martes, 19 de noviembre de 2013

Los mapas de Piri Reis: Historia de unos Mapas Imposibles

Los mapas de Piri Reis tienen una realidad histórica perfectamente fechada y comprobada, que empieza en 1513, y una realidad «prehistórica», en el sentido técnico de la palabra, es decir, únicamente conjetural y sin documentos corroboradores, que corresponde a antes de 1513. Empecemos por lo que se sabe de modo seguro e irrefutable.

 
El día 9 de noviembre de 1929, Malil Edhem, director de los Museos Nacionales turcos, al proceder al inventario y a la clasificación de todo lo existente a la sazón en el famoso museo Topkapi, de Estambul, descubrió dos mapas del mundo -o, mejor dicho, fragmentos de ellos- que se creían perdidos para siempre: los mapas de Piri Reis, célebre héroe (para los turcos) o pirata (para todos los demás) del siglo XVI, que relata prolijamente en su libro de memorias, Bahriye, las condiciones y circunstancias en que levantó estos mapas.

De momento, el relato escrito no despertó mucha atención; pero el mapa habría de darle, gradualmente, un valor considerable. En realidad, hubo que esperar al término de la Segunda Guerra Mundial para emprender de veras el estudio comparativo de los mapas y del texto de Piri Reis.


Perteneciente a una familia de grandes marinos turcos, Piri Reis, notable navegante, cosechó éxitos en los cuatro rincones del Mediterráneo y de los mares vecinos, obtuvo numerosas victorias navales y contribuyó a afirmar la supremacía marítima, incontestable a la sazón, del Imperio otomano.


Pero Piri Reis era hombre culto e inteligente, y así, mientras corría sus aventuras, empleó algún tiempo en escribir el Bahriye en el que abundan las notas pintorescas y vivaces sobre todos los puertos del Mediterráneo, y los mapas de diversa índole (21 en total). 

Y también, antes de empezar a escribir, se tomó tiempo para diseñar dos mapas del mundo: uno, en 1513, y el otro, en 1528 (durante el reinado de Soleimán el Magnífico).


Fue un cartógrafo concienzudo y ejemplar. Empieza afirmando que el trazado de un mapa requiere profundos conocimientos y una capacidad indiscutible. 

En su prólogo al Bahriye, habla prolijamente de su primer mapa, dibujado en su ciudad natal, Gelibolu, desde el 9 de marzo hasta el 7 de abril de 1513 (año 919 de la Héjira). Declara, que, para trazarlo, cotejó todos los mapas que conocía, aproximadamente una veintena, algunos muy secretos y muy antiguos, comprendidos ciertos mapas orientales que, seguramente, nadie más que él poseía en Europa.



Su conocimiento del griego, del italiano, del español y del portugués le ayudó muchísimo a sacar el mayor partido de las indicaciones contenidas en todos los mapas que consultó. Además, disponía de un mapa confeccionado por el propio Cristóbal Colón y que había llegado a su poder gracias a un miembro de la tripulación del célebre genovés. Este marinero había sido hecho prisionero por Kemal Reis, tío de Piri Reis, y pudo, por ello, completar de viva voz los conocimientos de nuestro cartógrafo turco.


Hasta aquí, la obra de Piri Reis sólo tenía un interés anecdótico, aunque no careciese de importancia, como testimonio de la grandeza del pasado para los turcos, y como desmitificación de los «piratas berberiscos» para los europeos. 

El Bahriye fue, pues, durante mucho tiempo, una obra «clásica» turca, para personas cultas. 

Sin embargo, incluso antes de que se conocieran los mapas que menciona y que habían de plantear un formidable interrogante a muchos investigadores del mundo entero, sus profundos conocimientos habrían podido evitar que los historiadores cayesen en su más tremendo error: la afirmación de que Cristóbal Colón había descubierto América.

Colón redescubrió, o, mejor dicho, reveló a la Europa Occidental un continente cuya existencia era sólo conocida, hasta entonces, por algunos iniciados. El testimonio del almirante turco no puede ser más claro e inequívoco. En el capítulo sobre «El mar occidental» (nombre que se dio durante mucho tiempo al océano Atlántico), habla prolijamente del navegante genovés, cuya aventura refiere en estos términos:
«Un infiel, llamado Colombo y que era genovés, fue quien descubrió estas tierras. Un libro llegó a las manos del susodicho Colombo, el cual vio que se decía en el libro que, al otro lado del mar occidental, precisamente hacia el Oeste, había costas e islas, y toda clase de metales, así como piedras preciosas. El susodicho, después de estudiar largamente el libro, fue a suplicar, uno tras otro, a todos los notables de Génova, diciéndoles: "Dadme dos barcos para ir allá y descubrir esas tierras."

Ellos le respondieron: "¡Oh, hombre vano! ¿Cómo puede encontrarse un límite al mar occidental? Éste se pierde en la niebla y en la noche."


»El susodicho Colombo vio que nada sacaría de los genoveses y se apresuró a ir al encuentro del Rey de España, para contarle detalladamente su historia. Le respondieron lo mismo que en Génova. Pero suplicó durante tanto tiempo a los españoles, que su Rey acabó por darle dos barcos, muy bien pertrechados, y le dijo: "¡Oh, Colombo! Si sucede lo que tú dices, te haré Rapudán de aquel país."


Dicho lo cual, el Rey envió a Colombo al mar occidental.»
Piri Reis pasa seguidamente al relato que le hizo el marinero de Cristóbal Colón, que era ahora su esclavo. Resultaría inútil reproducir por entero este relato, en el que se explica el asombro de los marinos europeos ante los salvajes casi completamente desnudos que encontraron en las islas donde pusieron pie al llegar. Sin embargo, existe un detalle que es esencial para nuestro objeto:
«Los habitantes de esta isla vieron que ningún mal les venía de nuestro barco; por consiguiente, cogieron pescados y nos los trajeron, empleando sus canoas. Los españoles se alegraron no poco y les dieron baratijas, pues Colombo había leído en su libro que a aquellas gentes les gustaban mucho las baratijas.»
Este detalle extraordinariamente sorprendente y que, a nuestro entender, no ha sido aún comentado por nadie, adquiere mayor relieve si lo relacionamos con unas indicaciones contenidas en uno de los mapas de Piri- Reis, donde éste afirma que el libro en cuestión databa de tiempos de Alejandro El Magno. Resulta difícil afirmar que nuestro almirante turco tuviese este famoso libro en su poder, pero, en todo caso, conocía sin duda alguna su texto.


Fue, pues, deliberadamente, que Cristóbal Colón partió a descubrir América. Confiaba en su valioso libro, y los hechos sucesivos demostraron que tenía razón; pero limitó sus confidencias a los notables genoveses y al rey de España.

 Públicamente, fingió compartir la opinión corriente en su época: como la Tierra era redonda, parecía natural que, navegando hacia el Oeste, volvería fatalmente, más pronto o más tarde, al punto de partida, después de pasar en su trayecto, pero en sentido inverso, por los países orientales conocidos en Europa.


Algunos cartógrafos daban testimonio de esta creencia general. Existe, por ejemplo, un mapa atribuido a un tal Toscanelli y que Cristóbal Colón llevó consigo en su expedición: en él se ve, de derecha a izquierda, las costas europeas; después, el «mar occidental», y, por último, la isla de «Cepanda» (otra forma de «Cipango», nombre con que se conocía entonces al Japón), el país de «Catay» (China), la India y las islas del Asia sudoriental. ¡Ni el menor atisbo de América en este mapa! Esta arraigada opinión explica que se diese al Nuevo Mundo el nombre de «Indias Occidentales».


Como no es nuestro propósito la desmitificación de Cristóbal Colón, no nos extenderemos sobre sus predecesores, que descubrieron también América, pero sin darse cuenta de la importancia del hecho y sin tratar de profundizar en la cuestión. Los vikingos son los más conocidos, y pronto volveremos a hablar de ellos. Pero Piri Reís cita otros, a los que saludan los de pasada: Savobrandán (convertido en San Brandán), el portugués Nicola Giuvan, otro portugués, Antón el Genovés, etcétera.



Lo cierto es que, incluso antes de que fuese encontrado el mapa del mundo, se hubiera debido dar más crédito a Piri Reis. En su libro, repite en muchas ocasiones: «Nada hay en este libro que no se funde en hechos.» Los 215 mapas que se contienen en el Balzriye permitían comprobar perfectamente sus dichos. Y añade. «El más pequeño error hace inútil cualquier carta marina.» No olvidemos que es un marino quien lo dice, un hombre que conoce las traiciones y la servidumbre del mar. Tengamos presente esa observación al examinar sus mapas del mundo.

Sólo se poseen fragmentos de estos mapas, pero en ellos figura la totalidad del Atlántico y sus costas americanas, europeas, africanas, árticas y antárticas. Aparecen trazados sobre pergamino de color, iluminados y enriquecidos con numerosas ilustraciones: retratos de los soberanos de Portugal, de Marruecos y de Guinea; en África, un elefante y un avestruz; en América del Sur, llamas y pumas; en el océano y junto a las costas, barcos, y en las islas, pájaros.


Los pies de las ilustraciones están escritos en turco. Las montañas se indican con su perfil, y los ríos, con líneas gruesas. Los colores se utilizan de modo convencional: los parajes rocosos aparecen pintados de negro; las aguas arenosas y poco profundas, se señalan con puntos rojos, y los escollos ocultos bajo la superficie del mar, con cruces.


