en el DNI del acusado, al que también ha tenido acceso El Confidencial.
La compraventa acabó frustrándose. “Nos mandó un contrato para cerrar la adquisición y se lo remití a nuestro abogado. Gracias a él nos dimos cuenta de que estaba intentado quedarse con la compañía sin pagar absolutamente nada”. Las comunicaciones entre ellos se enfriaron a partir de ese momento pero, el pasado mes de mayo, Francisco Nicolás volvió a ponerse en contacto con E.A.
“Me pidió que le dejara 2.700 euros para comprar unas entradas para la final de la Champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Aseguró que el dinero era para llevar al fútbol a personas muy importantes. Yo le dije que no tenía esa cantidad, pero al final me sacó 1.000 euros. Se lo di porque supuestamente me había conseguido una cita con Amancio Ortega para la semana siguiente. Pero ni me devolvió el dinero ni me reuní con Amancio Ortega. Y nunca más volví a saber de él hasta el pasado jueves, cuando lo vi en los telediarios”.
A otro empresario madrileño le sacó una cantidad mayor. En concreto, 54.000 euros. El afectado no ha presentado denuncia y es improbable que lo haga en el futuro porque su negocio consiste principalmente en prestar fondos a jugadores de casino que se han quedado sin dinero. Francisco Nicolás se presentó ante él como presidente de la compañía de E.A. y le convenció para que le hiciera un préstamo. Le aseguró que se lo devolvería en unas semanas con los intereses pactados.
El estudiante de CUNEF no se quedó ahí. También garantizó al prestamista que iba a lograr que sus dos hijos fueran contratados por Adif. De hecho, ambos chicos dejaron sus empleos como conductores tras escuchar esa promesa. Sin embargo, su fichaje no sólo no llegó a materializarse, sino que el pequeño Nicolás jamás devolvió los 54.000 euros.
Fuentes cercanas a las pesquisas han reconocido a El Confidencial que están al corriente de estas otras dos operaciones. En total, 65.000 euros. Y no se descarta que exista alguna más. A sus 20 años, Francisco Nicolás encontró tiempo para dejar un largo reguero de enemigos. Con todo, por ahora, sólo se le acusa de la estafa de 25.000 euros por sus falsas gestiones en Moncloa para la venta de un terreno en Toledo. El perjudicado en esta otra operación aún no ha decidido si se personará en el procedimiento.
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