El universo es un misterio en sí mismo. En pleno siglo XXI continuamos sin tener respuesta a una de las mayores incógnitas de nuestra historia: ¿existe vida extraterrestre en otros planetas? Pero mientras llega el momento en que podamos viajar a otros mundos potencialmente habitables, los astrónomos llevan años recibiendo “menajes” procedentes de estrellas lejanas.
Las llamadas ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) son emisiones de radio que aparecen de forma temporal y aleatoria, lo que las hace no solo difíciles de encontrar, sino también difíciles de estudiar. El misterio surge del hecho de que no se sabe qué podría producir una explosión tan corta y aguda.
Esto ha llevado a algunos expertos a especular que podrían ser desde estrellas que colisionan hasta mensajes creados artificialmente. La primera FRB fue descubierta, o más bien ‘escuchada’ por los radiotelescopios, en 2001, pero no se descubrió hasta 2007, cuando los científicos analizaban los datos de archivo.
Pero fue tan temporal y aparentemente aleatoria que los astrónomos tardaron años en aceptar que no era un problema técnico en uno de los instrumentos del telescopio. Pero ahora los astrónomos acaban de reconocer que las FRB siguen un patrón establecido, por lo que son de origen artificial.
Señales con un patrón establecido
Los astrónomos han identificado el primer patrón establecido de una ráfaga rápida de radio a 500 millones de años luz de distancia, pero aún no saben qué causa el fenómeno. Emite una señal durante unos milisegundos una vez cada hora, cada hora durante cuatro días.
Luego permanece en silencio durante 12 días antes de reanudar su ciclo de 16 días. Esta es la primera vez que los astrónomos detectan un patrón FRB, pero se desconocen las razones subyacentes.
Sin embargo, los científicos han descartado la comunicación extraterrestre ya que consideran que 16 días para un mensaje sería poco práctico e ineficiente. El patrón fue descubierto después de 400 días de observaciones por investigadores del Experimento Canadiense de Mapeo de la Intensidad de Hidrógeno (CHIME por sus siglas en inglés).
Algunas ráfagas de radio detectadas en la Tierra son únicas, provienen de un espacio aleatorio y nunca se vuelven a detectar.
Ahora los astrónomos de CHIME, que se han negado a comentar sobre su descubrimiento, probaron que este no era el caso al estudiar la FRB 180916.
“Esto es muy significativo”, dijo Duncan Lorimer, astrofísico de la Universidad de Virginia Occidental, a la revista científica
Science News. “Potencialmente nos llevará en una dirección interesante para llegar al fondo de estos repetidores.”
Aún no se ha encontrado ninguna explicación, pero los astrónomos especulan que puede deberse a que su fuente está en órbita.
“Tal periodicidad, si se confirma, sería la primera evidencia circunstancial (de cualquier propiedad particular de una fuente de FRB), que apunta hacia un movimiento orbital muy probable”, dijo Bing Zhang de la Universidad de Nevada a New Scientist.
Significaría que dos objetos en órbita uno alrededor del otro completarían su viaje cada 16 días, con la Tierra recibiendo señales en los cuatro días en que el mundo no está bloqueado por su vecino. Los científicos no saben si la señal de repetición es una anomalía o la norma y tienen que lidiar con la posibilidad de que hayan estado buscando ráfagas de radio de manera incorrecta durante varios años.
Desde el primer descubrimiento en 2014, los modelos han estado buscando aleatoriedad específicamente. Sin embargo, esta revelación les permitirá reducir el alcance de su búsqueda. Leon Oostrum, del Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON), dijo a New Scientist que, a pesar de que no saben qué causa las señales, creen que pueden decir con seguridad que saben lo que no lo causaron.
“Si se tratara de un faro extraterrestre, creo que se emitiría más rápidamente, porque un período de 16 días no es eficiente para la comunicación”, dice el Dr. Oostrum. “Imagínate recibir una señal cada 16 días: tardaría una eternidad en recibir un mensaje.”
Origen extraterrestre
Por mucho que algunos astrónomos no quieran ni pensar en la posibilidad de que su origen sea extraterrestre, los investigadores del CHIME no han querido manifestarse públicamente.
Sin embargo, los físicos de la Universidad de Harvard sugirieron que estos estallidos rápidos de radio podrían ser evidencia de una tecnología extraterrestre de propulsión de naves interestelares.
El reconocido físico teórico
Avi Loeb, del Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, explicó que los estallidos utilizados para la alimentación de grandes velas de luz podrían producir parámetros que son consistentes con FRB.
Las “velas de luz” son un sistema de propulsión fotónico que utilizan el movimiento de los fotones para desplazarse. Esto podría hacerse mediante el uso de los rayos del Sol para aprovechar la energía o mediante el uso de un sistema de propulsión de láser gigante, que la NASA especula que nos podría llevar a Marte en tan sólo de tres días.
Avi Loeb y su equipo de investigadores aseguraron que estos estallidos rápidos de radio podrían venir de una civilización extraterrestre la cual utilizaría un transmisor de radio en su planeta con el fin de hacer su viaje con las velas de luz. Aunque no podemos descartar que dicha civilización esté intentando comunicarse con nosotros, o tal vez advirtiéndonos de un inminente peligro.