Éstos son los venerables pergaminos descubiertos en 1929. Los turcos los contemplaron con precaución y devoción, pensando con nostalgia en la fastuosa época del Imperio otomano y sin que se les ocurriese estudiar más a fondo el asunto. Varias bibliotecas del mundo adquirieron reproducciones. En 1953, un oficial de la Marina turca envió una copia al ingeniero jefe de la Oficina hidrográfica de la Marina de los Estados Unidos, el cual la mostró a un especialista en mapas antiguos, conocido suyo: Arlington H. Mallery.



Y entonces empezó verdaderamente el «asunto» de los mapas de Piri Reis.



¿Quién es Arlington H. Mallery?


Ingeniero de profesión, se había interesado siempre en las cosas del mar, y durante la Segunda Guerra Mundial había prestado servicio en los transportes de tropas. Al licenciarse -era capitán-, dedicó sus ocios a un tema que le apasionaba: Europa había descubierto América antes de Cristóbal Colón. Pacientes investigaciones lingüísticas (para demostrar la influencia del noruego antiguo en la lengua iroquesa), minuciosos estudios de las sagas escandinavas, búsquedas arqueológicas pacientemente dirigidas, descifrado de antiguos «portulanos», le llevaron a reconstituir la epopeya vikinga en Islandia, en Groenlandia, en Terranova y en el litoral canadiense.

Dio cuenta de sus descubrimientos en un libro, América perdida, publicado en 1951 y prologado por Matew W. Stirling, director de la Oficina de Etnología americana de la «Smithsonian Institution», que tuvo considerable resonancia. El capitán Mallery defendía su tesis y aportaba pruebas de que había existido en América una civilización del hierro no sólo antes de la conquista europea, sino también, quizás, antes del pueblo americano.


Sin embargo, esto no fue más que el comienzo de una aventura que haría de ser mucho más emocionante.

Cuando recibió los mapas de Piri Reis, tenía ya mucha experiencia en la materia, y le bastó el primer vistazo a los documentos para comprender que aquel descubrimiento no tenía parangón con los anteriores.Arlington H. Mallery tuvo inmediatamente la intuición de que aquellos mapas ocultaban un misterio fascinante.



Pero no se lanzó a ciegas a su estudio. Sus trabajos anteriores le habían enseriado a consultar siempre a las autoridades técnicas consideradas indiscutibles. Y esto fue lo que hizo, trabajando con cartógrafos famosos (principalmente, con Mr. I. Walters), científicos y técnicos polares (entre ellos, el R. P. Linchan).



El primer problema que se planteó fue el descifrado mismo de los mapas, es decir, del sistema de proyección empleado, que, al menos a los ojos de un profano, parece extraño a primera vista. 

Pero los especialistas, gracias a los recursos de la trigonometría moderna, pudieron descifrarlos: un explorador sueco, Nordenskjold, consiguió efectuar, en dieciocho años, la «traducción» de los portulanos al lenguaje cartográfico moderno. Su trabajo sirvió de base, primero, a Mallery, y después, a Charles Hapgood y a sus discípulos.


Éstos efectuaron comprobaciones tan exactas, que pudieron afirmar que los mapas de Piri Reis procedían de orígenes diferentes, y reconstituir, al menos teóricamente, el primitivo rompecabezas. Este trabajo, constantemente verificado por matemáticos, es, hasta la fecha, la mejor demostración de que los mapas de Piri Reís constituyen un problema real, y de que las intuiciones de las primeras personas que los descubrieron y, sobre todo, de Mallery, eran acertadas. Las pruebas de su antigüedad son muy numerosas. Nótese, por ejemplo, que la llama dibujada en aquellos mapas era desconocida por los europeos de la época.

En cuanto a las longitudes, exactamente indicadas, ni siquiera Cristóbal Colón sabía calcularlas. Para comprender su carácter excepcional, lo primero que hay que hacer es comparar estos mapas con otros de la misma época: la diferencia salta inmediatamente a la vista, incluso para aquellos que trabajaron dieciocho años en los portulanos. Citemos algunos de aquellos: el mapa de Jean Severs, publicado en Leyden en 1514, exacto en cuanto se refiere a Europa y África (nótese, en particular, que la América Central y la América del Norte se confunden).

El mapa atribuido a Lopa Hamen y publicado en 1519 no es mejor que el anterior: las dimensiones de América son desproporcionadas en relación con las de África; la distancia entre África y América es mucho menor que la real, y la configuración general del Nuevo Mundo es casi imposible de reconocer.


Otro mapa, trazado por un portugués cuyo nombre se ignora, apareció en 1520. América termina bruscamente al sur del Brasil. Hay que concretar que fue precisamente aquel año cuando Magallanes emprendió su viaje marítimo alrededor de América y que, por tanto, los resultados de esta exploración eran aún desconocidos.



Más aún: un mapa de América, publicado en la cosmografía de Sebastián Munster en 1550 -o sea, casi cuarenta años después de los de Piri Reis-, dista mucho de ser satisfactorio, aunque el Nuevo Mundo aparezca al fin identificado como continente. 

Nos hallamos, pues, ante unos hechos concretos: las afirmaciones del Bahriye son corroboradas por los mapas de Piri Reis. Es indiscutible que éste poseía informaciones veraces sobre América, diferentes de las proporcionadas por Cristóbal Colón y anteriores a éste. Pero, ¿cuánto tiempo anteriores? Aquí está toda la cuestión.

Debemos examinar ahora la interpretación moderna de estos mapas. Nos enfrentamos con dos tesis: la americana y la rusa.



Sigamos ante todo a Mallery, que tuvo el mérito de descubrir el misterio, y a Hapgood, que se empeñó en resolverlo.
La porción del mapa comprendida entre Terranova y el sur del Brasil, dejando aparte su exactitud, asombrosa para la época, no plantea problemas de descifrado.


En lo que atañe al norte y al sur del mapa, y una vez «traducidas» las indicaciones al lenguaje cartográfico moderno, Mallery adquirió el convencimiento de que Piri Reis había dibujado las costas de la Antártida, y de que, por otra parte, Groenlandia y el continente antártico aparecían diseñados... ¡tal como eran antes de la glaciación de los polos!


Esta hipótesis, a primera vista extravagante, sólo puede formularse -incluso antes de discutirla, cosa que liaremos seguidamente- si se está en condiciones de definir, más o menos exactamente, la configuración de los zócalos terrestres del Ártico y de la Antártida bajo la capa de hielo que las recubre en la actualidad.



Sólo recientemente se han adquirido conocimientos a este respecto. Las técnicas modernas (gravimetría, sondeos sísmicos, etcétera), perfeccionadas y experimentadas ante todo en Groenlandia por las expediciones polares francesas, y después en la Antártida, han dado resultados espectaculares.



En primer lugar, se pudo medir el espesor de la capa de hielo: en Groenlandia, el espesor máximo es de 3.300 metros; en la Antártida, alcanza los 4.500 metros. Después, se pudo confeccionar un mapa del relieve groenlandés, con sus alturas, tal como es en realidad debajo de la enorme capa de hielo. Trabajos parecidos se efectuaron en ciertas zonas de la Antártida.

Arlington H. Mallery disponía, pues, de elementos geográficos modernos con los que comparar los datos de los mapas de Piri Reis.


Sus conclusiones personales, enérgicamente sostenidas en el Foro de la Universidad de Georgetown, fueron rotundas: la Groenlandia dibujada por el almirante turco correspondía a las líneas de relieve descubiertas por las expediciones polares francesas (que revelan dos estrechamientos medios que cortan Groenlandia). En cuanto a la costa que prolonga en gran manera la de América del Sur, no era otra cosa que la de la Antártida: Arlington H. Mallery se tomó el trabajo de seguir el mapa milímetro a milímetro y de hacer, cada vez, la oportuna comparación con los datos modernos.

Hay que decir que, de este modo, llegó a conclusiones que son, al menos, sorprendentes: por ejemplo, las islas indicadas por Piri Reis frente a las costas coinciden con los que parecen ser picos montañosos subglaciales descubiertos por la expedición antártica noruegosuecobritánica en la Tierra de la Reina Maud, y cuyo trazado fue publicado en el Geographie Journal de junio de 1954.


También con referencia a la Tierra de la Reina Maud, Mallery estudió, en el curso de sus comparaciones, un mapa de la costa continental antártica levantado por Peterman en 1954. A su entender, ambos coincidían perfectamente, salvo en un punto: Piri Reis indicaba dos bahías, y Peterman, tierra firme. Mallery planteó el problema al Servicio Hidrográfico.


Había conseguido interesar hasta tal punto a los técnicos más competentes, que los americanos emprendieron sondeos sísmicos de comprobación en aquel lugar. ¡Y era el mapa de Piri Reis el que estaba en lo cierto! No es, pues, de extrañar que, al celebrarse la sesión antes mencionada, la hipótesis de la antigüedad de los mapas de Piri Reis dejase de ser meramente especulativa.
«Los trabajos realizados hasta el día de hoy -dice el R. P. Linehan- indican que estos mapas parecen extraordinariamente exactos.»
Y en otra parte añade:
«Creo que unos estudios sísmicos complementarios, que permitan determinar el emplazamiento respectivo del hielo y de la tierra firme, demostrarán que estos mapas son aún más exactos que lo que pensamos actualmente.»
Pero no todo el mundo está de acuerdo a este respecto. Los rusos, que, como es sabido, participan con muchas naciones occidentales en el estudio del continente antártico, formularon otras tesis sobre el asunto. Realizando sus propios trabajos de transposición, llegaron a la conclusión de que el trazado de Piri Reis no corresponde a la Antártida, sino al extremo sur de Patagonia y de la Tierra del Fuego. Pero esto no plantea un problema menor, puesto que estas regiones no empezaron a ser oficialmente conocidas hasta 1520.


