Los hechos que os relatamos ocurrieron hace muchos años, de nuevo en EE.UU., país poderoso y avanzado, pero la historia cada vez más nos demuestra que esto no ocurre por casualidad. Descubrimos que las grandes potencias tienen un pasado oscuro que les ha servido para tomar mucha ventaja en ciertos campos, como el científico, médico y militar.
Durante los años de la guerra fría un gran número de experimentos se llevaron a cabo liderados principalmente por las dos superpotencias del momento, rusos y americanos compitiendo en una carrera vertiginosa por ser la primera potencia en todo sin tener en cuenta las consecuencias ni el sufrimiento de las personas más inocentes, en el caso de esta semana, experimentación con mujeres embarazadas, el experimento Vanderbilt.
Examen médico a embarazada tratada con isótopos de Hierro 59.
A finales de los años treinta los físicos alemanes empezaban ya a experimentar con elementos radiactivos, como el uranio hasta que en 1945 se llevara a cabo la primera detonación atómica. Después de estas pruebas no se conocía apenas nada de los posibles efectos de la radiación sobre los seres humanos, era una ciencia nueva y con un futuro letal.
Detonación atómica en Cloud, Nevada (1951).
En EE.UU. eran muchos los organismos y administraciones que querían llevar a la práctica estudios y experimentos de dudosa justificación y finalidad, como la Comisión de Energía Atómica, el Departamento de Defensa, el Departamento de Salud, la CIA e incluso la NASA. En las décadas de losaños 50 y 60 se llegaron a detonar cerca de 200 armas nucleares sin conocimiento de la opinión pública, ya que se trataba de material secreto, discriminadas liberaciones de radiación sin control alguno, algunas de ellas cerca de poblaciones. El pretexto o fin de dichas pruebas estaba justificado según los investigadores de la época para estar armados y prevenidos de un posible ataque nuclear de la Unión Soviética.
La fiebre por encontrar Uranio provocó incluso la aparición de juegos como este detector de partículas y de radiaciones ionizantes “Geiger”.
El experimento Vanderbilt empezó a mediados de los años 40 en concreto entre 1945 y 1949 camuflado como un programa oficial del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, Nashville, en Tennessee liderados por el doctor Paul Hahn. La finalidad era la de estudiar la capacidad que tenía el cuerpo humano en absorber la radioactividad en concreto en embarazadas y su posibles efectos sobre el feto humano. Fueron los propios investigadores y médicos de la universidad los que llevaron tal atroz experimento comandados por la Comisión de Energía Atómica. Querían determinar la velocidad de penetración de los radioisótopos en la placenta así como sus efectos en el embrión.
El experimento fue llevado a cabo con 829 mujeres embarazadas caucasianas con falta de recursos. En concreto fueron utilizadas aquellas que se encontraban entre los periodos de embarazo desde las 10 semanas a las 35 semanas. Obviamente no fueron informadas de las intenciones reales sino engañadas por los investigadores médicos. Se les comunicó que les iban a dar un tratamiento de aportes vitamínicos, llamado “coctel vitamínico”, para ayudar al crecimiento adecuado de los fetos.
Logo de la Comisión de Energía Atómica donde se aprecia a ambos lados un símbolo que nos recuerda a la esvástica.
Para este agresivo experimento se utilizó un isótopo radiactivo llamado Hierro 59, que a diferencia de un isotopo normal éste se trata de un átomo “marcado” para poder ser observado en todas sus reacciones químicas o biológicas gracias a sus emisiones de radiación. El radioisótopo de Hierro era suministrado en unas dosis muy altas, en concreto unas 30 veces mayor a las permitidas. Lograban atravesar la placenta en menos de una hora y empezaban a circular libremente por el torrente sanguíneo del feto. Es utilizado hoy en día en medicina pero en bajas dosis para calcular la rapidez de formación de glóbulos rojos. Algunas de sus aplicaciones son el tratamiento de cáncer, esterilización de materiales e incluso sobre alimentos procesados. El riesgo de contaminación radiactiva depende de si las sustancias son o no solubles, de su manera de entrada en el organismo, así como su contacto con otros productos en el interior del cuerpo.
