La vida después de la muerte es una cuestión que ha atraído el interés de diferentes generaciones y culturas desde hace siglos. Lo cierto es que cada vez resulta más difícil dudar de su existencia. Mikel Lizarralde, médium de fama internacional, asegura que “nadie nace solo y nadie muere solo”, ya que tenemos guías espirituales que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Pero, ¿cómo podemos comunicarnos con ellos?
"El mundo de los espíritus es un mundo real, no es una creencia o una cuestión de fe"
Cuando era apenas un niño, Mikel Lizarralde descubrió que tenía una sensibilidad especial, completamente distinta a la de los demás. Cuando logró asimilar sus capacidades como médium, buscó desarrollarlas a través de diferentes estudios, lo que le llevó a Canadá y más tarde a Inglaterra. A día de hoy es considerado uno de los mejores médiums del panorama internacional.
La principal pretensión del médium es acercar el mundo espiritual a la sociedad, ayudar a comprenderlo para que se deje de temer al más allá. Es una de las razones por las que publica su primer libro, Un nuevo Mensaje (Vergara, 2021). Con este trabajo pretende acercar un fenómeno tan interesante como el de la mediumnidad a todas las personas que quieran adentrarse en él.
Pregunta: ¿Cómo recuerdas tu primera experiencia? ¿Qué sensaciones tuviste?
Respuesta: Se me hace difícil recordar la primera experiencia, ya que he tenido muchas desde muy niño. Haciendo memoria, recuerdo que cuando tenía 7 u 8 años, en mi barrio había un coche abandonado de color granate, o más bien lo que quedaba de su estructura. Allí jugábamos a todo tipo de juegos.
Los asientos estaban agujereados por todas partes y el coche estaba completamente oxidado y descascarillado, sin ruedas. En una ocasión, un día de mucho calor, estábamos felices tras haber conseguido abrir la puerta trasera, que siempre había estado atascada. Mi mano estaba apoyada en el borde de la puerta con los dedos hacia dentro del vehículo, sujetándome y manteniendo el equilibrio sobre un tronco.
De pronto vi a un niño moreno, con grandes ojeras, pantalones cortos grises, camisa clara y unos tirantes, que se presentó sentado en el asiento de atrás. Lo veía muy claro. No sentía miedo, sólo aquella luz blanca destelleante que a veces rodeaba a mis amigos y emociones de soledad y tristeza.
Ahora me doy cuenta de que lo que yo estaba sintiendo eran sus sentimientos a la hora de morir. Este niño me miró con cara lánguida y me dijo: “aparta la mano, va a cerrar la puerta”. Le hice caso casi sin pensarlo, y nada más retirar mi mano escuché el golpetazo de la puerta al cerrarse. Mi amigo Tito cerró de golpe la puerta y me imagino que no sabría que mi mano estaba ahí. Desde entonces nunca más pudimos volver a abrirla.
Las apariciones que tenía eran totalmente normales para mí. A veces no me daba cuenta de que no eran personas de carne y hueso, con la salvedad de que en algunas ocasiones los acompañaba una luz brillante que anunciaba su aparición.
Recuerdo que en la televisión autonómica solía ver unos dibujos animados de El Rey Arturo donde él levantaba la espada Excalibur, y ésta irradiaba con luz brillante y poderosa todo lo que estaba alrededor, venciendo a sus enemigos. En mi mente de niño llegué a pensar que aquellas personas venían a “mi mundo” a través de la luz de Excalibur, incluso recuerdo preguntar en la familia que pasaría si yo rompía la televisión, si eso haría que El Rey Arturo viniera a nuestro salón.
Mikel Lizarralde es uno de los médiums españoles más reconocidos
P: ¿Qué experiencia espiritual te ha impactado más?
R: En general, todos aquellos mensajes que recibo y en los que se explica que algo imposible o inviable médicamente va a ocurrir y al final ocurre me encantan. Es decir, esos pequeños milagros donde “el cielo” recompensa a las personas.
Sin embargo, si tengo que seleccionar una, la que más me ha impactado es la experiencia que tuve en Michigan sin duda, en donde un espíritu me indicó la fecha del fallecimiento de mi padre y, días más tarde, también la mía. Es muy duro saber algo así, aunque también puede ayudarte a aprovechar más el tiempo.
Para el alma las experiencias buenas o malas no existen, todo son vivencias, aprendizajes, experiencias
P: ¿Tienes algún tipo de guías espirituales? ¿Quiénes?