Por otra parte, en la propia Rusia se han emitido otras opiniones sobre la cuestión. El profesor L. D. Dolguchin, del Instituto Geográfico, pensó que estos mapas podían representar la Antártida, pero que las informaciones que se contienen en elles no proceden de antes de la glaciación, período que hace remontar a un millón de años atrás (después veremos las tesis actuales sobre este problema).


El profesor M. Y. Mepert, secretario del Instituto Arqueológico, declaró:
«En Historia, hay que esperar sorpresas tan grandes como en física nuclear. Por esto es necesario estudiar estos mapas.»
Tratándose de un tema tan poco conformista, conviene, en todo caso, avanzar con precaución. El primer punto comprobado es que Piri Reis poseía, sobre el continente americano, datos anteriores al «descubrimiento» de Cristóbal Colón. Se podría suponer que estos datos proceden de la epopeya de los vikingos, a la sazón bien conocida y casi salida del limbo medieval.

 Pero los vikingos, por temerarios que fuesen, sólo conocían una pequeña parte de la América del Norte, la cual, por otra parte, ignoraban que fuese un continente. Un reciente descubrimiento ha dado mucho que hablar: el de un mapa encontrado en Suiza y que lleva la fecha de 1440.

En él se ve, a la altura de Escandinavia, primero, Islandia; después, Groenlandia, y, por último, una isla más vasta, en la que se cree reconocer las desembocaduras del San Lorenzo y del Hudson, convertidas en profundas bahías. La inscripción dice así: «Descubrimientos de Bjarni y de Leif.» Aclaremos que, según las sagas noruegas, Bjarni Herjolfson navegó hasta las costas americanas en el año 986, y Leif Ericson, en el 1002.


Los vikingos no pueden explicar, pues, por sí solos, los mapas de Piri Reis. Éstos son corroborados por otros hechos. Existe, por ejemplo, otro mapa del mundo, conocido por el nombre de Mapa de Gloreanus y que se encuentra en la Biblioteca de Bonn. Mientras no se demuestre lo contrario, data de 1510. Parece, pues, anterior a los de Piri Reis. Este mapa nos da no solamente la configuración exacta de toda la costa atlántica de América, desde el Canadá hasta la Tierra del Fuego, cosa ya de por sí extraordinaria, sino también la de toda la costa del Pacífico, igualmente de Norte a Sur.

Los datos de la Historia oficial no bastan para resolver el misterio planteado por la existencia de estos mapas. Debemos, pues, remontar con audacia la cronología. Detengámonos, ante todo, en la interpretación rusa: Piri Reis habría dibujado, no la Antártida, sino Patagonia y la Tierra del Fuego. Estos países eran, a la sazón, desconocidos. Ni siquiera los conocían los vikingos. El único pueblo navegante al que tal vez se podría atribuir este conocimiento es el fenicio.

Se ha comprobado históricamente que los fenicios practicaban la navegación de cabotaje por toda la costa occidental europea. ¿Fueron más lejos? ¿Se atrevieron a enfrentarse con la inmensidad del océano? Al menos, puede formularse la pregunta. Es cierto que, a través de la Antigüedad y de la Edad Media, se transmitió una tradición referente a la existencia de un continente más o menos mítico al otro lado del océano. Ya hemos hablado del famoso libro, presuntamente de tiempos de Alejandro Magno, cuya lectura impulsó a Colón a su gran aventura. Ciertos compiladores griegos hablan de un continente llamado «Antictoné» (es decir, «tierra de los antípodas»).

Se dice que san Isidoro de Sevilla, que vivió desde el 560 hasta el 636, declaró:
«Existe otro continente, además de los tres que conocemos. Está al otro lado del océano, y allí, el sol calienta más que en nuestras regiones.»
Y debemos pensar también en la epopeya, aún poco conocida, de los monjes bretones que partieron a evangelizar los pueblos de un famoso continente del que habían oído hablar: cruzada dramática y sumamente mortífera. Sabemos que partieron de las costas de Bretaña.

¿Llegaría a América uno de sus barcos?


Existen sólidos argumentos a favor de la hipótesis fenicia, tanto más cuanto que en América del Sur, y aun del Norte, se han descubierto vestigios de características mediterráneas: el más reciente descubrimiento se debe a un holandés, el profesor Stocks. Estos descubrimientos son, en general, muy discutidos. La idea de que los fenicios fuesen capaces de efectuar travesías oceánicas no tiene, en sí, nada de fantástico. Su marina, tanto mercante como de guerra, les permitía llevar a cabo esta hazaña.


En cambio, resulta más difícil imaginar los motivos que tuvieron para guardar en secreto sus descubrimientos. Pero el poderío de su diminuto país se fundaba únicamente en su marina, y el conocimiento exclusivo de unos lugares de aprovisionamiento habría constituido un triunfo muy interesante para ellos. Después, el secreto se habría perdido más o menos en el curso de la Historia. Pensemos, a este respecto, en los vikingos: algunos siglos después de sus expediciones marítimas, hubo que «redescubrir» Groenlandia, Terranova y el Catadá. Tales secretos corporativos son fáciles de guardar y, más aún, de perder.


Pasemos ahora a la hipótesis de Mallery: heredero de una larga serie de tradiciones secretas, Piri Reis debió de tener conocimiento de datos geográficos que, en lo tocante a Groenlandia y a la Antártida, databan de antes de la glaciación. Se plantea una primera cuestión: ¿Cuándo se produjo esta glaciación?



El Año Geofísico Internacional dio vivo impulso, entre otras, a estas investigaciones. En 1957, los trabajos convergentes del doctor J. L. Hough, de la Universidad de Illinois, por medio del sondeo, y del doctor W. D. Hurry, de los laboratorios de geofísica del Instituto Carnegie, por el método del radiocarbono, empezaron a delimitar el problema: el período de glaciación actual de los polos empezó entre 6.000 y 15.000 años atrás. Este margen de incertidumbre ha sido posteriormente muy reducido.


Los especialistas (y en particular Claude Lorius, jefe glaciólogo de las expediciones polares francesas) fijan el comienzo del período glacial entre 9.000 y 10.000 años atrás. Además, están de acuerdo en que acaba de empezar un período de desglaciación. Parece, pues, posible que, hace unos diez milenios, Groenlandia y la Antártida tuviesen la configuración que se observa en los mapas de Piri Reis. Su relieve se manifestaba libremente; una parte de las tierras actualmente cubiertas por el hielo o sumergidas era, entonces, aún visible.


En vista de esto, parece que se podría concluir diciendo que los conocimientos que sirvieron para el trazado de estos mapas datan de unos 10.000 años atrás.



Después de todo lo que acabamos de decir, esta conclusión es inevitable; pero contradice todas las teorías clásicas actuales sobre la historia de la civilización y debe ser considerada con gran cautela. ¿Qué dicen los manuales de Prehistoria? Hace diez mil años, reinaba (si podemos expresarnos así) el hombre de Cro-Magnon, al cual se atribuyen las pinturas de Lascaux, pero que no conocía el trabajo de los metales, ni el cultivo de la tierra, ni la domesticación de los animales.



Ahora bien, Arlington H. Mallery, el gran especialista, dice de los mapas de Piri Reis:

«En la época en que se confeccionó el mapa, no era solamente preciso que hubiese exploradores, sino también técnicos en hidrografía particularmente competentes y organizados, pues no se puede dibujar el mapa del continente o territorios tan extensos como la Antártida, Groenlandia o América, como por lo visto se dibujó hace algunos milenios, si no se es más que un simple individuo o incluso un pequeño grupo de exploradores. Se necesitan técnicos experimentados, conocedores de la astronomía, así como de los métodos necesarios para el trazado de mapas.»
Arlington H. Mallery va aún más lejos. Dice:
«No comprendemos cómo pudieron confeccionarse esos mapas sin la ayuda de la aviación. Además, las longitudes son absolutamente exactas, cosa que nosotros mismos sólo sabemos hacer desde hace apenas dos siglos.»
Habría que proceder, pues, a una «revisión desgarradora» de nuestros conceptos referentes a la historia de la Humanidad. ¿Qué conjeturas podemos hacer sobre una civilización desarrollada que habría existido hace unos diez mil años?


Por su parte, Arlington H. Mallery, especialista de la América precolombina, y que tiene, en este campo, notables descubrimientos en su haber, andaba en busca de una gran civilización desaparecida, que habría existido en el continente americano. Pudo presentar un cúmulo de elementos, algunos de los cuales son desconcertantes, sobre todo unos altos hornos para tratar el hierro -sobre cuya fecha están en desacuerdo los especialistas- y unas piedras provistas de inscripciones.



Este descubrimiento fue hecho en Pensilvania, al este de Harrisburg, en la casa de los hermanos Strong. Los especialistas consultados por Mallery, -Sir W. M. Petrie, Sir Arthur J. Evans y J. L. Myres- descubrieron en tales inscripciones ciertas semejanzas, tal vez fenicias, tal vez cretenses. Sea como fuere, las inscripciones parecían corresponder a una fase anterior a las primeras escrituras mediterráneas, dado que la alfabetización había empezado en ellas, pero la escritura, que ya no es realmente silábica, contiene aún 170 signos. Actualmente, no ha sido todavía descifrada.



