Ramsés II es posiblemente uno de los faraones más grandes del antiguo Egipto, y también uno de los más conocidos.
Tercer faraón de la 19ª Dinastía, ascendió al trono durante su adolescencia en el 1279 A.C. después de la muerte de su padre, Seti I.
Se sabe que gobernó esta gran civilización por un total de 66 años, con muchos de sus hijos llegando a sobrevivir durante todo ese tiempo, aunque se cree que engendró a más de 100 niños. Como resultado de su largo y próspero reinado, Ramsés II fue capaz de emprender numerosas campañas militares contra las regiones vecinas, así como construir monumentos a los dioses, y por supuesto, a su semejanza.
Una de las victorias del reinado de Ramsés II fue la Batalla de Cades, librada entre los egipcios, dirigidos por él mismo, y los hititas bajo Muwatalli para el control de Siria. La batalla tuvo lugar en la primavera del quinto año de su mandato, y fue causada por la defección de los Amurru de los hititas a Egipto.
Curiosamente, el faraón recibió un pasaporte egipcio en el que su ocupación figuraba como “Rey (fallecido)”. Hoy en día, la momia de este gran faraón descansa en el Museo de El Cairo en Egipto.
Un tesoro muy valioso
Un equipo de arqueólogos ha descubierto una gigantesca estatua fechada con 3.000 años que se cree que representa a Ramsés II, algo que el Ministerio de Antigüedades de Egipto define como “uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes”.
Investigadores tanto egipcios como alemanes comenzaron a desenterrar del suelo la estatua de cuarcita, que fue estimada en unos 9 metros de altura, en Matariya, gran Cairo, frente a representantes estatales y equipos de prensa hace unos meses...
Llegó por sorpresa
El descubrimiento llega al final de una excavación que comenzó en el año 2012, de acuerdo a las palabras de Dietrich Raue de la Universidad de Leipzig, que dirige el equipo alemán de arqueólogos involucrados en dicha tarea.
“Fue en un área que había sido investigada casi completamente”, explicó. “El equipo había encontrado bases de basalto en el patio destartalado, pero nada más relevante.
Pensamos que estaría vacío, sin nada especial… así que fue una gran sorpresa”. El ministro de Antigüedades Khaled al-Anani, que estuvo en la inauguración, dijo que la figura guarda semejanza con Ramsés II, también conocido como Ozymandias.
¿Será Ramsés II?
No hay inscripciones en la estatua que la identifiquen como Ramsés II, pero su descubrimiento al lado de la puerta de un templo dedicado a su persona lo convierte en el sujeto más probable.
Raue dice que, aunque la estatua fue colocada precisamente allí por Ramsés II, el jurado todavía no sabe con certeza a quién representa.
Gran parte del complejo del templo de la antigua Heliópolis, donde fue hallada la estatua, fue destruido en el período greco-romano, y las antigüedades fueron saqueadas y enviadas a Alejandría o Europa. Otros materiales de construcción fueron reciclados mientras El Cairo se reinventó en épocas posteriores.
Un faraón muy importante en la historia
Ramsés II, un coloso conocido como el “Gran Ancestro” por sus descendientes, gobernó durante 66 años como parte de la Dinastía XIX del antiguo Egipto.
Sus hazañas han resonado a lo largo de los siglos, inspirando al poeta británico Percy Bysshe Shelley para escribir el soneto “Ozymandias” tres milenios después, en 1818.
“Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas, se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”.
Pero el lugar de un desierto sin fin y el Valle de los Reyes, este Ozymandias fue recuperado de un pozo lleno de agua subterránea.
Los medios de extracción no han convencido al pueblo
El ministerio ha estado bajo fuego en las redes sociales y en algunos medios de noticias por usar una carretilla elevadora para extraer parte de la estatua enterrada.
Afifi respondió diciendo que el peso de la cabeza era un factor, con Raue confirmando que la figura no había sido dañada en el proceso.
Los arqueólogos todavía están trabajando en cómo eliminar la porción todavía más grande del torso de la estatua, según afirmaron los responsables.
La excavación también ha descubierto una sección de 31 pulgadas de una estatua de piedra caliza de tamaño natural del nieto de Ramsés II, Seti II.
Ahora quieren más...
La excavación continúa, y los expertos esperan descubrir más de la estatua de Ozymandias para una posterior restauración.
“Estoy bastante seguro de que las caderas y las piernas también se encuentran por allí”, dijo Raue, “pero el problema es que estamos en medio de la ciudad, y la parte inferior puede estar muy cerca de las casas, así que probablemente no podamos conseguirla”.
Raue dijo a CNN que duda que se pueda hacer una reconstrucción completa de la cara, aunque fragmentos de los ojos, la corona y los labios fueron recuperados.
Parte de un legado muy importante
La cabeza y el torso serán trasladados al Gran Museo Egipcio de Guiza, que se inaugurará en 2018.
El vecindario residencial de Matariyyah, donde fue hallada la estatua, estuvo dedicado a la adoración del dios del Sol, Ra.
Un complejo deslumbrante conocido como Heliópolis que fue destruido durante el periodo Greco-Romano.
Formó parte de una de las tres ciudades más importantes del Antiguo Egipto junto con Tebas y Menfis, y fue conocida por los coptos (egipcios que profesan algún tipo de fe cristiana) como On.
Puede haber otras reliquias enterradas
No cabe duda de que, si se llega a completar este descubrimiento al completo, será uno de los hallazgos más importantes de los últimos años en cuanto a lo que patrimonio egipcio se refiere.
Ramsés II es considerado como uno de los faraones más importantes de toda su historia, principalmente gracias al enorme número de vestigios que perduran de su reinado.
Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimiento en cuanto a la excavación, pero probablemente acabe siendo algo muy relevante para los amantes de la historia.