R: Sí, todos los tenemos. Nadie nace solo y nadie muere solo, nuestros guías, “el séquito” como yo los llamo, están siempre ahí. Incluso hay médiums que siempre trabajan a través de sus guías.
En mi caso son varios. Sobre todo, me gustaría hacer referencia a un grupito de niños que hacen que yo, a veces, actúe también como un niño, de manera juguetona o ingenua. Además, tengo una conexión especial con Ganesha. Yo no sabía quién era o qué era, sabía muy poco fuera del catolicismo y este dios hindú se me presentaba y se hacía visible hasta que de adulto pude identificar quién era y para qué estaba conmigo.
Otras veces me acompaña un hombre del bosque, una especie de leñador, aunque también es reseñable la conexión íntima que tengo con los ángeles. Pero existen más, algunos temporales, que vienen a ayudarme con una misión especial en un momento concreto de mi vida.
P: Durante estos contactos, ¿te han revelado algo sobre la situación de la pandemia y el futuro que tendrá que afrontar la humanidad?
R: No mucho. Hay informaciones que prefiero no saber y por eso no les pregunto mucho sobre este asunto. Lo cierto es que estamos ante un gran cambio para la humanidad. Una oportunidad para unirnos y conectar con lo que realmente es importante: la hermandad de toda la humanidad. Es una gran oportunidad para dejar de ser tan individualistas y de vivir hacia afuera, una oportunidad para aprender a ir más allá de las apariencias y mirar dentro del asunto, sin adorno.
Esto nos permitirá aprender quienes somos en este mundo y para qué vinimos, pero sobre todo, participar de lo que puedo ofrecer al otro para ayudar. Debemos aprender a mirar a nuestro vecino como un compañero, como un igual, como parte de nuestro ser y aprender que realmente todo lo que necesitamos está en nosotros.
Con respecto al Covid-19, aún nos queda al menos un año de medidas y restricciones, pero lo cierto es que el mundo nunca volverá a ser lo mismo. Precisamente, esto para algunos políticos y gobiernos será una gran oportunidad para implementar medidas más restrictivas a los ciudadanos de a pie.
Si todos supiéramos qué ocurre y qué hay después de la muerte, tendríamos una vida más plena y feliz
P: Cuando te dan una mala noticia desde el más allá, ¿cómo actúas? ¿Sueles darla?
R: Este es un tema muy delicado. Yo soy de la creencia de que, si una persona ha venido a una consulta privada contigo, se merece saber toda la información. Por tanto, no debo ocultar nada porque sería irrespetuoso hacerlo.
Para el alma las experiencias buenas o malas no existen, todo son vivencias, aprendizajes, experiencias. Sin embargo, hay ciertas cosas que debemos aprender cómo decirlas. Mi máxima siempre es la de facilitar la información, por muy dura que sea. Por ello, es importante tener en cuenta cómo te gustaría oír la noticia si tú fueses el que fuese a recibirla. No obstante, si lo que vas a contar no ayuda, no tiene solución, no se puede evitar y sólo va a traer sufrimiento al que lo reciba, ¿para qué decirlo?
Estamos aquí para ayudar, nuestro objetivo debe ser el de hacer el bien máximo a la persona que tenemos delante y también al mundo de los espíritus. No creo que se deba ocultar la información, a menos que sólo vaya a producir dolor y sufrimiento.
P: ¿Quieres dejar algún mensaje importante a los lectores de Espacio Misterio?
R: Quisiera decirles que no pierdan la fe, que hay luz al final del túnel y que todo esto pasará. El mundo de los espíritus es un mundo real, no es una creencia o una cuestión de fe. Está a nuestro lado constantemente guiándonos, cuidándonos y ayudándonos, solo tenemos que saber escuchar. Los espíritus ni pueden hacernos daño ni desean hacerlo. Por favor, no temáis a aquellos que nos quieren orientar y guiar.
El mundo de los espíritus es un mundo de amor incondicional, que solamente si sabemos escuchar, podemos recibir su ayuda.
Recuerden que solo tenemos el ahora, que solo disponemos de este momento, que el ayer es un recuerdo y el mañana un supuesto. Sólo nosotros podemos cambiar el mundo y podemos hacerlo si cambiamos el pensamiento y la conducta en el momento presente. Si todos supiéramos qué ocurre y qué hay después de la muerte, tendríamos una vida más plena y feliz.
Irene Fernández Sáez
2 de Marzo de 2021 (12:12 CET)