Arlington H. Mallery opina que es la escritura de una antigua civilización americana, anterior, naturalmente, a las civilizaciones precolombinas conocidas (inca, maya, o azteca). Se puede conjeturar que éstas conservaron algunos vestigios: así se explicarían la misteriosa fortaleza de Tiahuanaco, cuya fecha ha sido imposible fijar; ciertas particularidades de la astronomía maya, que parece referirse a un estado del cielo anterior en muchos milenios al que conocemos; las extrañas leyendas referentes a antiguos civilizadores; etcétera.



Pero, aun admitiendo que semejante civilización existiese hace diez mil años en el continente americano, aún habría que explicar cómo sus conocimientos geográficos pudieron llegar a Europa.



Y, ya que hemos franqueado ahora el muro de la razón, podemos dar libre curso a la fantasía:

  • ¿Y si esta civilización avanzada hubiese existido, no solamente en América, sino en toda la Tierra?
  • ¿Habría tenido esta civilización un origen extraterrestre?
En lo que atañe a los mapas de Piri Reis, nos resulta muy difícil hacer intervenir a los venusianos o a seres de otros planetas: porque, si, como es de suponer, disponían de los cohetes más perfeccionados, ¿qué necesidad tenían de levantar un mapa detallado, no de los continentes -cosa que aún habría podido explicarse-, sino de las orillas y las costas? Esto no impide, desde luego, que se pueda estudiar este problema; pero los mapas de Piri Reis son obra exclusiva de marinos terrestres.


Entonces, ¿serían habitantes de la Atlántida o de Gondwana?


Pero el desplazamiento de los continentes tiene una historia que se remonta mucho más allá de diez milenios y de la época que nos interesa; estos continentes, si existieron, habían desaparecido o se habían hecho pedazos mucho tiempo antes.


Podríamos suponer, pues, que una rama de la raza humana, coexistente con otras menos desarrolladas, hubiese alcanzado, hace ocho o diez mil años, un grado de civilización considerable, y que tuviese un conocimiento muy completo de su planeta; y que hubiese sido destruida, inopinadamente, por un cataclismo. Charles H. Hapgood se muestra rotundo en sus conclusiones.


Sólo hace un siglo que se empezó a hacer retroceder los límites de la Historia y se encontraron vestigios materiales de civilizaciones hasta entonces consideradas como míticas (Troya, Creta), o incluso desconocidas (Sumer, los hititas, el valle del Indo). El profesor americano declara que hay que continuar las investigaciones, y que éstas habrán de conducir forzosamente al descubrimiento de la avanzada civilización que existió hace diez mil años.

Naturalmente, le dejamos la responsabilidad de estas afirmaciones, apoyadas, repitámoslo una vez más, por una concienzuda experimentación científica. El gran descubrimiento arqueológico del siglo está aún por hacerse...


El gobierno argentino y Clarín buscan aprobar la Ley de Semillas de Monsanto distrayendo con el Código Civil

La payasada inconstitucional denominada "Reforma del Código Civil" que otorgó a la sionista Carrió nuevas apariciones en Diario Clarín, y la consecuente propaganda de terror desde el gobierno y los medios de comunicación cumple la oportuna función de ocultar que el Congreso y el Senado pretenden aprobar la Ley de Monsanto en Argentina a espaldas del pueblo. 

La reforma del Código Civil es una mentira bien armada que no podrá avanzar debido a su inconstitucionalidad, y los políticos argentinos ladrones que la promocionan serán los primeros en proteger sus vastas propiedades compradas con dinero de los impuestos. 

Mientras tanto, Monsanto planea ilegalizar las semillas orgánicas con respaldo de Cristina Fernández de Kirchner, Carrió, Clarín y el falso arco opositor. La votación será en pocos días, y un puñado de personas en el país saben de que se trata, nuevamente gracias a Lanata, Clarín y todos los funcionarios ladrones y genocidas de Argentina.

Por favor, leé:

 "10 motivos para rechazar el proyecto de ley que pretende privatizar las semillas en la Argentina"

y conocé porque es la peor Ley que el gobierno podría aprobar en la historia de la Patria.

Mariana Santarelli
BWN Argentina

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Más de 80 tornados azotaron EEUU dejando 7 muertos y 500 casas destruidas

Tormentas intensas y tornados azotaron el centro-norte de Estados Unidos el domingo, arrasando con casas y causando otros daños graves en varias comunidades del centro de Illinois, donde murieron al menos 7 personas, unas 50 personas heridas, unas 500 casas destruidas, mas de 350,000 personas sin energía eléctrica. 

Al menos 7 estados reportaron Tornados. Cerca de 80 Tornados reportados tocaron tierra. Un posible Tornado EF4 afectó la ciudad de Washigton, Illinois. 

Decenas de tornados y tormentas eléctricas intensas azotaron el domingo el centro de Illinois y otras partes del centro-norte de Estados Unidos, arrasando con barrios enteros, volcando automóviles y arrancando árboles de raíz. Por lo menos siete personas murieron. 

El estado de Illinois se llevó la peor parte de la furia de esta cadena de tornados, inusualmente poderosos por tratarse del fin de la temporada. En todo el estado hubo decenas de heridos. 

En el estado de Indiana, los medios de comunicación locales señalaron que varios edificios comerciales habían sido dañados por el tornado en la ciudades de Lebanon y Kokomo. 

"Fuertes tornados que se desplazan rápidamente, importantes tormentas, granizo y vientos destructivos pueden producirse en estas zonas", precisó, y agregó que la situación es "particularmente peligrosa". 

Incluso las autoridades del estadio Soldier Field de Chicago ordenaron evacuar una zona de las gradas y retrasaron un juego de fútbol americano, entre los Bears locales y los Ravens de Baltimore. 

"Todo el barrio desapareció. Las paredes de mi chimenea son todo lo que queda de mi casa", dijo Michael Perdun en una entrevista con The Associated Press el domingo por la tarde. 

Perdun habló mediante su teléfono celular desde el poblado de Washington, en el centro de Illinois, donde el tornado destruyó el barrio en cuestión de segundos. 

"Salí y lo oí venir. Mi hija ya estaba en el sótano, así que corrí escaleras abajo y la agarré, me agaché en el cuarto de lavado y de repente pude ver la luz del día por la escalera, pues mi casa se había ido", agregó. 

Un hombre mayor y su hermana murieron alrededor del mediodía cuando un tornado dañó su casa en la comunidad rural de New Minden, en el sur de Illinois, informó Mark Styninger, el médico forense del condado. 

Una tercera persona murió en Washington, mientras que otras dos murieron en el condado de Massac, en la parte más sureña del estado, dijo Patti Thompson, una integrante de la oficina de manejo de emergencias de Illinois. No dio detalles. 

Con problemas de comunicación y muchos caminos intransitables, no estaba claro cuántas personas resultaron muertas o heridas. La Guardia Nacional de Illinois dijo que había enviado 10 bomberos y tres vehículos al poblado rural de Washington para ayudar en las operaciones de recuperación y búsqueda. 

En Washington, una comunidad de 16.000 personas, cuadras enteras de casas fueron arrasadas. 



El policía estatal de Illinois Dustin Pierce dijo que el tornado dibujó un camino de destrucción de un extremo al otro de la población, derribando líneas eléctricas, rompiendo las tuberías de gas y arrancando techos. 

Una tienda de partes automovilísticas con varias personas en el interior quedó reducida a un montón de ladrillos, metal y escombros. 

Un automóvil estropeado, con su parabrisas empalado por una pieza de madera, fue lanzado por el tornado al lado de la tienda. A pesar de la devastación, todos los empleados lograron salir de los escombros ilesos, dijo Pierce. 

"Fui para allá inmediatamente después del tornado, caminando entre los barrios, pero ni siquiera podía saber en qué calle estaba yo", dijo Alderman Tyler Gee a la televisora WLS-TV. "Simplemente todo estaba arrasado: algunos de los barrios de la población, cientos de casas", agregó. 

Unos 90 minutos después de que el tornado destruyó varias casas en el poblado de Washington, la tormenta oscureció los cielos del centro de Chicago. 

A medida que la lluvia y los vientos fuertes azotaban a la zona, los directivos del Soldier Field pidieron a los aficionados que evacuaran las gradas y ordenaron a los Bears y a los Ravens que abandonaran el campo de juego. 

Permitieron a los aficionados volver a sus asientos poco después de las 2 de la tarde y el partido se reanudó después de un retraso de dos horas.

lun, 18 nov 2013 00:00 CST

Monedas de Cambio

Interesante propuesta, sistemas de intercambio que cada vez se hacen mas populares en diversas partes del globo y ofrecen una posibilidad para aquellos excluidos de la economía de los bancos y los políticos, además de fomentar un sistema económico local y de verdadero desarrollo.

Un informe forense revela que Paul Mcartney no es quien dice ser

Después de 2 años de investigación, una investigadora española ha recopilado en su perfil de facebook, grandes evidencias de que el verdadero Paul Mcartney falleció en 1966 y fue sustituido por un doble. Bajo el pseudónimo de LAY RUTH, esta investigadora ha realizado un trabajo riguroso y exhaustivo, que nada tiene que ver con interpretaciones subjetivas, y si con hechos concretos y análisis faciales difíciles de rebatir. Su trabajo es titánico y digno de admiración.


Para los interesados en conocer más, sugerimos agregarse al perfil de facebook de LAY RUTH.

LAY RUTH


En esta ocasión presentamos un artículo suyo, sobre los análisis forenses de dos importantes forenses italianos;
El informe de Carlesi y Gavazzeni

Os presento la traducción al español, directamente del italiano, hecha por mí, del artículo publicado el 15 dejulio de 2009 en la revista Wired. En él se detallan las conclusiones a las que llegaron los forenses; Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni tras analizar, con métodos científicos, diferentes fotografías de Paul y Faul.

Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni

Hay que decir que no existe otra versión completa traducida al español de este documento, que incluye también la traducción de todas las imágenes que se muestran como ejemplo.

Por último, quiero dar un dato importantísimo. Exactamente el mismo día en que se publicaba este artículo, Faul acudía a la televisión para ser entrevistado por David Letterman. En dicha entrevista se hizo alusión al “rumor” sobre su muerte (curiosamente Faul no había querido hacer comentarios al respecto desde hacía años), pero sin nombrar el trabajo de los forenses italianos. En un tono entre despectivo y jocoso, Faul hacía alusión a la portada de Abbey Road y sus sandalias como única fuente del “rumor”.

Sin más, os dejo con este excelente y revelador artículo.

Pregunte quién era aquel Beatle…

Para escribir una canción como Yesterday es mejor tener un cráneo redondeado. Si en cambio queremos algo un poco más rockero, como por ejemplo, Get back, es preferible que el cráneo sea estrecho y largo.

El hecho de que las dos canciones tengan el mismo autor conduce directamente al corazón de un rompecabezas que durante 40 años ha tenido un nombre, e incluso un acrónimo:P.I.D. (Paul Is Dead). La cuestión es que, por supuesto, Paul McCartney, además deYesterday y Get back, escribió docenas de composiciones de pop-rock muy exitosas. Por ello, Paul está en el centro de una de las más curiosas, persistentes y complejas leyendas urbanas de todos los tiempos, la cual afirma que murió (lo cual fue guardado en secreto) en el otoño de 1966 y fue sustituido por un imitador destinado a seguir su triunfal y lucrativa carrera. Hasta hoy.

Muchas encuestas confirman que la leyenda de P.I.D. se encuentra entre las más conocidas por el público en general. Hoy en día, quizás, nuevas encuestas podrían dar resultados incluso más claros, gracias a los descubrimientos de dos investigadores italianos para verificar toda la historia, que no se limitaron a reproducir hacia atrás pistas de música o a interpretar las letras de las canciones, sino que recurrieron a los estrictos protocolos que rigen la práctica de la metodología de identificación forense.

Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni conforman una extraña pareja: ella es anatomopatóloga, y él un técnico especialista en análisis de imágenes por ordenador. Ella es una experta en reconocimiento craneométrico, él pone el potencial de los actuales equipos informáticos disponibles al servicio de una disciplina que nació a mediados del siglo XIX: la craneometría. Según el diccionario, “es la ciencia que se ocupa de la medición del cráneo en relación con la antropología y la anatomía comparadas”. Para identificar a una persona con absoluta certeza hay que hacer dos exámenes: las huellas dactilares y el ADN (siempre que el muestreo se realice correctamente, algo que no siempre ocurre).

En la ausencia de huellas y muestras de ADN, la metodología de identificación recurre a la antropometría y, en particular, a la craneometría, que se basa en el análisis de algunos puntos específicos. Éstos se encuentran en todas las caras, no cambian nunca y fueron codificados en el siglo XIX por el francés Paul Broca. ¿Cuáles son estos puntos? En términos científicos, definimos: la distancia entre las pupilas, la intersección entre la nariz y la ceja, el punto donde la base de la nariz se separa el labio superior, la conformación de la mandíbula y el mentón y, por último, el pabellón auricular. Después se calcula la forma del cráneo.

Sin embargo, en general, la anatomía topográfica prefiere hablar, en lugar de puntos precisos, de “regiones”, porque las áreas de unos pocos centímetros de piel pueden ser características más útiles para determinar las similitudes y diferencias. La antropometría y craneometría, aún teniendo su origen en el siglo XIX, son la ciencia para reconocimiento personal más sofisticada del mundo, utilizada por los servicios de inteligencia hoy en día. Una enorme base de datos biométricos de los terroristas más buscados se cruza rápidamente y, sobre la base de puntos generados por algoritmos, revela la verdadera identidad de personas grabadas con cámara o fotografiadas en los aeropuertos. Así, Carlesi y Gavazzeni, uniendo sus habilidades, como sucede en las series de televisión, son capaces de ver realmente lo que otros seres humanos no podemos ni siquiera imaginar. Ayudaron en las investigaciones de dos famosos casos, uno de delincuencia y otro de intriga internacional: el llamadomonstruo de Florencia y el intento de asesinato del Papa Juan Pablo II. Igualmente, trabajaron en el asesinato de Erika y Omar en Novi Ligure, y en la investigación sobre la muerte del periodista Ilaria Alpi. Toda vez que agregan elementos decisivos para la investigación de la policía y las actuaciones de los tribunales y comisiones de interrogatorios. Sus estudios antropométricos sobre fotografías y películas ayudaron a descartar que el somalí Hashi Omar Hassan matase a Ilaria Alpi y su operador Miran Hrovatin en Mogadiscio en mayo de 1994. También han abierto una nueva pista en el caso delmonstruo de Florencia cuando, junto con el profesor Giovanni Pierucci, decano de la medicina legal italiana, demostraron que el hombre rescatado del Lago Trasimeno en 1985 no era realmente el doctor Francesco Narducci, principal sospechoso de los asesinatos del “Monstruo”.

La decisión que empuja a dos expertos de este nivel a dedicar tiempo e inteligencia en la verificación de P.I.D. (Paul is dead), se tomó un sábado de marzo de 2006, en el Instituto de Medicina Forense de Pavía. Aquí estaba el epicentro en torno al cual se reunía el equipo: el profesor Pierucci, profesor de medicina forense con una gran pasión por la historia. Estaban grabando entrevistas para un documental sobre la muerte de Benito Mussolini y Claretta Petacci, tema sobre el cual Pierucci y “sus muchachos” han hecho sensacionales descubrimientos analizando fotografías de la Plaza de Loreto, tomadas en Milán el 29 de abril de 1945. Viejas y dramáticas imágenes que son capaces de revelar, sólo gracias a las últimas técnicas de análisis, nuevos detalles inéditos y una dinámica diferente sobre la clásica teoría de cómo se efectuaron los disparos. En la práctica: no hubo una doble ejecución simultánea enfrente de la famosa puerta principal de Giulino di Mezzegra a las 16:10 horas del 28 de abril de 1945, sino que los dos asesinatos se espacian en unas horas y unos pocos cientos de metros. Primero, Mussolini, quizás durante una riña, fue disparado desde la parte frontal y a quemarropa estando en ese momento en camiseta y sin botas; después ella, vestida con un abrigo de piel, fue cortada en los hombros con una guadaña. Más tarde, él ya vestido y ella sin el abrigo, son llevados a la Plaza de Loreto. Ese día, ninguno de los muchos fotógrafos que había allí podía imaginar cuántas cosas podrían revelar, sesenta años después, sus instantáneas.

Archivado el caso Mussolini-Petacci, llegó la propuesta para un nuevo desafío: ¿por qué no echar un vistazo a algunas fotos antiguas, esta vez de la década de los 60, y demostrar la falsedad de una leyenda urbana tan generalizada como increíble? Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni aceptaron el reto con diversión y un poco de suficiencia, porque aquí no había cadáveres ni agujeros de bala que analizar. Más bien tenían que aprovechar al máximo su habilidad para comparar imágenes, con el fin de averiguar si las dos caras pertenecían o no a la misma persona. Una especialidad en la que los dos ya habían trabajado unos años antes, cuando hubo que investigar si en la Plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981, junto al turco Ali Agca, que disparó a Juan Pablo II, estaba o no (y de hecho, se descubrió que sí) el búlgaro Sergei Antonov.

La unión de la craneometría y la tecnología (que, entre otras cosas, permite llevar a proporciones homogéneas fotos del mismo sujeto tomadas en diferentes momentos) ha hecho posible observar, como nunca antes, una serie de imágenes de Paul McCartney desde la década de 1960 hasta hoy. Gavazzeni explica: «ahora es infinitamente más fácil ver y señalar ciertas cosas, porque la técnica de procesamiento digital permite una velocidad de comparación y una precisión de análisis muy superiores a los de hace apenas diez años”.

El primer paso es buscar y seleccionar las mejores fotos, en cuanto a calidad y encuadre, para poder ponerlas en proporción y llevar a cabo las mediciones y comparaciones. Al final se podrá emitir un veredicto. Al principio, ni Carlessi ni Gavazzeni tenían ninguna duda: “En realidad, nos hubiera llevado dos minutos llegar a la conclusión de que era la misma persona”, recuerda la anatomopatóloga sonriente. “Un vistazo a lo que hay en Internet parecía suficiente para resolver la cuestión: los defensores de la teoría de P.I.D., por supuesto, no trabajan con una metodología correcta que les permita demostrar lo que ellos quieren». ¿Qué tratan, en general, de demostrar los muchos sitios web dedicados a la leyenda de Paul Is Dead? Que, en noviembre de 1966, el “verdadero” McCartney murió en un accidente automovilístico y fue reemplazado por un imitador, zurdo y músico como él.

Una operación muy sofisticada (pero no hasta el punto de no dejar rastro), un engaño necesario para no obstruir un mecanismo que producía ganancias fabulosas. Tan fabulosas que daban una bocanada de oxígeno a la economía británica. Y por lo tanto, para la matriz de la conspiración, gracias también a las muchas pruebas que los Beatles fueron sembrando durante años en las canciones y portadas de sus discos, la verdad está clara. No en vano, al Paul McCartney de las recientes giras, de los éxitos como solista, de la campaña en pro del vegetarianismo y de los divorcios multimillonarios se le viene denominando Faul. No Paul sino Faul, una fusión entre fake, que es “falso”, y Paul.

