En el antiguo Egipto, se pensaba que el alma de una persona consistía en nueve partes separadas que se integraban en un individuo completo pero tenían aspectos muy distintos.
En muchas culturas antiguas como las que se encuentran en Asia, África e incluso América, encontramos un concepto de Alma análogamente similar al concepto desarrollado por las religiones del grupo judeocristiano (incluido el Islam) y la filosofía europea.
El alma, desde el punto de vista védico o Veda, es el ser, que por naturaleza es eterno (sin nacimiento o muerte o sin principio o fin) de una sustancia diferente de la del cuerpo físico y que tiene su propia conciencia.
Desde este punto de vista, la ciencia material o la que estudia los fenómenos físicos o materiales es limitada porque no puede estudiar los fenómenos espirituales ya que su naturaleza es diferente de la física.
Este capítulo del Bhagavad Gita trata sobre la naturaleza del alma.
Pero así como esas culturas antiguas explican en detalle el concepto del alma humana, los antiguos egipcios, conocidos por haber sido una de las civilizaciones antiguas más avanzadas que jamás haya existido en la Tierra, desarrollaron un concepto extremadamente interesante que explica el alma humana.
EL ALMA NO ERA SOLO EL CARÁCTER DE UNO, SINO UN COMPUESTO QUE TENÍA DIFERENTES ENTIDADES, CADA UNA DE LAS CUALES TENÍA SU PROPIO PAPEL DE JUGAR EN EL VIAJE DE LA VIDA Y LA VIDA POSTERIOR.
Los antiguos egipcios estaban convencidos de que el alma humana estaba compuesta de NUEVE partes principales: Ren, Ba, Ka, Shuyet y Jb, Akh, Sahu, Khat y Sechem.
(Nota) En algunas épocas, se pensaba que el alma estaba compuesta por cinco partes y en otras siete, pero, en general, eran nueve. Aquí echamos un vistazo a las NUEVE partes.
Además de los componentes del alma humana, existía el cuerpo humano denominado Ha-Haw, que se interpretaba como la suma de las partes corporales.
Jb (El corazón) era una parte extremadamente importante del alma egipcia. Se cree que se formó a partir de una gota de sangre del corazón de la madre del niño, tomada en la concepción. En la mitología egipcia antigua, el corazón era la clave del más allá.
Shuyet (La Sombra) está siempre presente. Los antiguos egipcios creían que la sombra resumía lo que una persona representa.
Ren (El nombre) fue otra parte crucial del alma. El Ren de una persona se les dio al nacer y los egipcios creían que viviría mientras se hablara ese nombre.
Bâ (La personalidad) Reanudado, los antiguos egipcios creían que Bâ era todo lo que hace que una persona sea única.
Ka (La chispa vital) Según los antiguos egipcios, el Ka era un concepto vital en el alma, ya que distingue la diferencia entre una persona viva y una muerta.
Khat (El Cuerpo) el Khat fue referido por el Antiguo Egipto como el cuerpo físico que, cuando falleció, proporcionó el ling entre el alma y la vida terrenal de uno.
Akh (El Ser Inmortal) según los antiguos egipcios, el Akh era el yo inmortal transformado que ofrecía una unión mágica de Ba y Ka.
Sahu (El Juez) El Sahu era el aspecto de Akh que vendría a una persona como un fantasma o mientras dormía en sueños.
Sahu fue diferenciado de todos los demás aspectos del alma una vez que la persona fue ‘justificada’ por el Dios Osiris y juzgada digna de existencia eterna.
Sechem (Otro aspecto de Akh) El Sechem era otro aspecto del Akh que le permitía dominar las circunstancias. Se consideró la energía de vida vital de la persona que se manifestó como el poder que tenía la capacidad de controlar el entorno y los resultados de uno.
Además, según los antiguos egipcios el ser humano, tiene ocho grados de personalidad:
“Ren“, o “el nombre”, pudiendo seguir existiendo según el cuidado de un correcto embalsamamiento.
“Sejem” es la energía, el poder, la luz del difunto.
“Aj” es la unificación de “Ka” y “Ba”, en vista de un retorno a la existencia.
“Ba“, que hace que un individuo sea lo que es; también se aplica a cosas inanimadas. Es el concepto más cercano al “Alma” occidental.
“Ka“, la fuerza de la vida. Sostenido por las ofrendas de comida al difunto.
“Sheut o Shuyet” es la sombra de la persona, representada por una figura humana completamente negra.
“Seju” significa los restos físicos de la persona.
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