Los CDC señalan que existen errores comunes cometidos por personas que ya han sido inoculadas, lo que probablemente conduzca a un desequilibrio en sus organismos.
Informes de los CDC no establecen una relación causal entre las muertes con las vacunas contra el COVID-19. (Andrey Rudakov/Bloomberg)Por Redacciónjunio 24, 2021 | 12:23 hrs
Las defunciones por SARS-CoV-2 en personas que ya han recibido la vacuna contra el COVID-19 son mínimas, y si bien, aún no existe un estudio que demuestre la relación que tienen las dosis anti-COVID con los fallecimientos, o que explique porqué se producen los decesos aún después de ser inmunizado, existen algunas hipótesis.
De acuerdo con los Centros de Control y Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los informes de reacciones adversas posterior a la vacunación, incluidos los casos de muertes, no significan necesariamente que una vacuna haya causado un problema de salud.
“Después de una revisión de la información clínica disponible, incluidos los certificados de defunción, informes de autopsias e historias clínicas, no se estableció una relación causal con las vacunas contra el COVID-19″.
Sin embargo, los CDC advirtieron que sí se ha encontrado que algunas vacunas, como la producida por Janssen, han producido reacciones, como coágulos sanguíneos, que han causado muertes.
Adicional al tipo de vacuna que reciben la personas, los expertos señalan que las reacciones dependen en gran medida del organismo de cada persona, pues cada cuerpo es distinto y puede tomarle a unos más tiempo que a otros, generar los anticuerpos necesarios para combatir el virus.
Así mismo, los expertos sugieren que el riesgo de morir por COVID-19 después de ser vacunado dependen del estado de salud en el que se encuentre la persona, aún sin tener coronavirus. Es decir, si la persona padece diabetes, hipertensión, obesidad u otras enfermedades, es más probable que tenga una reacción adversa, como la muerte.
Los CDC también señalan que existen errores comunes cometidos por personas que ya han sido inoculadas, lo que probablemente conduzca a un desequilibrio en sus organismos y en consecuencia un posible fallecimiento.
Por ejemplo, las personas que ya han recibido las dosis anti-COVID suelen dar por hecho que ya cumplieron con el esquema completo de vacunación, sin embargo, los CDC afirman que generalmente el organismo necesita dos semanas después de la vacunación para generar protección o inmunidad contra el virus.
Otro error común es pensar que una vez que las personas han sido vacunadas, ya no pueden contagiarse, y aunque la probabilidad es mínima, nadie esta exento de contraer SARS-CoV-2.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, aunque la información actual sugiere que las vacunas que cuentan con la autorización de emergencia por parte de la Administración de Medicamentos y Alimentos ofrecen protección contra la mayoría de las variantes, algunas de estas sí podrían infectar a las personas ya vacunadas.
También, las personas suelen bajar la guardia contra el coronavirus después de ser vacunadas, y en caso de tener síntomas COVID no se protegen lo suficiente.
Los expertos recomiendan que cualquier sujeto vacunado con síntomas debe aislarse y ser evaluado clínicamente.
Los protocolos sanitarios anti-COVID aún después de ser vacunados deben ser respetados como en la primera etapa de la epidemia, como el lavado de manos, pues es importante tomar en cuenta que el COVID-19 sigue estando presente y que sí puede infectar a cualquier persona, incluso ya inoculada.