Este apodo es una de las consecuencias de una tormenta mediática que comienza el 12 de octubre de 1969 con una llamada de alguien identificado simplemente como Tom (Alfred para algunas fuentes) durante una emisión organizada por el dj Russell Gibb de la radioWKNR de Detroit. Tom dijo que McCartney estaba muerto, que su desaparición había sido mantenida en secreto por los otros Beatles y por su mánager pero que el grupo también había decidido colocar una serie de pistas en los discos, que nadie aún había descubierto. Esta llamada fue el inicio a una “búsqueda del tesoro” que, después de cuarenta años, aún no ha terminado.

“Conocíamos la historia por encima”, dicen Carlesi y Gavazzeni. «Pero por supuesto no fue nuestro punto de partida. Para nosotros lo primordial era obtener gran cantidad de buenas fotos, con una compatibilidad aceptable anatómica y antopométricamente”. La investigación se llevó a cabo con fotos tomadas antes de 1966 y, por supuesto, con fotos que databan del año 1967 en adelante; estas últimas mostraban tanto a los Beatles cuando estaban todavía juntos como a McCartney en solitario. “No fue tan fácil como parecía,” recuerda Gavazzeni. «En las fotos de los primeros años noté una incertidumbre generalizada sobre la datación, algo que no se produce en el período siguiente. De hecho, algunas instantáneas tienen diferentes fechas dependiendo de la agencia; además, las mejores fotos son propiedad de fotógrafos que no se mostraban conformes a proporcionárnoslas con demasiada facilidad”.

Para hacer una comparación entre dos períodos diferentes es necesario establecer y fijar algunos puntos de referencia o marcadores, comparando las mejores imágenes disponibles del mismo sujeto y que hubieran sido realizadas en un corto espacio de tiempo. Como base para determinar las proporciones y poder realizar el trabajo fue sacrificado un aspecto importante a nivel identificativo: la distancia interpupilar. De hecho, después de haber elegido este criterio como punto de alineación de las imágenes, no fueron capaces de utilizarlo para comparar las diferentes fotos. En otras palabras, porque al tener que poner a escala todo lo demás, algo tenía que cambiar.

Dos imágenes “pre-66”, comparadas tras ser ajustadas en una sola escala de referencia para obtener proporciones homogéneas, mostraron una coincidencia perfecta de los principales puntos clave. En particular la curva mandibular, la línea que el ordenador utiliza para definir el perímetro de la parte inferior de la cara, de oreja a oreja pasando por su mentón, era prácticamente idéntica. El margen de error era de menos de un uno por ciento. “La coincidencia perfecta entre dos imágenes es casi imposible”, dice Gavazzeni, “de forma que, por convención, se considera aceptable no más de un 2,5 por ciento de diferencia. Más allá de este límite, la discrepancia nos hace inclinarnos hacia la identidad diferente entre las dos partes interesadas. Sin embargo, en este caso, la diferencia es de menos del uno por ciento y no se plantea el problema: las dos fotos muestran la misma persona». En este punto fue a buscar más fotos, con características similares, pero tras el “accidente”.


La primera foto útil tomada después de la fecha del “accidente” es, como decirlo… una imagen emblemática. Está dentro de la tapa de un disco que no sólo es importante para la historia del rock, sino también fundamental en el desarrollo de la historia de P.I.D.: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, lanzado en junio de 1967. Durante más de ocho meses los Beatles no habían aparecido en público y ahora lo hacían con un cambio de estilo y apariencia que, en retrospectiva, no hace más que aumentar las dudas. De hecho, incluso sin la craneometría, anteriormente los defensores de P.I.D. habían hallado algunas anomalías que podían alimentar la sospecha de que quizás algo había ocurrido realmente. Además, incluso sin conocer la investigación de Gavazzeni, Glauco Cartocci, autor del único libro escrito en italiano sobre este tema (El caso del doble Beatle, ediciones Robin, 2007) señaló que “por un lado, no hay duda de que la mayoría de los hechos o indicios son fácilmente refutables o simplemente resultan ridículos; pero por otro lado, sin embargo, se puede afirmar que un buen 30 por ciento de ellos sigue siendo inquietante y no es explicable a la luz de la lógica”.

Sólo en el álbum Sgt. Pepper se han contado más de 40 pistas diferentes, incluyendo las fotos que han centrado la atención de Carlesi y Gavazzeni. La leyenda de P.I.D. no habría tenido el impacto que ha tenido, sin otra abreviatura a primera vista menos oscura: O.P.D. Es lo que se lee en una curiosa insignia que Mc Cartney tiene en su brazo izquierdo justo en esa foto. Para casi todos, McCartney el primero, es simplemente una elección al azar, una pegatina de Canadá. O.P.D. de hecho sería “Departamento de policía de Ontario”. Pero, según la versión de la conspiración, en realidad indica la fórmula O.P.D. utilizado por la policía para declarar la muerte de una persona: Officially Pronounced Dead, oficialmente declarado muerto”.

“Inicialmente escogimos la foto de McCartney en Sgt. Pepper no porque pensáramos que el significado de O.P.D. fuera verdadero, sino, simplemente, porque parecía una foto útil para el trabajo. Ciertamente no nos imaginábamos que nos ayudaría a descubrir tantas cosas”, dice Gavazzeni.

Esta imagen de McCartney, seguramente realizada en la primera mitad de 1967, fue luego unida a otra foto, de unos años más tarde, tomada entre 1971 y 1972. El objetivo era repetir la comparación ya realizada con fotografías de la década de 1960 y, a continuación, proceder al examen comparativo de los datos obtenidos de los dos grupos de fotos. También en este caso, entre las dos nuevas imágenes, había una buena compatibilidad. Ahora quedaba comparar los datos de las imágenes de antes de la fecha del supuesto acccidente con las de fechas posteriores. “La sorpresa fue tremenda», dice Gavazzeni, “la curva mandibular entre los dos grupos de fotos mostraron una discrepancia demás del 6 por ciento, muy por encima del umbral de error”. Pero había más. También había cambiado el desarrollo del perfil mandibular: antes de 1966 cada lado de la mandíbula se componía de dos suaves curvas; desde 1967 parece que hay una sola curva. Hay una curva morfológica diferente.


Pero las sorpresas no terminan ahí, porque el implacable Gavazzeni, como un boxeador que siente que está cerca de dejar KO a su oponente, se centra con gran interés en esta imagen, en la que McCartney, ignorante de todo, esboza una sonrisa un poco perpleja: “A simple vista, se observa lo que será una constante en las fotos a partir de ese momento, un par de retoques fotográficos bastante obvios para una mirada experta. Hay una zona gris que cubre el ángulo externo del ojo izquierdo, apreciable sólo durante un tiempo, y que posteriormente ya no es visible. Y al investigar con más detenimiento en ese punto, donde durante años hubo una mancha oscura, ahora hay una mezcla entre una cicatriz y una señal de estiramiento de la piel, como si hubiera habido un retoque estético. La explicación más inmediata es que, probablemente ya en la década de los 60, se habría hecho una operación en los ojos quedando todavía algo imperfectos, lo que durante mucho tiempo se solucionó colocando delante esa mancha”. También hay un detalle que afecta a la forma del cráneo: “de hecho, se nota que la forma de la cabeza se ha hecho un poco más redondeada,” dice Gavazzeni: «se ha reducido la longitud real, mediante un truco que se hizo durante la fase de impresión”. Cambiar la forma del cráneo de un individuo adulto es algo imposible. Sin embargo, a juzgar por las fotos, es justo lo que parece.

Gabriella Carlesi agrega un elemento más: “frente a la imagen anterior, la de Sgt. Pepper muestra claramente que las comisuras labiales, es decir, la línea formada por la fusión de los dos labios, está repentinamente estirada. Cosa que, por supuesto, no es posible y que los bigotes son incapaces de ocultar”. En otras palabras, los labios pueden ser hinchados y aumentados en volumen (es una práctica muy común en nuestros días), pero la anchura de las comisuras labiales no puede variar tanto. Puede sufrir muy ligeras variaciones, sin embargo, éste no es el caso de la imagen examinada: aquí la diferencia entre el antes y el después es demasiado fuerte como para haber sido causada por cualquier cirugía. Además, bajo el bigote del McCartney de Sgt Pepper, tal vez se intentó ocultar otro elemento: lo que los especialistas llaman el punto naso-espinal o sotonasal. Es el punto entre las dos fosas nasales donde la nariz comienza a separarse de la cara. “Se trata de un rasgo muy característico que no se puede modificar con la medicina quirúrgica. Puede cambiarse la forma de la nariz pero no el punto naso-espinal”, dice Gabriella Carlesi. “Y entre el McCartney del primer grupo de fotos y el segundo este punto varía claramente”.


Sorprendidos al saber que nada de esto podía ser cosa del azar, Carlessi y Gavazzeni empezaban a admitir que los resultados les estaban dejando perplejos. Dice Gabriella: “Nos gustó la idea de aplicar a este caso una metodología rigurosa tradicionalmente aceptada y requerida para trabajos de cierta importancia. Pero no imaginábamos que, en algún momento, nuestra investigación tomaría la dirección que estaba tomando”. 