Fue elaborado por una empresa privada llamada Union Carbide cuya financiación o presupuesto no se esclareció, aunque todo apuntaba a haber sido subvencionada por el gobierno norteamericano. Esta empresa con el tiempo fue célebre por algunos desastres ambientales y ecológicos provocados por negligencias sobradamente conocidas por la propia empresa. Como ejemplo el conocido caso en la India, en la localidad de Bhopal, en 1984, donde una fuga de 40 toneladas del pesticida, en concreto de elisocianato de metilo (MIC) provocó la muerte de 22.000 personas y más de 600.000 afectados con problemas respiratorios, ceguera, cánceres, desórdenes genitales o minusvalías psíquicas o físicas, pero esa es otra negra historia…
Dura fotografía de niño enterrado en la catástrofe Bhopal, India.
Según contaron algunas pacientes del tratamiento Vanderbilt, las enfermeras les daban estos “cocteles” con desconocimiento total de las propiedades, aquellas pobre mujeres eran sin saberlo parte de un experimento secreto de seguridad nacional así como las propias enfermeras. Fallecieron varios bebes de cáncer así como niños con el paso de los años con terribles enfermedades como la leucemia aguda, y tumoraciones malignas como el sarcoma sinovial y el linfosarcoma. Los principales efectosen las madres fueron erupciones cutáneas en la piel, hematomas y hemorragias, anemia, pérdida de cabello y piezas dentales, cáncer y también tumores malignos.
Tras el experimento las conclusiones de las investigaciones no fueron válidas, no fueron capaces realmente de estimar cual era la dosis segura para la absorción del feto. No fue el único experimento de exposición a fetos, existieron casi una veintena más de ellos, todos financiados por el gobierno. Por ejemplo administraban a madres dosis altas de yodo radiactivo o radio yodo (I-131) para ver sus consecuencias en la leche materna, utilizado actualmente para el tratamiento de cáncer de tiroides, o las transfusiones de sangre a bebes con cromo 50 para estudiar sus reacciones con los glóbulos rojos.
Novela actual de humor negro basado en los experimentos Vanderbilt, donde una antigua paciente se venga de su médico.
La Universidad de Vanderbilt, la empresa Union Carbide y el antiguo presidente de la Comisión de Energía Atómica fueron demandados colectivamente por 200 afectados, demanda que fue liderada por tres mujeres víctimas del experimento, Emma Craft, Helen Hutchson y su hija Barbara en 1994. Ganaron el juicio en 1998 y se les indemnizó en total con 10 millones de dólares, también se les ofreció cuidados médicos, y una disculpa oficial por parte del gobierno de Clinton.
Podríamos englobar históricamente a todas las superpotencias en el mismo saco criminal e irrespetuoso con los derechos humanos, EE.UU., Alemania, Rusia, Japón entre otras. Quizás había diferencias en el modus operandi pero en el fondo están marcados por los mismos intereses, utilizando como estrategias, el secreto de estado, el abuso de poder, la financiación encubierta, la falta de transparencia y la experimentación sin consentimiento de inocentes, como en este caso, niños y mujeres.
Experimentación nazi durante la Segunda Guerra Mundial en Auschwitz, bajo la dirección del doctor Eduard Wirthl.
Lo positivo es que gracias a estos capítulos oscuros en la historia se crearon leyes reguladoras y organismos, como fue por ejemplo la creación del ACHRE, Advisory Committe on Human Radiation Experiments, por el gobierno de Clinton en enero de 1994, que supuestamente a día de hoy supervisa para que no se produzcan abusos por parte de administraciones y empresas privadas.
http://periodismo-alternativo.com/2016/01/19/el-radioactivo-experimento-vanderbilt/#more-103076