Unos extraños símbolos tallados en el dintel del acceso antiguo (original) a la Gran Galería de la Gran Pirámide de Guiza, parecen coincidir con aquellos hallados en los supuestos restos del ovni estrellado en Roswell en 1947.
¿Se trata acaso de una prueba de influencia extraterrestre en el Antiguo Egipto?
De acuerdo a los exégetas, el tetragrama grabado en sobre la antigua «puerta bloqueada» de la Gran Pirámide es de origen bereber, un conjunto de etnias autóctonas de África del norte cuyo origen se remonta al 6.000 a.C., por lo que dichos símbolos se suponen tan antiguos como inusuales: componen la única inscripción de este tipo grabada en la maravilla antigua y no es algo común en los monumentos egipcios.
Según escribe Juan Jesús Vallejo en su libro Breve Historia del Antiguo Egipto, la inscripción «está formada por cuatro letras que son, de izquierda a derecha: una V, un círculo partido por una línea transversal, unas rayas horizontales en paralelo y, al final, otro círculo partido por dos líneas verticales».
«La traducción de los cuatro signos no es fácil, ya que pueden leerse de derecha a izquierda o viceversa.
Además, nadie sabe a ciencia cierta cómo eran las palabras de un idioma que se hablaba hace miles de años.
Pero sus raíces han quedado impresas en las actuales lenguas bereberes del norte de África, y es utilizando estos embriones como se puede llegar hasta el significado original», continúa el autor. «Las valencias de la inscripción, de izquierda a derecha son las letras D, B, Q y B.
Estas forman dos palabras cuya raiz es DB y QB; los fonemas que se obtienen tras esta operación son “dabba” e “iqbut”. La primera de las palabras significa “cuidar” o la expresión coloquial “tomarse las cosas como vengan”.
La segunda palabra, “iqbut”, sí es del todo significativa, ya que su traducción literal sería “cúpula que recubre la tumba de un hombre santo”. »
Para comprender el verdadero sentido de estas palabras debemos entender que los significados del diccionario antes mencionado están hoy en día islamizados, ya que la actual religión bereber es la mahometana.
Pero si extrapolamos su significado a hace miles de años, podemos obtener la conclusión de que alguien semidivino, o al menos adorado como tal, fue enterrado en la Gran Pirámide.
Esta deducción no parece en principio, relevante, y muchos de ustedes pensarán que el faraón en si mismo era adorado como un Dios, pero si analizamos con detalle la traducción sí obtenemos un dato crucial.
En ella se habla de la “cúpula que recubre la tumba de un hombre santo”, haciendo tácita referencia a que la sepultura de este ser se encuentra muy cerca de la cúspide del monumento, lugar al que todavía no se ha llegado. Entrada original (bloqueada) a la Gran Pirámide. »
De todas formas, éste no es ni mucho menos, el único dato que nos induce a pensar en la existencia de más cámaras sin descubrir.
Muchas de las personas que han escalado hasta la cúspide del coloso de piedra han afirmado haberse topado con ratones.
Ni que decir tiene, debido a la gran cantidad de visitas que tiene anualmente, además de para su perfecta conservación el monumento está completamente desinsectado y desratizado.
¿Como pueden, entonces, los pequeños roedores trepar interminables filas de piedras, muchas de ellas de casi dos metros de alto, hasta tan descomunal altura?»
La conexión alienígena
Hasta aquí lo poco que sabemos sobre el misterioso tetragrama en la Gran Pirámide es que su significado indica que podría haber una cámara aún sin descubrir —algo que las últimas investigaciones con detectores de rayos cósmicos comienzan a confirmar—, y que se trata de una lengua simbólica muy antigua, posiblemente el primer tipo de escritura de la humanidad.
Ahora bien, los teóricos de los antiguos astronautas afirman que cuando los antiguos dioses descendieron a la tierra, instruyeron al hombre y dieron origen a las culturas civilizadas y centradas —en la mayoría de los casos— en la adoración de «dioses».
Dioses que, dicho sea de paso, en las listas predinásticas egipcias figuran como reyes que gobernaron a los hombres por cientos o miles de años.
Los símbolos en la entrada de la GP, resaltados digitalmente. ¿Pudo entonces este tipo de escritura ser un legado de los antiguos dioses?
¿Y si esos dioses eran simplemente extraterrestres con una avanzada tecnología?
Esta última pregunta podría ser respondida por una enigmática varilla recuperada en Roswell, Nuevo México, en julio del año 1947. Y sí, hablamos nada más y nada menos que del famoso incidente de estrellamiento ovni.
Cuando los militares llegaron a la zona, avisados por el dueño del rancho donde estaban esparcidos los restos, se encontraron con varios fragmentos extraños. «Nosotros procedimos a recoger las piezas.
Muchas de ellas tenían números y jeroglíficos, difíciles de leer. Nada del material estaba quemado. Trate de quemar el metal pero era imposible encenderlo. Se parecía al papel de estaño de un paquete de cigarrillos.
Traté de hundirlo con un mazo de 16 libras y no lo logré.
El general Ramey me advirtió que debía guardar silencio acerca del choque», declaró el Mayor Jesse Marcel, uno de los militares presentes. Jesse Marcel Jr.
En el recuadro, su padre en 1947.
Años después, Jesse Marcel Jr, declararía que a mitad de la noche su padre llevó a casa algunos de los restos que había recuperado el ejército en el sitio del incidente, para que tanto él como su madre los vieran.
¿La razón?
«Porque era algo de otro mundo que no volverían a ver en su vida».
Uno de los ítems que más lo fascinaron aquella noche fue una pequeña varilla con jeroglíficos grabados en un tono púrpura, y que podemos ver en la siguiente imagen:
Cabe destacar que Marcel Jr sostuvo que esta historia era verdadera hasta su muerte en 2013.
Y también cabe resaltar la obvia similitud entre los símbolos grabados en la varilla de Roswell con aquellos sobre la entrada original de la Gran Pirámide.
Dos cosas separadas por miles de años y kilómetros de distancia —desde la perspectiva de nuestra línea espacio-temporal, desde luego—.
¿Cómo puede ser esto posible?
¿Se trata de una simple casualidad o de la prueba que —como afirman algunos mitos— en el remoto pasado nuestra civilización fue instruida por inteligencias de otros mundos que, entre otras cosas, nos legaron la escritura?
Comparación entre los jeroglíficos de Roswell y el tetragrama en bereber de la Gran Pirámide.
Lo cierto es que en muchos otros casos de encuentros cercanos con ovnis (Villas Boas, Hill, Rendlesham, etc.), los testigos aseguran haber visto símbolos «parecidos a jeroglíficos» en el interior o exterior de las supuestas naves extraterrestres…
¿Sería por esto que los antiguos egipcios reservaban los suyos solo para la realeza emparentada con los dioses?
Por Arkantos Khan.