El mismo asombro que captura a quienes analizan en su dinámica (ya sea en el ámbito de la comunicación, lo esotérico o la música) la historia de la supuesta muerte y reemplazo de Paul McCartney tomó posesión de los dos investigadores, de forma que se aventuraron en el estudio de las imágenes que consideraron más adecuadas para la verificación craneométrica

 “Necesitábamos una respuesta y nos tomó más tiempo,” recuerda Gavazzeni. «Parecía imposible, pero la certeza se hizo más fuerte, día tras día, foto tras foto». El desafío era tan intrigante, que siguieron adelante, ya que todavía quedaban otros aspectos importantes por examinar. 

Comenzando por la disciplina en la que Gabriella Carlesi sobresale y goza de renombre internacional:la identificación odontológica.Cuanto más veía a Paul McCartney cantar y mostrarse sonriente, más elementos recogía Carlesi para alimentar sus dudas: “para mí la prueba de todas las pruebas está representada por la forma del paladar, incluso más que los dientes”.



Así como otras cosas son imposibles, modificar el paladar no lo es, pero a costa de largas y dolorosas operaciones, con resultados casi siempre imperfectos. Especialmente si se hizo en la década de 1960. Tras el examen cuidadoso de algunas fotos de McCartney antes y después del otoño de 1966 en las que sale con la boca abierta, se observa lo siguiente: “en primer lugar, está el canino superior derecho”, observa Gabriella Carlesi. «En las fotos de antes de 1966 se nota cómo sobresale de la línea de la arcada dental. Es el caso clásico de un diente que por falta de espacio termina desalineándose, empujado por la presión de los otros dientes. Es curioso que el mismo canino, en fotos desde 1967 en adelante, siga sobresaliendo pero sin razón aparente: las imágenes nos muestran que tendría espacio suficiente para alinearse con los dientes vecinos.

 Es como si quisieras recrear un detalle en una boca en la cual esta anomalía nunca se habría podido manifestar”. El verdadero quid del razonamiento de la identificación dental sugerido por Gabriella Carlesi concierne a todo el paladar de McCartney que, antes de 1966, se muestra lo suficientemente estrecho como para justificar varios desajustes en los dientes, aunque de forma menos obvia que en el caso del canino superior derecho. Después del lanzamiento del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el paladar de McCartney se amplía considerablemente, hasta tal punto que los dientes delanteros no giran sobre su eje como antes. Con la única excepción de ese canino. 

“Un cambio en la forma del paladar”, concluye Carlesi, «en la década de 1960 no era imposible, pero habría sido muy traumático, fruto de una tremenda cirugía oral y maxilofacial. En la práctica, McCartney habría tenido que someterse a una operación que implicase la apertura de la sutura palatina, la rotura del hueso y luego un prolongado tratamiento con ortodoncia y prótesis. En otras palabras: obtener un cambio tan ligero en la década de 1960 a McCartney le habría supuesto no sólo una intervención particularmente dolorosa y sangrienta, sino también el uso de un aparato fijo de ortodoncia, que por aquel entonces eran multibanda, por más de un año. Algo que no hubiera sido posible ocultar y que tendría repercusiones obvias en la interpretación vocal de un cantante profesional. «Pero», dice Gabriella Carlesi, “¿qué razones podría tener Paul McCartney para someterse a semejante calvario?”

Es inútil hacer la pregunta directamente al interesado: Paul McCartney, igual que los otros Beatles, siempre ha preferido esquivar las preguntas directas o incluso usar la ironía para ridiculizar todos los hechos. Entre Paul McCartney y la leyenda de su muerte siempre ha habido una especie de juego del escondite. De hecho, afirman Carlesi y Gavazzeni, si realmente quisiera poner fin a toda esta historia,McCartney podría haberlo hecho hace mucho tiempo.

Cuando estaba con vida, su padre podría haberse hecho una prueba de ADN que relegase la historia de P.I.D. de una vez por todas al mundo de las leyendas. O Paul podría también haber recurrido a su hermano menor, Mike. Y en cambio no hizo nada.

De hecho, la única vez que se vio obligado a hacerse un examen de este tipo provocó más preguntas y nuevas sospechas. Fue por una mujer alemana de 45 años, Bettina Krischbin, que se autodenomina hija de McCartney, fruto de un romance entre el joven músico antes de ser famoso y Erika Wohlers, una rubia muchacha de Hamburgo, donde los Beatles llevaron a cabo parte de su aprendizaje como músicos. 

En 1961, cuando nació Bettina, McCartney se negó a reconocer a su hija oficialmente pero, curiosamente, contribuyó a su mantenimiento durante años con un pago mensual de 200 marcos. Erika se conformó, Bettina no. Y, una vez adulta, decidió recurrir a los tribunales para obtener el reconocimiento oficial de su padre. Las pruebas de paternidad no dieron los resultados deseados. Pero Bettina tiene la sospecha de que hubo un engaño: en su opinión, a la prueba se presentó un doble de su padre, como muestran las fotografías tomadas ese día; además, la firma, según el análisis de un experto grafólogo, no sólo no la hizo un hombre zurdo, sino que era también algo diferente de otros autógrafos de McCartney. Las incertidumbres continúan acumulándose, especialmente en virtud de la última carta, el último as en la investigación de Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni: un detalle de unos pocos milímetros cuadrados que en un tribunal podría ser decisivo.

Técnicamente se llama “tragus”. Todos tenemos dos, uno por cada oreja, pero las características son diferentes y únicas en cada ser humano. “En Alemania, en un procedimiento de reconocimiento craneométrico, la identificación de la aurícula derecha es equivalente a tomar las huellas digitales” recuerda Carlesi. Pero, ¿qué es el tragus? Es una pequeña protuberancia de cartílago que sobresale entre la entrada del conducto auditivo externo y la cara y que, al igual que el resto del oído, es inmutable quirúrgicamente. 

Entonces, ¿cómo podemos explicar las diferencias entre la oreja derecha de Paul McCartney en una instantánea antes de 1966 y otra realizada probablemente en la década de 1990? No es sólo el trago lo que tiene una conformación diferente sino también otras partes como los relieves del hélix y el antihélix situados justo por encima del canal de entrada. Cosas que a un simple mortal pueden parecerle irrelevantes o poco claras pero que, por el contrario, cada día, permiten a los expertos localizar e identificar personas, cuerpos, fotografías, etc.


Sin embargo, incluso frente a estas consideraciones, el escepticismo se resiste a morir. “Todavía no sé qué pensar, dímelo tú”, admite Gavazzeni, que se declara fan de McCartney, quien quiera que sea. Mientras, Carlesi se limita a observar: “las dudas son muy fuertes y las discordancias muy numerosas, pero no sé si puedo expresarme aún con absoluta certeza. Sobre todo porque estamos hablando acerca de un personaje tan conocido y más importante aún: vivo. Frente a un cadáver sería más claro: las conclusiones a las que he llegado se podrían confirmar realizando pruebas más exhaustivas y concluyentes. Sin embargo, cabe decir que, si hubo sustitución, la verdadera obra maestra fue encontrar un doble con unas características antropométricas tan similares al “original”, admite. “Hay que decir que los análisis antropométricos tienen que ir acompañados, necesariamente, de exámenes de otro tipo para formular una certeza pericial al cien por cien.”

Al no pronunciarse y no llevar, al menos abiertamente, la investigación hasta sus consecuencias finales, Carlesi y Gavazzeni encarnan la esencia misma de la contradicción de la leyenda de Paul is Dead. Dos posibles razonamientos chocan sin la posibilidad de compartir la misma verdad. ¿Cómo no preguntarse cómo puede un hombre, en cuestión de meses, alterarse la forma del cráneo, el paladar, la boca, la nariz, la mandíbula y las orejas sin dejar de cantar y componer música? Por un lado existe la dificultad para aceptar que haya habido un intercambio de una persona casi perfecto; por otro lado, la craneometría apoya muchas de las pistas que se pueden encontrar en las canciones, portadas y videos de los Beatles.

Como vemos, las preguntas que pueden haber encontrado una respuesta son sustituidas por otras, no menos desafiantes. Empezando por aquella que nadie, ni siquiera el sujeto en cuestión, parece ser capaz de responder: ¿Quién es el hombre al que llaman Paul McCartney?

Hasta aquí, el artículo tal cual fue publicado…

CONCLUSIONES:

Según la ciencia forense, y en base a estrictos métodos de medición, el Paul McCartney de antes de 1966 y el posterior no son la misma persona.

Los dos forenses no creían en la muerte de Paul, por lo tanto no estuvieron influidos en ningún momento por el rumor. Todo lo contario, lo que pretendían en un principio era demostrar su falsedad.

Según el experto en gestión de imágenes por ordenador, Francesco Gavazzeni, hubo incluso manipulación en las fotos de Faul para tratar de disminuir la longitud de su cráneo, así como para disimular los efectos que la cirujía había ocasionado en uno de sus ojos.

Igualmente, se detecta que Faul se operó el canino superior derecho para asemejarlo al de Paul, ya que era un rasgo muy llamativo y distintivo de éste. Carlesi, experta en la identificación odontológica, demuestra que este efecto no es natural, basándose en el tamaño y forma de su mandíbula. Igualmente detectaron que los dientes, por su color, no eran naturales, sino fundas de cerámica.

Asímismo, la presencia del bigote tenía como objeto disimular la fuerte discordancia de la comisura labial y la línea naso-espinal, imposibles de retocar mediante cirujía plástica.

También quisiera comentar que, para unos cirujanos y ortopedas capaces de realizar intrincadas operaciones y crear máscaras de látex lo suficientemente detalladas como para perpetrar tal engaño, no sería en absoluto difícil “crear” una cicatriz en el labio de Faul.

Hasta aquí, junto con las numerosas pruebas fotográficas que hemos mostrado en nuestras páginas, sabemos que Faul modificó sus dientes, aumentó sus labios y se puso una cicatriz, cambió la forma de sus ojos y cejas, levantó su nariz, se dejó durante un tiempo un bigote para disimular la distancia entre la nariz y la boca y las comisuras labiales, se colocó máscaras de látex para crear unas mejillas y contorno de rostro que no eran los suyos y utilizó orejas falsas de plástico. Casi nada…

Engañaron a muchos, pero no a dos expertos forenses que, asombrados, conseguían en 2009 la evidencia más irrefutable que tenemos de que Paul McCartney fue sustituído. Mientras tanto, Faul asistía a una entrevista en la que recordaba con sarcasmo cómo le miraban en el pasado algunos de sus fans, diciendo:

IT’S HIM? IT’S HIM? OR…A VERY GOOD DOUBLE?




Saber mas:




La legendaria Yacumama: La más grande serpiente come humanos aún viva


Los nativos cerca de la Amazonia hablan llenos de temor y con asombro de los verdaderos monstruos — increíbles leviatanes tan enormes que la legendaria anaconda es pequeña en comparación.

Las serpientes que los nativos cometan, en voz baja alrededor de las fogatas del pueblo y en la seguridad de sus hogares, mide 40 — a veces 50 — metros de largo. Las cabezas de estas criaturas gigantescas se dicen que alcanzan los 2 metros de ancho. Pueden derribar presas al escupir explosivos chorros de agua, derribar árboles en su camino y cambiar el curso de los afluentes de pequeños ríos cuando los cruzan. Los nativos llaman a estas monstruosas serpientes la Yacumama

La legendaria YacumamaUn monstruo que se arrastra

El mundo está lleno de secretos. Muchos de ellos no renuncian fácilmente. Imperios han surgidos y han caído en medio de los misterios-enigmas que quedaron sin resolver a través de los siglos.

Tan atrás como los aztecas, leyendas han hablado sobre las monstruosas serpientes. 

Los aztecas de México lo convirtieron en uno de sus más poderosos dioses: Quetzalcoatl. [Ver también: Serpiente voladora en la atmósfera terrestre]

Ancestral pintura retratando a Quetzalcoatl degustando de un humano.

En los siglos que siguieron los pueblos indígenas de la Amazonia a menudo hablaban de la Yacumama, la serpiente del agua. Herpetólogos europeos y americanos hicieron caso omiso de las habladurías tomándolo como mitos o como referencias a la gran boa acuática, la anaconda.

Según los indígenas otras serpientes gigantes también habitan el sombrío reino del Amazonas: la Sachamama y el Minhocão, serpientes que algunos nativos de la Amazonía dicen que pueden alterar la tierra cuando pasan a través de él.

La legendaria YacumamaRío Amazonas: Los nativos llevan una 'pequeña' anaconda.

A pesar de la creencia de los herpetólogos, los indígenas no estaban hablando de la gran anaconda por diferentes nombres. Ellos hablaban de verdaderos monstruos-leviatanes tan grandes que la anaconda es pequeña en comparación. Los nativos a veces hablan de la gran serpiente con miedo y temor, diciendo que mide aproximadamente 40 metros a veces llegando a 50 metros de largo. Las cabezas de estas gigantescas criaturas se dice que alcanzan los 2 metros de ancho. Pueden derribar sus presa con explosivos chorros de agua, derribando árboles en su paso y cambiando el curso de afluentes menores.

Buscando al coloso 

Durante el año de 1906 el famoso explorador comandante Percy H. Fawcett afirmó haberse encontrado con una anaconda gigante mientras viajaba por el río Amazonas. Disparó a la criatura y observo como agonizó.

Él recordaba: "Caminamos en tierra y nos acercamos al reptil con precaución. Estaba inmobil, pero los escalofríos siguieron corriendo arriba y abajo del cuerpo como soplos de viento sobre una loma de montaña. En cuanto fue posible medir, una longitud de 14 metros yacía fuera del agua y 5 metros en ella, haciendo una longitud total de 19 metros... tan grandes ejemplares como este no pueden ser común, pero los senderos en los pantanos alcanzan un ancho de 2 metros y apoyan las declaraciones de los indios y los recolectores de caucho que la anaconda a veces alcanza un tamaño increíble, eclipsando por completo el disparo por mí. La Comisión de fronteras brasileño me dijo de uno muerto en el río Paraguay superior a 24 metros de largo!"

La legendaria Yacumama
Fawcett fue agasajado con relatos de anacondas gigantes que dijeron media 20 metros o mas.(Imagen basado en parte en una fotografía publicado en el diario de Pernambuco, Enero 24 de 1948.)

Sin embargo lejos estaban de estar convencidos los profesionales académicos y los herpetólogos. Las monstruosas serpientes sólo parecían ser algo evidentemente descabelladas.

Por lo que la controversia siguió por otro siglo hasta que dos hermanos, Mike y Greg Warner, montaron una expedición en las selvas del Amazonas buscando evidencia de las monstruosas serpientes. La expedición no fue concluyente, aunque registraron senderos de serpiente gigantescas y tomó testimonios de nativos que afirmaban haber visto la Yacumama.

La legendaria Yacumama
Mike Warner, cazador de la Yacumama.

Mike Warner habló con cientos de indígenas y trabajadores que tuvieron encuentros con la Yacumama. Él investigó miles más. Señala que ambas tribus nativas de ciertas regiones de África y los nativos cerca del río Amazonas en América del sur describen una enorme serpiente que "lleva su agua con él".

Aunque la primera expedición no pudo encontrar la esquiva Yacumama, los hermanos estaban sin inmutarse. Después de recaudar nuevos fondos dos ellos montaron otra expedición al Amazonas.

La legendaria Yacumama
Serpiente capturando antílopes cerca del río Amazonas. La Yacumama son mucho más grandes en tamaño.

Durante la segunda expedición, Warner tuvo éxito en encontrar y fotografiar áreas donde vive la Yacumama, las lagunas que se forman cerca de los ríos, sus trincheras (algunas de casi 2 metros de ancho) y fotografiando algunas de las gigantescas serpientes, no la Yacumama, pero igual de imponentes. Estas fotografías son las que excitaron a los investigadores de la National Geographic Society.

La legendaria Yacumama
En esta imagen del video realizado por Warner muestra un sendero de arboles de gran altura derribados, posiblemente por la Yacumama, junto al afluente del río Amazonas. [Ver Video Aquí]

Lo que encontraron se sumó con los informes de testigos anteriores.

Con los años, muchos avistamientos de la Yacumama han incluido descripciones de la serpiente con cuernos brotando de su cabeza. Esta característica peculiar, mencionada en tantos informes de observadores independientes a lo largo de la Amazonia, ha llevado a Warner a la hipótesis de que la Yacumama podría ser una versión prehistórica de las cecilias de hoy en día. La mayoría de las 50 especies o menos de cecilias que han sido catalogados tienen un surco a lo largo de ambos lados de la cabeza que contiene tentáculos retráctiles. Para los observadores inexpertos, pueden aparecer como cuernos.

Según Mike Warner, "La especie exacta de esta criatura es desconocida pero creemos que las características físicas y el comportamiento son la de una serpiente — o anfibios — con comportamiento similar a un cecilias". — Una criatura anfibio similar a una serpiente.

La legendaria Yacumama
Una serpiente fotografiada en Brazil con una longitud de 35 metros, 75 cm de ancho y 4 toneladas de peso.

La mayoría de los testigos que han avistado una Yacumama no han pasado mucho tiempo estudiando a la criatura — generalmente han pasado sobre ella por casualidad y luego daban media vuelta y corrían por su vida.

La investigación de Warner lo llevó a descubrir que la Yacumama busca a su presa cerca de las regiones donde dos ríos se funden en uno, llamado "confluencia". Determinó que las áreas proporcionan a los colosales depredadores un suministro constante de alimentos.

Él plantea la hipótesis de que tal capacidad puede tener uno o más de los siguientes propósitos:

I. Las impresionantes presas o el derribar árboles en su camino. La Yacumama presuntamente engulle agua y le tira a su presa como un cañón de agua.
II. Mientras "lleva a agua con ella" es posible que pueda utilizar esta presión de agua para sostener su estructura esquelética, mientras se mueve a través de la selva.
III. También puede utilizar el agua como un instrumento de madriguera — como un gusano hace en el suelo, por lo tanto, tiene semejanza en algunos rasgos a un Gymnophiona. Los indígenas de la Amazonía peruana testifican un fuerte ruido que se puede escuchar cuando la Yacumama esta de caza durante la temporada de lluvias.

Todos los avistamientos de estas gigantescas serpientes tienen descripciones similares. Warner considera que las serpientes que los nativos llaman la Sachamama — madre de la tierra — son las mismas serpientes como la Yacumama. Han crecido tan grandes que se han vuelto prácticamente inmóviles y por lo tanto ya no se alimentan de presas capturadas en el agua. Él extrapola esta hipótesis:"En este punto se pueden liberar feromonas para atraer serpientes de la misma especie y así se alimentan de ellos. Este proceso puede incluso restringir a la población de esta especie en un área determinada."

¿Es la Yacumama real?

Sí, son reales. Ellos incluso pueden ser una especie previamente desconocida. También son, sin duda, uno de los depredadores más peligrosos y aterradores en el reino animal.

[Helium]